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Alemania: Javier Milei fue recibido por Olaf Scholz en medio de otra ruidosa protesta

BERLIN. – En una Berlín marcada por tranquilidad dominical, sol, 20 grados y en medio de otra pequeña pero ruidosa protesta frente a la Cancillería Federal, el presidente Javier Milei fue recibido hoy por el canciller socialdemócrata alemán Olaf Scholz, con una agenda sustantiva entre países con clara convergencia de política exterior y clara complementariedad económica.

En lo que se consideró el puntapié inicial de una nueva etapa, fue su segunda cita con un mandatario europeo -esta vez de Alemania, la primera economía del bloque-, después de haber estado con la primera ministra italiana, Giorgia Meloni, en febrero pasado.

Mieli, de 53 años y Scholz, de 66, en verdad ya se habían cruzado en la reunión del G7 del fin de semana pasado en Apulia. Pero allí prefirieron no tener bilateral, ya que durante esos foros suelen ser más bien reuniones veloces, casi de pasillo, según dijeron fuentes informadas a LA NACION, sino que se priorizó una reunión con más sustancia y contenido aquí, en la capital. “Lo ideal es que venga, queremos verlo acá”, insistieron desde el lado alemán que, no por nada, abrió las puertas de la Cancillería Federal un domingo, algo no menor.

Si bien al principio se preveía una bilateral más institucional, con reunión privada y conferencia de prensa conjunta, esto fue cambiado a pedido argentino, algo que causó cierta perplejidad entre los alemanes. Así, la reunión fue degradada a una bilateral ampliada a las delegaciones: es decir, sin momento privado entre los dos mandatarios, sino una reunión en la que, además de Milei, también participaron su hermana, Karina, secretaria general de la presidencia, la canciller, Diana Mondino, el diputado de Pro y titular de la Comisión de Relaciones Exteriores de Diputados, Fernando Iglesias y el embajador argentino en Alemania, Fernando Brun.

@JMilei ya se encuentra reunido con el canciller alemán Olaf Scholz y este es el clima afuera #Berlin pic.twitter.com/b2TNGXoNGJ

— Elisabetta Piqué (@bettapique) June 23, 2024

Después de haber recibido ayer en Hamburgo un premio de una Asociación ultraliberal, en la que pronunció un discurso de una hora durante el que fue aplaudido y ovacionado al grito de “¡libertad!”, Milei llegó a la Kanzleramt, la Cancillería Federal, a las 12 locales en una caravana de autos negros escoltados por agentes en moto y tuvo un momento incómodo. Entonces, del otro lado de la reja del moderno edificio con vista a la cúpula vidriada del Bundestag, un grupo parecido al de ayer en Hamburgo, con decenas de personas con pancartas que decían “Argentina no se vende”, tambores, cacerolas y banderas rojas empezaron a entonar un típico canto de izquierda y de las madres de Plaza de Mayo: “Olé olé olá ola, como a los nazis les va a pasar adónde vayan los iremos a buscar”. Con sonrisa forzada, pero escuchando el ruido de la protesta, entonces Milei saludó a Scholz, evidentemente descolocado.  Ese momento pudo ser captado por fotógrafos y periodistas acreditados, entre los cuales, La Nación, desde un corralito levantado frente a la entrada del edificio, donde se veían las banderas de los dos países, más la de la Unión Europea y lo esperaban guardias de honor y una alfombra roja.

¿Es normal que haya protestas como estas? Preguntó esta enviada a un colega: “Se dan solo cuando vienen dictadores, si viene el presidente de Luxemburgo, no pasa nada”, contestó.

Violeta González, argentina que participó de la protesta enfundada en una bandera y con mate en mano, contó a LA NACION que los diversos grupos presentes, del Bloque latino, Hijos y otros colectivos, desde hace tiempo que se prepararon en asambleas anti-Milei. “Cuando vino Alberto hace cuatro años fue muy distinto, fuimos a la embajada y él vino a saludarnos”, dijo González, productora cultural que viven en Berlín desde hace cinco años.

Scholz, que estuvo en Buenos Aires en enero de 2023, cuando también visitó Santiago de Chile y Brasilia, que esperaba a su huésped en la puerta de la Cancillería, observó la protesta con rostro impasible.

Scholz había llamado por teléfono a Milei el 8 de enero pasado para decirle que quería entablar una relación directa con él. La victoria de Milei, un outsider, aquí llamado “el hombre de la motosierra” y tildado por algunos medios como “un huésped imprevisible” o un “showman”, en efecto, generó enorme interés y grandes titulares.

Más allá de las medidas económicos de shock y ajuste brutal, en Alemania quedaron sorprendidos por las posiciones de política exterior adoptadas por el presidente argentino, entre las cuales, la salida de los BRICS -el foro que reúne Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica-, la ratificación de un acuerdo entre el Mercosur y la Unión Europea y el apoyo irrestricto a Israel después de 7-10 y a Ucrania en su guerra de agresión iniciada por el presidente ruso, Vladimir Putin, en febrero de 2022. Se trata de posiciones totalmente en línea con la política exterior alemana.

Alemania, por otro lado, en el marco del nuevo reacomodamiento provocado por la guerra en Ucrania y las restricciones al acceso de energía y minerales críticos, ha puesto un nuevo foco sobre la Argentina. Allí ya operan más de cien empresas alemanas con un stock de inversiones de 4250 millones de dólares. Argentina es el tercer país con más inversiones alemanas en América latina después de México y Brasil y el interés ahora está en las energías renovables, el gas licuado, el cobre, el litio, es decir, todo aquello ligado a la transición energética.

“Alemania, que tiene a grandes empresas como BMW que ya importan litio de Arcadium Litium, quiere poner un pie fuerte en el procesamiento de este mineral clave y hay varios proyectos. La Argentina podría tener nuevas cadenas de valor. Hay muchos proyectos, hay 40.000 millones de dólares en ‘pipeline’ de proyectos para los próximos diez años y por eso es muy importante el conocimiento de dos líderes que quieren trabajar juntos”, explicó a LA NACION una fuente. “Es un puntapié inicial para una nueva etapa, para trabajar en las inserción en nuevas cadenas de valor, con más comercio y más sofisticado”, agregó.

Más allá de que Scholz no pasa por su mejor momento, recibió un revés en las elecciones europeas del 9 de junio pasado, cuando el SPD, su partido socialdemócrata, quedó tercero, detrás de la ultraderecha de Afd, en Alemania saben que Milei llega “haciendo sus deberes”, con la aprobación en el Senado de la Ley Bases y con buenas expectativas de que pase lo mismo en Diputados.

BERLIN. – En una Berlín marcada por tranquilidad dominical, sol, 20 grados y en medio de otra pequeña pero ruidosa protesta frente a la Cancillería Federal, el presidente Javier Milei fue recibido hoy por el canciller socialdemócrata alemán Olaf Scholz, con una agenda sustantiva entre países con clara convergencia de política exterior y clara complementariedad económica.

En lo que se consideró el puntapié inicial de una nueva etapa, fue su segunda cita con un mandatario europeo -esta vez de Alemania, la primera economía del bloque-, después de haber estado con la primera ministra italiana, Giorgia Meloni, en febrero pasado.

Mieli, de 53 años y Scholz, de 66, en verdad ya se habían cruzado en la reunión del G7 del fin de semana pasado en Apulia. Pero allí prefirieron no tener bilateral, ya que durante esos foros suelen ser más bien reuniones veloces, casi de pasillo, según dijeron fuentes informadas a LA NACION, sino que se priorizó una reunión con más sustancia y contenido aquí, en la capital. “Lo ideal es que venga, queremos verlo acá”, insistieron desde el lado alemán que, no por nada, abrió las puertas de la Cancillería Federal un domingo, algo no menor.

Si bien al principio se preveía una bilateral más institucional, con reunión privada y conferencia de prensa conjunta, esto fue cambiado a pedido argentino, algo que causó cierta perplejidad entre los alemanes. Así, la reunión fue degradada a una bilateral ampliada a las delegaciones: es decir, sin momento privado entre los dos mandatarios, sino una reunión en la que, además de Milei, también participaron su hermana, Karina, secretaria general de la presidencia, la canciller, Diana Mondino, el diputado de Pro y titular de la Comisión de Relaciones Exteriores de Diputados, Fernando Iglesias y el embajador argentino en Alemania, Fernando Brun.

@JMilei ya se encuentra reunido con el canciller alemán Olaf Scholz y este es el clima afuera #Berlin pic.twitter.com/b2TNGXoNGJ

— Elisabetta Piqué (@bettapique) June 23, 2024

Después de haber recibido ayer en Hamburgo un premio de una Asociación ultraliberal, en la que pronunció un discurso de una hora durante el que fue aplaudido y ovacionado al grito de “¡libertad!”, Milei llegó a la Kanzleramt, la Cancillería Federal, a las 12 locales en una caravana de autos negros escoltados por agentes en moto y tuvo un momento incómodo. Entonces, del otro lado de la reja del moderno edificio con vista a la cúpula vidriada del Bundestag, un grupo parecido al de ayer en Hamburgo, con decenas de personas con pancartas que decían “Argentina no se vende”, tambores, cacerolas y banderas rojas empezaron a entonar un típico canto de izquierda y de las madres de Plaza de Mayo: “Olé olé olá ola, como a los nazis les va a pasar adónde vayan los iremos a buscar”. Con sonrisa forzada, pero escuchando el ruido de la protesta, entonces Milei saludó a Scholz, evidentemente descolocado.  Ese momento pudo ser captado por fotógrafos y periodistas acreditados, entre los cuales, La Nación, desde un corralito levantado frente a la entrada del edificio, donde se veían las banderas de los dos países, más la de la Unión Europea y lo esperaban guardias de honor y una alfombra roja.

¿Es normal que haya protestas como estas? Preguntó esta enviada a un colega: “Se dan solo cuando vienen dictadores, si viene el presidente de Luxemburgo, no pasa nada”, contestó.

Violeta González, argentina que participó de la protesta enfundada en una bandera y con mate en mano, contó a LA NACION que los diversos grupos presentes, del Bloque latino, Hijos y otros colectivos, desde hace tiempo que se prepararon en asambleas anti-Milei. “Cuando vino Alberto hace cuatro años fue muy distinto, fuimos a la embajada y él vino a saludarnos”, dijo González, productora cultural que viven en Berlín desde hace cinco años.

Scholz, que estuvo en Buenos Aires en enero de 2023, cuando también visitó Santiago de Chile y Brasilia, que esperaba a su huésped en la puerta de la Cancillería, observó la protesta con rostro impasible.

Scholz había llamado por teléfono a Milei el 8 de enero pasado para decirle que quería entablar una relación directa con él. La victoria de Milei, un outsider, aquí llamado “el hombre de la motosierra” y tildado por algunos medios como “un huésped imprevisible” o un “showman”, en efecto, generó enorme interés y grandes titulares.

Más allá de las medidas económicos de shock y ajuste brutal, en Alemania quedaron sorprendidos por las posiciones de política exterior adoptadas por el presidente argentino, entre las cuales, la salida de los BRICS -el foro que reúne Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica-, la ratificación de un acuerdo entre el Mercosur y la Unión Europea y el apoyo irrestricto a Israel después de 7-10 y a Ucrania en su guerra de agresión iniciada por el presidente ruso, Vladimir Putin, en febrero de 2022. Se trata de posiciones totalmente en línea con la política exterior alemana.

Alemania, por otro lado, en el marco del nuevo reacomodamiento provocado por la guerra en Ucrania y las restricciones al acceso de energía y minerales críticos, ha puesto un nuevo foco sobre la Argentina. Allí ya operan más de cien empresas alemanas con un stock de inversiones de 4250 millones de dólares. Argentina es el tercer país con más inversiones alemanas en América latina después de México y Brasil y el interés ahora está en las energías renovables, el gas licuado, el cobre, el litio, es decir, todo aquello ligado a la transición energética.

“Alemania, que tiene a grandes empresas como BMW que ya importan litio de Arcadium Litium, quiere poner un pie fuerte en el procesamiento de este mineral clave y hay varios proyectos. La Argentina podría tener nuevas cadenas de valor. Hay muchos proyectos, hay 40.000 millones de dólares en ‘pipeline’ de proyectos para los próximos diez años y por eso es muy importante el conocimiento de dos líderes que quieren trabajar juntos”, explicó a LA NACION una fuente. “Es un puntapié inicial para una nueva etapa, para trabajar en las inserción en nuevas cadenas de valor, con más comercio y más sofisticado”, agregó.

Más allá de que Scholz no pasa por su mejor momento, recibió un revés en las elecciones europeas del 9 de junio pasado, cuando el SPD, su partido socialdemócrata, quedó tercero, detrás de la ultraderecha de Afd, en Alemania saben que Milei llega “haciendo sus deberes”, con la aprobación en el Senado de la Ley Bases y con buenas expectativas de que pase lo mismo en Diputados.

 En lo que se consideró el puntapié inicial de una nueva etapa, fue su segunda cita con un mandatario europeo -esta vez de Alemania, la primera economía del bloque-, después de haber estado con la primera ministra italiana, Giorgia Meloni, en febrero pasado.  LA NACION

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