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Coco Gauff defiende la corona en el US Open, pero se sorprende de que le pidan selfies y autógrafos

Sí, Coco Gauff es una campeona en el nivel de Grand Slam. Sí, fue primera en el ranking de dobles y segunda en el de individuales de tenis. Es una estrella que trasciende su deporte y llevó la bandera de Estados Unidos junto a LeBron James en los Juegos Olímpicos París 2024. Tiene un modelo de calzado deportivo inspirado en ella y aparece en cajas de cereales y en varios productos más. Sin embargo, ocasionalmente sigue sonando como alguien que lidia con el síndrome del impostor.

Este lunes volverá a Nueva York para una nueva realización del US Open, torneo que ganó el año pasado y que le dio su primer trofeo en un major. De hecho, ella fue la primera adolescente estadounidense en lograrlo desde que lo hizo Serena Williams en 1999. Y a todo esto, una rareza de su parte: no entiende todavía por qué causa revuelo.

“Simplemente, pensé que no era nadie. Toda esa cosa de ser la abanderada sigue volviéndome loca. Me pregunto: «¿por qué estoy ahí?»”, cuenta la tenista de 20 años, según recrea la agencia AP. Hay un contexto.

Mientras recorría la Villa Olímpica, Gauff fue interceptada asiduamente por otros deportistas, que le pedían posar con ella para una foto. “Yo les decía algo así como «¿también yo puedo tomarme una selfie contigo?». No esperaba esto, en realidad. Tal vez no lo entendía”.

Hace menos de un mes, cuando se le pidió que diera su opinión sobre el US Open y su importancia en su carrera incipiente, Gauff respondió: “Eso no se me pasó por la cabeza”. Coco dijo que se concentraba en los Juegos de París y sumergida totalmente en esa experiencia.

“En cierta forma, ella abrazó su poder de estrella”, comentó Jessica Pegula, ubicada entre las 10 primeras del ranking y usualmente compañera de Gauff en dobles. “Pero al mismo tiempo, es como una niña”, añadió su compatriota.

En los aspectos externos a las canchas, el debut olímpico de Gauff fue un éxito: conoció a LeBron, coleccionó prendedores, hizo amistad con gente de muchas nacionalidades y conversó en el desayuno con varios deportistas destacados, como Noah Lyles, el ganador en los míticos 100 metros. “Es el atleta que más confianza tiene en sí que conocí en mi vida. Salvo, quizá, por Serena”, aludió a Williams.

En las canchas, en cambio, los resultados no fueron tan gratificantes. Gauff resultó eliminada en la tercera rueda en individuales luego de discutir con la jueza de silla por una decisión polémica, y aquel día rompió en llanto. Luego cayó en su segundo partido de dobles de mujeres y en el de dobles mixtos. “Trato de sacar lo positivo de esto. La próxima lo haré mejor”, desestimó Gauff.

A punto de comenzar la defensa de su título de campeona, Gauff no atraviesa una buena racha de resultados. Fue eliminada en la cuarta etapa de Wimbledon, donde se la vio disgustada con su entrenador, Brad Gilbert. Tras las penurias en los Juegos Olímpicos, se mudó a las canchas duras a fin de estar lista para Nueva York, y tampoco eso resultó bien: perdió en su segundo partido en Toronto y en el debut en Cincinnati. En el ranking cayó del segundo lugar al tercero. “Fue una bendición perder tan pronto en Cincinnati, porque me dio la posibilidad de entrenarme de verdad”, vio el lado bueno.

Esta antesala no se asemeja a la que Gauff protagonizó en 2023, cuando se coronó en Washington y Cincinnati antes del Abierto de Estados Unidos que la convirtió en estrella. “Está recibiendo atención constante, y es difícil lidiar con eso”, consideró Emma Navarro, otra tenista estadounidense, que derrotó a Coco en Wimbledon y fue su compañera de dobles femeninos en los Juegos. “Tengo mucho respeto por ella y por cómo maneja esto”, agregó.

Será atractivo ver el desempeño de Gauff cuando se enciendan las luces en el estadio Arthur Ashe. Su primera rival será Varvara Gracheva, que cayó en el estreno en los últimos dos años en Nueva York. “Una no sabe, al menos conscientemente, qué expectativas se meten a las células de su cuerpo”, dijo Chris Evert, seis veces campeona del US Open y actual analista de ESPN. “Todos, desde el primer día, pensaron sobre Coco: «Es la próxima Serena Williams. Es la que dominará». Y eso se queda con ella por mucho tiempo”.

Habrá otras historias de interés, desde el caso reciente de dopaje de Jannik Sinner, el primero del ranking, hasta el intento del campeón defensor Novak Djokovic de embolsarse un 25º trofeo de Grand Slam, pasando por los esfuerzos de Iga Swiatek y Aryna Sabalenka por lograr un segundo major en 2024.

Y los estadounidenses intentarán romper una sequía de 21 años sin coronaciones masculinas en las cuatro grandes citas (la última fue la de Andy Roddick en Flushing Meadows 2003). Pero Gauff puede ser la más observada por el público. “Obviamente, tengo muchas más aspiraciones que simplemente ganar un major. Conseguir uno da una prueba, y la creencia, de que uno puede lograrlo de nuevo”, afirma.

Sí, Coco Gauff es una campeona en el nivel de Grand Slam. Sí, fue primera en el ranking de dobles y segunda en el de individuales de tenis. Es una estrella que trasciende su deporte y llevó la bandera de Estados Unidos junto a LeBron James en los Juegos Olímpicos París 2024. Tiene un modelo de calzado deportivo inspirado en ella y aparece en cajas de cereales y en varios productos más. Sin embargo, ocasionalmente sigue sonando como alguien que lidia con el síndrome del impostor.

Este lunes volverá a Nueva York para una nueva realización del US Open, torneo que ganó el año pasado y que le dio su primer trofeo en un major. De hecho, ella fue la primera adolescente estadounidense en lograrlo desde que lo hizo Serena Williams en 1999. Y a todo esto, una rareza de su parte: no entiende todavía por qué causa revuelo.

“Simplemente, pensé que no era nadie. Toda esa cosa de ser la abanderada sigue volviéndome loca. Me pregunto: «¿por qué estoy ahí?»”, cuenta la tenista de 20 años, según recrea la agencia AP. Hay un contexto.

Mientras recorría la Villa Olímpica, Gauff fue interceptada asiduamente por otros deportistas, que le pedían posar con ella para una foto. “Yo les decía algo así como «¿también yo puedo tomarme una selfie contigo?». No esperaba esto, en realidad. Tal vez no lo entendía”.

Hace menos de un mes, cuando se le pidió que diera su opinión sobre el US Open y su importancia en su carrera incipiente, Gauff respondió: “Eso no se me pasó por la cabeza”. Coco dijo que se concentraba en los Juegos de París y sumergida totalmente en esa experiencia.

“En cierta forma, ella abrazó su poder de estrella”, comentó Jessica Pegula, ubicada entre las 10 primeras del ranking y usualmente compañera de Gauff en dobles. “Pero al mismo tiempo, es como una niña”, añadió su compatriota.

En los aspectos externos a las canchas, el debut olímpico de Gauff fue un éxito: conoció a LeBron, coleccionó prendedores, hizo amistad con gente de muchas nacionalidades y conversó en el desayuno con varios deportistas destacados, como Noah Lyles, el ganador en los míticos 100 metros. “Es el atleta que más confianza tiene en sí que conocí en mi vida. Salvo, quizá, por Serena”, aludió a Williams.

En las canchas, en cambio, los resultados no fueron tan gratificantes. Gauff resultó eliminada en la tercera rueda en individuales luego de discutir con la jueza de silla por una decisión polémica, y aquel día rompió en llanto. Luego cayó en su segundo partido de dobles de mujeres y en el de dobles mixtos. “Trato de sacar lo positivo de esto. La próxima lo haré mejor”, desestimó Gauff.

A punto de comenzar la defensa de su título de campeona, Gauff no atraviesa una buena racha de resultados. Fue eliminada en la cuarta etapa de Wimbledon, donde se la vio disgustada con su entrenador, Brad Gilbert. Tras las penurias en los Juegos Olímpicos, se mudó a las canchas duras a fin de estar lista para Nueva York, y tampoco eso resultó bien: perdió en su segundo partido en Toronto y en el debut en Cincinnati. En el ranking cayó del segundo lugar al tercero. “Fue una bendición perder tan pronto en Cincinnati, porque me dio la posibilidad de entrenarme de verdad”, vio el lado bueno.

Esta antesala no se asemeja a la que Gauff protagonizó en 2023, cuando se coronó en Washington y Cincinnati antes del Abierto de Estados Unidos que la convirtió en estrella. “Está recibiendo atención constante, y es difícil lidiar con eso”, consideró Emma Navarro, otra tenista estadounidense, que derrotó a Coco en Wimbledon y fue su compañera de dobles femeninos en los Juegos. “Tengo mucho respeto por ella y por cómo maneja esto”, agregó.

Será atractivo ver el desempeño de Gauff cuando se enciendan las luces en el estadio Arthur Ashe. Su primera rival será Varvara Gracheva, que cayó en el estreno en los últimos dos años en Nueva York. “Una no sabe, al menos conscientemente, qué expectativas se meten a las células de su cuerpo”, dijo Chris Evert, seis veces campeona del US Open y actual analista de ESPN. “Todos, desde el primer día, pensaron sobre Coco: «Es la próxima Serena Williams. Es la que dominará». Y eso se queda con ella por mucho tiempo”.

Habrá otras historias de interés, desde el caso reciente de dopaje de Jannik Sinner, el primero del ranking, hasta el intento del campeón defensor Novak Djokovic de embolsarse un 25º trofeo de Grand Slam, pasando por los esfuerzos de Iga Swiatek y Aryna Sabalenka por lograr un segundo major en 2024.

Y los estadounidenses intentarán romper una sequía de 21 años sin coronaciones masculinas en las cuatro grandes citas (la última fue la de Andy Roddick en Flushing Meadows 2003). Pero Gauff puede ser la más observada por el público. “Obviamente, tengo muchas más aspiraciones que simplemente ganar un major. Conseguir uno da una prueba, y la creencia, de que uno puede lograrlo de nuevo”, afirma.

 La chica de 20 años no comprende todavía el revuelo que genera; “está recibiendo atención constante, y es difícil lidiar con eso”, comenta su compatriota Emma Navarro  LA NACION

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