Patricia Bullrich descartó romper el bloque de Pro en Diputados: “Ni loca me voy, nos quedamos”
Después de que Mauricio Macri la marginara de la conducción de la Asamblea Partidaria, Patricia Bullrich, ministra de Seguridad de Javier Milei, descartó hoy que sus diputados rompan el bloque de Pro que conduce Cristian Ritondo. “Ni loca; nos quedamos”, dijo Bullrich a LA NACION, mientras abandonaba la confitería Pertutti, en la esquina de Corrientes y Anchorena, donde se reunió con sus leales tras la tumultuosa convención del partido que fundó Macri.
La funcionaria no asistió a la cumbre, pero se acercó a metros del Abasto Hotel, donde el macrismo reunió la mayoría de los votos de los asambleístas para correr a Bullrich y rechazar una eventual fusión con La Libertad Avanza. En el entrepiso del bar, Bullrich agradeció a los dirigentes que la respaldaron en el cónclave de Pro. Ensayó una arenga y advirtió que armará una corriente dentro del partido amarillo que apoye al Gobierno sin condicionamientos. “Un cargo no nos cambia nada”, afirmó. La escuchaban Damián Arabia, Pablo Walter, Juan Pablo Allan, Laura Rodríguez Machado y Silvana Giudici o Patricia Vásquez, entre otros fieles.
Los bullrichistas aseguran que no prevén abandonar el bloque pese a que Macri optó por romper el acuerdo que habían sellado en marzo para evitar una interna en la renovación de autoridades. Argumentan que los 37 diputados de Pro votaran sin fisuras a favor de las reformas de Milei en el Congreso. “Si nos vamos, los expulsamos a la oposición”, señalan.
Bullrich dejó en claro que ratifica su decisión de acompañar a Milei. Considera que es el reclamo de la base electoral de Pro y que Macri presiona por tener mayor influencia en el rumbo de la gestión.
Apenas puso un pie en la vereda, Bullrich encaró a las cámaras de televisión. Sus asesores dijeron que no quería hablar. Es que en el entorno de la ministra temen que pague un costo político dada la conmoción que genera en la opinión pública la desaparición de Loan Peña. Sin embargo, Bullrich intentó responder las preguntas de los periodistas. De inmediato, debió suspender la conferencia ya que un grupo de personas, que tenía pecheras del gremio Sivara, la insultó. Los seguidores de Bullrich salieron a defenderla. Raudamente la ministra se subió a la camioneta oficial y se retiró.
Minutos antes de que Bullrich irrumpiera en la escena, los representantes de la ministra de Seguridad habían abandonado la reunión de la Asamblea Partidaria entre gritos y reproches frente a la actitud de los delegados del macrismo, que decidieron proponer a Martín Yeza como nuevo titular de la convención. Bullrich y los suyos arguyen que Macri incumplió su palabra de dejarle ese puesto a su expupila electoral. Por esa razón, salieron a chocar con los feligreses del fundador de Pro apenas comenzó el cónclave en el barrio de Balvanera. El larretista Claudio Romero puso en funcionamiento al órgano y le cedió la palabra a Nidia Moirano, presidenta provisoria de la Asamblea y ladera de Bullrich. Para sorpresa de los macristas, Moirano pidió que se formalice el acuerdo que se hizo en marzo para que la ministra de Milei quede a cargo de la convención. Nadie previó esa jugada.
Gritos y reclamos cruzados en la asamblea de Pro
Los macristas salieron al unísono a presionar para apurar la votación. “¡Que se vote!”, gritaron. En ese momento, los laderos de la ministra pidieron la palabra y denunciaron irregularidades en la convocatoria. Sostuvieron que sus adversarios habían apelado a las “viejas prácticas” de la política para garantizarse la presencia de los asambleístas que viven en el interior del país. Sugirieron que se usaron fondos de los distritos donde gobierna Pro para organizar la logística o costear pasajes de avión y estadías en hoteles.
“Lo más importante es la palabra, hay que cumplirla. No se comporten como niños en una asamblea universitaria”, les enrostró la diputada Silvana Giudici, una de las colaboradoras de Bullrich. Los macristas consideran que Bullrich representa a una porción minoritaria del partido.
Los larretistas también plantaron bandera en medio de la guerra abierta entre Bullrich y Macri. Fue la senadora nacional Guadalupe Tagliaferri, cercana a Horacio Rodríguez Larreta, abandonó el lugar con críticas a los dos bandos que se enfrentan. Dejó una nota en la que explicó su decisión de abstenerse.
“No cuenten conmigo para olvidarme de nuestros principios, para andar por la vida política repleta de contradicciones. Yo estoy en el mismo lugar que siempre estuvimos. Es por eso que frente a estas dos opciones de fusionamos o en alianza, mi postura es la abstención”, señaló. Larreta decidió no entorpecer la renovación autoridades, pero no apoyó la movida. Sin embargo, hubo asambleístas cercanos a su grupo que votaron a favor de Yeza.
El exintendente de Pinamar prometió que Pro se mantendrá en la línea del “cambio” y apoyará reformas estructurales en el país o las medidas para desregular la economía y el Estado. Frente a las cámaras, defendió con firmeza la postura del macrismo de preservar la identidad y prometió trabajar para mostrar una versión más audaz del partido. Antes de volver a ingresar al hotel, Yeza apeló al humor para describir una jornada tensa para Pro por la batalla entre Macri y Bullrich. Recordó la reñida elección en Pinamar en 2023, cuando su delfín en el distrito quedó al borde de perder la pulseada con el kirchnerismo. “Peor que esto es ganar la elección por un voto”, soltó, entre risas.
Después de que Mauricio Macri la marginara de la conducción de la Asamblea Partidaria, Patricia Bullrich, ministra de Seguridad de Javier Milei, descartó hoy que sus diputados rompan el bloque de Pro que conduce Cristian Ritondo. “Ni loca; nos quedamos”, dijo Bullrich a LA NACION, mientras abandonaba la confitería Pertutti, en la esquina de Corrientes y Anchorena, donde se reunió con sus leales tras la tumultuosa convención del partido que fundó Macri.
La funcionaria no asistió a la cumbre, pero se acercó a metros del Abasto Hotel, donde el macrismo reunió la mayoría de los votos de los asambleístas para correr a Bullrich y rechazar una eventual fusión con La Libertad Avanza. En el entrepiso del bar, Bullrich agradeció a los dirigentes que la respaldaron en el cónclave de Pro. Ensayó una arenga y advirtió que armará una corriente dentro del partido amarillo que apoye al Gobierno sin condicionamientos. “Un cargo no nos cambia nada”, afirmó. La escuchaban Damián Arabia, Pablo Walter, Juan Pablo Allan, Laura Rodríguez Machado y Silvana Giudici o Patricia Vásquez, entre otros fieles.
Los bullrichistas aseguran que no prevén abandonar el bloque pese a que Macri optó por romper el acuerdo que habían sellado en marzo para evitar una interna en la renovación de autoridades. Argumentan que los 37 diputados de Pro votaran sin fisuras a favor de las reformas de Milei en el Congreso. “Si nos vamos, los expulsamos a la oposición”, señalan.
Bullrich dejó en claro que ratifica su decisión de acompañar a Milei. Considera que es el reclamo de la base electoral de Pro y que Macri presiona por tener mayor influencia en el rumbo de la gestión.
Apenas puso un pie en la vereda, Bullrich encaró a las cámaras de televisión. Sus asesores dijeron que no quería hablar. Es que en el entorno de la ministra temen que pague un costo político dada la conmoción que genera en la opinión pública la desaparición de Loan Peña. Sin embargo, Bullrich intentó responder las preguntas de los periodistas. De inmediato, debió suspender la conferencia ya que un grupo de personas, que tenía pecheras del gremio Sivara, la insultó. Los seguidores de Bullrich salieron a defenderla. Raudamente la ministra se subió a la camioneta oficial y se retiró.
Minutos antes de que Bullrich irrumpiera en la escena, los representantes de la ministra de Seguridad habían abandonado la reunión de la Asamblea Partidaria entre gritos y reproches frente a la actitud de los delegados del macrismo, que decidieron proponer a Martín Yeza como nuevo titular de la convención. Bullrich y los suyos arguyen que Macri incumplió su palabra de dejarle ese puesto a su expupila electoral. Por esa razón, salieron a chocar con los feligreses del fundador de Pro apenas comenzó el cónclave en el barrio de Balvanera. El larretista Claudio Romero puso en funcionamiento al órgano y le cedió la palabra a Nidia Moirano, presidenta provisoria de la Asamblea y ladera de Bullrich. Para sorpresa de los macristas, Moirano pidió que se formalice el acuerdo que se hizo en marzo para que la ministra de Milei quede a cargo de la convención. Nadie previó esa jugada.
Gritos y reclamos cruzados en la asamblea de Pro
Los macristas salieron al unísono a presionar para apurar la votación. “¡Que se vote!”, gritaron. En ese momento, los laderos de la ministra pidieron la palabra y denunciaron irregularidades en la convocatoria. Sostuvieron que sus adversarios habían apelado a las “viejas prácticas” de la política para garantizarse la presencia de los asambleístas que viven en el interior del país. Sugirieron que se usaron fondos de los distritos donde gobierna Pro para organizar la logística o costear pasajes de avión y estadías en hoteles.
“Lo más importante es la palabra, hay que cumplirla. No se comporten como niños en una asamblea universitaria”, les enrostró la diputada Silvana Giudici, una de las colaboradoras de Bullrich. Los macristas consideran que Bullrich representa a una porción minoritaria del partido.
Los larretistas también plantaron bandera en medio de la guerra abierta entre Bullrich y Macri. Fue la senadora nacional Guadalupe Tagliaferri, cercana a Horacio Rodríguez Larreta, abandonó el lugar con críticas a los dos bandos que se enfrentan. Dejó una nota en la que explicó su decisión de abstenerse.
“No cuenten conmigo para olvidarme de nuestros principios, para andar por la vida política repleta de contradicciones. Yo estoy en el mismo lugar que siempre estuvimos. Es por eso que frente a estas dos opciones de fusionamos o en alianza, mi postura es la abstención”, señaló. Larreta decidió no entorpecer la renovación autoridades, pero no apoyó la movida. Sin embargo, hubo asambleístas cercanos a su grupo que votaron a favor de Yeza.
El exintendente de Pinamar prometió que Pro se mantendrá en la línea del “cambio” y apoyará reformas estructurales en el país o las medidas para desregular la economía y el Estado. Frente a las cámaras, defendió con firmeza la postura del macrismo de preservar la identidad y prometió trabajar para mostrar una versión más audaz del partido. Antes de volver a ingresar al hotel, Yeza apeló al humor para describir una jornada tensa para Pro por la batalla entre Macri y Bullrich. Recordó la reñida elección en Pinamar en 2023, cuando su delfín en el distrito quedó al borde de perder la pulseada con el kirchnerismo. “Peor que esto es ganar la elección por un voto”, soltó, entre risas.
La ministra de Seguridad dijo que armará una corriente dentro del partido que apoye al Gobierno sin condicionamientos LA NACION