La vida del hombre más solitario del mundo que tiene osos como vecinos
Muchas son las personas que, cansados de la cotidianeidad, buscan un rumbo distinto en su vida lejos de la comodidad a la que están acostumbrados. Samuil dejó su pueblo por un lugar despoblado, frío e, incluso, sin vecinos, por lo que terminó convirtiéndose en el hombre más solitario del mundo, algo que no deja de sorprender a todo el que se cruce con su historia.
Tras considerar que su vida en Yakutia, un pueblito de Rusia, era “bastante aburrida”, el hombre de 67 años decidió irse al desierto siberiano, considerado como uno de los lugares más fríos del planeta Tierra, con temperaturas que a veces están por debajo de los 70 grados bajo cero.
En medio del bosque, Samuil se construyó una cabaña de madera, donde solo tiene la compañía de sus perros. Con cada una de sus caminatas diarias y lo que iba encontrándose en estas, logró armarse su casa, la cual tiene ventanas hechas de láminas de papel celofán.
Pese a que su vivienda está rodeada de nieve, cuenta con gran cantidad de leña. Sin embargo, como la estructura tiene grandes huecos por la deficiencia de los materiales, el calor no se mantiene por mucho tiempo y la búsqueda de troncos es constante. Para mantener el lugar cálido, el interior de su cabaña está cubierto de mantas y láminas.
Por otra parte, tiene su propia heladera sin necesidad de electricidad. Asimismo, posee un freezer subterráneo lleno de carne.
¿Cómo es la alimentación de Samuil? Debido al frío extremo, la comida es fundamental. La mayor parte de esta proviene de sus viajes al lago, dado que se convirtió en un experto en la pesca junto a su cachorro. Además, la liebre no puede faltar en su menú semanal. Para poder abastecer sus necesidades básicas, vende escobas en Yakutsk, pero esto es una travesía. Es que la ciudad no está cerca y caminar bajo estas temperaturas y sin energía puede ser perjudicial para su estado físico. No obstante, la fe cumple un rol fundamental en su vida, ya que en cada caminata le reza a Dios.
Según mencionó en el documental del youtuber Kiun B, en cada oración repite: “Dios mío, Jesucristo, por favor ayúdame. Cuando vaya al pueblo, por favor ayúdame a encontrar algo de comer”.
Pero ese no es el único riesgo que corre. Como tiene de vecinos a osos, su vida está en constante amenaza. “Vi muchos osos pasar por mi casa. Están dando vueltas por fuera. Mis perros siempre están ladrando. Gracias a Dios que no entran porque pueden ser muy peligrosos. Pero a ellos no les importo, somos como vecinos”, comentó.
Además de los miles de likes que recibió el video que relata su vida, los comentarios no tardaron en aparecer. “El momento en que Samuil dijo: ‘Siento que ahora voy a tener una vida tan fácil’, me hizo darme cuenta de lo bendecido que soy”; “No es mucho, pero es con honestidad de corazón. Me conmovió la historia de Samuil y agradezco que la hayas compartido para que la veamos” y “Me tocó el corazón. Hay gente sencilla y feliz en este mundo, que muestra la sencillez de la vida, incluso cuando no tienen demasiado y hay almas maravillosas que ayudaron a este hombre a tener una vida más fácil en el desierto. Gracias por eso”, fueron solo algunos de ellos.
Muchas son las personas que, cansados de la cotidianeidad, buscan un rumbo distinto en su vida lejos de la comodidad a la que están acostumbrados. Samuil dejó su pueblo por un lugar despoblado, frío e, incluso, sin vecinos, por lo que terminó convirtiéndose en el hombre más solitario del mundo, algo que no deja de sorprender a todo el que se cruce con su historia.
Tras considerar que su vida en Yakutia, un pueblito de Rusia, era “bastante aburrida”, el hombre de 67 años decidió irse al desierto siberiano, considerado como uno de los lugares más fríos del planeta Tierra, con temperaturas que a veces están por debajo de los 70 grados bajo cero.
En medio del bosque, Samuil se construyó una cabaña de madera, donde solo tiene la compañía de sus perros. Con cada una de sus caminatas diarias y lo que iba encontrándose en estas, logró armarse su casa, la cual tiene ventanas hechas de láminas de papel celofán.
Pese a que su vivienda está rodeada de nieve, cuenta con gran cantidad de leña. Sin embargo, como la estructura tiene grandes huecos por la deficiencia de los materiales, el calor no se mantiene por mucho tiempo y la búsqueda de troncos es constante. Para mantener el lugar cálido, el interior de su cabaña está cubierto de mantas y láminas.
Por otra parte, tiene su propia heladera sin necesidad de electricidad. Asimismo, posee un freezer subterráneo lleno de carne.
¿Cómo es la alimentación de Samuil? Debido al frío extremo, la comida es fundamental. La mayor parte de esta proviene de sus viajes al lago, dado que se convirtió en un experto en la pesca junto a su cachorro. Además, la liebre no puede faltar en su menú semanal. Para poder abastecer sus necesidades básicas, vende escobas en Yakutsk, pero esto es una travesía. Es que la ciudad no está cerca y caminar bajo estas temperaturas y sin energía puede ser perjudicial para su estado físico. No obstante, la fe cumple un rol fundamental en su vida, ya que en cada caminata le reza a Dios.
Según mencionó en el documental del youtuber Kiun B, en cada oración repite: “Dios mío, Jesucristo, por favor ayúdame. Cuando vaya al pueblo, por favor ayúdame a encontrar algo de comer”.
Pero ese no es el único riesgo que corre. Como tiene de vecinos a osos, su vida está en constante amenaza. “Vi muchos osos pasar por mi casa. Están dando vueltas por fuera. Mis perros siempre están ladrando. Gracias a Dios que no entran porque pueden ser muy peligrosos. Pero a ellos no les importo, somos como vecinos”, comentó.
Además de los miles de likes que recibió el video que relata su vida, los comentarios no tardaron en aparecer. “El momento en que Samuil dijo: ‘Siento que ahora voy a tener una vida tan fácil’, me hizo darme cuenta de lo bendecido que soy”; “No es mucho, pero es con honestidad de corazón. Me conmovió la historia de Samuil y agradezco que la hayas compartido para que la veamos” y “Me tocó el corazón. Hay gente sencilla y feliz en este mundo, que muestra la sencillez de la vida, incluso cuando no tienen demasiado y hay almas maravillosas que ayudaron a este hombre a tener una vida más fácil en el desierto. Gracias por eso”, fueron solo algunos de ellos.
Samuil tiene 67 años y desde hace dos décadas vive en el desierto siberiano, uno de los lugares más fríos del planeta Tierra; cómo es su sorprendente historia LA NACION