El fenómeno político que moviliza a Venezuela: cómo Corina Machado se convirtió en la líder que podría poner fin al chavismo
CARACAS.- La avenida principal de Las Mercedes ya estaba llena minutos antes de que el reloj marcara la hora de la convocatoria. Incalculables banderas de Venezuela, de todos los tamaños, se agitan entre una marea de gente extasiada. En las veredas los vendedores exhiben otras tantas, junto a vuvuzelas, remeras y vinchas de color celeste y blanco, el distintivo del movimiento político opositor Vente Venezuela.
Jóvenes, adultos, familias enteras con niños, grupos de amigos y colegas esperan al rayo del sol la llegada de la dupla que podría marcar la historia del país en las elecciones del próximo domingo: el candidato presidencial Edmundo González Urrutia y María Corina Machado, la líder del fenómeno político opositor que busca destronar al chavismo. Entre rostros felices y ojos vidriosos al borde del llanto, cada vez que sus nombres se mencionan ante la multitud, cientos gritan al unísono un pedido desesperado: “¡Libertad, libertad, libertad!”.
El tumulto apretujado da paso a una larga hilera de motorizados, muchos con banderas venezolanas en sus cascos, que con sus bocinazos arengan a la multitud. En algunos sectores que inundan las calles de Las Mercedes, cientos de personas que presentes para el cierre de campaña de Machado y González Urrutia bailan al ritmo de la música; en otros, corean consignas conta el régimen de Nicolás Maduro, que según distintas encuestadoras independientes perdería las elecciones por un amplio margen frente al exdiplomático.
“No más lenteja, harina o yuca, yo lo que quiero es que se vaya el ‘hijoeputa’”, canta eufórica la multitud entre la melodía ensordecedora que construyen las vuvuzelas y los aplausos.
Cierre de esta campaña admirable en Caracas 🇻🇪 https://t.co/VBoWhHeuBJ
— María Corina Machado (@MariaCorinaYA) July 25, 2024
“No más dictadura”; “Cambio”; “Abajo las cadenas”; “Nos quitaron tanto que nos quitaron el miedo”; “La vida es libertad… mi vida es Venezuela”. Estas son apenas algunas de las consignas replicadas en numerosos carteles que los asistentes exhiben sin temor a represalias, ante una esperanza generalizada de que esta vez se produzca el milagro que pueda patear el tablero a 25 años de chavismo.
Aunque algunos llevan vinchas con la imagen de la dupla opositora junto a la frase “tenemos fe”, y otros desfilan con su sticker de la boleta electoral de González Urrutia pegada en el pecho, el rostro de Corina Machado se replica en cada remera a medida que aumenta la euforia por verla llegar al evento. “¡Ahí viene, ahí viene!”, grita un simpatizante ansioso, antes de tiempo. “¿Qué pasó? ¿Ya llegó?”, se pregunta una señora ante un repentino grito multitudinario por la presencia de un dron.
“Es que la cara de la gente se transforma cuando la ven. Es la esperanza. Acá se respira eso”, dice a LA NACION Lorena Quinteros, que recuerda que en ese mismo lugar, en 2017, la policía disparaba a los estudiantes que exigían los mismos pedidos que los venezolanos allí presentes, en unas movilizaciones que dejaron un saldo de más de 160 muertos.
Hoy la escena es completamente distinta. Carteles y gritos demuestran que el miedo y el horror se transformó en esperanza. “Eso del baño de sangre que dice Maduro es mentira. Porque se necesitan dos para una guerra civil y acá estamos todos. Acá está la clase baja, la clase alta, acá está todo el pueblo unido”, agrega Quinteros.
“Ellos van con la amenaza, con que van a salir con las armas. Pero María Corina es el arma espiritual, porque ella usa la fe. Si pide que se mueva la montaña, se moverá”, suma su amiga, que prefiere mantenerse en el anonimato. “Mira, se me eriza la piel de sólo decirlo. La libertad se siente”.
Desde el techo de la camioneta en la que se movió entre la multitud, Machado pidió por los seis refugiados opositores en la embajada argentina en Caracas. “Para que oigan este grito de libertad. Magalli [Meda], Claudia [Macero], Pedro [Urruchurtu], Humberto [Villalobos], Omar [González], Fernando [Martínez Mottola], ustedes están aquí hoy con nosotros. Oigan este grito de libertad”, dijo.
Aunque todos clamen por ella, Machado no podrá ser elegida como futura presidenta de Venezuela, debido a que el Tribunal Supremo de Justicia (TSJ) la inhabilitó de ejercer cargos públicos por 15 años en enero pasado, después de que la exdiputada obtuviera un arrollador triunfo en las primarias opositoras con más del 90% de los votos.
Pero en Venezuela es ella el sinónimo del cambio. “Corina es liderazgo. Es la libertad, es el comienzo del cambio”, resume a LA NACION Jorge, de 41 años, que asistió al cierre de campaña con su familia.
Gloria, de 65 años, en tres días se dirigirá a las urnas para poder “salir de este gobierno en el nombre de Dios”, cuenta. Lleva puesta una gorra con la bandera de Venezuela y está acompañada por su hija Camila, de 22 años, que “nunca ha probado la democracia”.
#VamosAGanar 😎✌🏼🇻🇪 pic.twitter.com/wDs8tkbzMn
— Edmundo González (@EdmundoGU) July 25, 2024
“Para mí Corina representa un cambio total. Tenemos todas las esperanzas en ella, aunque también depende mucho de nosotros. Tenemos que salir a votar”, agrega Gloria.
Fenómeno político
Para el analista político Luis Peche, el fenómeno de María Corina Machado lleva varios años engendrándose como fruto de un hastío extendido de la población en el gobierno, que dejó un país hundido en una de las mayores crisis humanitarias de la región y una oleada migratoria de casi ocho millones de venezolanos. Y, además, nace del rechazo a una oposición que no supo derrotar al régimen de Maduro en múltiples ocasiones, añade Peche.
“Ella es una figura que reivindica el rechazo a todo el sistema y la necesidad de cambio, con un discurso que ha sido coherente a lo largo de los años y termina siendo la figura bajo la cual las personas encarnan la necesidad de cambio que hay en el país. Por eso es tan personalizado y enfocado en ella, porque es la gran figura política que sobrevivió a un ciclo de estos últimos 10 años de liderazgo político opositor a Maduro”, detalló el analista.
Durante una conferencia de prensa con medios nacionales e internacionales, de la que formó parte LA NACION, Machado, acompañada por González Urrutia, aseguró a los venezolanos que el término de esta campaña electoral marca “el cierre de un ciclo de miseria para iniciar una etapa de prosperidad”.
“Es el cierre de un ciclo de humillación para iniciar una etapa de respeto. El cierre de un ciclo de separación para avanzar en una era del reencuentro de cada familia en su país”, añadió.
Es esta última frase la que la líder impulsó a lo largo de todas sus recorridas por los rincones del país y que cautivó a los venezolanos: su misión de reconstruir Venezuela para restaurar familias con el regreso de los migrantes y refugiados.
“Machado ha sabido capitalizar mensajes claves en este momento, como por ejemplo la separación de la familia venezolana. Uno de los principales puntos de María Corina es el reencuentro de la familia o apelar a que este cambio político traerá consigo que tanta separación que hubo producto de la migración podrá ser recompensado”, detalló Peche. “Con ese mensaje conectó muchísimo, por eso abundan los videos de venezolanos llorando, pidiéndole a María Corina que gane para poder reencontrarse con sus hijos”.
Ese es el deseo que movilizó a Tomás, de 62 años, a las calles de Las Mercedes este jueves. Su hija menor aún vive en Venezuela, pero el mayor se asentó en Estados Unidos y, aunque ya tiene una nueva vida allí, “quiero que vuelva”.
“La historia de estos 25 años comenzó con mucha promesa de más democracia y se fue degenerando hasta lo que tenemos ahora. Caímos en desgracia social, económica y moral. Estoy aquí por nuestros hijos que fueron obligados a migrar. No hay razón de que este país esté en las condiciones en las que está”, dijo.
CARACAS.- La avenida principal de Las Mercedes ya estaba llena minutos antes de que el reloj marcara la hora de la convocatoria. Incalculables banderas de Venezuela, de todos los tamaños, se agitan entre una marea de gente extasiada. En las veredas los vendedores exhiben otras tantas, junto a vuvuzelas, remeras y vinchas de color celeste y blanco, el distintivo del movimiento político opositor Vente Venezuela.
Jóvenes, adultos, familias enteras con niños, grupos de amigos y colegas esperan al rayo del sol la llegada de la dupla que podría marcar la historia del país en las elecciones del próximo domingo: el candidato presidencial Edmundo González Urrutia y María Corina Machado, la líder del fenómeno político opositor que busca destronar al chavismo. Entre rostros felices y ojos vidriosos al borde del llanto, cada vez que sus nombres se mencionan ante la multitud, cientos gritan al unísono un pedido desesperado: “¡Libertad, libertad, libertad!”.
El tumulto apretujado da paso a una larga hilera de motorizados, muchos con banderas venezolanas en sus cascos, que con sus bocinazos arengan a la multitud. En algunos sectores que inundan las calles de Las Mercedes, cientos de personas que presentes para el cierre de campaña de Machado y González Urrutia bailan al ritmo de la música; en otros, corean consignas conta el régimen de Nicolás Maduro, que según distintas encuestadoras independientes perdería las elecciones por un amplio margen frente al exdiplomático.
“No más lenteja, harina o yuca, yo lo que quiero es que se vaya el ‘hijoeputa’”, canta eufórica la multitud entre la melodía ensordecedora que construyen las vuvuzelas y los aplausos.
Cierre de esta campaña admirable en Caracas 🇻🇪 https://t.co/VBoWhHeuBJ
— María Corina Machado (@MariaCorinaYA) July 25, 2024
“No más dictadura”; “Cambio”; “Abajo las cadenas”; “Nos quitaron tanto que nos quitaron el miedo”; “La vida es libertad… mi vida es Venezuela”. Estas son apenas algunas de las consignas replicadas en numerosos carteles que los asistentes exhiben sin temor a represalias, ante una esperanza generalizada de que esta vez se produzca el milagro que pueda patear el tablero a 25 años de chavismo.
Aunque algunos llevan vinchas con la imagen de la dupla opositora junto a la frase “tenemos fe”, y otros desfilan con su sticker de la boleta electoral de González Urrutia pegada en el pecho, el rostro de Corina Machado se replica en cada remera a medida que aumenta la euforia por verla llegar al evento. “¡Ahí viene, ahí viene!”, grita un simpatizante ansioso, antes de tiempo. “¿Qué pasó? ¿Ya llegó?”, se pregunta una señora ante un repentino grito multitudinario por la presencia de un dron.
“Es que la cara de la gente se transforma cuando la ven. Es la esperanza. Acá se respira eso”, dice a LA NACION Lorena Quinteros, que recuerda que en ese mismo lugar, en 2017, la policía disparaba a los estudiantes que exigían los mismos pedidos que los venezolanos allí presentes, en unas movilizaciones que dejaron un saldo de más de 160 muertos.
Hoy la escena es completamente distinta. Carteles y gritos demuestran que el miedo y el horror se transformó en esperanza. “Eso del baño de sangre que dice Maduro es mentira. Porque se necesitan dos para una guerra civil y acá estamos todos. Acá está la clase baja, la clase alta, acá está todo el pueblo unido”, agrega Quinteros.
“Ellos van con la amenaza, con que van a salir con las armas. Pero María Corina es el arma espiritual, porque ella usa la fe. Si pide que se mueva la montaña, se moverá”, suma su amiga, que prefiere mantenerse en el anonimato. “Mira, se me eriza la piel de sólo decirlo. La libertad se siente”.
Desde el techo de la camioneta en la que se movió entre la multitud, Machado pidió por los seis refugiados opositores en la embajada argentina en Caracas. “Para que oigan este grito de libertad. Magalli [Meda], Claudia [Macero], Pedro [Urruchurtu], Humberto [Villalobos], Omar [González], Fernando [Martínez Mottola], ustedes están aquí hoy con nosotros. Oigan este grito de libertad”, dijo.
Aunque todos clamen por ella, Machado no podrá ser elegida como futura presidenta de Venezuela, debido a que el Tribunal Supremo de Justicia (TSJ) la inhabilitó de ejercer cargos públicos por 15 años en enero pasado, después de que la exdiputada obtuviera un arrollador triunfo en las primarias opositoras con más del 90% de los votos.
Pero en Venezuela es ella el sinónimo del cambio. “Corina es liderazgo. Es la libertad, es el comienzo del cambio”, resume a LA NACION Jorge, de 41 años, que asistió al cierre de campaña con su familia.
Gloria, de 65 años, en tres días se dirigirá a las urnas para poder “salir de este gobierno en el nombre de Dios”, cuenta. Lleva puesta una gorra con la bandera de Venezuela y está acompañada por su hija Camila, de 22 años, que “nunca ha probado la democracia”.
#VamosAGanar 😎✌🏼🇻🇪 pic.twitter.com/wDs8tkbzMn
— Edmundo González (@EdmundoGU) July 25, 2024
“Para mí Corina representa un cambio total. Tenemos todas las esperanzas en ella, aunque también depende mucho de nosotros. Tenemos que salir a votar”, agrega Gloria.
Fenómeno político
Para el analista político Luis Peche, el fenómeno de María Corina Machado lleva varios años engendrándose como fruto de un hastío extendido de la población en el gobierno, que dejó un país hundido en una de las mayores crisis humanitarias de la región y una oleada migratoria de casi ocho millones de venezolanos. Y, además, nace del rechazo a una oposición que no supo derrotar al régimen de Maduro en múltiples ocasiones, añade Peche.
“Ella es una figura que reivindica el rechazo a todo el sistema y la necesidad de cambio, con un discurso que ha sido coherente a lo largo de los años y termina siendo la figura bajo la cual las personas encarnan la necesidad de cambio que hay en el país. Por eso es tan personalizado y enfocado en ella, porque es la gran figura política que sobrevivió a un ciclo de estos últimos 10 años de liderazgo político opositor a Maduro”, detalló el analista.
Durante una conferencia de prensa con medios nacionales e internacionales, de la que formó parte LA NACION, Machado, acompañada por González Urrutia, aseguró a los venezolanos que el término de esta campaña electoral marca “el cierre de un ciclo de miseria para iniciar una etapa de prosperidad”.
“Es el cierre de un ciclo de humillación para iniciar una etapa de respeto. El cierre de un ciclo de separación para avanzar en una era del reencuentro de cada familia en su país”, añadió.
Es esta última frase la que la líder impulsó a lo largo de todas sus recorridas por los rincones del país y que cautivó a los venezolanos: su misión de reconstruir Venezuela para restaurar familias con el regreso de los migrantes y refugiados.
“Machado ha sabido capitalizar mensajes claves en este momento, como por ejemplo la separación de la familia venezolana. Uno de los principales puntos de María Corina es el reencuentro de la familia o apelar a que este cambio político traerá consigo que tanta separación que hubo producto de la migración podrá ser recompensado”, detalló Peche. “Con ese mensaje conectó muchísimo, por eso abundan los videos de venezolanos llorando, pidiéndole a María Corina que gane para poder reencontrarse con sus hijos”.
Ese es el deseo que movilizó a Tomás, de 62 años, a las calles de Las Mercedes este jueves. Su hija menor aún vive en Venezuela, pero el mayor se asentó en Estados Unidos y, aunque ya tiene una nueva vida allí, “quiero que vuelva”.
“La historia de estos 25 años comenzó con mucha promesa de más democracia y se fue degenerando hasta lo que tenemos ahora. Caímos en desgracia social, económica y moral. Estoy aquí por nuestros hijos que fueron obligados a migrar. No hay razón de que este país esté en las condiciones en las que está”, dijo.
La dirigente opositora y el candidato presidencial González Urrutia cerraron la campaña electoral con una gran manifestación en Caracas; el hastío con el régimen de Maduro y las paupérrimas condiciones de vida, claves LA NACION