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Las primeras mediciones de agosto muestran una marcada desaceleración en la suba de precios de alimentos

El martes 23 de julio Luis Caputo se reunió con las principales cadenas de supermercados para analizar la evolución de los precios. El ministro de Economía aprovechó el encuentro para destacar que la inflación estaba bajo control, pese a que el dólar blue había tocado los $1500 unos días antes, y tiró un pronóstico más que arriesgado. “Antes de que termine el año, la inflación en alimentos y bebidas se ubicará en el 0%”, aseguró ante un auditorio que reunía a los números uno de Coto, Carrefour, Jumbo, Changomás y La Anónima.

Tres semanas después, algunas mediciones empezaron a darle parte de razón al ministro, aunque los economistas consultados por LA NACION aseguran que la actual estabilidad de los precios de los alimentos se explica por el derrumbe de la demanda y además sigue muy atada a la evolución del dólar, con lo cual nadie se atreve a pensar qué puede pasar en las góndolas ante cualquier salto en el tipo de cambio.

Marcos Galperin vendió acciones de Mercado Libre por primera vez en el año y la firma llegó a una valuación de US$100.000 millones

De acuerdo a los datos que acaba de publicar el Indec, el rubro Alimentos y bebidas cerró con una suba del 3,2% en julio, lo que representa una leve aceleración de un par de décimas frente al número de junio. Sin embargo, en el sector destacan que julio se caracterizó por ser un mes con fuertes variaciones: subas muy marcadas en las primeras semanas -acompañando a la mini corrida que tuvo el dólar blue en esos días- y una segunda quincena con los precios claramente más calmos (cuando el dólar se tranquilizó, los precios en las góndolas se plancharon).

La tendencia a la baja de la inflación, además, se aceleró en las primeras dos semanas de agosto, según coinciden los supermercados y las consultoras que relevan los precios en forma semanal. La consultora Econviews, que lidera Miguel Kiguel, informó que la primera semana del mes cerró con un descenso promedio del 0,1% en los precios de los productos de la canasta básica (alimentos, bebidas, tocador y limpieza).

Por su parte, LCG también precisó que la segunda semana de agosto cerró con una caída de precios del 0,1% en alimentos y bebidas -impulsada principalmente por las bajas en frutas y carnes-, mientras que en las últimas cuatro semanas la suba se ubica en el 2%.

En Fundación Innovación Con Inclusión (FICI), la consultora que lidera el exsecretario de Comercio Matías Tombolini, también dan cuenta de una desaceleración en los precios de los alimentos, con una suba acumulada en las dos primeras semanas del mes de 1,4%, lo que implica 2 puntos menos que en julio.

Sin embargo, destacan que, pese a la baja en los alimentos, la inflación de agosto se mantendría en torno al 4%, producto de los aumentos registrados en otros rubros como transporte, colegios, prepagas y servicios públicos.

Sin listas nuevas

“En agosto prácticamente no llegaron listas de precios nuevas, especialmente en bebidas, limpieza y perfumería, que son las categorías de consumo masivo más golpeadas. Incluso, hay algunos proveedores que indirectamente están bajando los precios, vía los descuentos y las promociones. La otra cara de estos movimientos es que el consumo no responde. Y cada vez hay que ofrecer más promos para que la gente venga al súper y compre menos productos. En promedio, el ticket cayó entre 4% y 5% en unidades”, explicaron en una cadena de supermercados.

En el rubro también destacan que la tranquilidad en materia de precios en las góndolas también se explica por la guerra de descuentos que protagonizan las billeteras digitales. “Los descuentos de Modo y Mercado Pago, en muchos casos sin tope de reintegro, están movilizando a muchos clientes y hoy ocupan el lugar que tuvieron en otros momentos las promos de los bancos”, explicaron en otra cadena.

Los datos de las consultoras y los supermercados están en línea con relevamientos no tradicionales como el que hace @BotoCot tomando los precios de la web Coto Digital. La cuenta de X informó que en la primera quincena de agosto los precios del supermercado acumularon una baja (no ponderada, es decir, que pesa lo mismo la carne que un producto suntuario como una cápsula de café) del 3,2%.

En el Gobierno, además, esperan que la reducción en la alícuota del impuesto PAIS que llegaría en septiembre también se refleje en las góndolas y en los precios de los alimentos importados o que tienen algún componente de afuera.

El cambio en la tendencia también se verifica en las comunicaciones de las marcas. Cuando la inflación mensual bajó de dos dígitos a uno, empresas como Carrefour, Quilmes, Swift y Bayer salieron a anunciar un pacto para congelar precios. Ahora, el grupo Newsan dio un paso más, con el anuncio de una reducción de entre 20% y 35% en los precios de Pantene, Always y Pampers, las marcas que le acaba de comprar a Procter & Gamble. “Marcas de Primera son las que no bajan la calidad, bajan los precios. No es hasta fin de mes, ni los fines de semana, ni los miércoles. No es un descuento, es una baja de precios”, asegura la publicidad de Newsan.

En el rubro precisan que la baja de Pantene y Pampers se explica no solo por una caída en la demanda, sino también porque el dueño anterior de las marcas (Procter & Gamble) a fin de año se había “sobregirado” con los aumentos de precios. “Se posicionaron en un dólar de $2000, seguramente porque priorizaron la rentabilidad por sobre la participación de mercado, sabiendo que se estaban retirando del país”, explicó una fuente del sector.

En el sector, igualmente advierten que el piso para avanzar en una baja más profunda de los precios pasa por una cuestión impositiva. “Hoy hay dos factores que tienen un peso cada vez mayor en la ecuación de costos de los supermercados y los proveedores que están poniendo un límite a la baja de precios. Una es el sinceramiento de las tarifas de los servicios públicos. Y el segundo es la creación de nuevas tasas municipales por los distritos que buscan cubrir los fondos que les dejó de girar el Estado nacional”, explicaron en una cadena de supermercados.

Milei versus el mercado, una pulseada que recién empieza

Falta mucho

Los economistas que dan cuenta de la desaceleración de los precios igualmente advierten que la batalla contra la inflación está lejos de haber sido ganada. “La desaceleración de la inflación es un proceso largo, con meses que van a ser buenos y otros no tanto. Y en este camino, la gran incógnita es lo que puede pasar con la salida del cepo y la unificación cambiaria”, explicó Kiguel.

“La última semana vino muy tranquila e incluso relevamos una pequeña deflación de -0,1%, que se explica por la cuasi paridad cambiaria (2%) y una economía que no está pujante, más allá de las recuperaciones incipientes en algunos sectores y de que el salario real sube de a poco. Pero somos de la idea de que la batalla contra la inflación lamentablemente suele ser más ardua de lo que se piensa. Todavía hay precios atrasados. Y, sobre todo, todavía resta ver cómo reaccionan los ímpetus de remarcación cuando la demanda sea más fuerte y cuando el 2% cambiario tenga que levantarse. El verdadero test de si vamos a un régimen de inflación baja lo veremos solamente en esas condiciones”, explicó Javier Okseniuk, director ejecutivo de la consultora LCG.

El martes 23 de julio Luis Caputo se reunió con las principales cadenas de supermercados para analizar la evolución de los precios. El ministro de Economía aprovechó el encuentro para destacar que la inflación estaba bajo control, pese a que el dólar blue había tocado los $1500 unos días antes, y tiró un pronóstico más que arriesgado. “Antes de que termine el año, la inflación en alimentos y bebidas se ubicará en el 0%”, aseguró ante un auditorio que reunía a los números uno de Coto, Carrefour, Jumbo, Changomás y La Anónima.

Tres semanas después, algunas mediciones empezaron a darle parte de razón al ministro, aunque los economistas consultados por LA NACION aseguran que la actual estabilidad de los precios de los alimentos se explica por el derrumbe de la demanda y además sigue muy atada a la evolución del dólar, con lo cual nadie se atreve a pensar qué puede pasar en las góndolas ante cualquier salto en el tipo de cambio.

Marcos Galperin vendió acciones de Mercado Libre por primera vez en el año y la firma llegó a una valuación de US$100.000 millones

De acuerdo a los datos que acaba de publicar el Indec, el rubro Alimentos y bebidas cerró con una suba del 3,2% en julio, lo que representa una leve aceleración de un par de décimas frente al número de junio. Sin embargo, en el sector destacan que julio se caracterizó por ser un mes con fuertes variaciones: subas muy marcadas en las primeras semanas -acompañando a la mini corrida que tuvo el dólar blue en esos días- y una segunda quincena con los precios claramente más calmos (cuando el dólar se tranquilizó, los precios en las góndolas se plancharon).

La tendencia a la baja de la inflación, además, se aceleró en las primeras dos semanas de agosto, según coinciden los supermercados y las consultoras que relevan los precios en forma semanal. La consultora Econviews, que lidera Miguel Kiguel, informó que la primera semana del mes cerró con un descenso promedio del 0,1% en los precios de los productos de la canasta básica (alimentos, bebidas, tocador y limpieza).

Por su parte, LCG también precisó que la segunda semana de agosto cerró con una caída de precios del 0,1% en alimentos y bebidas -impulsada principalmente por las bajas en frutas y carnes-, mientras que en las últimas cuatro semanas la suba se ubica en el 2%.

En Fundación Innovación Con Inclusión (FICI), la consultora que lidera el exsecretario de Comercio Matías Tombolini, también dan cuenta de una desaceleración en los precios de los alimentos, con una suba acumulada en las dos primeras semanas del mes de 1,4%, lo que implica 2 puntos menos que en julio.

Sin embargo, destacan que, pese a la baja en los alimentos, la inflación de agosto se mantendría en torno al 4%, producto de los aumentos registrados en otros rubros como transporte, colegios, prepagas y servicios públicos.

Sin listas nuevas

“En agosto prácticamente no llegaron listas de precios nuevas, especialmente en bebidas, limpieza y perfumería, que son las categorías de consumo masivo más golpeadas. Incluso, hay algunos proveedores que indirectamente están bajando los precios, vía los descuentos y las promociones. La otra cara de estos movimientos es que el consumo no responde. Y cada vez hay que ofrecer más promos para que la gente venga al súper y compre menos productos. En promedio, el ticket cayó entre 4% y 5% en unidades”, explicaron en una cadena de supermercados.

En el rubro también destacan que la tranquilidad en materia de precios en las góndolas también se explica por la guerra de descuentos que protagonizan las billeteras digitales. “Los descuentos de Modo y Mercado Pago, en muchos casos sin tope de reintegro, están movilizando a muchos clientes y hoy ocupan el lugar que tuvieron en otros momentos las promos de los bancos”, explicaron en otra cadena.

Los datos de las consultoras y los supermercados están en línea con relevamientos no tradicionales como el que hace @BotoCot tomando los precios de la web Coto Digital. La cuenta de X informó que en la primera quincena de agosto los precios del supermercado acumularon una baja (no ponderada, es decir, que pesa lo mismo la carne que un producto suntuario como una cápsula de café) del 3,2%.

En el Gobierno, además, esperan que la reducción en la alícuota del impuesto PAIS que llegaría en septiembre también se refleje en las góndolas y en los precios de los alimentos importados o que tienen algún componente de afuera.

El cambio en la tendencia también se verifica en las comunicaciones de las marcas. Cuando la inflación mensual bajó de dos dígitos a uno, empresas como Carrefour, Quilmes, Swift y Bayer salieron a anunciar un pacto para congelar precios. Ahora, el grupo Newsan dio un paso más, con el anuncio de una reducción de entre 20% y 35% en los precios de Pantene, Always y Pampers, las marcas que le acaba de comprar a Procter & Gamble. “Marcas de Primera son las que no bajan la calidad, bajan los precios. No es hasta fin de mes, ni los fines de semana, ni los miércoles. No es un descuento, es una baja de precios”, asegura la publicidad de Newsan.

En el rubro precisan que la baja de Pantene y Pampers se explica no solo por una caída en la demanda, sino también porque el dueño anterior de las marcas (Procter & Gamble) a fin de año se había “sobregirado” con los aumentos de precios. “Se posicionaron en un dólar de $2000, seguramente porque priorizaron la rentabilidad por sobre la participación de mercado, sabiendo que se estaban retirando del país”, explicó una fuente del sector.

En el sector, igualmente advierten que el piso para avanzar en una baja más profunda de los precios pasa por una cuestión impositiva. “Hoy hay dos factores que tienen un peso cada vez mayor en la ecuación de costos de los supermercados y los proveedores que están poniendo un límite a la baja de precios. Una es el sinceramiento de las tarifas de los servicios públicos. Y el segundo es la creación de nuevas tasas municipales por los distritos que buscan cubrir los fondos que les dejó de girar el Estado nacional”, explicaron en una cadena de supermercados.

Milei versus el mercado, una pulseada que recién empieza

Falta mucho

Los economistas que dan cuenta de la desaceleración de los precios igualmente advierten que la batalla contra la inflación está lejos de haber sido ganada. “La desaceleración de la inflación es un proceso largo, con meses que van a ser buenos y otros no tanto. Y en este camino, la gran incógnita es lo que puede pasar con la salida del cepo y la unificación cambiaria”, explicó Kiguel.

“La última semana vino muy tranquila e incluso relevamos una pequeña deflación de -0,1%, que se explica por la cuasi paridad cambiaria (2%) y una economía que no está pujante, más allá de las recuperaciones incipientes en algunos sectores y de que el salario real sube de a poco. Pero somos de la idea de que la batalla contra la inflación lamentablemente suele ser más ardua de lo que se piensa. Todavía hay precios atrasados. Y, sobre todo, todavía resta ver cómo reaccionan los ímpetus de remarcación cuando la demanda sea más fuerte y cuando el 2% cambiario tenga que levantarse. El verdadero test de si vamos a un régimen de inflación baja lo veremos solamente en esas condiciones”, explicó Javier Okseniuk, director ejecutivo de la consultora LCG.

 En los comercios dicen que este mes prácticamente no llegaron listas de precios nuevas; los economistas igualmente precisan que la tranquilidad en las góndolas se explica por el derrumbe de la demanda y sigue muy atada al dólar  LA NACION

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