Interés GeneralNacionalesUltimas Noticias

Fabiola se reunió con su nueva abogada y se dispone a volver a declarar en las próximas horas

MADRID.- La ola de extremo calor que se vivió en esta ciudad, con picos de 40°, no afectó prácticamente a Fabiola Yáñez. La ex primera dama se encerró en su departamento del barrio de Salamanca con dos misiones: primero, delinear junto a su abogada la acusación como querellante en el expediente judicial contra Alberto Fernández en la causa por violencia de género. Después, ofrecer sus primeras entrevistas con medios, otro paso clave para su defensa mediática de este escándalo.

Su abogada, Mariana Gallego, aterrizó en el aeropuerto de Barajas el viernes por la madrugada y horas después mantuvo una extensa reunión con su cliente para planificar los pasos a seguir en el expediente que se tramita en los tribunales de Comodoro Py, según pudo reconstruir LA NACION entre distintas fuentes españolas. Aunque todavía no tiene fecha, la declaración de Yañez por videoconferencia se haría efectiva en las próximas horas, indiciaron fuentes judiciales.

Más allá de su declaración judicial y de sus dichos en las entrevistas televisivas, su defensa deberá decidir por qué delitos acusa a Alberto Fernández. La intención de la ex primera dama es elevar la acusación: pediría una calificación de lesiones graves con consecuencias psicológicas que, junto al agravante por el vínculo, elevarían la pena máxima de este delito a cuatro años. Ya no sería excarcelable. La querella también presentaría el delito de amenaza coactiva de parte de Fernández para que la ex primera dama no hiciera públicas las golpizas, indicaron abogados cercanos al expediente judicial.

El caso por el tráfico de influencias para la contratación de seguros de un amigo de Fernández se transformó durante la última semana en un escándalo que puso en primer plano la violencia de género que ejerció contra su entonces pareja. La difusión de las fotos de Yáñez golpeada en su ojo y en su brazo, y los chats de su secretaria privada, María Cantero, terminaron por poner en jaque al dirigente kirchnerista, que permanece replegado en su departamento de Puerto Madero.

De hecho, las amenazas que formarán parte de querella de Yáñez habrían vuelto a repetirse cuando el ex mandatario se enteró de que el material fotográfico estaba por publicarse y que Yáñez estaba dispuesta a denunciarlo ante la justicia. “Terrorismo psicológico”, lo definió ella en su primera declaración judicial.

Yáñez estaría dispuesta a presentar una acusación que detalle cómo Fernández la habría sometido emocionalmente durante sus años en la quinta de Olivos, con escenas de extrema tensión después de que se hicieran públicas las imágenes de su cumpleaños durante la cuarentena por el Covid, el famoso “Olivos-gate”, que melló la imagen pública del entonces presidente. LA NACION publicó el viernes que los chats que hablaban de una de las golpizas que había recibido Yáñez quedaron registrados horas después de haberse hecho público ese escándalo.

La defensa de Yañez propondría llamar a declarar como testigos a decenas de empleados de la quinta de Olivos para aportar pruebas y verosimilitud a sus dichos. Las personas que tenían contacto día a día con ella podrían aportar, por ejemplo, si la entonces primera dama incurría en largas ausencias públicas, un indicio de que podría haber sufrido violencia física por parte de Fernández.

Otros cambios de actitudes se vislumbraron, por ejemplo, en las redes sociales. A pesar de que Yáñez mostró una sostenida actividad en Instagram como primera dama, LA NACION publicó hubo períodos puntuales durante el mandato de Fernández en el que aparecieron pronunciados silencios en las redes, como ocurrió después del escándalo del “Olivos-gate”, y la supuesta violencia que sufrió cuando se hizo público ese escándalo.

La ex primera dama también tocaría en su acusación otro tema caliente: las infidelidades de Fernández. Podría ser interpretado como una forma más de humillación a la luz de funcionarios y, sobre todo, empleados que también compartían el día a día con Yáñez, señalaron abogados con acceso al expediente. En medio del escándalo por la violencia de género, también se hicieron públicos en las últimas horas videos donde aparece el entonces presidente Fernández en una escena amorosa con la conductora Tamara Pettinato en la residencia oficial.

Por su parte, Fernández ya presentó a su abogada en el caso y realizó un planteo de competencia en los tribunales de Comodoro Py, para que el caso pase al juzgado de San Isidro, indicaron fuentes judiciales.

MADRID.- La ola de extremo calor que se vivió en esta ciudad, con picos de 40°, no afectó prácticamente a Fabiola Yáñez. La ex primera dama se encerró en su departamento del barrio de Salamanca con dos misiones: primero, delinear junto a su abogada la acusación como querellante en el expediente judicial contra Alberto Fernández en la causa por violencia de género. Después, ofrecer sus primeras entrevistas con medios, otro paso clave para su defensa mediática de este escándalo.

Su abogada, Mariana Gallego, aterrizó en el aeropuerto de Barajas el viernes por la madrugada y horas después mantuvo una extensa reunión con su cliente para planificar los pasos a seguir en el expediente que se tramita en los tribunales de Comodoro Py, según pudo reconstruir LA NACION entre distintas fuentes españolas. Aunque todavía no tiene fecha, la declaración de Yañez por videoconferencia se haría efectiva en las próximas horas, indiciaron fuentes judiciales.

Más allá de su declaración judicial y de sus dichos en las entrevistas televisivas, su defensa deberá decidir por qué delitos acusa a Alberto Fernández. La intención de la ex primera dama es elevar la acusación: pediría una calificación de lesiones graves con consecuencias psicológicas que, junto al agravante por el vínculo, elevarían la pena máxima de este delito a cuatro años. Ya no sería excarcelable. La querella también presentaría el delito de amenaza coactiva de parte de Fernández para que la ex primera dama no hiciera públicas las golpizas, indicaron abogados cercanos al expediente judicial.

El caso por el tráfico de influencias para la contratación de seguros de un amigo de Fernández se transformó durante la última semana en un escándalo que puso en primer plano la violencia de género que ejerció contra su entonces pareja. La difusión de las fotos de Yáñez golpeada en su ojo y en su brazo, y los chats de su secretaria privada, María Cantero, terminaron por poner en jaque al dirigente kirchnerista, que permanece replegado en su departamento de Puerto Madero.

De hecho, las amenazas que formarán parte de querella de Yáñez habrían vuelto a repetirse cuando el ex mandatario se enteró de que el material fotográfico estaba por publicarse y que Yáñez estaba dispuesta a denunciarlo ante la justicia. “Terrorismo psicológico”, lo definió ella en su primera declaración judicial.

Yáñez estaría dispuesta a presentar una acusación que detalle cómo Fernández la habría sometido emocionalmente durante sus años en la quinta de Olivos, con escenas de extrema tensión después de que se hicieran públicas las imágenes de su cumpleaños durante la cuarentena por el Covid, el famoso “Olivos-gate”, que melló la imagen pública del entonces presidente. LA NACION publicó el viernes que los chats que hablaban de una de las golpizas que había recibido Yáñez quedaron registrados horas después de haberse hecho público ese escándalo.

La defensa de Yañez propondría llamar a declarar como testigos a decenas de empleados de la quinta de Olivos para aportar pruebas y verosimilitud a sus dichos. Las personas que tenían contacto día a día con ella podrían aportar, por ejemplo, si la entonces primera dama incurría en largas ausencias públicas, un indicio de que podría haber sufrido violencia física por parte de Fernández.

Otros cambios de actitudes se vislumbraron, por ejemplo, en las redes sociales. A pesar de que Yáñez mostró una sostenida actividad en Instagram como primera dama, LA NACION publicó hubo períodos puntuales durante el mandato de Fernández en el que aparecieron pronunciados silencios en las redes, como ocurrió después del escándalo del “Olivos-gate”, y la supuesta violencia que sufrió cuando se hizo público ese escándalo.

La ex primera dama también tocaría en su acusación otro tema caliente: las infidelidades de Fernández. Podría ser interpretado como una forma más de humillación a la luz de funcionarios y, sobre todo, empleados que también compartían el día a día con Yáñez, señalaron abogados con acceso al expediente. En medio del escándalo por la violencia de género, también se hicieron públicos en las últimas horas videos donde aparece el entonces presidente Fernández en una escena amorosa con la conductora Tamara Pettinato en la residencia oficial.

Por su parte, Fernández ya presentó a su abogada en el caso y realizó un planteo de competencia en los tribunales de Comodoro Py, para que el caso pase al juzgado de San Isidro, indicaron fuentes judiciales.

 Estuvo por primera vez con Mariana Gallego y juntas analizaron el alcance de la acusación en la Justicia; propondrán llamar a declarar como testigos a empleados de la quinta de Olivos  LA NACION

Read More

Artículos relacionados

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Back to top button
Close
Close