Milei habló del reclamo de disculpas de Lula y lo describió como un “zurdito” con el “ego inflado”
Lejos de bajarle el tono a la polémica que volvió a desatarse con Brasil luego de que el presidente de aquel país, Luiz Inácio “Lula” da Silva, le exigiera disculpas como condición para poder iniciar conversaciones, Javier Milei redobló la apuesta este viernes. El mandatario argentino aseguró que no piensa retractarse porque las cosas que dijo de su par -que era “comunista y corrupto”- según él son dos verdades. Asimismo tildó al líder del Partido de los Trabajadores (PT) como un “zurdito con el ego inflado” y le achacó haber actuado en la campaña electoral en favor del candidato de Unión por la Patria (UP), el entonces ministro de Economía, Sergio Massa.
El reclamose desató cuando el miércoles, en una entrevista con el sitio web UOL, Lula contó que aún no había hablado con Milei porque consideraba que el presidente argentino debía disculparse con él y con Brasil. “No hablé con el presidente de la Argentina porque creo que tiene que pedir disculpas a Brasil y a mí. Dijo muchas tonterías. Solo quiero que se disculpe. La Argentina es un país que me gusta mucho, es un país muy importante para Brasil, Brasil es muy importante para la Argentina; y no es un presidente el que va a crear una grieta entre Brasil y la Argentina. El pueblo argentino y el brasileño son más grandes que los presidentes. Si el presidente de la Argentina gobierna la Argentina, ya está bien, que no intente gobernar el mundo”, enfatizó el mandatario extranjero.
En este marco este viernes el líder libertario consideró que esto fue una “discusión tan chiquita” que le parece de “preadolescentes”. Asimismo, comparó a Lula con otros dirigentes mundiales con los cuales ya tuvo fricciones. “Es el mismo mecanismo de [Gustavo] Petro, de [Pedro] Sánchez. ¿No te creés que Petro y Lula no hicieron cosas similares? En el caso de Lula, metiéndose en nuestra campaña electoral”, sostuvo en relación con el respaldo que le dio a Massa, cuando ambos competían en el balotaje.
Y sin intentos de retractarse indicó: “Las cosas que yo dije encima son ciertas. ¿Cuáles son los problemas, que le dije corrupto? ¿Acaso no fue preso por corrupto? ¿Qué le dije comunista? ¿Acaso no es comunista? ¿Desde cuándo hay que pedir perdón por decir la verdad? ¿O estamos tan enfermos de corrección política que a la izquierda no se le puede decir nada aún cuando sea verdad?”.
Lula tuvo una condena por corrupción, en el marco del Lava Jato, que lo llevó a estar preso 580 días, motivo por el que no pudo presentarse en las presidenciales de 2018. Sin embargo, en 2019, el Supremo Tribunal Federal de Brasil (STF) dio marcha atrás con la decisión porque consideró que no se cumplió con el debido proceso y el referente del PT quedó libre.
Mientras, Milei siguió con las referencias a la elección del año pasado en la Argentina y aseguró que Massa le hizo una “campaña negativa impulsada desde Brasil”, debido a que asesores de ese país llegaron en su momento a colaborar con la carrera a la Casa Rosada del extitular del Palacio de Hacienda. “¿Eso no fue agresivo? ¿Quién era la contraparte? ¿Me van a pedir disculpas por las mentiras que dijeron? ¿Los que mintieron exigen que se les pida perdón porque uno les dijo la verdad? Vamos”, se quejó el Presidente y fue ahí cuando sentenció: “Hay que ponerse por encima de estas nimiedades porque son más importantes los intereses de los argentinos y los brasileños que el ego inflamado de algún zurdito”.
Totalmente diferente fue la referencia que hizo el jefe de Estado sobre el papa Francisco, ya que volvió a mostrarse arrepentido por haberle dicho que era el “representante del maligno” en la Tierra.
“Por más que tuviéramos una visión distinta e interpretaciones distintas de las sagradas escrituras, no ameritaban los calificativos que utilicé, porque me equivoqué. Le estaba diciendo algo por pensar distinto. Él no tiene por qué comprar mi argumento de Samuel 8, de San Lucas. Creo que tiene que ver con su perspectiva de un jesuita, pero en el momento caí en la trampa de creer que era una cuestión de índole porque es peronista. Fue mi error, por eso contesté como contesté. Y cuando me fui desasnando sobre temas vinculados a la sagradas escrituras… no lo pongo en lo político, tiene que ver con su lectura. Hay cosas que comparto y cosas que no. Es la interpretación de él, ¿quién dijo que la mía es la correcta?”, afirmó después de que las diferencias fueran zanjadas y de haberse reunido ambos en una audiencia privada en El Vaticano.
Lejos de bajarle el tono a la polémica que volvió a desatarse con Brasil luego de que el presidente de aquel país, Luiz Inácio “Lula” da Silva, le exigiera disculpas como condición para poder iniciar conversaciones, Javier Milei redobló la apuesta este viernes. El mandatario argentino aseguró que no piensa retractarse porque las cosas que dijo de su par -que era “comunista y corrupto”- según él son dos verdades. Asimismo tildó al líder del Partido de los Trabajadores (PT) como un “zurdito con el ego inflado” y le achacó haber actuado en la campaña electoral en favor del candidato de Unión por la Patria (UP), el entonces ministro de Economía, Sergio Massa.
El reclamose desató cuando el miércoles, en una entrevista con el sitio web UOL, Lula contó que aún no había hablado con Milei porque consideraba que el presidente argentino debía disculparse con él y con Brasil. “No hablé con el presidente de la Argentina porque creo que tiene que pedir disculpas a Brasil y a mí. Dijo muchas tonterías. Solo quiero que se disculpe. La Argentina es un país que me gusta mucho, es un país muy importante para Brasil, Brasil es muy importante para la Argentina; y no es un presidente el que va a crear una grieta entre Brasil y la Argentina. El pueblo argentino y el brasileño son más grandes que los presidentes. Si el presidente de la Argentina gobierna la Argentina, ya está bien, que no intente gobernar el mundo”, enfatizó el mandatario extranjero.
En este marco este viernes el líder libertario consideró que esto fue una “discusión tan chiquita” que le parece de “preadolescentes”. Asimismo, comparó a Lula con otros dirigentes mundiales con los cuales ya tuvo fricciones. “Es el mismo mecanismo de [Gustavo] Petro, de [Pedro] Sánchez. ¿No te creés que Petro y Lula no hicieron cosas similares? En el caso de Lula, metiéndose en nuestra campaña electoral”, sostuvo en relación con el respaldo que le dio a Massa, cuando ambos competían en el balotaje.
Y sin intentos de retractarse indicó: “Las cosas que yo dije encima son ciertas. ¿Cuáles son los problemas, que le dije corrupto? ¿Acaso no fue preso por corrupto? ¿Qué le dije comunista? ¿Acaso no es comunista? ¿Desde cuándo hay que pedir perdón por decir la verdad? ¿O estamos tan enfermos de corrección política que a la izquierda no se le puede decir nada aún cuando sea verdad?”.
Lula tuvo una condena por corrupción, en el marco del Lava Jato, que lo llevó a estar preso 580 días, motivo por el que no pudo presentarse en las presidenciales de 2018. Sin embargo, en 2019, el Supremo Tribunal Federal de Brasil (STF) dio marcha atrás con la decisión porque consideró que no se cumplió con el debido proceso y el referente del PT quedó libre.
Mientras, Milei siguió con las referencias a la elección del año pasado en la Argentina y aseguró que Massa le hizo una “campaña negativa impulsada desde Brasil”, debido a que asesores de ese país llegaron en su momento a colaborar con la carrera a la Casa Rosada del extitular del Palacio de Hacienda. “¿Eso no fue agresivo? ¿Quién era la contraparte? ¿Me van a pedir disculpas por las mentiras que dijeron? ¿Los que mintieron exigen que se les pida perdón porque uno les dijo la verdad? Vamos”, se quejó el Presidente y fue ahí cuando sentenció: “Hay que ponerse por encima de estas nimiedades porque son más importantes los intereses de los argentinos y los brasileños que el ego inflamado de algún zurdito”.
Totalmente diferente fue la referencia que hizo el jefe de Estado sobre el papa Francisco, ya que volvió a mostrarse arrepentido por haberle dicho que era el “representante del maligno” en la Tierra.
“Por más que tuviéramos una visión distinta e interpretaciones distintas de las sagradas escrituras, no ameritaban los calificativos que utilicé, porque me equivoqué. Le estaba diciendo algo por pensar distinto. Él no tiene por qué comprar mi argumento de Samuel 8, de San Lucas. Creo que tiene que ver con su perspectiva de un jesuita, pero en el momento caí en la trampa de creer que era una cuestión de índole porque es peronista. Fue mi error, por eso contesté como contesté. Y cuando me fui desasnando sobre temas vinculados a la sagradas escrituras… no lo pongo en lo político, tiene que ver con su lectura. Hay cosas que comparto y cosas que no. Es la interpretación de él, ¿quién dijo que la mía es la correcta?”, afirmó después de que las diferencias fueran zanjadas y de haberse reunido ambos en una audiencia privada en El Vaticano.
El Presidente cargó contra su par brasileño y ratificó sus dichos de que es “corrupto y comunista”; también le achacó haberse inmiscuido en la campaña electoral argentina del año pasado LA NACION