La Copa América ingresa en la recta final: lo que dejó la fase de grupos
HOUSTON.- Una Copa América dispersa, en la que unos están a miles de kilómetros del otro. A lo largo del enorme territorio estadounidense, países dentro de un mismo país, se desarrolla este certamen que queda chiquito en la inmensidad; el ciudadano común ni se entera de la pasión que genera en millones lo que ocurre en los estadios. Así transcurre mayormente el torneo continental, que ha decantado con mucho de lógica y poco de sorpresa en los playoffs que se vienen.
La primera foto es la de una Argentina candidata y que ganó el Grupo A de punta a punta, al igual que Uruguay, notablemente superior a sus competidores del C. Se sabía que entre Colombia y Brasil se disputarían el Grupo D, pero no que los dirigidos por Néstor Lorenzo ofrecerían una imagen tan sólida y los de Dorival mostrarían tan poco brillo.
El Grupo B fue el de mayor competitividad, con una Venezuela que se transformó en la revelación de la primera parte; por el contrario, México constituyó la decepción, en una pronunciada caída libre que viene teniendo desde el Mundial de Qatar 2022. En el medio, el duro y disciplinado Ecuador, sin desarrollar grandes actuaciones, consiguió filtrarse en los playoffs.
Quedó también la certeza de que los equipos de la Concacaf están muy por debajo en nivel. Panamá le ganó la pulseada a Estados Unidos, sorprendentemente fuera del certamen en su propia casa. En tanto que Canadá, el más serio de los equipos del Hemisferio Norte, se impuso ante un Chile que llegaba con mejores expectativas. Justamente en el grupo de Argentina se dio una circunstancia que pinta perfectamente la chatura de esta primera fase: entre los otros tres equipos (Canadá, Chile y Perú) marcaron ¡un solo gol!
Dibu Martínez fue el único arquero que resistió imbatido los tres encuentros iniciales. Ningún otro equipo tuvo valla en cero. Uruguay, en tanto, fue el equipo que mostró mayor voracidad ofensiva: convirtió 9 goles. Claro que en su grupo estuvo el peor de todos, Bolivia, que se vuelve a casa con un gol a favor y 10 en contra.
La otra selección golpeada fue Paraguay, que a estas horas medita sobre la continuidad de Daniel Garnero como director técnico. El conjunto guaraní, que sabía que la tenía muy difícil con Colombia y Brasil en el grupo, ni siquiera pudo rescatar un punto ante Costa Rica. Los ticos, por su parte, dirigidos por Gustavo Alfaro, se quedaron con una buena sensación luego del empate ante Brasil y el triunfo contra los paraguayos, pero no les alcanzó para pasar de ronda.
De Jamaica no se esperaba demasiado, sobre todo a partir de la defección de su principal figura, Leon Bailey, y no sumó unidades, en tanto que Perú confirmó su posición en la tabla de las eliminatorias (marcha último) y se fue con apenas un punto y sin goles a favor.
En cuanto a las figuras, Vinicius todavía no apareció en la dimensión que se esperaba. Por el contrario, Colombia mostró una versión completa de James Rodríguez, capitán y corazón de un equipo que seriamente piensa en ganar el título, y recuperado por Néstor Lorenzo cuando arreciaban las críticas por su convocatoria.
Uruguay muestra espíritu de cuerpo y no depende solo del poder goleador de Darwin Núñez, que así y todo marcó en dos de los tres partidos. Lo mismo ocurre con Venezuela, dirigida por el argentino Fernando Batista, que tiene a Salomón Rondón como su guía: el exdelantero de River anotó en dos encuentros.
Se anotaron 53 goles en 24 partidos, lo que da un promedio aceptable, de poco más de 2 por partido. Sin embargo, ha sido desparejo. En el Grupo A hubo apenas 6 goles en los 6 encuentros.
Para el debe de la Copa, más allá del estado de algunos campos de juego por la instalación de césped natural sobre el artificial, está el de los arbitrajes, bastante cuestionados a lo largo de estas tres jornadas. Las quejas se fueron acumulando y varias resoluciones (o no intervenciones) del VAR generaron airadas quejas. Chile lo hizo de modo institucional, con una carta a la Comisión de Arbitrajes, por sentirse perjudicada en dos partidos, contra Argentina y contra Canadá. El resto fueron palabras de enojo en las conferencias de prensa. Por ejemplo, tras el empate entre Colombia y Brasil, ambos entrenadores manifestaron su descontento con la labor del referí.
Ya tamizada una primera fase con poco de atractivos, se espera que en estos cuartos de final suba el nivel de la competición y el tenor de los partidos. Se sabe que en los mano a mano todo puede pasar y que acaso haya lugar para alguna sorpresa. Para una Copa América todavía fría, a contramano del infernal calor que se vive en suelo estadounidense.
HOUSTON.- Una Copa América dispersa, en la que unos están a miles de kilómetros del otro. A lo largo del enorme territorio estadounidense, países dentro de un mismo país, se desarrolla este certamen que queda chiquito en la inmensidad; el ciudadano común ni se entera de la pasión que genera en millones lo que ocurre en los estadios. Así transcurre mayormente el torneo continental, que ha decantado con mucho de lógica y poco de sorpresa en los playoffs que se vienen.
La primera foto es la de una Argentina candidata y que ganó el Grupo A de punta a punta, al igual que Uruguay, notablemente superior a sus competidores del C. Se sabía que entre Colombia y Brasil se disputarían el Grupo D, pero no que los dirigidos por Néstor Lorenzo ofrecerían una imagen tan sólida y los de Dorival mostrarían tan poco brillo.
El Grupo B fue el de mayor competitividad, con una Venezuela que se transformó en la revelación de la primera parte; por el contrario, México constituyó la decepción, en una pronunciada caída libre que viene teniendo desde el Mundial de Qatar 2022. En el medio, el duro y disciplinado Ecuador, sin desarrollar grandes actuaciones, consiguió filtrarse en los playoffs.
Quedó también la certeza de que los equipos de la Concacaf están muy por debajo en nivel. Panamá le ganó la pulseada a Estados Unidos, sorprendentemente fuera del certamen en su propia casa. En tanto que Canadá, el más serio de los equipos del Hemisferio Norte, se impuso ante un Chile que llegaba con mejores expectativas. Justamente en el grupo de Argentina se dio una circunstancia que pinta perfectamente la chatura de esta primera fase: entre los otros tres equipos (Canadá, Chile y Perú) marcaron ¡un solo gol!
Dibu Martínez fue el único arquero que resistió imbatido los tres encuentros iniciales. Ningún otro equipo tuvo valla en cero. Uruguay, en tanto, fue el equipo que mostró mayor voracidad ofensiva: convirtió 9 goles. Claro que en su grupo estuvo el peor de todos, Bolivia, que se vuelve a casa con un gol a favor y 10 en contra.
La otra selección golpeada fue Paraguay, que a estas horas medita sobre la continuidad de Daniel Garnero como director técnico. El conjunto guaraní, que sabía que la tenía muy difícil con Colombia y Brasil en el grupo, ni siquiera pudo rescatar un punto ante Costa Rica. Los ticos, por su parte, dirigidos por Gustavo Alfaro, se quedaron con una buena sensación luego del empate ante Brasil y el triunfo contra los paraguayos, pero no les alcanzó para pasar de ronda.
De Jamaica no se esperaba demasiado, sobre todo a partir de la defección de su principal figura, Leon Bailey, y no sumó unidades, en tanto que Perú confirmó su posición en la tabla de las eliminatorias (marcha último) y se fue con apenas un punto y sin goles a favor.
En cuanto a las figuras, Vinicius todavía no apareció en la dimensión que se esperaba. Por el contrario, Colombia mostró una versión completa de James Rodríguez, capitán y corazón de un equipo que seriamente piensa en ganar el título, y recuperado por Néstor Lorenzo cuando arreciaban las críticas por su convocatoria.
Uruguay muestra espíritu de cuerpo y no depende solo del poder goleador de Darwin Núñez, que así y todo marcó en dos de los tres partidos. Lo mismo ocurre con Venezuela, dirigida por el argentino Fernando Batista, que tiene a Salomón Rondón como su guía: el exdelantero de River anotó en dos encuentros.
Se anotaron 53 goles en 24 partidos, lo que da un promedio aceptable, de poco más de 2 por partido. Sin embargo, ha sido desparejo. En el Grupo A hubo apenas 6 goles en los 6 encuentros.
Para el debe de la Copa, más allá del estado de algunos campos de juego por la instalación de césped natural sobre el artificial, está el de los arbitrajes, bastante cuestionados a lo largo de estas tres jornadas. Las quejas se fueron acumulando y varias resoluciones (o no intervenciones) del VAR generaron airadas quejas. Chile lo hizo de modo institucional, con una carta a la Comisión de Arbitrajes, por sentirse perjudicada en dos partidos, contra Argentina y contra Canadá. El resto fueron palabras de enojo en las conferencias de prensa. Por ejemplo, tras el empate entre Colombia y Brasil, ambos entrenadores manifestaron su descontento con la labor del referí.
Ya tamizada una primera fase con poco de atractivos, se espera que en estos cuartos de final suba el nivel de la competición y el tenor de los partidos. Se sabe que en los mano a mano todo puede pasar y que acaso haya lugar para alguna sorpresa. Para una Copa América todavía fría, a contramano del infernal calor que se vive en suelo estadounidense.
Más allá de Argentina, el torneo todavía no levantó vuelo; Venezuela fue la revelación, Colombia y Uruguay se muestran sólidas y Brasil, todavía en el debe LA NACION