La historia desconocida de “¿Dónde está Wally?”, un éxito atemporal que sigue en vigencia
¿Cuántas veces buscamos a Wally en una secuencia repleta de distracciones? ¿Cuánto tiempo tardamos en encontrar a ese hombre desgarbado, de remera a rayas rojas y blancas? Estas y otras preguntas más entran en el imaginario popular para contextualizar cómo se creó Wally y por qué se volvió un fenómeno tan adictivo para varias generaciones que compraban sus libros solo para hallar y buscar a una persona perdida entre una multitud.
De rostro simpático y amable, Wally se transformó en un ícono de la época. Su éxito, como sucede en las obras literarias, se debe a la mente maestra de su autor. Es ahí cuando aparece la figura de Martin Handford, un ilustrador nacido en Inglaterra en el año 1956 que desarrolló una habilidad creativa única para dar en el blanco con un personaje que se volvió atemporal.
A sus 30 años de edad, Hanford estaba a punto de graduarse en la escuela de arte de Maidstone, Inglaterra, con un estilo propio que sorprendió a sus profesores. Sus trabajos consistían en dibujar multitudes, sean en un concierto de música, en la calle u otros puntos geográficos. Esta pasión, que la fue desarrollando a medida que adquirió roce y experiencia, lo llevó a crear algo especial y único: el libro de ¿Dónde está Wally?
Influenciado por libros infantiles de la época, Handford le dio rienda suelta a su imaginación y comenzó a marcar los primeros trazos de un personaje que se diferenciaba del resto por su enorme cantidad de detalles, colores y otros pormenores que lo hacen único en su género.
Tras un año de darle forma, el autor decidió publicar en septiembre de 1987 la primera edición de ¿Dónde está Wally? Este tomo, en cuestión de semanas, revolucionó el mercado literario y convirtió a la editorial Walker Books en una de las más importantes tanto a nivel nacional como internacional.
El éxito rotundo de este primer libro dejó en shock a Hanford. Su cabeza hizo un clic para perfeccionar más esta idea de crear a un personaje perdido entre miles de personas. Al año siguiente, en 1988, el autor sacó a la venta ¿Dónde está Wally ahora?, con el objetivo de redoblar la apuesta y, además, agregarle un contexto histórico a cada búsqueda.
“Le di ese aspecto tan especial porque cuando originalmente pensé en él, me vino a la cabeza la idea de un personaje que se había perdido en todas las escenas, imaginándome la razón por la que se perdió. Al fin y al cabo creía que era un poco idiota y no sabía a dónde iba”, explicó en una antigua entrevista el creador de Wally.
Con 84 millones de copias en todo el mundo, Wally se convirtió en un hito mundial. Sus libros se transcribieron en 31 idiomas. Muchos fanáticos, eclipsados por su imagen y cómo se escondía en medio de diferentes lugares, crearon convenciones especiales para vestirse de la misma manera que este hombre de aspecto jovial y siempre abrigado como si viviría en un eterno invierno.
Además de Wally, el autor incorporó a otros héroes y villanos como Woof, el perro; Wenda, el mago Barba Blanca; y Odlaw, el antagonista de Wally, quien vestía con un suéter de rayas amarillas y negras. Estos, entre otros, construyeron un universo de fantasía y realidad que hasta el día de hoy sigue en vigencia.
¿Cuántas veces buscamos a Wally en una secuencia repleta de distracciones? ¿Cuánto tiempo tardamos en encontrar a ese hombre desgarbado, de remera a rayas rojas y blancas? Estas y otras preguntas más entran en el imaginario popular para contextualizar cómo se creó Wally y por qué se volvió un fenómeno tan adictivo para varias generaciones que compraban sus libros solo para hallar y buscar a una persona perdida entre una multitud.
De rostro simpático y amable, Wally se transformó en un ícono de la época. Su éxito, como sucede en las obras literarias, se debe a la mente maestra de su autor. Es ahí cuando aparece la figura de Martin Handford, un ilustrador nacido en Inglaterra en el año 1956 que desarrolló una habilidad creativa única para dar en el blanco con un personaje que se volvió atemporal.
A sus 30 años de edad, Hanford estaba a punto de graduarse en la escuela de arte de Maidstone, Inglaterra, con un estilo propio que sorprendió a sus profesores. Sus trabajos consistían en dibujar multitudes, sean en un concierto de música, en la calle u otros puntos geográficos. Esta pasión, que la fue desarrollando a medida que adquirió roce y experiencia, lo llevó a crear algo especial y único: el libro de ¿Dónde está Wally?
Influenciado por libros infantiles de la época, Handford le dio rienda suelta a su imaginación y comenzó a marcar los primeros trazos de un personaje que se diferenciaba del resto por su enorme cantidad de detalles, colores y otros pormenores que lo hacen único en su género.
Tras un año de darle forma, el autor decidió publicar en septiembre de 1987 la primera edición de ¿Dónde está Wally? Este tomo, en cuestión de semanas, revolucionó el mercado literario y convirtió a la editorial Walker Books en una de las más importantes tanto a nivel nacional como internacional.
El éxito rotundo de este primer libro dejó en shock a Hanford. Su cabeza hizo un clic para perfeccionar más esta idea de crear a un personaje perdido entre miles de personas. Al año siguiente, en 1988, el autor sacó a la venta ¿Dónde está Wally ahora?, con el objetivo de redoblar la apuesta y, además, agregarle un contexto histórico a cada búsqueda.
“Le di ese aspecto tan especial porque cuando originalmente pensé en él, me vino a la cabeza la idea de un personaje que se había perdido en todas las escenas, imaginándome la razón por la que se perdió. Al fin y al cabo creía que era un poco idiota y no sabía a dónde iba”, explicó en una antigua entrevista el creador de Wally.
Con 84 millones de copias en todo el mundo, Wally se convirtió en un hito mundial. Sus libros se transcribieron en 31 idiomas. Muchos fanáticos, eclipsados por su imagen y cómo se escondía en medio de diferentes lugares, crearon convenciones especiales para vestirse de la misma manera que este hombre de aspecto jovial y siempre abrigado como si viviría en un eterno invierno.
Además de Wally, el autor incorporó a otros héroes y villanos como Woof, el perro; Wenda, el mago Barba Blanca; y Odlaw, el antagonista de Wally, quien vestía con un suéter de rayas amarillas y negras. Estos, entre otros, construyeron un universo de fantasía y realidad que hasta el día de hoy sigue en vigencia.
Martin Handford, su creador, ideó un personaje que en principio quería “ridiculizarlo”; el boom que generó su primer libro en el año 1987 y el posterior éxito que lo convirtió en un fenómeno atemporal LA NACION