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Una diputada libertaria que visitó a los represores en la cárcel dijo que fue llevada por engaño

La visita que hicieron seis diputados nacionales libertarios a represores en la cárcel de Ezeiza el jueves de la semana pasada provocó malestar en la bancada oficialista y la polémico alcanzó a salpicar a otros bloques de la Cámara baja.

La comitiva -compuesta por los diputados María Fernanda Araujo, Lourdes Arrieta, Rocío Bonacci, Guillermo Montenegro, Alida Ferreyra y Beltrán Benedit- viajó hasta el penal de Ezeiza en un vehículo oficial de la Cámara de Diputados para saludar a los represores Alfredo Astiz, Ricardo Cavallo y Raúl Guglielminetti, condenados, todos ellos, por delitos de lesa humanidad.

Luego de conocerse la noticia se encendieron los cuestionamientos y aparecieron los primeros desmarques. Algunos de los protagonistas de la expedición a Ezeiza aducen que el verdadero motivo detrás del viaje permaneció oculto hasta la llegada al penal. “Ya no se puede confiar en esta gente”, señaló a LA NACION Bonacci, indignada con su visita, y apuntando los cañones contra Benedit, el impulsor de la visita “humanitaria” al Complejo Penitencial Federal I.

“Nunca dijo [Benedit] que íbamos a visitar represores. La invitación era para otra cosa”, se excusó. Según la diputada, el viaje a Ezeiza fue presentado por Benedit como una visita para “tomar contacto directo con el sistema penitenciario federal”.

Por su parte, Benedit, explicó: “Fuimos a ver a excombatientes que libraron batallas contra la subversión marxista por orden de un gobierno constitucional”.

En febrero, la diputada Bonacci ganó notoriedad cuando presentó un proyecto para derogar la ley del aborto aprobada en diciembre de 2020. La iniciativa llevaba la firma de un puñado de legisladores del oficialismo, entre la que se encontraba Lilia Lemoine, quien se mostró muy incómoda por haber sido incluida en el proyecto y salió al cruce de Bonacci. “Pusieron mi nombre porque dije que iba a acompañar pero que no era momento ahora y me metió igual. Es muy dañino”, explicó en su momento.

El viaje a Ezeiza generó reacciones en la oposición: la bancada de Unión por la Patria pidió conformar una comisión especial para evaluar la conducta de los legisladores libertarios. “La Cámara de Diputados debe tomar acciones para determinar responsabilidades”, señalaron en un comunicado.

Diputadas y diputados de La Libertad Avanza visitaron en la cárcel a represores condenados por delitos de lesa humanidad.

Bienvenido sea el repudio de las distintas fuerzas políticas, pero es necesario tomar medidas ejemplificadoras.

Aquí la presentación del proyecto. ⬇️ pic.twitter.com/7qn9H884z4

— Diputados UP (@Diputados_UxP) July 18, 2024

La sorpresa fue que la propuesta del kirchnerismo para poner bajo el reflector a los libertarios encontró eco en el oficialismo. “Entiendo que desde Unión por la Patria está impulsando la creación una comisión para de alguna manera este tipo de contralor sobre los diputados”, dijo. “Por lo cual si proponen eso, lo voy a apoyar, porque cabe para ellos y para nosotros”, sostuvo el diputado de La Libertad Avanza, Carlos D’alesandro, en diálogo con A24. “No somos un grupo de diputados totalmente homogéneo, venimos con distintas partes del país”, agregó.

En la misma línea, fuentes libertarias de la cámara que preside Martín Menem, le bajaron el volumen al episodio, se despegaron de la expedición a Ezeiza y relativizan la posibilidad de una fisura al interior del bloque. “La ola de frío ya pasó”, aseguraron, y enfatizaron: “La visita fue a título personal y no refleja la postura del bloque”. Admiten, sin embargo, que el vehículo con el que viajaron los diputados hasta Ezeiza pertenece a la Cámara baja, aunque niegan haber conocido los motivos: “No se pregunta para qué se va a utilizar”. Argumentaron que la visita no es un delito.

El repudio alcanzó también a la bancada Pro, aunque allí hay mayor cautela. Cristian Ritondo, el jefe del bloque, se refirió ayer al hecho: “Las medidas las tiene que tomar el propio oficialismo. Ninguno de los demás bloques comparte la visita ni los motivos”. La postura, por ahora, es esperar para ver qué tipo de “respuesta” institucional hay sobre el accionar de los diputados.

Por su parte, el radicalismo también manifestó su rechazo. “Deberían tener conciencia que visitar a genocidas y la charla amena con quienes violentaron los derechos más básicos de la ciudadanía es una afrenta a víctimas, familiares”, marcó el partido centenario en sus redes.

La visita que hicieron seis diputados nacionales libertarios a represores en la cárcel de Ezeiza el jueves de la semana pasada provocó malestar en la bancada oficialista y la polémico alcanzó a salpicar a otros bloques de la Cámara baja.

La comitiva -compuesta por los diputados María Fernanda Araujo, Lourdes Arrieta, Rocío Bonacci, Guillermo Montenegro, Alida Ferreyra y Beltrán Benedit- viajó hasta el penal de Ezeiza en un vehículo oficial de la Cámara de Diputados para saludar a los represores Alfredo Astiz, Ricardo Cavallo y Raúl Guglielminetti, condenados, todos ellos, por delitos de lesa humanidad.

Luego de conocerse la noticia se encendieron los cuestionamientos y aparecieron los primeros desmarques. Algunos de los protagonistas de la expedición a Ezeiza aducen que el verdadero motivo detrás del viaje permaneció oculto hasta la llegada al penal. “Ya no se puede confiar en esta gente”, señaló a LA NACION Bonacci, indignada con su visita, y apuntando los cañones contra Benedit, el impulsor de la visita “humanitaria” al Complejo Penitencial Federal I.

“Nunca dijo [Benedit] que íbamos a visitar represores. La invitación era para otra cosa”, se excusó. Según la diputada, el viaje a Ezeiza fue presentado por Benedit como una visita para “tomar contacto directo con el sistema penitenciario federal”.

Por su parte, Benedit, explicó: “Fuimos a ver a excombatientes que libraron batallas contra la subversión marxista por orden de un gobierno constitucional”.

En febrero, la diputada Bonacci ganó notoriedad cuando presentó un proyecto para derogar la ley del aborto aprobada en diciembre de 2020. La iniciativa llevaba la firma de un puñado de legisladores del oficialismo, entre la que se encontraba Lilia Lemoine, quien se mostró muy incómoda por haber sido incluida en el proyecto y salió al cruce de Bonacci. “Pusieron mi nombre porque dije que iba a acompañar pero que no era momento ahora y me metió igual. Es muy dañino”, explicó en su momento.

El viaje a Ezeiza generó reacciones en la oposición: la bancada de Unión por la Patria pidió conformar una comisión especial para evaluar la conducta de los legisladores libertarios. “La Cámara de Diputados debe tomar acciones para determinar responsabilidades”, señalaron en un comunicado.

Diputadas y diputados de La Libertad Avanza visitaron en la cárcel a represores condenados por delitos de lesa humanidad.

Bienvenido sea el repudio de las distintas fuerzas políticas, pero es necesario tomar medidas ejemplificadoras.

Aquí la presentación del proyecto. ⬇️ pic.twitter.com/7qn9H884z4

— Diputados UP (@Diputados_UxP) July 18, 2024

La sorpresa fue que la propuesta del kirchnerismo para poner bajo el reflector a los libertarios encontró eco en el oficialismo. “Entiendo que desde Unión por la Patria está impulsando la creación una comisión para de alguna manera este tipo de contralor sobre los diputados”, dijo. “Por lo cual si proponen eso, lo voy a apoyar, porque cabe para ellos y para nosotros”, sostuvo el diputado de La Libertad Avanza, Carlos D’alesandro, en diálogo con A24. “No somos un grupo de diputados totalmente homogéneo, venimos con distintas partes del país”, agregó.

En la misma línea, fuentes libertarias de la cámara que preside Martín Menem, le bajaron el volumen al episodio, se despegaron de la expedición a Ezeiza y relativizan la posibilidad de una fisura al interior del bloque. “La ola de frío ya pasó”, aseguraron, y enfatizaron: “La visita fue a título personal y no refleja la postura del bloque”. Admiten, sin embargo, que el vehículo con el que viajaron los diputados hasta Ezeiza pertenece a la Cámara baja, aunque niegan haber conocido los motivos: “No se pregunta para qué se va a utilizar”. Argumentaron que la visita no es un delito.

El repudio alcanzó también a la bancada Pro, aunque allí hay mayor cautela. Cristian Ritondo, el jefe del bloque, se refirió ayer al hecho: “Las medidas las tiene que tomar el propio oficialismo. Ninguno de los demás bloques comparte la visita ni los motivos”. La postura, por ahora, es esperar para ver qué tipo de “respuesta” institucional hay sobre el accionar de los diputados.

Por su parte, el radicalismo también manifestó su rechazo. “Deberían tener conciencia que visitar a genocidas y la charla amena con quienes violentaron los derechos más básicos de la ciudadanía es una afrenta a víctimas, familiares”, marcó el partido centenario en sus redes.

 Rocío Bonacci integró la comitiva de legisladores que se reunió en Ezeiza con Alfredo Astiz y otros militares condenados por delitos de lesa humanidad; apuntó contra su colega Beltrán Benedit  LA NACION

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