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Una falla en X empaña el retorno de Trump a su red predilecta y una apuesta para relanzar su campaña

WASHINGTON.- Donald Trump construyó su camino a la Casa Blanca en Twitter, su plataforma predilecta. Ocho años después, y luego de una larga pausa que amagó con ser una ruptura y de una experiencia poco prolífica con su propia red, Truth Social, Trump volvió a Twitter, ahora X. La intención es la misma: marcar el tono, acaparar la conversación y abrirse camino a lo más alto del poder político en Estados Unidos.

Pero su retorno a la red que lo catapultó a la presidencia quedó empañado por un fiasco.

El regreso de Trump a la red social predilecta del mundo político –con una tormenta de tuits que llevó su sello– iba a ser coronado este lunes por la noche con una charla virtual con Elon Musk, el nuevo dueño de la plataforma, quien le dio su respaldo formal a Trump el mes pasado. Sin embargo, el “espacio” donde debía transcurrir la conversación colapsó, y los usuarios que intentaron sumarse desde sus celulares, sus computadoras de escritorio o sus laptops chocaron con el mismo rechazo: una pantalla en blanco con un emoji de un mono tomándose la cabeza y el mensaje “espacio no disponible”. En vez de la entrevista, X, quedó inundado de memes.

Varios minutos después de las 8 de la noche, la hora pautada para la conversación,Musk denunció un ciberataque en su cuenta personal, y anunció después que habían decidido acotar la audiencia a un “menor número de oyentes simultáneos” para que el espacio funcionara.

“Hay mucha oposición a que la gente simplemente escuche lo que el Presidente Trump tenga para decir”, ensayó Musk.

“Felicitaciones porque veo que rompiste todos los récords en los libros con tantos millones de personas. Es un honor”, intentó matizar Trump al hablar del colapso de X al inicio de la conversación.

La conversación, que comenzó con más de 40 minutos de retraso, terminó de forjar una alianza peculiar con intereses comunes. Trump necesita ampliar su dominio en el mundo virtual para enfrentar a su nueva rival, la vicepresidenta Kamala Harris, y una campaña más difícil y complicada que el duelo original contra el presidente, Joe Biden. Y Musk v crecer exponencialmente el negocio de Tesla gracias a los préstamos, subsidios e incentivos públicos para alentar la compra de vehículos eléctricos de gobiernos demócratas, en riesgo ante la promesa de Trump de implementar una política de “perforá, nene, perforá”.

El retorno de Trump a X llegó en medio de un reseteo inédito en la campaña presidencial de Estados Unidos luego del paso al costado de Biden y la coronación de Harris como su heredera política y candidata presidencial de los demócratas. El ascenso de Harris sacó de la modorra a los demócratas y le dio un nuevo impulso al oficialismo que se tradujo en actos de campaña multitudinarios y un repunte en las encuestas. Más afilada, ágil y agresiva, la nueva campaña demócrata logró ya un primer objetivo: cambiar la dinámica electoral. Con todo, la elección sigue abierta, y los sondeos apuntan a una disputa voto a voto.

Are you better off now than you were when I was president?

Our economy is shattered. Our border has been erased. We’re a nation in decline.

Make the American Dream AFFORDABLE again. Make America SAFE again. Make America GREAT Again!

— Donald J. Trump (@realDonaldTrump) August 12, 2024

“Quieren silenciarme porque nunca los dejaré que los silencien a ustedes”, dice Trump en el video de campaña que marcó su retorno a Twitter, en el que vuelve a victimizarse por el amplio prontuario que enfrenta en los tribunales norteamericanos. Otro video retomó uno de los mensajes centrales de su campaña: “¿Están mejor ahora que cuando yo era presidente? Nuestra economía está destrozada. Nuestra frontera ha sido borrada. Somos una nación en decadencia”, dice Trump.

pic.twitter.com/tf87iebMdN

— Donald J. Trump (@realDonaldTrump) August 12, 2024

El último mensaje de Trump había sido el 24 de agosto de 2023, cuando publicó la foto que le tomaron en la prisión de Georgia luego de que fue arrestado en la causa en la justicia estatal por su intento de revertir su derrota en la elección presidencial de 2020. Antes de esa publicación, Trump había anunciado el 8 de enero de 2021 que no iría a la jura de Joe Biden. Después, Twitter lo proscribió al acusarlo de utilizar la red para alentar el ataque al Congreso del 6 de enero de 2021 y difundir lo que luego se llamó la “Gran Mentira”, su denuncia infundada de que hubo un fraude masivo en su contra que provocó su derrota ante Biden.

El nuevo X de Musk es muy distinto al Twitter de Jack Dorsey (que además no solía tener problemas de tráfico). Trump se encontrará en la red de Musk con menos controles, un escrutinio mucho más laxo sobre las publicaciones, más contenido viral, y más desinformación, un terreno fértil para su mensaje, nutrido de falsedades. El comisario europeo, Thierry Breton, le envió este lunes una carta a Musk para que modere la desinformación durante la entrevista con Trump.

“Estamos vigilando los posibles riesgos en la UE asociados a la difusión de contenidos que puedan incitar a la violencia, el odio y el racismo en relación con grandes acontecimientos políticos o sociales en todo el mundo, incluidos debates y entrevistas en el contexto de elecciones”, escribió Breton.

Más allá de esos cambios, la red sigue siendo la plataforma política por excelencia, y todos los intentos por quitarle protagonismo en los últimos años –Threads, Mastodon, Post o Bluesky, e incluso Truth Social– fracasaron en desplazarla. Como prueba de la influencia de X, Biden eligió la plataforma para anunciar su salida de la carrera presidencial, la noticia política más importante de este año. Otro dato: Trump tiene más de 88 millones de seguidores en X, contra menos de 8 millones en Truth Social.

El precio de las acciones de Truth Social derrapó más de un 5% luego del retorno de Trump a X.

Musk se ha corrido hacia la derecha en los últimos años al punto de convertirse en una de sus principales figuras globales. El empresario ha desarrollado vínculos con el Presidente Javier Milei, la primera ministra italiana, Giorgia Meloni, el expresidente brasileño Jair Bolsonaro, el primer ministro indio, Narendra Modi, y en julio visitó el Capitolio como invitado especial del primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, quien pronunció un altamente controvertido discurso sobre la guerra en Gaza.

Con Trump, Musk ha coincido en describir a Harris como una radical comunista, criticar las llamadas políticas “DEI” que promueven la diversidad, equidad e inclusión, rechazar los derechos de las personas transgénero o difundir teorías conspirativas contra los inmigrantes. Un punto de tensión en sus miradas han sido los autos eléctricos y el cambio climático. Pero sus intereses comunes parecen ser de momento más fuertes que sus diferencias. Trump necesita el megáfono de Twitter para darle impulso a su candidatura, y Musk se beneficiaría de una eventual continuidad de las políticas a favor del medio ambiente y la transición energética que puso en marcha el gobierno de Biden, incluido los subsidios a la compra de vehículos eléctricos. Su primera cita, sin embargo, terminó en silencio.

WASHINGTON.- Donald Trump construyó su camino a la Casa Blanca en Twitter, su plataforma predilecta. Ocho años después, y luego de una larga pausa que amagó con ser una ruptura y de una experiencia poco prolífica con su propia red, Truth Social, Trump volvió a Twitter, ahora X. La intención es la misma: marcar el tono, acaparar la conversación y abrirse camino a lo más alto del poder político en Estados Unidos.

Pero su retorno a la red que lo catapultó a la presidencia quedó empañado por un fiasco.

El regreso de Trump a la red social predilecta del mundo político –con una tormenta de tuits que llevó su sello– iba a ser coronado este lunes por la noche con una charla virtual con Elon Musk, el nuevo dueño de la plataforma, quien le dio su respaldo formal a Trump el mes pasado. Sin embargo, el “espacio” donde debía transcurrir la conversación colapsó, y los usuarios que intentaron sumarse desde sus celulares, sus computadoras de escritorio o sus laptops chocaron con el mismo rechazo: una pantalla en blanco con un emoji de un mono tomándose la cabeza y el mensaje “espacio no disponible”. En vez de la entrevista, X, quedó inundado de memes.

Varios minutos después de las 8 de la noche, la hora pautada para la conversación,Musk denunció un ciberataque en su cuenta personal, y anunció después que habían decidido acotar la audiencia a un “menor número de oyentes simultáneos” para que el espacio funcionara.

“Hay mucha oposición a que la gente simplemente escuche lo que el Presidente Trump tenga para decir”, ensayó Musk.

“Felicitaciones porque veo que rompiste todos los récords en los libros con tantos millones de personas. Es un honor”, intentó matizar Trump al hablar del colapso de X al inicio de la conversación.

La conversación, que comenzó con más de 40 minutos de retraso, terminó de forjar una alianza peculiar con intereses comunes. Trump necesita ampliar su dominio en el mundo virtual para enfrentar a su nueva rival, la vicepresidenta Kamala Harris, y una campaña más difícil y complicada que el duelo original contra el presidente, Joe Biden. Y Musk v crecer exponencialmente el negocio de Tesla gracias a los préstamos, subsidios e incentivos públicos para alentar la compra de vehículos eléctricos de gobiernos demócratas, en riesgo ante la promesa de Trump de implementar una política de “perforá, nene, perforá”.

El retorno de Trump a X llegó en medio de un reseteo inédito en la campaña presidencial de Estados Unidos luego del paso al costado de Biden y la coronación de Harris como su heredera política y candidata presidencial de los demócratas. El ascenso de Harris sacó de la modorra a los demócratas y le dio un nuevo impulso al oficialismo que se tradujo en actos de campaña multitudinarios y un repunte en las encuestas. Más afilada, ágil y agresiva, la nueva campaña demócrata logró ya un primer objetivo: cambiar la dinámica electoral. Con todo, la elección sigue abierta, y los sondeos apuntan a una disputa voto a voto.

Are you better off now than you were when I was president?

Our economy is shattered. Our border has been erased. We’re a nation in decline.

Make the American Dream AFFORDABLE again. Make America SAFE again. Make America GREAT Again!

— Donald J. Trump (@realDonaldTrump) August 12, 2024

“Quieren silenciarme porque nunca los dejaré que los silencien a ustedes”, dice Trump en el video de campaña que marcó su retorno a Twitter, en el que vuelve a victimizarse por el amplio prontuario que enfrenta en los tribunales norteamericanos. Otro video retomó uno de los mensajes centrales de su campaña: “¿Están mejor ahora que cuando yo era presidente? Nuestra economía está destrozada. Nuestra frontera ha sido borrada. Somos una nación en decadencia”, dice Trump.

pic.twitter.com/tf87iebMdN

— Donald J. Trump (@realDonaldTrump) August 12, 2024

El último mensaje de Trump había sido el 24 de agosto de 2023, cuando publicó la foto que le tomaron en la prisión de Georgia luego de que fue arrestado en la causa en la justicia estatal por su intento de revertir su derrota en la elección presidencial de 2020. Antes de esa publicación, Trump había anunciado el 8 de enero de 2021 que no iría a la jura de Joe Biden. Después, Twitter lo proscribió al acusarlo de utilizar la red para alentar el ataque al Congreso del 6 de enero de 2021 y difundir lo que luego se llamó la “Gran Mentira”, su denuncia infundada de que hubo un fraude masivo en su contra que provocó su derrota ante Biden.

El nuevo X de Musk es muy distinto al Twitter de Jack Dorsey (que además no solía tener problemas de tráfico). Trump se encontrará en la red de Musk con menos controles, un escrutinio mucho más laxo sobre las publicaciones, más contenido viral, y más desinformación, un terreno fértil para su mensaje, nutrido de falsedades. El comisario europeo, Thierry Breton, le envió este lunes una carta a Musk para que modere la desinformación durante la entrevista con Trump.

“Estamos vigilando los posibles riesgos en la UE asociados a la difusión de contenidos que puedan incitar a la violencia, el odio y el racismo en relación con grandes acontecimientos políticos o sociales en todo el mundo, incluidos debates y entrevistas en el contexto de elecciones”, escribió Breton.

Más allá de esos cambios, la red sigue siendo la plataforma política por excelencia, y todos los intentos por quitarle protagonismo en los últimos años –Threads, Mastodon, Post o Bluesky, e incluso Truth Social– fracasaron en desplazarla. Como prueba de la influencia de X, Biden eligió la plataforma para anunciar su salida de la carrera presidencial, la noticia política más importante de este año. Otro dato: Trump tiene más de 88 millones de seguidores en X, contra menos de 8 millones en Truth Social.

El precio de las acciones de Truth Social derrapó más de un 5% luego del retorno de Trump a X.

Musk se ha corrido hacia la derecha en los últimos años al punto de convertirse en una de sus principales figuras globales. El empresario ha desarrollado vínculos con el Presidente Javier Milei, la primera ministra italiana, Giorgia Meloni, el expresidente brasileño Jair Bolsonaro, el primer ministro indio, Narendra Modi, y en julio visitó el Capitolio como invitado especial del primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, quien pronunció un altamente controvertido discurso sobre la guerra en Gaza.

Con Trump, Musk ha coincido en describir a Harris como una radical comunista, criticar las llamadas políticas “DEI” que promueven la diversidad, equidad e inclusión, rechazar los derechos de las personas transgénero o difundir teorías conspirativas contra los inmigrantes. Un punto de tensión en sus miradas han sido los autos eléctricos y el cambio climático. Pero sus intereses comunes parecen ser de momento más fuertes que sus diferencias. Trump necesita el megáfono de Twitter para darle impulso a su candidatura, y Musk se beneficiaría de una eventual continuidad de las políticas a favor del medio ambiente y la transición energética que puso en marcha el gobierno de Biden, incluido los subsidios a la compra de vehículos eléctricos. Su primera cita, sin embargo, terminó en silencio.

 En un momento crítico de su campaña, el expresidente volvió a su red social favorita y profundizó su alianza con Musk, pero un diálogo entre ambos se demoró por dificultades técnicas; el empresario denunció un ciberataque  LA NACION

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