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A 25 años del impresionante hallazgo que descolocó a la Argentina: así se conserva “La Doncella”, la niña momia de 500 años

En 1999, una expedición de National Geographic a 6739 metros sobre el nivel del mar dio con los rastros de tres momias incas de personas que murieron congeladas en la ladera del volcán Llullaillaco, en la cordillera de los Andes, justo en el límite con Chile, en Salta. A 25 años de este descubrimiento que descolocó a la comunidad arqueológica local e internacional, así se conservan sus cuerpos intactos.

La expedición estuvo a cargo del estadounidense Johan Reinhard y la antropóloga, montañista y arqueóloga argentina Constanza Ceruti. En su búsqueda desenterraron los cuerpos humanos mejor conservados del mundo. La más impactante de ellas es “La Doncella”, una niña de 15 años que se durmió allí arriba y que “sirvió de sacrificio a los dioses”. Los análisis de radio carbono señalaron que es la más antigua de las tres, teniendo 500 años, de ahí su preponderancia.

Estos niños fueron abandonados a propósito en la cordillera y sin la protección adecuada. Las bajas temperaturas terminaron por hacer lo suyo. Estas condiciones favorecieron su preservación, que duró a lo largo de los siglos y en la actualidad incluso sus prendas parecen nunca haber sido afectadas.

El contexto en que se encontró La Doncella

Reinhard insistió en acudir a Llullaillaco, ya que sospechaba que allí todavía existían rastros de los incas. En particular ofrendas, pero nunca imaginó que hallaría tres cuerpos humanos. El motivo que lo trasladó hasta ese sitio fue la celebración llamada capacocha, que se cree que sucedió en aquel sitio.

La adolescente sucumbió ante las inclemencias del tiempo. En ese contexto fue vestida con una túnica ceremonial y adornada con un tocado, símbolo de su estatus como “mensajera de los cielos”, según informó en 2007 National Geographic tras una ardua investigación de la cultura inca en esta región de la Argentina.

Los científicos aludieron que a la niña le habrían dado licor de maíz para adormecerla y su boca contenía fragmentos de hojas de coca para evitar el mal de altura. De esta forma, remarcaron que se trataría de “la momia mejor conservada que se haya visto”. A su lado estaban La Niña del Rayo y El Niño.

El trabajo de Reinhard “rivalizó” con una momia anterior que desenterró en un pico montañoso de Perú en 1995 y a la que bautizó “la Doncella de Hielo”. Este cuerpo, si bien permaneció casi intacto, tuvo un deterioro en su aspecto. No obstante, el de la Argentina significó un hito en la historia arqueológica de América del Sur.

El ajuar funerario consiste en un conjunto de estatuillas antropomorfas femeninas confeccionadas en oro y spondylus pertenecientes a la Niña del Rayo. Son figuras vestidas con accesorios característicos de la elite incaica, que dan cuenta del rango de las mujeres representadas y de sus características étnicas. Al Niño, en tanto, lo encontraron rodeado de lanas de camélidos. Por otro lado, alrededor de La Doncella sobresale un tocado ceremonial femenino de gran tamaño (comparado con otras ofrendas) que está cubierto con plumas blancas engarzadas y confeccionado en lana.

Dónde se puede ver a La Doncella y a los otros dos niños

En septiembre de 2007, se expusieron por primera vez las momias ante el público en general. El encargado de la preservación es el Museo de Arqueología de Alta Montaña (MAAM) de Salta capital. La niña está en un sitio refrigerado y con poco oxígeno para reproducir las condiciones de gran altitud que permitieron su estado actual. Este mismo procedimiento se copió para el resto de las momias.

En 1999, una expedición de National Geographic a 6739 metros sobre el nivel del mar dio con los rastros de tres momias incas de personas que murieron congeladas en la ladera del volcán Llullaillaco, en la cordillera de los Andes, justo en el límite con Chile, en Salta. A 25 años de este descubrimiento que descolocó a la comunidad arqueológica local e internacional, así se conservan sus cuerpos intactos.

La expedición estuvo a cargo del estadounidense Johan Reinhard y la antropóloga, montañista y arqueóloga argentina Constanza Ceruti. En su búsqueda desenterraron los cuerpos humanos mejor conservados del mundo. La más impactante de ellas es “La Doncella”, una niña de 15 años que se durmió allí arriba y que “sirvió de sacrificio a los dioses”. Los análisis de radio carbono señalaron que es la más antigua de las tres, teniendo 500 años, de ahí su preponderancia.

Estos niños fueron abandonados a propósito en la cordillera y sin la protección adecuada. Las bajas temperaturas terminaron por hacer lo suyo. Estas condiciones favorecieron su preservación, que duró a lo largo de los siglos y en la actualidad incluso sus prendas parecen nunca haber sido afectadas.

El contexto en que se encontró La Doncella

Reinhard insistió en acudir a Llullaillaco, ya que sospechaba que allí todavía existían rastros de los incas. En particular ofrendas, pero nunca imaginó que hallaría tres cuerpos humanos. El motivo que lo trasladó hasta ese sitio fue la celebración llamada capacocha, que se cree que sucedió en aquel sitio.

La adolescente sucumbió ante las inclemencias del tiempo. En ese contexto fue vestida con una túnica ceremonial y adornada con un tocado, símbolo de su estatus como “mensajera de los cielos”, según informó en 2007 National Geographic tras una ardua investigación de la cultura inca en esta región de la Argentina.

Los científicos aludieron que a la niña le habrían dado licor de maíz para adormecerla y su boca contenía fragmentos de hojas de coca para evitar el mal de altura. De esta forma, remarcaron que se trataría de “la momia mejor conservada que se haya visto”. A su lado estaban La Niña del Rayo y El Niño.

El trabajo de Reinhard “rivalizó” con una momia anterior que desenterró en un pico montañoso de Perú en 1995 y a la que bautizó “la Doncella de Hielo”. Este cuerpo, si bien permaneció casi intacto, tuvo un deterioro en su aspecto. No obstante, el de la Argentina significó un hito en la historia arqueológica de América del Sur.

El ajuar funerario consiste en un conjunto de estatuillas antropomorfas femeninas confeccionadas en oro y spondylus pertenecientes a la Niña del Rayo. Son figuras vestidas con accesorios característicos de la elite incaica, que dan cuenta del rango de las mujeres representadas y de sus características étnicas. Al Niño, en tanto, lo encontraron rodeado de lanas de camélidos. Por otro lado, alrededor de La Doncella sobresale un tocado ceremonial femenino de gran tamaño (comparado con otras ofrendas) que está cubierto con plumas blancas engarzadas y confeccionado en lana.

Dónde se puede ver a La Doncella y a los otros dos niños

En septiembre de 2007, se expusieron por primera vez las momias ante el público en general. El encargado de la preservación es el Museo de Arqueología de Alta Montaña (MAAM) de Salta capital. La niña está en un sitio refrigerado y con poco oxígeno para reproducir las condiciones de gran altitud que permitieron su estado actual. Este mismo procedimiento se copió para el resto de las momias.

 El descubrimiento de tres cuerpos en perfecto estado sucedió en 1999, en Salta, y descolocó a la comunidad arqueológica nacional e internacional; dónde se encuentran y cómo se preservan  LA NACION

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