Condujo un éxito infantil de los 2000 y trabajó con Nico Repetto, pero hoy pocos lo reconocen por la calle
“Vamos, que todavía nos queda viaje y se nos enfría la pizza”, solían escuchar como frase motivacional quienes jugaban a través de las teclas del teléfono de línea de sus casas. ¿El objetivo? Lograr que Kito, el delivery de pizzas, repartiera todos los pedidos superando los obstáculos que se le presentaban en el camino; así es que los más chicos se prendían a ver Kito Pizzas, el ciclo que se estrenó en 2001 por la pantalla de Magic Kids y que permaneció cinco años al aire. Tras aquel éxito, no hay una persona mayor de 30 años que no recuerde al dibujo animado o a su conductor, Ariel Rodríguez, más conocido como “Chucho”.
Chucho tenía 28 años cuando se puso al frente del ciclo infantil, sin embargo, aquella no fue su primera vez en televisión. “Yo venía laburando de extra. Ya me había empezado a meter en el mundo artístico estudiando teatro. En 1994 había un casting en Telefe y fuimos con todos mis compañeros de teatro, hicimos colas larguísimas, como en aquella época, y quedé en esa selección”, dijo en diálogo con LA NACION sobre el día en que recibió la noticia de que formaría parte de La tribuna de Nico, programa que conducía Nicolás Repetto, que se emitía de lunes a viernes al mediodía y que mezclaba música, juegos y humor.
Entre esas 16 personas en las que encontraron algo especial, estaba él. Ese fue el puntapié que le aseguraría un lugar en la TV argentina. “El programa de Nico fue muy fuerte, un programa muy visto, con mucha repercusión”, comentó. Desde 1998 hasta su desembarco en Magic Kids, participó de varios ciclos: Atorrantes (América), Caramelito en barra (Canal 13), Las chicas de enfrente (Canal 13) y Perdidos en el espacio (América), entre otros.
Cuando llegó la idea de producir un ciclo nacional para los más chicos, como era Kito Pizzas, le propusieron la conducción a Mariano Peluffo, quien ya había estado en el mismo canal, pero al frente con Throut and Neck. No obstante, como el animador de radio dijo que no porque estaba a punto de lanzarse como conductor de la primera edición de Gran Hermano (Telefe), le hicieron la oferta a él. “Me tomaron una prueba de cámara, gustó y ahí empezamos”, recordó.
Sin saber si el formato iba a funcionar, el repartidor de pizzas se ganó el cariño del público y estuvo en pantalla durante cuatro años consecutivos. “Acá se dio que funcionó porque tiene que ver mucho la química y la buena onda”, remarcó Chucho.
Pero, como suele ocurrir en televisión, los éxitos terminan. “El ejecutivo del canal y uno de los dueños de la productora nos juntaron a todos los conductores y nos dijeron que se terminaba. Igual lo sabíamos porque los rumores estaban sonando en los pasillos”, manifestó sobre aquel momento, y agregó: “Lo que me ayudó es que varios programas terminaban y te empezás a acostumbrar a que en la tele todo lo que empieza dura poco y si dura mucho decí ‘gracias’ y disfrutalo. Además, Kito había durado cuatro años”.
Después de aquel final, quiso tomarse un año sabático, pero una nueva propuesta llamó a su puerta. “Mi suegro y mi mujer hacían escenografías, él tenía un taller. Yo siempre me llevé bien con los materiales y todo eso, entonces me dijeron ‘necesitamos que vengas un cachito al taller’ y todo duró ocho años”, dijo, entre risas.
Así fue que una cosa lo llevó a otra. “Se fusionó mucho lo que yo hacía con las escenografías porque me empezaron a llamar para hacer construcción de juegos para programas. Terminé con las escenografías y una amiga de Magic Kids que se había casado con un productor, me dijo ‘tenemos una productora y estamos haciendo juegos para el País Vasco’. Y nos fuimos a hacer el programa El conquistador del fin del mundo a Esquel. Estuvimos un mes allá, haciendo juegos en la nieve y en montaña”, contó.
Luego de aquella experiencia, recibió el llamado de la productora Mandarina para trabajar en el programa Como anillo al dedo (eltrece) que conducía Nico Vázquez. “Esto fue hace años y ahí quedé”, sostuvo sobre aquel trabajo en la productora en la que continúa hasta la actualidad. Ahora, se desempeña como productor del DDM (América TV), el ciclo que conduce de lunes a viernes por las tardes Mariana Fabbiani.
“Todo lo que vas haciendo fuera del enfoque inicial, que era la actuación, va sirviendo para lo que haces después. Si uno se pone así en filósofo, cuando te ponés a laburar te vas dando cuenta los trabajos que vas a tener más adelante, estás como nutrido de todo lo que hiciste antes. Yo siento que es lo que me pasó”, reflexionó sobre su carrera.
Pese a que ahora le toca estar detrás de cámara, no descarta volver a la actuación y, por qué no, a la conducción. “Me encanta la producción, te da también un poco más de estabilidad que la actuación, pero no tengo drama, de hecho estando en producción, ya me pasó muchas veces en Mandarina que necesitan a alguien para adelante de cámara por algo y claramente siempre me empujan a mí”, admitió.
Si bien Chucho estuvo en frente de uno de los programas infantiles furor de la década de los 2000, en la calle pasa totalmente desapercibido. “Con los años, mi fisionomía fue cambiando. Entiendo que hay muchos que por ahí te ven cara conocida y te dicen ‘te tengo de algún lado”, pero no te sacan”, confió sobre su bajo perfil.
Lo cierto es que a sus 50 años, recuerda a Kito Pizzas con alegría y emoción. “Me dio muchas satisfacciones. Hoy se sigue hablando de eso en los medios, por eso tengo los mejores recuerdos y agradecimiento hacia todo lo que tiene que ver con Kito”, cerró.
“Vamos, que todavía nos queda viaje y se nos enfría la pizza”, solían escuchar como frase motivacional quienes jugaban a través de las teclas del teléfono de línea de sus casas. ¿El objetivo? Lograr que Kito, el delivery de pizzas, repartiera todos los pedidos superando los obstáculos que se le presentaban en el camino; así es que los más chicos se prendían a ver Kito Pizzas, el ciclo que se estrenó en 2001 por la pantalla de Magic Kids y que permaneció cinco años al aire. Tras aquel éxito, no hay una persona mayor de 30 años que no recuerde al dibujo animado o a su conductor, Ariel Rodríguez, más conocido como “Chucho”.
Chucho tenía 28 años cuando se puso al frente del ciclo infantil, sin embargo, aquella no fue su primera vez en televisión. “Yo venía laburando de extra. Ya me había empezado a meter en el mundo artístico estudiando teatro. En 1994 había un casting en Telefe y fuimos con todos mis compañeros de teatro, hicimos colas larguísimas, como en aquella época, y quedé en esa selección”, dijo en diálogo con LA NACION sobre el día en que recibió la noticia de que formaría parte de La tribuna de Nico, programa que conducía Nicolás Repetto, que se emitía de lunes a viernes al mediodía y que mezclaba música, juegos y humor.
Entre esas 16 personas en las que encontraron algo especial, estaba él. Ese fue el puntapié que le aseguraría un lugar en la TV argentina. “El programa de Nico fue muy fuerte, un programa muy visto, con mucha repercusión”, comentó. Desde 1998 hasta su desembarco en Magic Kids, participó de varios ciclos: Atorrantes (América), Caramelito en barra (Canal 13), Las chicas de enfrente (Canal 13) y Perdidos en el espacio (América), entre otros.
Cuando llegó la idea de producir un ciclo nacional para los más chicos, como era Kito Pizzas, le propusieron la conducción a Mariano Peluffo, quien ya había estado en el mismo canal, pero al frente con Throut and Neck. No obstante, como el animador de radio dijo que no porque estaba a punto de lanzarse como conductor de la primera edición de Gran Hermano (Telefe), le hicieron la oferta a él. “Me tomaron una prueba de cámara, gustó y ahí empezamos”, recordó.
Sin saber si el formato iba a funcionar, el repartidor de pizzas se ganó el cariño del público y estuvo en pantalla durante cuatro años consecutivos. “Acá se dio que funcionó porque tiene que ver mucho la química y la buena onda”, remarcó Chucho.
Pero, como suele ocurrir en televisión, los éxitos terminan. “El ejecutivo del canal y uno de los dueños de la productora nos juntaron a todos los conductores y nos dijeron que se terminaba. Igual lo sabíamos porque los rumores estaban sonando en los pasillos”, manifestó sobre aquel momento, y agregó: “Lo que me ayudó es que varios programas terminaban y te empezás a acostumbrar a que en la tele todo lo que empieza dura poco y si dura mucho decí ‘gracias’ y disfrutalo. Además, Kito había durado cuatro años”.
Después de aquel final, quiso tomarse un año sabático, pero una nueva propuesta llamó a su puerta. “Mi suegro y mi mujer hacían escenografías, él tenía un taller. Yo siempre me llevé bien con los materiales y todo eso, entonces me dijeron ‘necesitamos que vengas un cachito al taller’ y todo duró ocho años”, dijo, entre risas.
Así fue que una cosa lo llevó a otra. “Se fusionó mucho lo que yo hacía con las escenografías porque me empezaron a llamar para hacer construcción de juegos para programas. Terminé con las escenografías y una amiga de Magic Kids que se había casado con un productor, me dijo ‘tenemos una productora y estamos haciendo juegos para el País Vasco’. Y nos fuimos a hacer el programa El conquistador del fin del mundo a Esquel. Estuvimos un mes allá, haciendo juegos en la nieve y en montaña”, contó.
Luego de aquella experiencia, recibió el llamado de la productora Mandarina para trabajar en el programa Como anillo al dedo (eltrece) que conducía Nico Vázquez. “Esto fue hace años y ahí quedé”, sostuvo sobre aquel trabajo en la productora en la que continúa hasta la actualidad. Ahora, se desempeña como productor del DDM (América TV), el ciclo que conduce de lunes a viernes por las tardes Mariana Fabbiani.
“Todo lo que vas haciendo fuera del enfoque inicial, que era la actuación, va sirviendo para lo que haces después. Si uno se pone así en filósofo, cuando te ponés a laburar te vas dando cuenta los trabajos que vas a tener más adelante, estás como nutrido de todo lo que hiciste antes. Yo siento que es lo que me pasó”, reflexionó sobre su carrera.
Pese a que ahora le toca estar detrás de cámara, no descarta volver a la actuación y, por qué no, a la conducción. “Me encanta la producción, te da también un poco más de estabilidad que la actuación, pero no tengo drama, de hecho estando en producción, ya me pasó muchas veces en Mandarina que necesitan a alguien para adelante de cámara por algo y claramente siempre me empujan a mí”, admitió.
Si bien Chucho estuvo en frente de uno de los programas infantiles furor de la década de los 2000, en la calle pasa totalmente desapercibido. “Con los años, mi fisionomía fue cambiando. Entiendo que hay muchos que por ahí te ven cara conocida y te dicen ‘te tengo de algún lado”, pero no te sacan”, confió sobre su bajo perfil.
Lo cierto es que a sus 50 años, recuerda a Kito Pizzas con alegría y emoción. “Me dio muchas satisfacciones. Hoy se sigue hablando de eso en los medios, por eso tengo los mejores recuerdos y agradecimiento hacia todo lo que tiene que ver con Kito”, cerró.
Ariel “Chucho” Rodríguez tenía 28 años cuando se convirtió en el conductor estrella de uno de los programas de Magic Kids; en diálogo con LA NACION se refirió a su reinvención luego de que el famoso canal desapareciera LA NACION