Interés GeneralNacionalesUltimas Noticias

Reproches cruzados y sospechas mutuas: qué hay detrás de la guerra política entre Jorge Macri y Larreta por las grúas que agita a Pro

La guerra soterrada que mantenían hace tiempo Jorge Macri y Horacio Rodríguez Larreta terminó de estallar de forma pública en las últimas horas con acusaciones de alto calibre, pases de factura y reproches cruzados que agudizan la crisis interna que atraviesa Pro, el partido que conduce Mauricio Macri, desde que Javier Milei desembarcó en la Casa Rosada.

La decisión del jefe de gobierno porteño de imputar a la administración de su antecesor en la Ciudad supuestas irregularidades en la firma de una preadjudicación del sistema de grúas y acarreos reavivó la feroz interna entre macristas y larretistas. El exprecandidato a presidente de Juntos por el Cambio evitó por ahora salir a responderle a su sucesor, pero en la intimidad dejó trascender su malestar y sorpresa. Según expresó ante sus consejeros, Jorge Macri estaba al tanto de la medida que suscribieron en diciembre funcionarios del área de transporte, que se encontraba a cargo de Manuela López Menéndez, veinticuatro horas antes de que Larreta entregue el mando.

“Una preadjudicación siempre es reversible, no es vinculante. Es llamativo que lo cambien siete meses después [de asumir]”, dicen cerca del exalcalde porteño. Argumentan que avanzaron antes del recambio de autoridades para “cerrar una etapa” y acelerar el trámite para modificar el sistema de acarreo de autos mal estacionados después de años de idas y vueltas por las trabas de actores de peso en el negocio. A su vez, justifican que el proceso podía desactivarse sin costos para la Ciudad o sin riesgos de que la medida se judicialice. Sostienen que, en rigor, era una “recomendación”. “Jorge Macri era ministro de Gobierno con la gestión anterior. Participaba de la reunión de Gabinete y armó un equipo para la transición. Y en muchas áreas hubo continuidad”, alegan cerca de Larreta.

En el ala macrista ofrecen otra versión del culebrón que agita a Pro. Por caso, niegan que Jorge Macri o los dirigentes de confianza a los que había designado para llevar adelante la transición con los equipos de Larreta -Gabino Tabia y Guillermo Romero- hayan estado al tanto de que se firmaría el pliego. Reconocen que el asunto se había tratado en las reuniones para coordinar el traspaso –que encabezó Felipe Miguel, exjefe de Gabinete-, pero afirman que es llamativo que Larreta haya asumido ese compromiso un día antes de dejar el cargo.

Jorge Macri y su antecesor vieron por última vez hace quince días. Según fuentes cercanas al macrismo, el jefe porteño le anticipó que daría de baja la preadjudicación del sistema de acarreo. Apuntan, sobre todo, contra Miguel y Méndez y siembran sospechas sobre las razones del apuro para firmar el pliego. “Nunca nos dijeron que iban a preadjudicar”, repiten en la sede porteña de Uspallata.

Después de que estallara el conflicto con el gremio de Camioneros, que lideran Hugo y Pablo Moyano, por la recolección de residuos, el jefe porteño vinculó la protesta sindical con su decisión de suspender el proceso licitatorio para cederle el servicio de acarreo a las empresas privadas Transporte 9 de Julio, Ashira-Ecoba y SAEM-Tránsito Rosario. Como el dictamen de pre-adjudicación se firmó el 6 de diciembre, un día antes de que Larreta dejara el poder en el distrito porteño, e implicaba que la Ciudad debía darles a las compañías un anticipo de 8 millones de dólares, según estiman fuentes porteñas, Jorge Macri decidió frenarlo tras una frustrada negociación con Camioneros y representantes de las tres empresas involucradas. “Alguien hizo algo impropio”, lanzó Macri en diálogo con La Nación +.

Larreta y sus excolaboradores activaron sus teléfonos apenas comenzaron a virilizarse las declaraciones del primo del expresidente. La mayoría no ocultó su bronca y desconcierto, aunque vinculan indirectamente el ataque a las heridas que dejó la interna de Pro. Cerca de Larreta despotrican contra Jorge Macri por haber insinuado que hubo irregularidades en el proceso. “Es un disparate absoluto. Los últimos meses de gobierno gestionamos juntos y hubo un seguimiento de todos los planes. Él iba a las reuniones de Gabinete. Entonces, si hubo algo ‘impropio’, Jorge también lo hizo”, ironiza un exfuncionario de Larreta.

El exjefe porteño argumenta que el objetivo era cambiar el sistema de acarreo de autos mal estacionados que regía en la ciudad de Buenos Aires hasta agosto de 2022. En ese momento, frente a la presión de un conglomerado de la oposición en la Legislatura, Larreta dispuso la estatización temporal del servicio hasta que finalice el proceso de licitación que determinaría los nuevos concesionarios. Lo hizo después de varios intentos frustrados de regularizar los convenios de las empresas Dakota-STO y BRD-SEC, que operaron con contratos vencidos desde 2001 y con sucesivas prórrogas a cambio de un canon irrisorio ($55.000 mensuales).

En el entorno de Larreta defienden el proceso licitatorio que cerró en diciembre del año pasado y niegan irregularidades. Consideran que podía implicar a futuro una reducción de costos para el Estado porteña, no una mayor erogación. “Nosotros cambiamos el modelo y los incentivos. Antes se levantaban autos de manera indiscriminada y cerca de las playas de las grúas, porque a las empresas se les pagaba por acarreo”, aseguran.

Trastienda

La preadjudicación a favor de Transporte 9 de Julio, Ashira-Ecoba y SAEM-Tránsito Rosario se firmó el 6 de diciembre. Sin embargo, el pliego se oficializó y se subió al sistema de “Buenos Aires compras” cinco días después. La comisión evaluadora de ofertas que firmó el documento estaba integrada por tres funcionarios que respondían a Méndez, entonces secretaria de Transporte de Larreta. Se trata de Francisco Merodo, Francisco Pérez Martínez e Ignacio Salaberri.

Fuentes cercanas a Méndez niegan que el pliego se haya firmado una vez que los funcionarios ya no estaban en funciones, como sugirió Jorge Macri. De hecho, arguyen que se hizo a través del sistema de firma digital y que las credenciales de acceso de los funcionarios salientes estaban caídas desde el 9 de diciembre.

“Ellos pueden cambiar la política pública; no hay problema. Lo curioso es que modifiquen el sistema y decidan estatizar el servicio, a contramano del modelo de [Javier] Milei”, chicanean en el seno del larretismo.

En la cúpula de la Ciudad afirman que se tomaron seis meses para auditar la preadjudicación del servicio de acarreo. Consideran que el costo del contrato no podía ser asumido en este momento por las arcas porteñas y que no había un estudio “claro” sobre el impacto que tendría el nuevo sistema en la movilidad y el tránsito. “Hasta diciembre teníamos mil denuncias diarias por mal estacionamiento. La oferta de las tres empresas no era descabellada. Siempre hay un anticipo para la inversión en playas o compa de grúas”, se defienden los larretistas.

Néstor Grindetti, jefe de Gabinete, estuvo a cargo de la negociación con los representantes de las tres empresas que habían sido seleccionadas por Larreta y del gremio de Camioneros. El conflicto estalló el viernes, cuando Grindetti les anticipó que habían decidido dar marcha atrás con la preadjudicación. “Jorge sabía y estaba al tanto del tema. Les avisamos que estaba para preadjudicar; no hubiéramos avanzado sin la venia de él”, repiten excolaboradores de Larreta.

Cuando los Moyano decidieron limitar la recolección de basura en la Capital con la excusa de que Jorge Macri pretende “estatizar los 300 choferes de grúas”, vicejefa porteña Clara Muzzio, quien fue ministra de Ministro de Espacio Público e Higiene Urbana de Larreta, intercedió para negociar una tregua con Camioneros. Había entablado un buen vínculo con los Moyano durante la pandemia, cuando la administración porteña buscó rediscutir los contratos de recolección.

Si bien Muzzio integró el elenco de Larreta en la Ciudad, está alineada con Jorge Macri en la interna de Pro y tomó distancia de su exjefe político. De hecho, avala la idea de revisar la actuación del gobierno anterior.

Otro funcionario de alto rango que formó parte de la gestión de Larreta y continuó en funciones con Jorge Macri es Fernán Quirós, a cargo de la cartera de Salud. También siguió en su cargo Álvaro García Resta, secretario de Desarrollo Urbano. En la Legislatura también permanecen dos dirigentes de confianza de Larreta: Emmanuel Ferrario y Claudio Romero.

Desencuentros

Pese a esos nexos, la relación entre Jorge Macri y Larreta quedó dañada desde que el exintendente de Vicente López se mostró públicamente con Patricia Bullrich en octubre de 2022 para sellar un acuerdo electoral en la Capital. En aquel entonces Larreta buscaba hacer equilibrio entre Jorge Macri y Martín Lousteau, aspirante a jefe porteño, y estiraba un pronunciamiento sobre su preferencia por un sucesor. Cuando Jorge Macri ejecutó esa jugada, ya se había mudado al territorio porteño para convertirse en ministro de Gobierno de Larreta. Fue parte del pacto que habían trenzado en 2021 para despejarle el camino a Diego Santilli como candidato en Buenos Aires.

La relación entre ambos se deterioró de manera estrepitosa después de las PASO, cuando Jorge Macri venció por estrecho margen a Lousteau. El primo del expresidente activó una purga en la ciudad y acusó a funcionarios cercanos a Larreta, como María Migliore, de haber jugado a favor del senador radical en la interna. Tras asumir, Jorge Macri prescindió de dirigentes que estaban ligados a la gestión anterior. En Uspallata también tomaron nota de las críticas que hizo en privado Larreta al manejo de la ciudad tras el cambio de autoridades.

La guerra soterrada que mantenían hace tiempo Jorge Macri y Horacio Rodríguez Larreta terminó de estallar de forma pública en las últimas horas con acusaciones de alto calibre, pases de factura y reproches cruzados que agudizan la crisis interna que atraviesa Pro, el partido que conduce Mauricio Macri, desde que Javier Milei desembarcó en la Casa Rosada.

La decisión del jefe de gobierno porteño de imputar a la administración de su antecesor en la Ciudad supuestas irregularidades en la firma de una preadjudicación del sistema de grúas y acarreos reavivó la feroz interna entre macristas y larretistas. El exprecandidato a presidente de Juntos por el Cambio evitó por ahora salir a responderle a su sucesor, pero en la intimidad dejó trascender su malestar y sorpresa. Según expresó ante sus consejeros, Jorge Macri estaba al tanto de la medida que suscribieron en diciembre funcionarios del área de transporte, que se encontraba a cargo de Manuela López Menéndez, veinticuatro horas antes de que Larreta entregue el mando.

“Una preadjudicación siempre es reversible, no es vinculante. Es llamativo que lo cambien siete meses después [de asumir]”, dicen cerca del exalcalde porteño. Argumentan que avanzaron antes del recambio de autoridades para “cerrar una etapa” y acelerar el trámite para modificar el sistema de acarreo de autos mal estacionados después de años de idas y vueltas por las trabas de actores de peso en el negocio. A su vez, justifican que el proceso podía desactivarse sin costos para la Ciudad o sin riesgos de que la medida se judicialice. Sostienen que, en rigor, era una “recomendación”. “Jorge Macri era ministro de Gobierno con la gestión anterior. Participaba de la reunión de Gabinete y armó un equipo para la transición. Y en muchas áreas hubo continuidad”, alegan cerca de Larreta.

En el ala macrista ofrecen otra versión del culebrón que agita a Pro. Por caso, niegan que Jorge Macri o los dirigentes de confianza a los que había designado para llevar adelante la transición con los equipos de Larreta -Gabino Tabia y Guillermo Romero- hayan estado al tanto de que se firmaría el pliego. Reconocen que el asunto se había tratado en las reuniones para coordinar el traspaso –que encabezó Felipe Miguel, exjefe de Gabinete-, pero afirman que es llamativo que Larreta haya asumido ese compromiso un día antes de dejar el cargo.

Jorge Macri y su antecesor vieron por última vez hace quince días. Según fuentes cercanas al macrismo, el jefe porteño le anticipó que daría de baja la preadjudicación del sistema de acarreo. Apuntan, sobre todo, contra Miguel y Méndez y siembran sospechas sobre las razones del apuro para firmar el pliego. “Nunca nos dijeron que iban a preadjudicar”, repiten en la sede porteña de Uspallata.

Después de que estallara el conflicto con el gremio de Camioneros, que lideran Hugo y Pablo Moyano, por la recolección de residuos, el jefe porteño vinculó la protesta sindical con su decisión de suspender el proceso licitatorio para cederle el servicio de acarreo a las empresas privadas Transporte 9 de Julio, Ashira-Ecoba y SAEM-Tránsito Rosario. Como el dictamen de pre-adjudicación se firmó el 6 de diciembre, un día antes de que Larreta dejara el poder en el distrito porteño, e implicaba que la Ciudad debía darles a las compañías un anticipo de 8 millones de dólares, según estiman fuentes porteñas, Jorge Macri decidió frenarlo tras una frustrada negociación con Camioneros y representantes de las tres empresas involucradas. “Alguien hizo algo impropio”, lanzó Macri en diálogo con La Nación +.

Larreta y sus excolaboradores activaron sus teléfonos apenas comenzaron a virilizarse las declaraciones del primo del expresidente. La mayoría no ocultó su bronca y desconcierto, aunque vinculan indirectamente el ataque a las heridas que dejó la interna de Pro. Cerca de Larreta despotrican contra Jorge Macri por haber insinuado que hubo irregularidades en el proceso. “Es un disparate absoluto. Los últimos meses de gobierno gestionamos juntos y hubo un seguimiento de todos los planes. Él iba a las reuniones de Gabinete. Entonces, si hubo algo ‘impropio’, Jorge también lo hizo”, ironiza un exfuncionario de Larreta.

El exjefe porteño argumenta que el objetivo era cambiar el sistema de acarreo de autos mal estacionados que regía en la ciudad de Buenos Aires hasta agosto de 2022. En ese momento, frente a la presión de un conglomerado de la oposición en la Legislatura, Larreta dispuso la estatización temporal del servicio hasta que finalice el proceso de licitación que determinaría los nuevos concesionarios. Lo hizo después de varios intentos frustrados de regularizar los convenios de las empresas Dakota-STO y BRD-SEC, que operaron con contratos vencidos desde 2001 y con sucesivas prórrogas a cambio de un canon irrisorio ($55.000 mensuales).

En el entorno de Larreta defienden el proceso licitatorio que cerró en diciembre del año pasado y niegan irregularidades. Consideran que podía implicar a futuro una reducción de costos para el Estado porteña, no una mayor erogación. “Nosotros cambiamos el modelo y los incentivos. Antes se levantaban autos de manera indiscriminada y cerca de las playas de las grúas, porque a las empresas se les pagaba por acarreo”, aseguran.

Trastienda

La preadjudicación a favor de Transporte 9 de Julio, Ashira-Ecoba y SAEM-Tránsito Rosario se firmó el 6 de diciembre. Sin embargo, el pliego se oficializó y se subió al sistema de “Buenos Aires compras” cinco días después. La comisión evaluadora de ofertas que firmó el documento estaba integrada por tres funcionarios que respondían a Méndez, entonces secretaria de Transporte de Larreta. Se trata de Francisco Merodo, Francisco Pérez Martínez e Ignacio Salaberri.

Fuentes cercanas a Méndez niegan que el pliego se haya firmado una vez que los funcionarios ya no estaban en funciones, como sugirió Jorge Macri. De hecho, arguyen que se hizo a través del sistema de firma digital y que las credenciales de acceso de los funcionarios salientes estaban caídas desde el 9 de diciembre.

“Ellos pueden cambiar la política pública; no hay problema. Lo curioso es que modifiquen el sistema y decidan estatizar el servicio, a contramano del modelo de [Javier] Milei”, chicanean en el seno del larretismo.

En la cúpula de la Ciudad afirman que se tomaron seis meses para auditar la preadjudicación del servicio de acarreo. Consideran que el costo del contrato no podía ser asumido en este momento por las arcas porteñas y que no había un estudio “claro” sobre el impacto que tendría el nuevo sistema en la movilidad y el tránsito. “Hasta diciembre teníamos mil denuncias diarias por mal estacionamiento. La oferta de las tres empresas no era descabellada. Siempre hay un anticipo para la inversión en playas o compa de grúas”, se defienden los larretistas.

Néstor Grindetti, jefe de Gabinete, estuvo a cargo de la negociación con los representantes de las tres empresas que habían sido seleccionadas por Larreta y del gremio de Camioneros. El conflicto estalló el viernes, cuando Grindetti les anticipó que habían decidido dar marcha atrás con la preadjudicación. “Jorge sabía y estaba al tanto del tema. Les avisamos que estaba para preadjudicar; no hubiéramos avanzado sin la venia de él”, repiten excolaboradores de Larreta.

Cuando los Moyano decidieron limitar la recolección de basura en la Capital con la excusa de que Jorge Macri pretende “estatizar los 300 choferes de grúas”, vicejefa porteña Clara Muzzio, quien fue ministra de Ministro de Espacio Público e Higiene Urbana de Larreta, intercedió para negociar una tregua con Camioneros. Había entablado un buen vínculo con los Moyano durante la pandemia, cuando la administración porteña buscó rediscutir los contratos de recolección.

Si bien Muzzio integró el elenco de Larreta en la Ciudad, está alineada con Jorge Macri en la interna de Pro y tomó distancia de su exjefe político. De hecho, avala la idea de revisar la actuación del gobierno anterior.

Otro funcionario de alto rango que formó parte de la gestión de Larreta y continuó en funciones con Jorge Macri es Fernán Quirós, a cargo de la cartera de Salud. También siguió en su cargo Álvaro García Resta, secretario de Desarrollo Urbano. En la Legislatura también permanecen dos dirigentes de confianza de Larreta: Emmanuel Ferrario y Claudio Romero.

Desencuentros

Pese a esos nexos, la relación entre Jorge Macri y Larreta quedó dañada desde que el exintendente de Vicente López se mostró públicamente con Patricia Bullrich en octubre de 2022 para sellar un acuerdo electoral en la Capital. En aquel entonces Larreta buscaba hacer equilibrio entre Jorge Macri y Martín Lousteau, aspirante a jefe porteño, y estiraba un pronunciamiento sobre su preferencia por un sucesor. Cuando Jorge Macri ejecutó esa jugada, ya se había mudado al territorio porteño para convertirse en ministro de Gobierno de Larreta. Fue parte del pacto que habían trenzado en 2021 para despejarle el camino a Diego Santilli como candidato en Buenos Aires.

La relación entre ambos se deterioró de manera estrepitosa después de las PASO, cuando Jorge Macri venció por estrecho margen a Lousteau. El primo del expresidente activó una purga en la ciudad y acusó a funcionarios cercanos a Larreta, como María Migliore, de haber jugado a favor del senador radical en la interna. Tras asumir, Jorge Macri prescindió de dirigentes que estaban ligados a la gestión anterior. En Uspallata también tomaron nota de las críticas que hizo en privado Larreta al manejo de la ciudad tras el cambio de autoridades.

 El jefe porteño apuntó contra su antecesor y deslizó que hubo irregularidades en la preadjudicación del servicio de acarreo; sorpresa y malestar en el larretismo  LA NACION

Read More

Artículos relacionados

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Back to top button
Close
Close