Milei habló ante los jefes de las Fuerzas Armadas, en un acto oficial al que no fue invitada Villarruel
Con un brindis que reemplazó a la tradicional cena de camaradería con la familia militar y la llamativa ausencia de la vicepresidenta Victoria Villarruel, el presidente Javier Milei encabezó en el Ministerio de Defensa el acto de entrega de sables a los oficiales superiores de las Fuerzas Armadas. Prometió, además, realizar “los mayores esfuerzos”, a partir del segundo semestre, para “ir recomponiendo los salarios, a medida que vayamos estabilizando la situación económica”.
La ausencia de Villarruel, cuya presencia había sido anticipada a LA NACION por fuentes cercanas al oficialismo, no pasó desapercibida, luego de varias fricciones que trascendieron en los nueve meses de gobierno. “Le hubiese encantado estar acompañando como siempre a las Fuerzas Armadas, pero la Presidencia de la Nación, que maneja las invitaciones, y el Ministerio de Defensa no la invitaron. Por lo que lamenta no poder acompañar a los camaradas de su padre y abuelo”, explicaron a LA NACION cerca de la vicepresidenta. No se permitió, además, el acceso de la prensa al acto.
Acompañaron al Presidente, quien encabezó el acto en su carácter de comandante en jefe de las Fuerzas Armadas, el ministro de Defensa, Luis Petri; el jefe de Gabinete, Guillermo Francos; la secretaria general de la Presidencia, Karina Milei, y el jefe del Estado Mayor Conjunto de las Fuerzas Armadas, brigadier general Xavier Julián Isaac, entre otros. Estuvo, además, el diputado nacional Ricardo López Murphy, exministro de Defensa, y con quien el Presidente mantuvo en el último año fuertes cruces en sus discursos políticos.
Recibieron el sable de manos del jefe de Estado, una distinción simbólica de sus ascensos, los jefes del Ejército, general de división Carlos Alberto Presti; de la Armada, vicealmirante Carlos María Allievi, y de la Fuerza Aérea, brigadier general Fernando Luis Mengo, entre otros oficiales superiores.
“Sentar las bases”
En su mensaje, Milei destacó especialmente la entrega de “sables que portaron nuestros más notables próceres” y adelantó que llevarán la firma del Presidente.
“Nuestra gestión asumió en un contexto de crisis económica muy delicado, en la que dar un paso en falso significaba ir a una catástrofe social. Nueve meses después, esta administración está sentando las bases para iniciar la reconstrucción de nuestro país. Es un camino largo, con enormes obstáculos, pero tenemos la convicción necesaria para recorrerlo”.
Dijo que los gobiernos anteriores se “jactaban de ser los máximos defensores de la soberanía nacional”, pero “ocultaban por revanchismo o por ignorancia el rol de aquellos que literalmente dan la vida por la patria”, al reconocer a los militares.
“Vinimos a dar vuelta esta triste página de nuestra historia y honrar el legado de Roca y San Martín. Y, también, queremos honrar la demanda de reconocimiento que surge de la sociedad misma, que nunca dio la espalda a las Fuerzas Armadas, a pesar de la incesante campaña de desprestigio que montaron muchos políticos durante décadas”.
Al dirigirse a los oficiales superiores, el jefe de Estado prometió, en tanto, que el Gobierno hará “el mayor esfuerzo posible para reconciliar a la política con las Fuerzas Armadas y honrar el sacrificio que ustedes hacen por nuestra patria”.
Insistió en que las condiciones que heredó el gobierno de La Libertad Avanza impone límites y recordó que “durante meses los argentinos pagamos los platos rotos con la estafa del impuesto inflacionario”. Al recordar una recomposición salarial que otorgó la gestión del exministro Jorge Taiana antes de irse, dejado sin efecto por la administración actual, sostuvo que “[a los militares] les prometieron beneficios que sabían que no se podían cumplir”.
Y, esta vez, prometió: “No vamos a desconocer la deuda histórica con las Fuerzas Armadas. Vamos a hacer esfuerzos para ir recomponiendo los salarios a medida que vayamos estabilizando la situación económica. Pero lo vamos a hacer bien, con recursos genuinos, no imprimiendo dinero”, en línea con las directrices de la política económica.
En un giro discursivo que recordó una fallida promesa del expresidente Mauricio Macri, afirmó que “a partir del segundo semestre comenzaremos a recomponer niveles salariales”. Y equiparó ese compromiso con el “esfuerzo” que hizo el gobierno libertario para que el Senado tratara “los ascensos militares que tenían cajoneados hace más de dos años”.
Con un brindis que reemplazó a la tradicional cena de camaradería con la familia militar y la llamativa ausencia de la vicepresidenta Victoria Villarruel, el presidente Javier Milei encabezó en el Ministerio de Defensa el acto de entrega de sables a los oficiales superiores de las Fuerzas Armadas. Prometió, además, realizar “los mayores esfuerzos”, a partir del segundo semestre, para “ir recomponiendo los salarios, a medida que vayamos estabilizando la situación económica”.
La ausencia de Villarruel, cuya presencia había sido anticipada a LA NACION por fuentes cercanas al oficialismo, no pasó desapercibida, luego de varias fricciones que trascendieron en los nueve meses de gobierno. “Le hubiese encantado estar acompañando como siempre a las Fuerzas Armadas, pero la Presidencia de la Nación, que maneja las invitaciones, y el Ministerio de Defensa no la invitaron. Por lo que lamenta no poder acompañar a los camaradas de su padre y abuelo”, explicaron a LA NACION cerca de la vicepresidenta. No se permitió, además, el acceso de la prensa al acto.
Acompañaron al Presidente, quien encabezó el acto en su carácter de comandante en jefe de las Fuerzas Armadas, el ministro de Defensa, Luis Petri; el jefe de Gabinete, Guillermo Francos; la secretaria general de la Presidencia, Karina Milei, y el jefe del Estado Mayor Conjunto de las Fuerzas Armadas, brigadier general Xavier Julián Isaac, entre otros. Estuvo, además, el diputado nacional Ricardo López Murphy, exministro de Defensa, y con quien el Presidente mantuvo en el último año fuertes cruces en sus discursos políticos.
Recibieron el sable de manos del jefe de Estado, una distinción simbólica de sus ascensos, los jefes del Ejército, general de división Carlos Alberto Presti; de la Armada, vicealmirante Carlos María Allievi, y de la Fuerza Aérea, brigadier general Fernando Luis Mengo, entre otros oficiales superiores.
“Sentar las bases”
En su mensaje, Milei destacó especialmente la entrega de “sables que portaron nuestros más notables próceres” y adelantó que llevarán la firma del Presidente.
“Nuestra gestión asumió en un contexto de crisis económica muy delicado, en la que dar un paso en falso significaba ir a una catástrofe social. Nueve meses después, esta administración está sentando las bases para iniciar la reconstrucción de nuestro país. Es un camino largo, con enormes obstáculos, pero tenemos la convicción necesaria para recorrerlo”.
Dijo que los gobiernos anteriores se “jactaban de ser los máximos defensores de la soberanía nacional”, pero “ocultaban por revanchismo o por ignorancia el rol de aquellos que literalmente dan la vida por la patria”, al reconocer a los militares.
“Vinimos a dar vuelta esta triste página de nuestra historia y honrar el legado de Roca y San Martín. Y, también, queremos honrar la demanda de reconocimiento que surge de la sociedad misma, que nunca dio la espalda a las Fuerzas Armadas, a pesar de la incesante campaña de desprestigio que montaron muchos políticos durante décadas”.
Al dirigirse a los oficiales superiores, el jefe de Estado prometió, en tanto, que el Gobierno hará “el mayor esfuerzo posible para reconciliar a la política con las Fuerzas Armadas y honrar el sacrificio que ustedes hacen por nuestra patria”.
Insistió en que las condiciones que heredó el gobierno de La Libertad Avanza impone límites y recordó que “durante meses los argentinos pagamos los platos rotos con la estafa del impuesto inflacionario”. Al recordar una recomposición salarial que otorgó la gestión del exministro Jorge Taiana antes de irse, dejado sin efecto por la administración actual, sostuvo que “[a los militares] les prometieron beneficios que sabían que no se podían cumplir”.
Y, esta vez, prometió: “No vamos a desconocer la deuda histórica con las Fuerzas Armadas. Vamos a hacer esfuerzos para ir recomponiendo los salarios a medida que vayamos estabilizando la situación económica. Pero lo vamos a hacer bien, con recursos genuinos, no imprimiendo dinero”, en línea con las directrices de la política económica.
En un giro discursivo que recordó una fallida promesa del expresidente Mauricio Macri, afirmó que “a partir del segundo semestre comenzaremos a recomponer niveles salariales”. Y equiparó ese compromiso con el “esfuerzo” que hizo el gobierno libertario para que el Senado tratara “los ascensos militares que tenían cajoneados hace más de dos años”.
El presidente dijo que los sueldos mejorarán a partir del segundo semestre, a medida que se estabilice la situación económica; fue en el acto de entrega de sables a los oficiales superiores; estuvo Ricardo López Murphy LA NACION