No es magia, es técnica: el truco para que el pollo frito recalentado no pierda su sabor original
El pollo frito es una de las comidas más populares de EE.UU., ya sea de un restaurante o casero. Cuando está recién hecho, destaca por su crocante y jugosidad. Además, es un excelente refrigerio luego de una recalentada precisa. Hay muchas maneras de hacerlo: al horno, al microondas o en la freidora de aire. Ningún método puede hacer que el pollo frito sobrante tenga el mismo sabor que cuando está recién cocinado.
No obstante, con ciertas recomendaciones, se logra conseguir un sabor casi como el original. El sitio Country Living elaboró un listado con las más importantes.
Cómo mantener crujiente el pollo frito recalentado
El truco esencial para recalentar el pollo (y cualquier otro tipo de carne), es mantener los niveles de humedad en equilibrio. Por ejemplo, el microondas funciona al calentar el agua de un alimento, de esta forma, mantendrá la carne húmeda pero con una textura blanda y desagradable.
Por su parte, si no se revisa con cuidado, el horno puede secar la carne. Al contrario que el microondas, esto le dará al alimento una consistencia dura y gomosa.
La mejor manera de recalentar el pollo frito
Si bien ninguna forma de recalentado es perfecta, la que más se acerca a un resultado perfecto es en el horno. Para lograrlo, es necesario seguir una serie de pasos:
1. Llevarlo a temperatura ambiente
Es necesario reducir la cantidad de tiempo que el pollo pasa en el horno. De esta manera, se reducen las posibilidades de que se seque. Para conseguir que alcance la temperatura ambiente, hay que sacarlo del refrigerador entre 20 y 30 minutos antes de recalentarlo.
2. Darle un poco de aire
Antes de calentarlo, es fundamental que el pollo esté expuesto un tiempo al aire. Para este paso, se recomienda usar una rejilla de alambre sobre una bandeja para horno.
Esto permitirá que circule el aire y evita que la parte inferior del empanizado se ablande. Al mismo tiempo, se debe precalentar el horno a 205°C.
3. Hornear el pollo
Según el portal, el pollo recalentado alcanza su mejor punto cuando la temperatura interna alcanza los 50°C. Esto toma entre 12 y 15 minutos en un horno precalentado a 205°C. Así se consigue un alimento caliente sin que se seque.
En caso de que la seguridad alimentaria sea la prioridad, hay que tener en cuenta que el Departamento de Agricultura (USDA por sus siglas en inglés) recomienda recalentar los alimentos a 74°C, aunque esto puede dejar el pollo frito demasiado seco.
Además, se debe considerar que los trozos más pequeños se cocinan con mayor rapidez y están listos antes que los más grandes. Por esto, se recomienda verificar la temperatura de cada pieza con un termómetro de alimentos.
Otras formas de recalentar el pollo frito
La segunda mejor manera de hacerlo es con una freidora de aire. Con este método, los pasos a seguir son parecidos. En primer lugar, dejar que el pollo alcance la temperatura ambiente.
Luego, cocinarlo a 190°C entre 3 a 5 minutos. Es importante colocar las piezas de pollo separadas para que el aire circule adecuadamente.
La última opción es la menos recomendable, pero el microondas puede sacar de apuros a cualquiera. Para evitar que el pollo se ablande, se debe calentar en períodos cortos, de 20 a 40 segundos. Entre cada tanda, es importante dar vuelta el pollo. También puede ayudar colocar una toalla de papel para absorber el exceso de agua.
El pollo frito es una de las comidas más populares de EE.UU., ya sea de un restaurante o casero. Cuando está recién hecho, destaca por su crocante y jugosidad. Además, es un excelente refrigerio luego de una recalentada precisa. Hay muchas maneras de hacerlo: al horno, al microondas o en la freidora de aire. Ningún método puede hacer que el pollo frito sobrante tenga el mismo sabor que cuando está recién cocinado.
No obstante, con ciertas recomendaciones, se logra conseguir un sabor casi como el original. El sitio Country Living elaboró un listado con las más importantes.
Cómo mantener crujiente el pollo frito recalentado
El truco esencial para recalentar el pollo (y cualquier otro tipo de carne), es mantener los niveles de humedad en equilibrio. Por ejemplo, el microondas funciona al calentar el agua de un alimento, de esta forma, mantendrá la carne húmeda pero con una textura blanda y desagradable.
Por su parte, si no se revisa con cuidado, el horno puede secar la carne. Al contrario que el microondas, esto le dará al alimento una consistencia dura y gomosa.
La mejor manera de recalentar el pollo frito
Si bien ninguna forma de recalentado es perfecta, la que más se acerca a un resultado perfecto es en el horno. Para lograrlo, es necesario seguir una serie de pasos:
1. Llevarlo a temperatura ambiente
Es necesario reducir la cantidad de tiempo que el pollo pasa en el horno. De esta manera, se reducen las posibilidades de que se seque. Para conseguir que alcance la temperatura ambiente, hay que sacarlo del refrigerador entre 20 y 30 minutos antes de recalentarlo.
2. Darle un poco de aire
Antes de calentarlo, es fundamental que el pollo esté expuesto un tiempo al aire. Para este paso, se recomienda usar una rejilla de alambre sobre una bandeja para horno.
Esto permitirá que circule el aire y evita que la parte inferior del empanizado se ablande. Al mismo tiempo, se debe precalentar el horno a 205°C.
3. Hornear el pollo
Según el portal, el pollo recalentado alcanza su mejor punto cuando la temperatura interna alcanza los 50°C. Esto toma entre 12 y 15 minutos en un horno precalentado a 205°C. Así se consigue un alimento caliente sin que se seque.
En caso de que la seguridad alimentaria sea la prioridad, hay que tener en cuenta que el Departamento de Agricultura (USDA por sus siglas en inglés) recomienda recalentar los alimentos a 74°C, aunque esto puede dejar el pollo frito demasiado seco.
Además, se debe considerar que los trozos más pequeños se cocinan con mayor rapidez y están listos antes que los más grandes. Por esto, se recomienda verificar la temperatura de cada pieza con un termómetro de alimentos.
Otras formas de recalentar el pollo frito
La segunda mejor manera de hacerlo es con una freidora de aire. Con este método, los pasos a seguir son parecidos. En primer lugar, dejar que el pollo alcance la temperatura ambiente.
Luego, cocinarlo a 190°C entre 3 a 5 minutos. Es importante colocar las piezas de pollo separadas para que el aire circule adecuadamente.
La última opción es la menos recomendable, pero el microondas puede sacar de apuros a cualquiera. Para evitar que el pollo se ablande, se debe calentar en períodos cortos, de 20 a 40 segundos. Entre cada tanda, es importante dar vuelta el pollo. También puede ayudar colocar una toalla de papel para absorber el exceso de agua.
El truco para que el pollo recalentado mantenga su sabor y textura original. LA NACION
