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Qué se sabe del levantamiento militar en Bolivia y qué busca el jefe militar que lo lidera

Bolivia vive un día de alta tensión, después de un levantamiento militar que el gobierno califica como un intento de golpe de Estado. Esto es lo que se sabe:

¿Qué pasó?

Con tropas de infantería y carros blindados, unidades del Ejército se movilizaron sorpresivamente en la Plaza Murillo, corazón de La Paz, y entraron con una tanqueta en el Palacio del Quemado, sede presidencial, a las 15, hora local. Inmediatamente el presidente Luis Arce denunció la “movilización irregular” de las tropas, al tiempo que el expresidente Evo Morales –ex aliado y hoy enemigo jurado del actual mandatario- advirtió que se estaba gestando un golpe de Estado. Ambos convocaron a los bolivianos a movilizarse para devolver la calma a las calles del país.

La tensión creció con los minutos a medida que la Plaza Murillo se llenaba de efectivos militares. Y llegó a su mayor punto cuando el recién destituido jefe del Ejército, Juan José Zúñiga, se enfrentó directamente, en un cara a cara, con Arce. “Acate mi orden capitán y vuelva al cuartel inmediatamente”, le dijo el presidente, a lo que Zúñiga se negó.

Arce y Zuñiga – Bolivia

¿Quiénes son y qué buscan los militares levantados?

La cara visible del levantamiento militar es el jefe del Ejército, Juan José Zúñiga, que esta semana había amenazado con detener a Evo Morales si se presentaba nuevamente como candidato a la presidencia, en 2025. El exmandatario gobernó Bolivia durante tres períodos y la Constitución le prohibiría acceder a uno más. Las declaraciones de Zúñiga crearon un gigantesco revuelo en el país y el Gobierno lo clasificó de “destituyente”.

El objetivo declarado de Zúñiga es “restablecer la democracia” y liberar a los “presos políticos”, según dijo hace unos minutos.

Tanque irrumpe en Bolivia

“El pedido de las unidades militares es que pronto liberemos a todos los presos políticos, desde [Luis Fernando] Camacho hasta [Jeanine] Áñez, los generales, capitanes, ese es el pedido. Queremos restablecer la democracia. Al ejército no le falta cojones para velar por el bienestar y el progreso de nuestro pueblo. Basta de que algunos se apropien de este país. Todas las unidades del país está acuarteladas”, dijo.

Áñez asumió la presidencia a fines de 2019, cuando Evo fue desplazado en medio de un levantamiento por las fuerzas armadas, acusado de haber cometido fraude en las elecciones presidenciales. Un poco más de un año después, tras el triunfo de Arce en los comicios, Áñez fue detenida y, en 2022, fue condenada a diez años de prisión por “delitos contra la Constitución” e “incumplimientos de deberes”. Camacho, por su lado, era el jefe de la oposición y gobernador de Santa Cruz de la Sierra, capital económica de Bolivia, y fue detenido detenido a fines de 2022.

¿Cómo sigue la tensión? ¿Cuáles son los escenarios?

Por ahora, Zúñiga se niega a replegarse pese a los insistentes llamados no solo del Arce y sus funcionarios sino también del resto de las fuerzas políticas bolivianas, incluida la ex presidenta Yanine Áñez, cercana a las fuerzas armadas, que reclamó el respeto total de la democracia, desde la prisión. Por su lado la poderosa Central Obrera Boliviana convocó a una huelga indefinida en respaldo del Presidente y del orden constitucional.

La certeza de que un levantamiento estaba en marcha llevó, además, a la OEA y presidentes de la mayoría de países de la región a hacer un llamado urgente a la calma.

Ante el aislamiento interno y externo de las tropas rebeldes, la duda clave a estas horas es cuántas unidades más o qué ramas de las fuerzas armadas apoyan a Zúñiga. El avance del alzamiento dependerá de ese eventual respaldo.

Bolivia vive un día de alta tensión, después de un levantamiento militar que el gobierno califica como un intento de golpe de Estado. Esto es lo que se sabe:

¿Qué pasó?

Con tropas de infantería y carros blindados, unidades del Ejército se movilizaron sorpresivamente en la Plaza Murillo, corazón de La Paz, y entraron con una tanqueta en el Palacio del Quemado, sede presidencial, a las 15, hora local. Inmediatamente el presidente Luis Arce denunció la “movilización irregular” de las tropas, al tiempo que el expresidente Evo Morales –ex aliado y hoy enemigo jurado del actual mandatario- advirtió que se estaba gestando un golpe de Estado. Ambos convocaron a los bolivianos a movilizarse para devolver la calma a las calles del país.

La tensión creció con los minutos a medida que la Plaza Murillo se llenaba de efectivos militares. Y llegó a su mayor punto cuando el recién destituido jefe del Ejército, Juan José Zúñiga, se enfrentó directamente, en un cara a cara, con Arce. “Acate mi orden capitán y vuelva al cuartel inmediatamente”, le dijo el presidente, a lo que Zúñiga se negó.

Arce y Zuñiga – Bolivia

¿Quiénes son y qué buscan los militares levantados?

La cara visible del levantamiento militar es el jefe del Ejército, Juan José Zúñiga, que esta semana había amenazado con detener a Evo Morales si se presentaba nuevamente como candidato a la presidencia, en 2025. El exmandatario gobernó Bolivia durante tres períodos y la Constitución le prohibiría acceder a uno más. Las declaraciones de Zúñiga crearon un gigantesco revuelo en el país y el Gobierno lo clasificó de “destituyente”.

El objetivo declarado de Zúñiga es “restablecer la democracia” y liberar a los “presos políticos”, según dijo hace unos minutos.

Tanque irrumpe en Bolivia

“El pedido de las unidades militares es que pronto liberemos a todos los presos políticos, desde [Luis Fernando] Camacho hasta [Jeanine] Áñez, los generales, capitanes, ese es el pedido. Queremos restablecer la democracia. Al ejército no le falta cojones para velar por el bienestar y el progreso de nuestro pueblo. Basta de que algunos se apropien de este país. Todas las unidades del país está acuarteladas”, dijo.

Áñez asumió la presidencia a fines de 2019, cuando Evo fue desplazado en medio de un levantamiento por las fuerzas armadas, acusado de haber cometido fraude en las elecciones presidenciales. Un poco más de un año después, tras el triunfo de Arce en los comicios, Áñez fue detenida y, en 2022, fue condenada a diez años de prisión por “delitos contra la Constitución” e “incumplimientos de deberes”. Camacho, por su lado, era el jefe de la oposición y gobernador de Santa Cruz de la Sierra, capital económica de Bolivia, y fue detenido detenido a fines de 2022.

¿Cómo sigue la tensión? ¿Cuáles son los escenarios?

Por ahora, Zúñiga se niega a replegarse pese a los insistentes llamados no solo del Arce y sus funcionarios sino también del resto de las fuerzas políticas bolivianas, incluida la ex presidenta Yanine Áñez, cercana a las fuerzas armadas, que reclamó el respeto total de la democracia, desde la prisión. Por su lado la poderosa Central Obrera Boliviana convocó a una huelga indefinida en respaldo del Presidente y del orden constitucional.

La certeza de que un levantamiento estaba en marcha llevó, además, a la OEA y presidentes de la mayoría de países de la región a hacer un llamado urgente a la calma.

Ante el aislamiento interno y externo de las tropas rebeldes, la duda clave a estas horas es cuántas unidades más o qué ramas de las fuerzas armadas apoyan a Zúñiga. El avance del alzamiento dependerá de ese eventual respaldo.

 Tropas tomaron hoy la Plaza Murillo, corazón del poder en La Paz  LA NACION

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