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Beryl modificó la “hiperactiva” temporada de huracanes en el Atlántico: qué dice el preocupante pronóstico

Tras el paso destructivo del huracán Beryl, que llegó hasta categoría 5, a través de Granada, Jamaica, México y el sur de Texas, en Estados Unidos, la Universidad Estatal de Colorado (CSU, por sus siglas en inglés) actualizó su pronóstico para esta temporada de huracanes 2024 del océano Atlántico, a la que en abril había anticipado como “extremadamente activa”, pero que se espera que sea aún más intensa e “hiperactiva”.

En el informe, que estaba vigente hasta esta semana, la institución preveía para este año la formación de 23 tormentas con nombre, de las cuales 11 eran huracanes y, entre ellos, cinco eran denominados “mayores”, como los más peligrosos y los que más daños ocasionan. Ahora, en los nuevos pronósticos a largo plazo, el equipo de meteorólogos del Departamento de Ciencia Atmosférica de la CSU espera 25 tormentas con nombre, entre las que se encuentran las ya desarrolladas, Alberto, Beryl y Chris. Según sus previsiones, habría 12 huracanes y seis de ellos serían de categoría mayor (3, 4 y 5 en la escala Saffir-Simpson).

Los seis huracanes importantes previstos hasta el final de la temporada, el 30 de noviembre de 2024, tendrían velocidades de viento superiores a 178 kilómetros por hora. Aunque el número de ellos es cercano al promedio histórico de cada año (siete huracanes mayores y tres ciclones poderosos), esta temporada “hiperactiva” se caracterizará por una gran cantidad de tormentas tropicales: se espera que sean 25, es decir, 11 más que el promedio de 14 en un año normal.

Los científicos destacaron que una tormenta tropical tiene vientos sostenidos de 63 kilómetros por hora y que se convierte en huracán cuando los vientos sostenidos alcanzan 119 km/h. Asimismo, un huracán de categoría 5 tiene vientos sostenidos de al menos 252 km/h, como los que alcanzó Beryl en parte de su trayecto sobre el Caribe.

Beryl influyó en las predicciones para esta temporada de huracanes 2024 en el Atlántico

El destructivo impacto de Beryl en el Caribe, Centroamérica y el sur de Norteamérica tuvo una incidencia crucial en la actualización del pronóstico. “Hemos aumentado nuestra previsión general ligeramente, debido en parte al Huracán Beryl, un huracán tropical intenso de categoría 5, que es probablemente un presagio de una temporada hiperactiva”, destacó el informe.

El paso de Beryl por la región dejó consecuencias devastadoras. Al menos 14 muertes se atribuyen a este ciclón tropical, además de severos destrozos en viviendas, puentes, carreteras, infraestructura, árboles caídos, inundaciones, deslizamientos de tierra, cortes masivos y apagones que afectaron a millones de personas. También obligó al cierre de importantes puertos petroleros en el sur de Texas, lo que generó preocupación por el precio del combustible.

Según los especialistas del CSU, hay dos razones principales que hacen que los pronósticos para esta temporada sean más elevados que el promedio. En primer lugar, la temperatura de los mares, que están más cálidos de lo normal, ya que esto proporciona más energía para alimentar los ciclones tropicales. Por otro lado, el fin del fenómeno climático de El Niño, que estuvo presente en 2023 con sus fuertes vientos que “desintegran” huracanes, pero que culminó este año.

“Si bien la actividad de tormentas al comienzo de la temporada en el Atlántico occidental generalmente tiene poca relación con la actividad general de toda la cuenca, la actividad de huracanes tropicales intensos en el Atlántico tropical y el Caribe oriental (como vimos con Beryl) a menudo se asocia con temporadas hiperactivas”, advirtió el estudio de la CSU.

Tras el paso destructivo del huracán Beryl, que llegó hasta categoría 5, a través de Granada, Jamaica, México y el sur de Texas, en Estados Unidos, la Universidad Estatal de Colorado (CSU, por sus siglas en inglés) actualizó su pronóstico para esta temporada de huracanes 2024 del océano Atlántico, a la que en abril había anticipado como “extremadamente activa”, pero que se espera que sea aún más intensa e “hiperactiva”.

En el informe, que estaba vigente hasta esta semana, la institución preveía para este año la formación de 23 tormentas con nombre, de las cuales 11 eran huracanes y, entre ellos, cinco eran denominados “mayores”, como los más peligrosos y los que más daños ocasionan. Ahora, en los nuevos pronósticos a largo plazo, el equipo de meteorólogos del Departamento de Ciencia Atmosférica de la CSU espera 25 tormentas con nombre, entre las que se encuentran las ya desarrolladas, Alberto, Beryl y Chris. Según sus previsiones, habría 12 huracanes y seis de ellos serían de categoría mayor (3, 4 y 5 en la escala Saffir-Simpson).

Los seis huracanes importantes previstos hasta el final de la temporada, el 30 de noviembre de 2024, tendrían velocidades de viento superiores a 178 kilómetros por hora. Aunque el número de ellos es cercano al promedio histórico de cada año (siete huracanes mayores y tres ciclones poderosos), esta temporada “hiperactiva” se caracterizará por una gran cantidad de tormentas tropicales: se espera que sean 25, es decir, 11 más que el promedio de 14 en un año normal.

Los científicos destacaron que una tormenta tropical tiene vientos sostenidos de 63 kilómetros por hora y que se convierte en huracán cuando los vientos sostenidos alcanzan 119 km/h. Asimismo, un huracán de categoría 5 tiene vientos sostenidos de al menos 252 km/h, como los que alcanzó Beryl en parte de su trayecto sobre el Caribe.

Beryl influyó en las predicciones para esta temporada de huracanes 2024 en el Atlántico

El destructivo impacto de Beryl en el Caribe, Centroamérica y el sur de Norteamérica tuvo una incidencia crucial en la actualización del pronóstico. “Hemos aumentado nuestra previsión general ligeramente, debido en parte al Huracán Beryl, un huracán tropical intenso de categoría 5, que es probablemente un presagio de una temporada hiperactiva”, destacó el informe.

El paso de Beryl por la región dejó consecuencias devastadoras. Al menos 14 muertes se atribuyen a este ciclón tropical, además de severos destrozos en viviendas, puentes, carreteras, infraestructura, árboles caídos, inundaciones, deslizamientos de tierra, cortes masivos y apagones que afectaron a millones de personas. También obligó al cierre de importantes puertos petroleros en el sur de Texas, lo que generó preocupación por el precio del combustible.

Según los especialistas del CSU, hay dos razones principales que hacen que los pronósticos para esta temporada sean más elevados que el promedio. En primer lugar, la temperatura de los mares, que están más cálidos de lo normal, ya que esto proporciona más energía para alimentar los ciclones tropicales. Por otro lado, el fin del fenómeno climático de El Niño, que estuvo presente en 2023 con sus fuertes vientos que “desintegran” huracanes, pero que culminó este año.

“Si bien la actividad de tormentas al comienzo de la temporada en el Atlántico occidental generalmente tiene poca relación con la actividad general de toda la cuenca, la actividad de huracanes tropicales intensos en el Atlántico tropical y el Caribe oriental (como vimos con Beryl) a menudo se asocia con temporadas hiperactivas”, advirtió el estudio de la CSU.

 “Hemos aumentado nuestra previsión general ligeramente, debido en parte al huracán Beryl, un huracán tropical intenso de categoría 5, que es probablemente un presagio de una temporada hiperactiva”, destaca el nuevo informe.  LA NACION

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