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Golpeado, pero no vencido: Hamas podría reaparecer más radicalizado tras la eliminación de la cúpula

NUEVA YORK.- Primero mataron a su máximo líder en el extranjero, Ismail Haniyeh, con una bomba plantada en Teherán. Y un par de semanas antes, Israel anunció que había matado a Mohamed Deif, el comandante militar más escurridizo y respetado de Hamas. Y todo mientras Israel sigue librando la guerra más feroz que hayan tenido que sufrir los palestinos que viven en la Franja de Gaza.

A primera vista, los últimos choques de la lucha de 30 años entre Israel y Hamas parecen devastadores para el movimiento islamista y se diría que ponen en duda su supervivencia. Sin embargo, la historia de Hamas, la evolución de los grupos de milicias palestinas durante las últimas décadas y la lógica detrás de todo movimiento insurgente permiten entrever que Hamas no solo sobrevivirá, sino que hasta podría salir políticamente favorecido y fortalecido.

Los analistas y observadores regionales en contacto con los líderes de Hamas consideran que los últimos golpes que ha sufrido la agrupación –incluido el asesinato de Haniyeh, que se cree que fue obra de Israel– les dan a las fuerzas israelíes una victoria a corto plazo a expensas de un éxito estratégico a largo plazo.

“En vez de generar la desconexión que esperaban lograr, para que la gente sintiera miedo o se sintiera completamente derrotada, esto tendrá el efecto contrario”, apunta Tahani Mustafa, analista experta en Palestina del International Crisis Group, que ofrece análisis de políticas para poner fin a conflictos armados. “Israel repartió las cartas y les dio una mano ganadora.”

La campaña militar de Israel en represalia por los ataques de Hamas del 7 de octubre ya desplazó a cerca del 90% de los dos millones de habitantes de la franja, dejó arrasados sectores enteros las ciudades del enclave y terminó con la vida de 39.000 personas, según el Ministerio de Salud de Gaza, que no distingue entre civiles y combatientes.

A pesar de esas pérdidas, Hamas no sólo sigue en activo, sino que está reclutando nuevos combatientes tanto en Gaza como fuera de ella, según los analistas y los propios residentes locales. Y también han empezado a resurgir milicias en zonas de las que habían sido expulsadas por Israel hace meses.

Para Hamas, la lógica de la insurgencia implica que el simple hecho de sobrevivir a un ejército mucho más poderoso representa una victoria simbólica, y eso le confiere un poder que puede perdurar sin importar el daño que Israel pueda causarle.

El miércoles, el ejército israelí anunció que durante un ataque que llevó a cabo el 13 de julio había matado a Mohamed Deif, jefe del ala militar de Hamas y considerado el arquitecto del ataque del 7 de octubre contra Israel. Hamas todavía no ha confirmado su muerte. Sin embargo, el asesinato de Deif sería el corolario de años de intentos israelíes para asesinar al segundo líder más importante de la organización después del hombre más buscado por Israel, Yahya Sinwar, jefe de Hamas en Gaza.

Israel anunció la muerte de Deif el día mismo día en que se realizaba el funeral de Haniyeh, asesinado durante su visita a Teherán para asistir a la toma de posesión del nuevo presidente de Irán. Tanto Irán como Hamas han acusado a Israel, que tiene un largo historial de mandar asesinar a sus enemigos, de estar detrás de la muerte de Haniyeh.

Su pérdida también será difícil para Hamas. Los analistas regionales consideraban a Haniyeh como una figura más moderada dentro del movimiento islamista, que fungía de puente entre sus facciones rivales. También era visto como un líder dispuesto a impulsar el diálogo con mediadores, incluidas las continuas, aunque vacilantes, negociaciones de alto el fuego con Israel.

“Si lo eliminás, el mensaje es que las negociaciones no te importan”, dice Khaled Elgindy, experto en asuntos palestinos del Instituto de Oriente Medio, con sede en Washington.

“No veo razones para concluir que Hamas pasará a ser irrelevante”, apunta Elgindy. “La verdadera pregunta es cuál será el cambio en Hamas después de esto? Y creo que hay buenos argumentos para afirmar que la cúpula de la agrupación se está radicalizando.”

Fue le propio Deif quien reemplazó a Ahmed al-Jabari, el líder militar asesinado por Israel en 2012 con un ataque selectivo a su automóvil. En ese momento, Deif era el principal negociador de Hamas en un esfuerzo de mediación para alcanzar un alto el fuego a largo plazo con Israel.

Las campañas de asesinatos selectivos que Israel viene llevando a cabo desde hace décadas contra sus rivales palestinos y regionales tienen un historial controvertido: quienes las critican desde siempre dicen que eso táctica solo dio espacio para el surgimiento de nuevos partidos o líderes enemigos de Israel, cada vez más radicalizados.

En la década de 1970, Israel asesinó a Wadi Haddad, el líder militar del Frente Popular para la Liberación de Palestina, lo que llevó al colapso de esa agrupación comunista. Una década después, sin embargo, ya la había reemplazado un nuevo enemigo palestino: el Fatah, la fuerza nacionalista de Yasser Arafat. Entonces Israel mató a su popular líder militar, Khalil al-Wazir, pero no logró paralizar al grupo.

Es evidente que Hamas, fundada en 1987, se ha dedicado ha estudiar detenidamente la historia de los grupos militantes palestinos con la esperanza de evitar su destino.

Desde principios de la década de 2000, a medida que los otros grupos perdían su capacidad militar o abandonaban las armas en favor de las negociaciones, como Fatah, para los palestinos Hamas pasó a ser la agrupación que había recibido la antorcha de la resistencia armada ante la ocupación israelí.

Cuando las conversaciones de paz fracasaron, a principios de la década de 2000, la potencia de Hamas creció, y el asesinato por parte de Israel de varios de sus líderes, incluidos sus cofundadores, no lograron torcer el rumbo de la agrupación.

La historia de vida de Haniyeh ofrece una lección diferente sobre las consecuencias no deseadas de algunos de los intentos de Israel de destruir a Hamas: Haniyeh fue uno de los 400 palestinos que Israel expulsó de Gaza hacia el sur del Líbano, entonces bajo ocupación militar israelí. Pero en vez de quedar marginados, las figuras como Haniyeh ganaron mayor popularidad y protagonismo de alcance regional.

Tal vez el principio más importante que explica la supervivencia de Hamas, dice la analista Mustafa, es no depender excesivamente del apoyo material de sus aliados extranjeros. Según Mustafa, fue esa dependencia la que permitió que Israel debilitara a la Organización para la Liberación de Palestina en los años 1970 y 1980.

Hasta ahora, Hamas parece haber mantenido esa autosuficiencia a pesar del draconiano asedio de Israel sobre la franja. Irán es una fuente importante de dinero y armas para Hamas —los drones utilizados por Hamas el 7 de octubre eran iraníes—, pero ahora Irán también está intentando evitar verse arrastrado a una guerra regional.

Las milicias de Hamas, por ejemplo, tienen sus propios ingenieros, que saben cómo aprovechar todo lo que encuentran en el terreno, desde suministros saqueados de bases israelíes o de emboscadas a vehículos israelíes, hasta la extracción de materiales de municiones sin explotar y la reutilización de drones caídos.

“Recibieron mucho apoyo externo en términos de financiamiento y entrenamiento, pero en términos de logística, lo hacen todo ellos”, apunta Mustafa. “Es por eso que después de 10 meses la resistencia casi no ha disminuido.”

No todos los analistas creen que Hamas pueda sobrevivir a las presiones actuales. Algunos, como Michael Stephens, del Instituto Royal United Services, grupo de investigación con sede en Londres, creen que los ataques causarán suficientes daños temporales como para obligar a Hamas a hacer más concesiones.

Akram Atallah, analista político gazatí del periódico árabe Al-Ayyam, dijo que Hamas saldrá de esta guerra muy dañado, no sólo militarmente, sino en términos de apoyo popular en la franja, “región que siempre ha sido su centro de gravedad.”

Gran parte de la popularidad que parece haber ganado Hamas, dice Atallah, es afuera de Gaza, como de sus compatriotas palestinos en la ocupada Cisjordania.

“La razón es obvia: los que están pagando el precio son los gazatíes.”

Atallah dice que a Hamas le sería imposible gobernar la Franja de Gaza después de que termine la ofensiva de Israel, porque no sólo lo rechazarían Israel y sus principales partidarios en Washington, sino también y sobre todo los propios habitantes de Gaza.

Sin embargo, más allá de su determinación, Israel y sus aliados han hecho poco para garantizar que alguien pueda reemplazar a Hamas en el gobierno de la franja, señala Stephens.

“Nadie quiere hacerse cargo del problema. ¿Quién puede puede querer echarse encima la cuestión palestina?”, apunta Stephens. “En este momento, tal vez la situación pinte mal para Hamas, pero ¿cuál sería la alternativa?”

Mustafa anticipa un largo periodo de vacío de poder en la franja, con Israel entrando y retirándose de los reductos donde vayan surgiendo milicias de Hamas.

Y por más que Israel finalmente le aseste a Hamas un golpe decisivo, la pregunta seguiría siendo la misma: qué viene después.

“Mientras haya una situación de ocupación, exista o ya no exista Hamas, los palestinos seguirán luchando”, dice Mustafa.

Por Erika Solomon

Traducción de Jaime Arrambide

NUEVA YORK.- Primero mataron a su máximo líder en el extranjero, Ismail Haniyeh, con una bomba plantada en Teherán. Y un par de semanas antes, Israel anunció que había matado a Mohamed Deif, el comandante militar más escurridizo y respetado de Hamas. Y todo mientras Israel sigue librando la guerra más feroz que hayan tenido que sufrir los palestinos que viven en la Franja de Gaza.

A primera vista, los últimos choques de la lucha de 30 años entre Israel y Hamas parecen devastadores para el movimiento islamista y se diría que ponen en duda su supervivencia. Sin embargo, la historia de Hamas, la evolución de los grupos de milicias palestinas durante las últimas décadas y la lógica detrás de todo movimiento insurgente permiten entrever que Hamas no solo sobrevivirá, sino que hasta podría salir políticamente favorecido y fortalecido.

Los analistas y observadores regionales en contacto con los líderes de Hamas consideran que los últimos golpes que ha sufrido la agrupación –incluido el asesinato de Haniyeh, que se cree que fue obra de Israel– les dan a las fuerzas israelíes una victoria a corto plazo a expensas de un éxito estratégico a largo plazo.

“En vez de generar la desconexión que esperaban lograr, para que la gente sintiera miedo o se sintiera completamente derrotada, esto tendrá el efecto contrario”, apunta Tahani Mustafa, analista experta en Palestina del International Crisis Group, que ofrece análisis de políticas para poner fin a conflictos armados. “Israel repartió las cartas y les dio una mano ganadora.”

La campaña militar de Israel en represalia por los ataques de Hamas del 7 de octubre ya desplazó a cerca del 90% de los dos millones de habitantes de la franja, dejó arrasados sectores enteros las ciudades del enclave y terminó con la vida de 39.000 personas, según el Ministerio de Salud de Gaza, que no distingue entre civiles y combatientes.

A pesar de esas pérdidas, Hamas no sólo sigue en activo, sino que está reclutando nuevos combatientes tanto en Gaza como fuera de ella, según los analistas y los propios residentes locales. Y también han empezado a resurgir milicias en zonas de las que habían sido expulsadas por Israel hace meses.

Para Hamas, la lógica de la insurgencia implica que el simple hecho de sobrevivir a un ejército mucho más poderoso representa una victoria simbólica, y eso le confiere un poder que puede perdurar sin importar el daño que Israel pueda causarle.

El miércoles, el ejército israelí anunció que durante un ataque que llevó a cabo el 13 de julio había matado a Mohamed Deif, jefe del ala militar de Hamas y considerado el arquitecto del ataque del 7 de octubre contra Israel. Hamas todavía no ha confirmado su muerte. Sin embargo, el asesinato de Deif sería el corolario de años de intentos israelíes para asesinar al segundo líder más importante de la organización después del hombre más buscado por Israel, Yahya Sinwar, jefe de Hamas en Gaza.

Israel anunció la muerte de Deif el día mismo día en que se realizaba el funeral de Haniyeh, asesinado durante su visita a Teherán para asistir a la toma de posesión del nuevo presidente de Irán. Tanto Irán como Hamas han acusado a Israel, que tiene un largo historial de mandar asesinar a sus enemigos, de estar detrás de la muerte de Haniyeh.

Su pérdida también será difícil para Hamas. Los analistas regionales consideraban a Haniyeh como una figura más moderada dentro del movimiento islamista, que fungía de puente entre sus facciones rivales. También era visto como un líder dispuesto a impulsar el diálogo con mediadores, incluidas las continuas, aunque vacilantes, negociaciones de alto el fuego con Israel.

“Si lo eliminás, el mensaje es que las negociaciones no te importan”, dice Khaled Elgindy, experto en asuntos palestinos del Instituto de Oriente Medio, con sede en Washington.

“No veo razones para concluir que Hamas pasará a ser irrelevante”, apunta Elgindy. “La verdadera pregunta es cuál será el cambio en Hamas después de esto? Y creo que hay buenos argumentos para afirmar que la cúpula de la agrupación se está radicalizando.”

Fue le propio Deif quien reemplazó a Ahmed al-Jabari, el líder militar asesinado por Israel en 2012 con un ataque selectivo a su automóvil. En ese momento, Deif era el principal negociador de Hamas en un esfuerzo de mediación para alcanzar un alto el fuego a largo plazo con Israel.

Las campañas de asesinatos selectivos que Israel viene llevando a cabo desde hace décadas contra sus rivales palestinos y regionales tienen un historial controvertido: quienes las critican desde siempre dicen que eso táctica solo dio espacio para el surgimiento de nuevos partidos o líderes enemigos de Israel, cada vez más radicalizados.

En la década de 1970, Israel asesinó a Wadi Haddad, el líder militar del Frente Popular para la Liberación de Palestina, lo que llevó al colapso de esa agrupación comunista. Una década después, sin embargo, ya la había reemplazado un nuevo enemigo palestino: el Fatah, la fuerza nacionalista de Yasser Arafat. Entonces Israel mató a su popular líder militar, Khalil al-Wazir, pero no logró paralizar al grupo.

Es evidente que Hamas, fundada en 1987, se ha dedicado ha estudiar detenidamente la historia de los grupos militantes palestinos con la esperanza de evitar su destino.

Desde principios de la década de 2000, a medida que los otros grupos perdían su capacidad militar o abandonaban las armas en favor de las negociaciones, como Fatah, para los palestinos Hamas pasó a ser la agrupación que había recibido la antorcha de la resistencia armada ante la ocupación israelí.

Cuando las conversaciones de paz fracasaron, a principios de la década de 2000, la potencia de Hamas creció, y el asesinato por parte de Israel de varios de sus líderes, incluidos sus cofundadores, no lograron torcer el rumbo de la agrupación.

La historia de vida de Haniyeh ofrece una lección diferente sobre las consecuencias no deseadas de algunos de los intentos de Israel de destruir a Hamas: Haniyeh fue uno de los 400 palestinos que Israel expulsó de Gaza hacia el sur del Líbano, entonces bajo ocupación militar israelí. Pero en vez de quedar marginados, las figuras como Haniyeh ganaron mayor popularidad y protagonismo de alcance regional.

Tal vez el principio más importante que explica la supervivencia de Hamas, dice la analista Mustafa, es no depender excesivamente del apoyo material de sus aliados extranjeros. Según Mustafa, fue esa dependencia la que permitió que Israel debilitara a la Organización para la Liberación de Palestina en los años 1970 y 1980.

Hasta ahora, Hamas parece haber mantenido esa autosuficiencia a pesar del draconiano asedio de Israel sobre la franja. Irán es una fuente importante de dinero y armas para Hamas —los drones utilizados por Hamas el 7 de octubre eran iraníes—, pero ahora Irán también está intentando evitar verse arrastrado a una guerra regional.

Las milicias de Hamas, por ejemplo, tienen sus propios ingenieros, que saben cómo aprovechar todo lo que encuentran en el terreno, desde suministros saqueados de bases israelíes o de emboscadas a vehículos israelíes, hasta la extracción de materiales de municiones sin explotar y la reutilización de drones caídos.

“Recibieron mucho apoyo externo en términos de financiamiento y entrenamiento, pero en términos de logística, lo hacen todo ellos”, apunta Mustafa. “Es por eso que después de 10 meses la resistencia casi no ha disminuido.”

No todos los analistas creen que Hamas pueda sobrevivir a las presiones actuales. Algunos, como Michael Stephens, del Instituto Royal United Services, grupo de investigación con sede en Londres, creen que los ataques causarán suficientes daños temporales como para obligar a Hamas a hacer más concesiones.

Akram Atallah, analista político gazatí del periódico árabe Al-Ayyam, dijo que Hamas saldrá de esta guerra muy dañado, no sólo militarmente, sino en términos de apoyo popular en la franja, “región que siempre ha sido su centro de gravedad.”

Gran parte de la popularidad que parece haber ganado Hamas, dice Atallah, es afuera de Gaza, como de sus compatriotas palestinos en la ocupada Cisjordania.

“La razón es obvia: los que están pagando el precio son los gazatíes.”

Atallah dice que a Hamas le sería imposible gobernar la Franja de Gaza después de que termine la ofensiva de Israel, porque no sólo lo rechazarían Israel y sus principales partidarios en Washington, sino también y sobre todo los propios habitantes de Gaza.

Sin embargo, más allá de su determinación, Israel y sus aliados han hecho poco para garantizar que alguien pueda reemplazar a Hamas en el gobierno de la franja, señala Stephens.

“Nadie quiere hacerse cargo del problema. ¿Quién puede puede querer echarse encima la cuestión palestina?”, apunta Stephens. “En este momento, tal vez la situación pinte mal para Hamas, pero ¿cuál sería la alternativa?”

Mustafa anticipa un largo periodo de vacío de poder en la franja, con Israel entrando y retirándose de los reductos donde vayan surgiendo milicias de Hamas.

Y por más que Israel finalmente le aseste a Hamas un golpe decisivo, la pregunta seguiría siendo la misma: qué viene después.

“Mientras haya una situación de ocupación, exista o ya no exista Hamas, los palestinos seguirán luchando”, dice Mustafa.

Por Erika Solomon

Traducción de Jaime Arrambide

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