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Desde julio, las tarifas de gas y luz volverán a subir todos los meses ajustadas por la inflación futura

Luego de aplicar un ajuste en las facturas de gas y electricidad para reducir el gasto en subsidios, la meta de la Secretaría de Energía es retornar la idea original de que las tarifas aumenten todos los meses. Sin embargo, no se utilizarán variables de ajuste pasadas, sino que se usará una estimación de inflación futura.

De esta forma, a partir del mes próximo las boletas subirán nuevamente, pero no habrá una quita de subsidios, sino que se recompondrá la rentabilidad de las empresas de transporte y distribución de gas y electricidad. Entre ellas se encuentran Edenor, Edesur, Metrogas, Naturgy, TGN y TGS.

El valor final de las boletas de energía se compone del costo de tres servicios, más el recargo de los impuestos y tasas nacionales, provinciales y municipales. Equivale al costo de generar electricidad o producir gas (que tiene subsidios del Tesoro), el de transportar la energía a los centros de consumo y el de distribuirlo en hogares, comercios e industrias.

Este mes, el Ministerio de Economía aplicó una suba en uno de los tres componentes, para recortar el peso de los subsidios. De hecho, en electricidad, los usuarios cubren ahora el 65% del costo total del sistema eléctrico, cuando el mes pasado cubrían el 45%, según estimaciones oficiales.

Para hacer espacio a la quita de subsidios y que el aumento final no impacte bruscamente en los valores finales de las facturas y, por lo tanto, en la inflación, el Ministerio de Economía congeló la suba de los otros dos componentes (transporte y distribución).

Lo hizo por segunda vez, ya que se suponía que las tarifas de estos dos segmentos iban a actualizarse de manera automática todos los meses según una fórmula de ajuste ya establecida, que tenía en cuenta la inflación minorista (IPC), la mayorista (IPIM) y la variación de los salarios.

El Ministerio de Economía ahora cambia la estrategia y, para desindexar los contratos, estableció que los aumentos se hagan acorde a una estimación de la inflación del mes en curso. En el Gobierno no dieron precisiones acerca de qué proyección se tomará en cuenta, pero negaron que vaya a considerarse el relevamiento de expectativas de mercado (REM), que publica el Banco Central sobre la base de estimaciones de consultoras.

“Es una cuestión de timing, de cómo ir llevando las cosas sin perder el rumbo”, dijeron en la Secretaría de Energía, al explicar la decisión de posponer los aumentos previstos del mes pasado, que correspondió al ministro de Economía, Luis Caputo.

“Para transporte y distribución ya hubo una recomposición tarifaria importante en febrero (electricidad) y en abril (gas), que les permite a las empresas aguantar dos meses sin variación, aunque no mucho más. En la Secretaría de Energía queremos que se apliquen los ajustes, porque el flujo del dinero para sostener el sistema viene de las tarifas y no del Tesoro. Pero hay que tener en cuenta el contexto económico y que se consolide el proceso de desinflación”, dicen en el Palacio de Hacienda.

La velocidad de la quita de subsidios, de hecho, dependerá de la marcha de la reactivación económica y de la recuperación de la capacidad adquisitiva. “Si mejora la situación, se reduce la bonificación que se le da a los usuarios de ingresos bajos y medios, pero si la situación se complica, puede aumentar”, señalaron en la cartera de Energía, que conduce Eduardo Rodríguez Chirillo.

Por otro lado, el Gobierno buscará actualizar el registro de acceso a los subsidios a la energía (RASE), para verificar que realmente los usuarios anotados necesiten la bonificación. En los próximos días pondrá en marcha un mecanismo para cruzar datos más minuciosamente.

Para este año, el Ministerio de Economía espera reducir los subsidios de la energía de 1,5% del PBI a un punto, aunque en la Secretaría de Energía no descartan que se pueda bajar a 0,7% del PBI.

Luego de aplicar un ajuste en las facturas de gas y electricidad para reducir el gasto en subsidios, la meta de la Secretaría de Energía es retornar la idea original de que las tarifas aumenten todos los meses. Sin embargo, no se utilizarán variables de ajuste pasadas, sino que se usará una estimación de inflación futura.

De esta forma, a partir del mes próximo las boletas subirán nuevamente, pero no habrá una quita de subsidios, sino que se recompondrá la rentabilidad de las empresas de transporte y distribución de gas y electricidad. Entre ellas se encuentran Edenor, Edesur, Metrogas, Naturgy, TGN y TGS.

El valor final de las boletas de energía se compone del costo de tres servicios, más el recargo de los impuestos y tasas nacionales, provinciales y municipales. Equivale al costo de generar electricidad o producir gas (que tiene subsidios del Tesoro), el de transportar la energía a los centros de consumo y el de distribuirlo en hogares, comercios e industrias.

Este mes, el Ministerio de Economía aplicó una suba en uno de los tres componentes, para recortar el peso de los subsidios. De hecho, en electricidad, los usuarios cubren ahora el 65% del costo total del sistema eléctrico, cuando el mes pasado cubrían el 45%, según estimaciones oficiales.

Para hacer espacio a la quita de subsidios y que el aumento final no impacte bruscamente en los valores finales de las facturas y, por lo tanto, en la inflación, el Ministerio de Economía congeló la suba de los otros dos componentes (transporte y distribución).

Lo hizo por segunda vez, ya que se suponía que las tarifas de estos dos segmentos iban a actualizarse de manera automática todos los meses según una fórmula de ajuste ya establecida, que tenía en cuenta la inflación minorista (IPC), la mayorista (IPIM) y la variación de los salarios.

El Ministerio de Economía ahora cambia la estrategia y, para desindexar los contratos, estableció que los aumentos se hagan acorde a una estimación de la inflación del mes en curso. En el Gobierno no dieron precisiones acerca de qué proyección se tomará en cuenta, pero negaron que vaya a considerarse el relevamiento de expectativas de mercado (REM), que publica el Banco Central sobre la base de estimaciones de consultoras.

“Es una cuestión de timing, de cómo ir llevando las cosas sin perder el rumbo”, dijeron en la Secretaría de Energía, al explicar la decisión de posponer los aumentos previstos del mes pasado, que correspondió al ministro de Economía, Luis Caputo.

“Para transporte y distribución ya hubo una recomposición tarifaria importante en febrero (electricidad) y en abril (gas), que les permite a las empresas aguantar dos meses sin variación, aunque no mucho más. En la Secretaría de Energía queremos que se apliquen los ajustes, porque el flujo del dinero para sostener el sistema viene de las tarifas y no del Tesoro. Pero hay que tener en cuenta el contexto económico y que se consolide el proceso de desinflación”, dicen en el Palacio de Hacienda.

La velocidad de la quita de subsidios, de hecho, dependerá de la marcha de la reactivación económica y de la recuperación de la capacidad adquisitiva. “Si mejora la situación, se reduce la bonificación que se le da a los usuarios de ingresos bajos y medios, pero si la situación se complica, puede aumentar”, señalaron en la cartera de Energía, que conduce Eduardo Rodríguez Chirillo.

Por otro lado, el Gobierno buscará actualizar el registro de acceso a los subsidios a la energía (RASE), para verificar que realmente los usuarios anotados necesiten la bonificación. En los próximos días pondrá en marcha un mecanismo para cruzar datos más minuciosamente.

Para este año, el Ministerio de Economía espera reducir los subsidios de la energía de 1,5% del PBI a un punto, aunque en la Secretaría de Energía no descartan que se pueda bajar a 0,7% del PBI.

 Tras estar congelados por dos meses, los componentes de transporte y distribución se actualizarán de manera mensual, pero aún no definieron qué índice se seguirá  LA NACION

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