La nueva ley de Massachusetts que prohíbe a los migrantes dormir en el aeropuerto: las consecuencias de no cumplir
En Massachusetts, en julio entró en vigor una ley que prohíbe a los inmigrantes dormir en el Aeropuerto Internacional Logan de Boston. Esta medida afecta a cientos de familias que habían estado utilizando la terminal aérea como refugio, pero que, como consecuencia de esto, tuvieron que ser reubicadas en otros puntos habilitados.
Las autoridades habían informado que 288 personas dormían allí, pero a partir de que entró en vigor esta medida, el número disminuyó. La Policía, los trabajadores sociales y el personal del aeropuerto escoltaron a quienes quedaban allí, para trasladarlos a los centros de bienvenida en Allston y Quincy.
Esta problemática lleva meses desarrollándose, los funcionarios de Massachusetts han avisado que la cantidad de familias de inmigrantes que estaban llegando era abrumadora. Por otro lado, la gobernadora de Massachusetts, Maura Healey, anunció el año pasado que el estado había alcanzado la capacidad máxima de 7500 familias en los refugios de emergencia.
Según informaron las autoridades locales, las familias que pueden aplicar a la lista de espera van a ser trasladadas a nuevos refugios, entre los que figura una antigua prisión en Norfolk, Massachusetts, que fue reacondicionada para convertirse en un refugio de emergencia ante esta crisis.
“Esto es lo mejor para las familias, los viajes, y el personal de Logan, ya que el aeropuerto no es un lugar apropiado para que las personas busquen refugio”, dijo en un comunicado Scott Rice, director estatal de Asistencia de Emergencia. Además, agregó: “Seguiremos ampliando el mensaje de que Massachusetts se quedó sin espacio para refugios; y que si las familias viajan a Massachusetts, deben estar preparadas con un plan de vivienda”.
Además, según reportaron las autoridades, recientemente una delegación del estado viajó a la frontera sur de Estados Unidos con el objetivo de difundir que Massachusetts no se encuentra en condiciones ni tiene más espacio para albergar a los inmigrantes.
Así es la vieja cárcel que se convirtió en un refugio para los migrantes
En la búsqueda de nuevos lugares para poder alojar a los inmigrantes, en mayo se anunció el reacondicionamiento de una vieja prisión estatal, para convertirse en un nuevo refugio de emergencia con capacidad para albergar a 140 familias. Se trata del Centro Correccional de Bay State en Norfolk, que había cerrado sus puertas en 2015. Esta disposición es parte del plan de los funcionarios del estado de habilitar más refugios.
Este anuncio desató las protestas en frente de las instalaciones del penal, debido a que las personas dudaban de que fuera un lugar seguro y apto para las familias. “Sin niños en las cárceles” y “El refugio-prisión de Norfolk no es seguro para nadie”, fueron algunos de los mensajes que se pudieron leer en los carteles de los manifestantes.
Además, por otro lado, la comunidad de Norfolk no está para nada contenta con la decisión del estado de convertir la prisión en un refugio para inmigrantes. La preocupación de los vecinos crece debido a que consideran que esta medida podría tener un impacto negativo en las escuelas, en los centros médicos y en la seguridad pública.
En Massachusetts, en julio entró en vigor una ley que prohíbe a los inmigrantes dormir en el Aeropuerto Internacional Logan de Boston. Esta medida afecta a cientos de familias que habían estado utilizando la terminal aérea como refugio, pero que, como consecuencia de esto, tuvieron que ser reubicadas en otros puntos habilitados.
Las autoridades habían informado que 288 personas dormían allí, pero a partir de que entró en vigor esta medida, el número disminuyó. La Policía, los trabajadores sociales y el personal del aeropuerto escoltaron a quienes quedaban allí, para trasladarlos a los centros de bienvenida en Allston y Quincy.
Esta problemática lleva meses desarrollándose, los funcionarios de Massachusetts han avisado que la cantidad de familias de inmigrantes que estaban llegando era abrumadora. Por otro lado, la gobernadora de Massachusetts, Maura Healey, anunció el año pasado que el estado había alcanzado la capacidad máxima de 7500 familias en los refugios de emergencia.
Según informaron las autoridades locales, las familias que pueden aplicar a la lista de espera van a ser trasladadas a nuevos refugios, entre los que figura una antigua prisión en Norfolk, Massachusetts, que fue reacondicionada para convertirse en un refugio de emergencia ante esta crisis.
“Esto es lo mejor para las familias, los viajes, y el personal de Logan, ya que el aeropuerto no es un lugar apropiado para que las personas busquen refugio”, dijo en un comunicado Scott Rice, director estatal de Asistencia de Emergencia. Además, agregó: “Seguiremos ampliando el mensaje de que Massachusetts se quedó sin espacio para refugios; y que si las familias viajan a Massachusetts, deben estar preparadas con un plan de vivienda”.
Además, según reportaron las autoridades, recientemente una delegación del estado viajó a la frontera sur de Estados Unidos con el objetivo de difundir que Massachusetts no se encuentra en condiciones ni tiene más espacio para albergar a los inmigrantes.
Así es la vieja cárcel que se convirtió en un refugio para los migrantes
En la búsqueda de nuevos lugares para poder alojar a los inmigrantes, en mayo se anunció el reacondicionamiento de una vieja prisión estatal, para convertirse en un nuevo refugio de emergencia con capacidad para albergar a 140 familias. Se trata del Centro Correccional de Bay State en Norfolk, que había cerrado sus puertas en 2015. Esta disposición es parte del plan de los funcionarios del estado de habilitar más refugios.
Este anuncio desató las protestas en frente de las instalaciones del penal, debido a que las personas dudaban de que fuera un lugar seguro y apto para las familias. “Sin niños en las cárceles” y “El refugio-prisión de Norfolk no es seguro para nadie”, fueron algunos de los mensajes que se pudieron leer en los carteles de los manifestantes.
Además, por otro lado, la comunidad de Norfolk no está para nada contenta con la decisión del estado de convertir la prisión en un refugio para inmigrantes. La preocupación de los vecinos crece debido a que consideran que esta medida podría tener un impacto negativo en las escuelas, en los centros médicos y en la seguridad pública.
Cientos de familias que vivían en la terminal aérea se ven afectadas por esta disposición y deben ser trasladadas a nuevos refugios LA NACION