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El relato de José Claudio Escribano sobre el día que mataron a John F. Kennedy para pensar el periodismo de hoy

Luego de haber sido declarado Personalidad Destacada de la Cultura de Buenos Aires, el doctor José Claudio Escribano participó en la noche del lunes de una conversación con Carlos Pagni, por LN+, en la que hizo un repaso por la historia y su trayectoria en el ejercicio del periodismo.

En Odisea Argentina, el integrante del directorio de SA LA NACION y exsecretario de redacción del mismo diario, analizó la labor en tiempos de redes sociales, destacó la importancia de la velocidad y analizó los diferentes criterios entre una edición en papel y una plataforma de noticias digitales.

A modo de ejemplo, para graficar por qué considera que es relevante en el periodismo la inmediatez, recordó su experiencia en la cobertura de la muerte de John F. Kennedy, cuando se encontraba cursando una especialización en Estados Unidos. “El viernes 22 de noviembre de 1963 en Dallas asesinan al presidente John F. Kennedy. Esa misma noche logré viajar a Washington para asistir a las exequias que comenzaban al día siguiente y ver qué podía cubrir para LA NACION”, comenzó.

“Tenía una beca con otros doce periodistas profesionales y la noticia de la muerte de Kennedy llegó a la 01.30 del medio oeste. El director de la beca era de una rapidez mental formidable y dijo que teníamos que estar antes de la medianoche allí. Llegamos en un vuelo de la General Mills, a quien conseguimos contactar. Tuvo la amabilidad de desviarse y dejarnos a nosotros en Washington”, relató.

Para cuando llegó el grupo de periodistas, el féretro era llevado a examen y el cuerpo pasaría a ser examinado en el hospital de las fuerzas armadas. “Esa noche fue excepcional, el día siguiente también. Vi una de las manifestaciones de dolor inolvidable, gente desconocida abrazándose sobre Pennsylvania Avenue”, rememoró.

Fue entonces que Escribano mencionó cómo fue el tratamiento de esa noticia que impactó al mundo. “En el tercer o cuarto automóvil de la caravana viajaban varios periodistas, que disponían en ese momento de un sistema de radio telefónico, la persona más rápida y la primera en levantar el teléfono se llamaba Meryl Smith, de la agencia United Press. ‘Han disparado contra el presidente’, dijo. Quien grabó la información, inmediatamente la distribuyó. Ese año, Meryl Smith ganó el Pulitzer Prize por haberle ganado por un minuto a todo el resto de la prensa norteamericana”, argumentó.

Y dirigiéndose a Pagni, dijo: “No es lo mismo que usted difunda una información hoy a la noche en relación a sus colegas que lo harán hoy a la mañana”.

“El valor de la información que aventaja a todas las demás y que no debe estar sola sino acompañada por el valor de la confiabilidad, de tal manera que si esto es así, muchas veces, un buen periodista está dispuesto a perder dos primicias antes que le desmientan una”, reflexionó en diálogo con LN+.

Asimismo, sostuvo que hoy las plataformas digitales tienen la misma naturaleza que las viejas agencias de noticias, que hoy luchan por la anticipación del contenido y la velocidad. “No hay nada nuevo como fenómeno periodístico”, analizó.

Al comparar ambas formas de hacer periodismo, tanto el formato papel como el digital, el también abogado dijo que “la tapa tiene que ser una expresión de una identidad del diario”. Y planteó: “No puedo abrir la pagina de un diario tradicional en una plataforma digital en términos muy diferente del modo en que yo lo hago en una página de papel, porque pierdo la identidad y desconcierto al lector. Cada cosa tiene su lugar, lo que es trivial, necesariamente tiene que tener una ocupación más relegada de los temas que importan”.

Con su amplia trayectoria en el mundo del periodismo, aconsejó: “La tapa se hace con información importante pero al mismo tiempo presentándola de manera interesante”.

Si tuviese que recomendar una lectura para una persona que quiere comenzar a informarse, Escribano destacó dos diarios estadounidenses: el Financial Times y el New York Times. “El primero por la calidad de su información. Y el New York Times por la vastedad de su cobertura mundial y por la calidad de algunos de sus columnistas. Si uno lee a Thomas Friedman puede decirse a sí mismo que es difícil que haya otro hoy en la prensa mundial que le pise el poncho”, cerró.

Escribano fue declarado recientemente Personalidad Destacada en el ámbito de la Cultura por la Legislatura de la ciudad de Buenos Aires. Abogado por la Universidad de Buenos Aires, se especializó en el estudio de las instituciones de los Estados Unidos de América en el World Press Institute, en Macalester College, St. Paul, Minnesota. Entre otras cosas, dirigió la Academia Nacional de Periodismo, integró el Directorio de la World Association of Newspapers (WAN) y presidió por varios períodos la Asociación de Entidades Periodísticas Argentinas (ADEPA) y su Comisión de Libertad de Prensa.

Luego de haber sido declarado Personalidad Destacada de la Cultura de Buenos Aires, el doctor José Claudio Escribano participó en la noche del lunes de una conversación con Carlos Pagni, por LN+, en la que hizo un repaso por la historia y su trayectoria en el ejercicio del periodismo.

En Odisea Argentina, el integrante del directorio de SA LA NACION y exsecretario de redacción del mismo diario, analizó la labor en tiempos de redes sociales, destacó la importancia de la velocidad y analizó los diferentes criterios entre una edición en papel y una plataforma de noticias digitales.

A modo de ejemplo, para graficar por qué considera que es relevante en el periodismo la inmediatez, recordó su experiencia en la cobertura de la muerte de John F. Kennedy, cuando se encontraba cursando una especialización en Estados Unidos. “El viernes 22 de noviembre de 1963 en Dallas asesinan al presidente John F. Kennedy. Esa misma noche logré viajar a Washington para asistir a las exequias que comenzaban al día siguiente y ver qué podía cubrir para LA NACION”, comenzó.

“Tenía una beca con otros doce periodistas profesionales y la noticia de la muerte de Kennedy llegó a la 01.30 del medio oeste. El director de la beca era de una rapidez mental formidable y dijo que teníamos que estar antes de la medianoche allí. Llegamos en un vuelo de la General Mills, a quien conseguimos contactar. Tuvo la amabilidad de desviarse y dejarnos a nosotros en Washington”, relató.

Para cuando llegó el grupo de periodistas, el féretro era llevado a examen y el cuerpo pasaría a ser examinado en el hospital de las fuerzas armadas. “Esa noche fue excepcional, el día siguiente también. Vi una de las manifestaciones de dolor inolvidable, gente desconocida abrazándose sobre Pennsylvania Avenue”, rememoró.

Fue entonces que Escribano mencionó cómo fue el tratamiento de esa noticia que impactó al mundo. “En el tercer o cuarto automóvil de la caravana viajaban varios periodistas, que disponían en ese momento de un sistema de radio telefónico, la persona más rápida y la primera en levantar el teléfono se llamaba Meryl Smith, de la agencia United Press. ‘Han disparado contra el presidente’, dijo. Quien grabó la información, inmediatamente la distribuyó. Ese año, Meryl Smith ganó el Pulitzer Prize por haberle ganado por un minuto a todo el resto de la prensa norteamericana”, argumentó.

Y dirigiéndose a Pagni, dijo: “No es lo mismo que usted difunda una información hoy a la noche en relación a sus colegas que lo harán hoy a la mañana”.

“El valor de la información que aventaja a todas las demás y que no debe estar sola sino acompañada por el valor de la confiabilidad, de tal manera que si esto es así, muchas veces, un buen periodista está dispuesto a perder dos primicias antes que le desmientan una”, reflexionó en diálogo con LN+.

Asimismo, sostuvo que hoy las plataformas digitales tienen la misma naturaleza que las viejas agencias de noticias, que hoy luchan por la anticipación del contenido y la velocidad. “No hay nada nuevo como fenómeno periodístico”, analizó.

Al comparar ambas formas de hacer periodismo, tanto el formato papel como el digital, el también abogado dijo que “la tapa tiene que ser una expresión de una identidad del diario”. Y planteó: “No puedo abrir la pagina de un diario tradicional en una plataforma digital en términos muy diferente del modo en que yo lo hago en una página de papel, porque pierdo la identidad y desconcierto al lector. Cada cosa tiene su lugar, lo que es trivial, necesariamente tiene que tener una ocupación más relegada de los temas que importan”.

Con su amplia trayectoria en el mundo del periodismo, aconsejó: “La tapa se hace con información importante pero al mismo tiempo presentándola de manera interesante”.

Si tuviese que recomendar una lectura para una persona que quiere comenzar a informarse, Escribano destacó dos diarios estadounidenses: el Financial Times y el New York Times. “El primero por la calidad de su información. Y el New York Times por la vastedad de su cobertura mundial y por la calidad de algunos de sus columnistas. Si uno lee a Thomas Friedman puede decirse a sí mismo que es difícil que haya otro hoy en la prensa mundial que le pise el poncho”, cerró.

Escribano fue declarado recientemente Personalidad Destacada en el ámbito de la Cultura por la Legislatura de la ciudad de Buenos Aires. Abogado por la Universidad de Buenos Aires, se especializó en el estudio de las instituciones de los Estados Unidos de América en el World Press Institute, en Macalester College, St. Paul, Minnesota. Entre otras cosas, dirigió la Academia Nacional de Periodismo, integró el Directorio de la World Association of Newspapers (WAN) y presidió por varios períodos la Asociación de Entidades Periodísticas Argentinas (ADEPA) y su Comisión de Libertad de Prensa.

 El ex secretario de redacción del diario LA NACION, quien fue destacado recientemente como Personalidad de la Cultura, destacó la importancia de la velocidad en el tratamiento de la información y en la producción de noticias; qué leer en tiempo de redes sociales  LA NACION

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