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Bajo el puente: los méritos de una (nueva) serie sobre el crimen de una adolescente en un ambiente agobiante

Bajo el puente: La verdadera historia del asesinato de Reena Virk (Under The Bridge, Estados Unidos/2024). Creadora: Quinn Shephard. Elenco: Riley Keough, Lily Gladstone, Chloe Guidry, Vritika Grupta, Archie Panjabi, Javon ‘Wanna’ Walton, Izzy G., Aiyana Goodfellow, Ezra Faroque Khan. Disponible en: Disney+. Nuestra opinión: buena.

La primera exclamación del espectador ante la nueva serie de Disney+ podría ser “¡Ah, otra serie de misterio con chicas asesinadas!”. Y sí, algo de eso hay, pero también el abordaje de la creadora Quinn Sheppard -actriz, guionista- sobre la novela de Rebecca Godfrey implica una serie de bifurcaciones y desdoblamientos que ponen en el centro de la discusión al propio género, desde su origen como “crimen verdadero” hasta su construcción como narrativa de ficción policial. Ese es quizás el primero de los méritos que hace que Bajo el puente sea interesante más allá de los resortes conocidos y las tentaciones sensacionalistas de esos crímenes adolescentes. El segundo es, sin lugar a dudas, su elenco, sobre todo la notable interpretación de Lily Gladstone -reciente nominada al Oscar por Los asesinos de la luna- y el opaco personaje al que da vida Archie Panjabi (La Kalinda de The Good Wife), retorciendo el arquetipo de la madre de la víctima, eje sacrificial de la mayoría de estas historias.

Ambientada en los años 90 en la isla canadiense de Victoria, la historia comienza con el regreso de Rebecca Godfrey (la escritora-personaje interpretada por Riley Keough) a su ciudad natal para escribir un libro sobre “las chicas de Victoria”, adolescentes problemáticas convertidas por las autoridades policiales y gran parte de la comunidad en material descartable. La mayoría se concentra en Seven Oaks, un orfanato público que alberga no solo chicos sin familia sino aquellos de los que su familia no puede o no quiere ocuparse. Rebecca llega al hogar para hallar la punta del ovillo de su relato y se acerca a Josephine Bell (Chloe Guidry), la reina del lugar, rebelde admiradora del mafioso John Gotti que quiere volar a Nueva York para escribir su propia historia. La curiosidad de Rebecca se arraiga también en su pasado: ella fue una chica problemática y la trágica muerte de su hermano Gabe es el recuerdo que permaneció de aquella adolescencia enterrada.

En sintonía con la llegada de Rebecca, una nueva tragedia parece sacudir a Victoria. Reena (Vritika Gupta), una adolescente de 14 años, hija de una familia de inmigrantes indios, desaparece una noche. Algunos indicios sugieren el castigo de Josephine y sus laderas por las mentiras de Reena y sus desesperados intentos de pertenecer al grupo. La familia radica la denuncia, nadie parece prestarles atención, y será la oficial Cam Bentland (Lily Gladstone), de origen indígena e hija adoptiva de un comisario, pronta a marcharse a Vancouver y huir de los fantasmas de Victoria, la que sigue la pesquisa para encontrar la verdad. Lógicamente, Cam y Rebecca se encuentran, enredadas en la investigación pero también en una historia compartida del pasado, atravesada por la memoria de Gabe. Lo que organiza el relato es la tensión de las perspectivas: la de Cam como investigadora, la de Rebecca como narradora de ¿ficción?, y la de los involucrados como devenidos personajes de una realidad de la que no es posible escapar cuando termina la función.

Como la mayoría de los policiales contemporáneos, Bajo el puente se bifurca en el tiempo. Una línea temporal en el presente muestra la pesquisa por el destino de Reena, otra en el pasado revela detalles de su vida, la tensa relación con su familia, la amistad con las chicas del orfanato. Es en ese cruce donde hay algunos hallazgos. Suman Virk (Archie Panjabi), la madre de Reena, es devota de los Testigos de Jehová, rigurosa en la educación de su hija y en la conducción moral de su familia. No le permite depilarse, ni escuchar rap, ni vestirse a la moda. La rebeldía de Reena es previa a las chicas de Seven Oaks, catalizadores de un descontento sustancial a su propia adolescencia. Las peleas entre madre e hija son un elemento que horada el relato y esparce una sombra sobre los destinos adolescentes en Victoria, provengan del hogar que provengan. La sinuosa interpretación de Panjabi ofrece a Suman una inquietante ambigüedad, algo más que su intransigencia moral o su firme devoción religiosa, un misterio subyacente que nunca parece agotarse.

De todos modos, la clave interpretativa le pertenece a Gladstone, una actriz de profundidad dramática y asombrosa singularidad que saca a su personaje del molde tradicional de la policía -en un gesto más parecido al de Kate Winslet en Mare of Easttown que al de Jodie Foster en la última de las True Detective, más previsible- para convertirse en otra más de esas jóvenes atrapadas en la isla, cuyo mundo familiar se asemeja a una agobiante prisión. Es su mirada la que representa la mayor complejidad para el relato, y el espejo posible que descubre en la figura de Reena, tensada entre una incipiente rebeldía y los mandatos tradicionales de su crianza.

Otras de las líneas carecen de la misma fuerza: Keough no logra sacar a Rebecca de un cúmulo de tópicos de la escritora-investigadora, y algunas derivas de la historia de los Virk resulta poco relevante. Pese a ello, la serie concentra su fortaleza en el mundo oculto que subyace al crimen, en el que todas las chicas de Victoria ofrecen un abanico de heridas y pérdidas que intentan suplantar con la fantasía del “gangsta rap” o la salida triunfal a Nueva York. Las máscaras que las protegen son también las que las mantienen atrapadas.

Bajo el puente: La verdadera historia del asesinato de Reena Virk (Under The Bridge, Estados Unidos/2024). Creadora: Quinn Shephard. Elenco: Riley Keough, Lily Gladstone, Chloe Guidry, Vritika Grupta, Archie Panjabi, Javon ‘Wanna’ Walton, Izzy G., Aiyana Goodfellow, Ezra Faroque Khan. Disponible en: Disney+. Nuestra opinión: buena.

La primera exclamación del espectador ante la nueva serie de Disney+ podría ser “¡Ah, otra serie de misterio con chicas asesinadas!”. Y sí, algo de eso hay, pero también el abordaje de la creadora Quinn Sheppard -actriz, guionista- sobre la novela de Rebecca Godfrey implica una serie de bifurcaciones y desdoblamientos que ponen en el centro de la discusión al propio género, desde su origen como “crimen verdadero” hasta su construcción como narrativa de ficción policial. Ese es quizás el primero de los méritos que hace que Bajo el puente sea interesante más allá de los resortes conocidos y las tentaciones sensacionalistas de esos crímenes adolescentes. El segundo es, sin lugar a dudas, su elenco, sobre todo la notable interpretación de Lily Gladstone -reciente nominada al Oscar por Los asesinos de la luna- y el opaco personaje al que da vida Archie Panjabi (La Kalinda de The Good Wife), retorciendo el arquetipo de la madre de la víctima, eje sacrificial de la mayoría de estas historias.

Ambientada en los años 90 en la isla canadiense de Victoria, la historia comienza con el regreso de Rebecca Godfrey (la escritora-personaje interpretada por Riley Keough) a su ciudad natal para escribir un libro sobre “las chicas de Victoria”, adolescentes problemáticas convertidas por las autoridades policiales y gran parte de la comunidad en material descartable. La mayoría se concentra en Seven Oaks, un orfanato público que alberga no solo chicos sin familia sino aquellos de los que su familia no puede o no quiere ocuparse. Rebecca llega al hogar para hallar la punta del ovillo de su relato y se acerca a Josephine Bell (Chloe Guidry), la reina del lugar, rebelde admiradora del mafioso John Gotti que quiere volar a Nueva York para escribir su propia historia. La curiosidad de Rebecca se arraiga también en su pasado: ella fue una chica problemática y la trágica muerte de su hermano Gabe es el recuerdo que permaneció de aquella adolescencia enterrada.

En sintonía con la llegada de Rebecca, una nueva tragedia parece sacudir a Victoria. Reena (Vritika Gupta), una adolescente de 14 años, hija de una familia de inmigrantes indios, desaparece una noche. Algunos indicios sugieren el castigo de Josephine y sus laderas por las mentiras de Reena y sus desesperados intentos de pertenecer al grupo. La familia radica la denuncia, nadie parece prestarles atención, y será la oficial Cam Bentland (Lily Gladstone), de origen indígena e hija adoptiva de un comisario, pronta a marcharse a Vancouver y huir de los fantasmas de Victoria, la que sigue la pesquisa para encontrar la verdad. Lógicamente, Cam y Rebecca se encuentran, enredadas en la investigación pero también en una historia compartida del pasado, atravesada por la memoria de Gabe. Lo que organiza el relato es la tensión de las perspectivas: la de Cam como investigadora, la de Rebecca como narradora de ¿ficción?, y la de los involucrados como devenidos personajes de una realidad de la que no es posible escapar cuando termina la función.

Como la mayoría de los policiales contemporáneos, Bajo el puente se bifurca en el tiempo. Una línea temporal en el presente muestra la pesquisa por el destino de Reena, otra en el pasado revela detalles de su vida, la tensa relación con su familia, la amistad con las chicas del orfanato. Es en ese cruce donde hay algunos hallazgos. Suman Virk (Archie Panjabi), la madre de Reena, es devota de los Testigos de Jehová, rigurosa en la educación de su hija y en la conducción moral de su familia. No le permite depilarse, ni escuchar rap, ni vestirse a la moda. La rebeldía de Reena es previa a las chicas de Seven Oaks, catalizadores de un descontento sustancial a su propia adolescencia. Las peleas entre madre e hija son un elemento que horada el relato y esparce una sombra sobre los destinos adolescentes en Victoria, provengan del hogar que provengan. La sinuosa interpretación de Panjabi ofrece a Suman una inquietante ambigüedad, algo más que su intransigencia moral o su firme devoción religiosa, un misterio subyacente que nunca parece agotarse.

De todos modos, la clave interpretativa le pertenece a Gladstone, una actriz de profundidad dramática y asombrosa singularidad que saca a su personaje del molde tradicional de la policía -en un gesto más parecido al de Kate Winslet en Mare of Easttown que al de Jodie Foster en la última de las True Detective, más previsible- para convertirse en otra más de esas jóvenes atrapadas en la isla, cuyo mundo familiar se asemeja a una agobiante prisión. Es su mirada la que representa la mayor complejidad para el relato, y el espejo posible que descubre en la figura de Reena, tensada entre una incipiente rebeldía y los mandatos tradicionales de su crianza.

Otras de las líneas carecen de la misma fuerza: Keough no logra sacar a Rebecca de un cúmulo de tópicos de la escritora-investigadora, y algunas derivas de la historia de los Virk resulta poco relevante. Pese a ello, la serie concentra su fortaleza en el mundo oculto que subyace al crimen, en el que todas las chicas de Victoria ofrecen un abanico de heridas y pérdidas que intentan suplantar con la fantasía del “gangsta rap” o la salida triunfal a Nueva York. Las máscaras que las protegen son también las que las mantienen atrapadas.

 La serie, protagonizada por Riley Keough, Lily Gladstone, Chloe Guidry, Vritika Grupta y Archie Panjabi, recurre a bifurcaciones en el tiempo para construir un relato policial con notables interpretaciones  LA NACION

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