La batalla familiar secreta por el futuro de uno de los mayores imperios mediáticos del mundo
NUEVA YORK.- Rupert Murdoch está librando una batalla legal secreta contra tres de sus hijos por el futuro del emporio mediático de la familia, que él intenta preservar como una fuerza política conservadora después que muera, según un dictamen judicial reservado al que tuvo acceso el diario The New York Times.
El magnate, de 93 años, puso en marcha el engranaje a fines del año pasado, cuando tomó una sorpresiva decisión para modificar los términos del fideicomiso familiar irrevocable de los Murdoch y así asegurarse de que su hijo mayor y sucesor elegido, Lachlan, siga a cargo de su colección de empresas de televisión y de periódicos.
Según el fideicomiso actual, tras la muerte de Murdoch el control del negocio familiar pasaría a los cuatro hijos mayores del magnate. Pero Murdoch argumenta ante la Justicia que para preservar la línea editorial conservadora de sus medios y así proteger su valor comercial para el resto de los herederos es imprescindible empoderar a Lachlan, para que dirija la compañía sin la interferencia de sus hermanos, políticamente más moderados.
Los tres hermanos -James, Elisabeth y Prudence- se quedaron totalmente sorprendidos por el intento de su padre de reescribir lo que se suponía que era un fideicomiso inviolable, y se unieron para detenerlo. Lachlan, por su parte, se alineó con su padre. Pero lo más sorprendente del caso es que la batalla legal resultante se viene desarrollando completamente fuera del radar de la opinión pública.
El mes pasado, el comisionado de sucesiones del estado de Nevada dictaminó que Murdoch podría modificar el fideicomiso si logra demostrar que está actuando de buena fe y en beneficio exclusivo de sus herederos, según consta en su presentación judicial de 48 páginas.
En septiembre arrancaría el juicio para determinar si Murdoch está actuando de buena fe, y lo que está en juego es el futuro de uno de los emporios de medios de comunicación políticamente más influyentes del mundo angloparlante.
Los voceros de ambas partes se negaron a hacer comentarios, pero se sabe que contrataron abogados de alto nivel. Los tres hermanos Murdoch están representados por Gary A. Bornstein, codirector del estudio Cravath, Swaine & Moore. Y Rupert Murdoch está representado por Adam Streisand, un abogado del estudio Sheppard Mullin que tuvo participación en litigios sucesorias relacionadas con celebridades como Michael Jackson y Britney Spears.
No es la primera vez que la familia Murdoch está dividida. James y Elisabeth compitieron entre ellos y con Lachlan para hacerse cargo de la empresa, y en varias oportunidades se enfrentaron entre ellos y con su padre. James, que en su día ayudó dirigió la empresa junto a Lachlan, la abandonó en 2019 y actualmente supervisa un fondo de inversión. Elisabeth dirige el exitoso estudio cinematográfico Sister, y durante años buscó posicionarse como la “Suiza” de la familia, manteniendo la neutralidad y las buenas relaciones con todos. Prudence, la hija mayor de Murdoch y la única de su primer matrimonio, siempre fue la menos involucrada en el negocio familiar y más reservada de los hijos del magnate.
Pero dada la avanzada edad del patriarca, esta batalla tiene todos los ingredientes de una puja definitiva por el control de su vasto conglomerado de medios, que integran Fox News, The Wall Street Journal, The New York Post y los principales diarios y canales de televisión de Australia y Gran Bretaña.
Opiniones políticas
En las raíces de esa puja están la política y el poder. Desde que Murdoch diseñó el fideicomiso, hace casi 25 años, las opiniones políticas de la familia se fueron diferenciando marcadamente. Durante el ascenso de Donald Trump, Murdoch y Lachlan se alinearon más estrechamente y empujaron más a la derecha a Fox News, el medio más influyente del conglomerado, un posicionamiento político que empezó a molestar cada vez más a sus otros hijos.
Según un allegado a la familia, al intento de cambiar el fideicomiso Murdoch lo llama “Proyecto Armonía”, porque dice que su intención es evitar una inminente guerra familiar cuando muera. Pero ha tenido el efecto contrario…
Después de su presentación judicial para modificar el fideicomiso, Murdoch se reunió por separado con Elisabeth y Prudence en Londres, con la esperanza de ganar su apoyo, dice la misma fuente. Pero al parecer las hijas estaban furiosas, y Elisabeth respondió a esa posibilidad con una andanada de insultos.
Días después, el 6 de diciembre, los abogados de Murdoch siguieron adelante con la movida convocando de apuro a una reunión especial del fideicomiso en Reno, Nevada. Los representantes de los tres hijos intentaron aplazar la reunión y bloquear los cambios propuestos, pero no lo lograron, según el dictamen del tribunal.
La pelea tiene distanciado a Murdoch de tres de sus hijos desde hace unos años. Por Ninguno de ellos, por ejemplo, asistió a su boda con Elena Zhukova, su quinta esposa, que se celebró en California el mes pasado. Lachlan sí estuvo presente.
Aunque el fideicomiso es irrevocable, contiene una cláusula limitada que permite cambios de buena fe y con el único propósito de beneficiar a todos sus miembros. Los abogados de Murdoch argumentan que su intención es proteger a James, Elisabeth y Prudence, garantizando que no podrán moderar la orientación política de Fox ni perturbar sus operaciones con constantes peleas por el liderazgo de la empresa. Este será uno de los principales temas del juicio.
La acción judicial tramita en un tribunal de sucesiones de Reno, el fuero que se ocupa de fideicomisos y herencias familiares. El estado de Nevada es un destino muy popular para los fideicomisos familiares dinásticos, ya que las leyes sucesorias de ese estado son favorables a la protección de la privacidad. El dictamen al que tuvo acceso The New York Times contiene el análisis de los hechos realizado por un comisionado de sucesiones cuyo papel es dar curso o no a las demandas.
El fideicomiso está compuesto por las acciones que tiene la familia en el imperio de Murdoch, hoy básicamente dividido en dos empresas: Fox, que incluye Fox News y la cadena de televisión Fox, y News Corp., que posee sus principales periódicos.
Los seis hijos de Murdoch tienen iguales partes del capital del fideicomiso. Eso incluye a Chloe y Grace, las dos hijas menores que tuvo con su tercera esposa, Wendi Deng, pero que no tienen derecho a voto.
Hasta ahora, Murdoch y sus cuatro hijos mayores ejercen su derecho a voto a través de sus propios representantes en el consejo del fideicomiso. Pero el control final lo tiene Murdoch y no puede ser superado en votos. Cuando Murdoch muera, Lachlan, James, Elisabeth y Prudence tendrán un solo voto cada uno. Como dijo Murdoch en una entrevista con Charlie Rose en 2006: “Si mañana me pisa un colectivo, entre ellos cuatro tendrán que decidir quién los dirige”.
El análisis de los hechos realizado por el comisionado de sucesiones muestra que Murdoch está tomando medidas para ampliar el poder de voto de Lachlan, para asegurarle una mayoría que no pueda ser desafiada. Los cambios no afectarían a la participación de ninguno de los hijos en la propiedad de la empresa.
Jim Rutenberg y Jonathan Mahler
Traducción de Jaime Arrambide
NUEVA YORK.- Rupert Murdoch está librando una batalla legal secreta contra tres de sus hijos por el futuro del emporio mediático de la familia, que él intenta preservar como una fuerza política conservadora después que muera, según un dictamen judicial reservado al que tuvo acceso el diario The New York Times.
El magnate, de 93 años, puso en marcha el engranaje a fines del año pasado, cuando tomó una sorpresiva decisión para modificar los términos del fideicomiso familiar irrevocable de los Murdoch y así asegurarse de que su hijo mayor y sucesor elegido, Lachlan, siga a cargo de su colección de empresas de televisión y de periódicos.
Según el fideicomiso actual, tras la muerte de Murdoch el control del negocio familiar pasaría a los cuatro hijos mayores del magnate. Pero Murdoch argumenta ante la Justicia que para preservar la línea editorial conservadora de sus medios y así proteger su valor comercial para el resto de los herederos es imprescindible empoderar a Lachlan, para que dirija la compañía sin la interferencia de sus hermanos, políticamente más moderados.
Los tres hermanos -James, Elisabeth y Prudence- se quedaron totalmente sorprendidos por el intento de su padre de reescribir lo que se suponía que era un fideicomiso inviolable, y se unieron para detenerlo. Lachlan, por su parte, se alineó con su padre. Pero lo más sorprendente del caso es que la batalla legal resultante se viene desarrollando completamente fuera del radar de la opinión pública.
El mes pasado, el comisionado de sucesiones del estado de Nevada dictaminó que Murdoch podría modificar el fideicomiso si logra demostrar que está actuando de buena fe y en beneficio exclusivo de sus herederos, según consta en su presentación judicial de 48 páginas.
En septiembre arrancaría el juicio para determinar si Murdoch está actuando de buena fe, y lo que está en juego es el futuro de uno de los emporios de medios de comunicación políticamente más influyentes del mundo angloparlante.
Los voceros de ambas partes se negaron a hacer comentarios, pero se sabe que contrataron abogados de alto nivel. Los tres hermanos Murdoch están representados por Gary A. Bornstein, codirector del estudio Cravath, Swaine & Moore. Y Rupert Murdoch está representado por Adam Streisand, un abogado del estudio Sheppard Mullin que tuvo participación en litigios sucesorias relacionadas con celebridades como Michael Jackson y Britney Spears.
No es la primera vez que la familia Murdoch está dividida. James y Elisabeth compitieron entre ellos y con Lachlan para hacerse cargo de la empresa, y en varias oportunidades se enfrentaron entre ellos y con su padre. James, que en su día ayudó dirigió la empresa junto a Lachlan, la abandonó en 2019 y actualmente supervisa un fondo de inversión. Elisabeth dirige el exitoso estudio cinematográfico Sister, y durante años buscó posicionarse como la “Suiza” de la familia, manteniendo la neutralidad y las buenas relaciones con todos. Prudence, la hija mayor de Murdoch y la única de su primer matrimonio, siempre fue la menos involucrada en el negocio familiar y más reservada de los hijos del magnate.
Pero dada la avanzada edad del patriarca, esta batalla tiene todos los ingredientes de una puja definitiva por el control de su vasto conglomerado de medios, que integran Fox News, The Wall Street Journal, The New York Post y los principales diarios y canales de televisión de Australia y Gran Bretaña.
Opiniones políticas
En las raíces de esa puja están la política y el poder. Desde que Murdoch diseñó el fideicomiso, hace casi 25 años, las opiniones políticas de la familia se fueron diferenciando marcadamente. Durante el ascenso de Donald Trump, Murdoch y Lachlan se alinearon más estrechamente y empujaron más a la derecha a Fox News, el medio más influyente del conglomerado, un posicionamiento político que empezó a molestar cada vez más a sus otros hijos.
Según un allegado a la familia, al intento de cambiar el fideicomiso Murdoch lo llama “Proyecto Armonía”, porque dice que su intención es evitar una inminente guerra familiar cuando muera. Pero ha tenido el efecto contrario…
Después de su presentación judicial para modificar el fideicomiso, Murdoch se reunió por separado con Elisabeth y Prudence en Londres, con la esperanza de ganar su apoyo, dice la misma fuente. Pero al parecer las hijas estaban furiosas, y Elisabeth respondió a esa posibilidad con una andanada de insultos.
Días después, el 6 de diciembre, los abogados de Murdoch siguieron adelante con la movida convocando de apuro a una reunión especial del fideicomiso en Reno, Nevada. Los representantes de los tres hijos intentaron aplazar la reunión y bloquear los cambios propuestos, pero no lo lograron, según el dictamen del tribunal.
La pelea tiene distanciado a Murdoch de tres de sus hijos desde hace unos años. Por Ninguno de ellos, por ejemplo, asistió a su boda con Elena Zhukova, su quinta esposa, que se celebró en California el mes pasado. Lachlan sí estuvo presente.
Aunque el fideicomiso es irrevocable, contiene una cláusula limitada que permite cambios de buena fe y con el único propósito de beneficiar a todos sus miembros. Los abogados de Murdoch argumentan que su intención es proteger a James, Elisabeth y Prudence, garantizando que no podrán moderar la orientación política de Fox ni perturbar sus operaciones con constantes peleas por el liderazgo de la empresa. Este será uno de los principales temas del juicio.
La acción judicial tramita en un tribunal de sucesiones de Reno, el fuero que se ocupa de fideicomisos y herencias familiares. El estado de Nevada es un destino muy popular para los fideicomisos familiares dinásticos, ya que las leyes sucesorias de ese estado son favorables a la protección de la privacidad. El dictamen al que tuvo acceso The New York Times contiene el análisis de los hechos realizado por un comisionado de sucesiones cuyo papel es dar curso o no a las demandas.
El fideicomiso está compuesto por las acciones que tiene la familia en el imperio de Murdoch, hoy básicamente dividido en dos empresas: Fox, que incluye Fox News y la cadena de televisión Fox, y News Corp., que posee sus principales periódicos.
Los seis hijos de Murdoch tienen iguales partes del capital del fideicomiso. Eso incluye a Chloe y Grace, las dos hijas menores que tuvo con su tercera esposa, Wendi Deng, pero que no tienen derecho a voto.
Hasta ahora, Murdoch y sus cuatro hijos mayores ejercen su derecho a voto a través de sus propios representantes en el consejo del fideicomiso. Pero el control final lo tiene Murdoch y no puede ser superado en votos. Cuando Murdoch muera, Lachlan, James, Elisabeth y Prudence tendrán un solo voto cada uno. Como dijo Murdoch en una entrevista con Charlie Rose en 2006: “Si mañana me pisa un colectivo, entre ellos cuatro tendrán que decidir quién los dirige”.
El análisis de los hechos realizado por el comisionado de sucesiones muestra que Murdoch está tomando medidas para ampliar el poder de voto de Lachlan, para asegurarle una mayoría que no pueda ser desafiada. Los cambios no afectarían a la participación de ninguno de los hijos en la propiedad de la empresa.
Jim Rutenberg y Jonathan Mahler
Traducción de Jaime Arrambide
Rupert Murdoch intentó cambiar el fideicomiso irrevocable de la familia para preservar sus negocios mediáticos como fuerza conservadora, pero varios de sus hijos se oponen LA NACION