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La excavación de fósiles que arroja pistas sobre una especie extinta de humanos antiguos: qué rasgos tenían

Los denisovanos, una especie extinta de humanos antiguos que coexistieron con heandertales y homo sapiens, han sido objeto de intenso estudio por parte de arqueólogos y científicos. En este contexto, un raro descubrimiento de fósiles realizado en excavaciones en la cueva kárstica de Baishiya, en el extremo noreste de la meseta tibetana, arrojan nueva información sobre estos enigmáticos homínidos.

Un equipo internacional de investigación, liderado por la Universidad de Lanzhou (China), la Universidad de Copenhague (Dinamarca) y el Instituto de Investigación de la Meseta Tibetana, con la participación de la Universidad de Reading, llevó a cabo un hallazgo significativo. La publicación en la revista Nature anuncia que encontraron una mandíbula y una costilla, junto con miles de fragmentos de huesos de animales.

Este hallazgo es crucial para entender cómo vivían los denisovanos y cómo se adaptaron a condiciones climáticas fluctuantes, incluidas las edades de hielo. La capa donde se descubrió la costilla data de entre 48.000 y 32.000 años atrás, lo que sugiere que estos individuos vivieron durante un período relevante donde los humanos modernos comenzaban a dispersarse por Eurasia.

Los denisovanos no solo sobrevivieron a períodos fríos intensos, sino que también prosperaron durante un período interglaciar más cálido entre el Pleistoceno medio y tardío. El descubrimiento de restos de animales en el sitio indica que esta especie se alimentaba de carne y médula ósea, mientras que utilizaban huesos como materia prima para la fabricación de herramientas.

Nuevos hallazgos en el estudio de los denisovanos: las incógnitas que persisten

Este avance en las investigaciones proporciona una ventana única al pasado de los denisovanos, un grupo humano intrigante pero aun en gran parte misterioso. Los arqueólogos esperan que estudios futuros de los restos encontrados en Baishiya revelen más detalles sobre su estilo de vida, su tecnología y su interacción con otras especies humanas.

En este sentido, el Dr. Jian Wang, de la Universidad de Lanzhou, integrante fundamental de las investigaciones, aseguró en diálogo con Europa Press: “La evidencia actual sugiere que fueron los denisovanos, y no otro grupo humano, quienes ocuparon la cueva e hicieron un uso eficiente de todos los recursos animales disponibles para ellos durante su ocupación”.

Por su parte, Huan Xia explicó los métodos que fueron utilizados para llegar hacia este descubrimiento que tiene en vilo a la ciencia. “La zooarqueología por espectrometría de masas (ZooMS, por sus siglas) nos permite extraer información valiosa de fragmentos de huesos que a menudo se pasan por alto, lo que proporciona una visión más profunda de las actividades humanas”, agregó.

En tanto, el Dr. Frido Welker, de la Universidad de Copenhague, afirmó: “En conjunto, la evidencia fósil y molecular indica que la cuenca de Ganjia, donde se encuentra la cueva kárstica de Baishiya, proporcionó un entorno relativamente estable para los denisovanos, a pesar de su gran altitud”. “Ahora surge la pregunta de cuándo y por qué se extinguieron estos denisovanos de la meseta tibetana”, concluyó. Esta inquietud será el motor de futuras investigaciones del equipo de arqueología que trabaja en la cueva dentro de la meseta tibetana.

Los denisovanos, una especie extinta de humanos antiguos que coexistieron con heandertales y homo sapiens, han sido objeto de intenso estudio por parte de arqueólogos y científicos. En este contexto, un raro descubrimiento de fósiles realizado en excavaciones en la cueva kárstica de Baishiya, en el extremo noreste de la meseta tibetana, arrojan nueva información sobre estos enigmáticos homínidos.

Un equipo internacional de investigación, liderado por la Universidad de Lanzhou (China), la Universidad de Copenhague (Dinamarca) y el Instituto de Investigación de la Meseta Tibetana, con la participación de la Universidad de Reading, llevó a cabo un hallazgo significativo. La publicación en la revista Nature anuncia que encontraron una mandíbula y una costilla, junto con miles de fragmentos de huesos de animales.

Este hallazgo es crucial para entender cómo vivían los denisovanos y cómo se adaptaron a condiciones climáticas fluctuantes, incluidas las edades de hielo. La capa donde se descubrió la costilla data de entre 48.000 y 32.000 años atrás, lo que sugiere que estos individuos vivieron durante un período relevante donde los humanos modernos comenzaban a dispersarse por Eurasia.

Los denisovanos no solo sobrevivieron a períodos fríos intensos, sino que también prosperaron durante un período interglaciar más cálido entre el Pleistoceno medio y tardío. El descubrimiento de restos de animales en el sitio indica que esta especie se alimentaba de carne y médula ósea, mientras que utilizaban huesos como materia prima para la fabricación de herramientas.

Nuevos hallazgos en el estudio de los denisovanos: las incógnitas que persisten

Este avance en las investigaciones proporciona una ventana única al pasado de los denisovanos, un grupo humano intrigante pero aun en gran parte misterioso. Los arqueólogos esperan que estudios futuros de los restos encontrados en Baishiya revelen más detalles sobre su estilo de vida, su tecnología y su interacción con otras especies humanas.

En este sentido, el Dr. Jian Wang, de la Universidad de Lanzhou, integrante fundamental de las investigaciones, aseguró en diálogo con Europa Press: “La evidencia actual sugiere que fueron los denisovanos, y no otro grupo humano, quienes ocuparon la cueva e hicieron un uso eficiente de todos los recursos animales disponibles para ellos durante su ocupación”.

Por su parte, Huan Xia explicó los métodos que fueron utilizados para llegar hacia este descubrimiento que tiene en vilo a la ciencia. “La zooarqueología por espectrometría de masas (ZooMS, por sus siglas) nos permite extraer información valiosa de fragmentos de huesos que a menudo se pasan por alto, lo que proporciona una visión más profunda de las actividades humanas”, agregó.

En tanto, el Dr. Frido Welker, de la Universidad de Copenhague, afirmó: “En conjunto, la evidencia fósil y molecular indica que la cuenca de Ganjia, donde se encuentra la cueva kárstica de Baishiya, proporcionó un entorno relativamente estable para los denisovanos, a pesar de su gran altitud”. “Ahora surge la pregunta de cuándo y por qué se extinguieron estos denisovanos de la meseta tibetana”, concluyó. Esta inquietud será el motor de futuras investigaciones del equipo de arqueología que trabaja en la cueva dentro de la meseta tibetana.

 Una reciente excavación de fósiles proporciona nuevas pistas sobre los denisovanos, una especie extinta de humanos antiguos que habitaron la Tierra hace 48.000 años. Un equipo internacional de investigadores ha publicado estos hallazgos en la revista Nature.  LA NACION

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