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Brucelosis bovina: buscan mejorar la lucha contra una enfermedad que genera fuertes pérdidas económicas

La brucelosis bovina, una enfermedad del ganado que provoca abortos y problemas de reproducción, sigue siendo una preocupación significativa para los productores agropecuarios debido a sus pérdidas de hasta el 70% en un rodeo. Recientemente, el Servicio Nacional de Sanidad y Calidad Agroalimentaria (Senasa) autorizó la implementación de dos nuevas vacunas para combatir esta enfermedad. Con esta medida ahora son tres las disponibles para su uso en la Argentina, lo que marca un avance en la lucha contra la brucelosis. Las entidades agropecuarias se reunieron con distintas autoridades del organismo sanitario, como el vicepresidente Néstor Aníbal Osacar, y le plantearon una serie de cuestiones que consideran importantes para abordar.

Hasta el momento, la vacuna utilizada en la Argentina era la cepa 19 de Brucella abortus, de tipo viva. Esta vacuna es obligatoria al 100% de las terneras de tres a ocho meses de edad, exceptuando la “Zona libre de brucelosis y tuberculosis bovina”, comprendida por la provincia de Tierra del Fuego, Antártida e Islas del Atlántico Sur.

No obstante, la reciente Resolución 957/2024 permite la inoculación voluntaria con las cepas RB51 y DELTAPGM en los establecimientos ganaderos bovinos con casos registrados de brucelosis en el Sistema Integrado de Gestión de Sanidad Animal (Sigsa). Estas nuevas opciones se han incorporado al Plan Nacional de Control y Erradicación de Brucelosis Bovina, un programa que busca eliminar esta enfermedad en el país.

En este contexto, representantes de las cuatro entidades que conforman la Mesa de Enlace mantuvieron ya dos encuentros, uno de los cuales se llevó a cabo hoy por la mañana, con autoridades del Senasa y del plan donde se abordaron las medidas que se deben tomar para hacer un programa más eficiente. Si alcanza todo un rodeo, la enfermedad puede provocar abortos de hasta un 70%.

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“Con estas dos nuevas herramientas, se tiene un margen de maniobra superior. Además, se logra una mayor cobertura en los rodeos bovinos, actuando incluso en edades distintas a las que cubre la vacuna oficial actual”, afirmó Mario Raiteri, secretario de Coninagro. Destacó que el uso de más vacunas amplía el campo de acción con inmunógenos, lo que es esencial para los esfuerzos de control y erradicación de la brucelosis.

En un primer encuentro con el organismo los ruralistas pidieron al organismo un monitoreo riguroso de los movimientos de hacienda según los distintos estatus sanitarios y la realización de análisis de sangre para verificar o ajustar dichos estatus.

En tanto, queda pendiente definir cómo manejar los casos de animales positivos. Raiteri explicó: “Si se trata de uno o dos animales es posible eliminarlos, pero en situaciones más serias que involucren a más animales se necesita apoyo económico, ya que el proceso puede demorar casi dos años”. La preocupación se centra en la eliminación de los animales infectados y el saneamiento de los rodeos involucrados.

Impacto

Históricamente, la brucelosis afectaba el 12,5% de los establecimientos en la Argentina, reduciéndose al 10% actual. Sin embargo, la cantidad de animales enfermos por establecimiento ha disminuido, especialmente en áreas ligadas a la industria lechera de Santa Fe, gracias a un estímulo económico significativo. “Ese esfuerzo que hace el productor la industria láctea lo paga”, enfatizó Raiteri.

Un factor clave en la mejora de las prácticas de control ha sido la posibilidad de exportar ganado a China, lo que ha incrementado el interés de los productores en cumplir con los requisitos sanitarios para acceder a ese mercado. “Muchos productores se interesaron porque el mercado chino ofrecía un precio superior, generando aproximadamente un 20% más de beneficios en comparación con el mercado interno”, indicó Raiteri.

Para que los avances en el control de la brucelosis sea sostenibles es importante que los productores vean beneficios económicos tangibles. “Una de las salidas cuando no hay acompañamiento financiero para vender el vientre enfermo es mantener un rodeo enfermo hasta que se pueda ir reponiendo, pero si se quiere terminar en un tiempo razonable, se necesita comprar vientre nuevo y que la carne producida obtenga un mejor precio”, explicó Raiteri.

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Raiteri propuso algunas alternativas para mejorar la situación. Una de ellas es considerar la posibilidad de que la brucelosis sea reconocida como una cuestión de importancia nacional, lo que permitiría exonerar del IVA a las vacunas, similar a lo ocurrido con la vacuna contra la aftosa. Además subrayó la necesidad de mejorar el acceso al crédito para reponer los vientres durante el saneamiento del rodeo y la apertura de nuevos mercados con mejores precios de la carne trasladados al productor.

Todo esto, detalló, se había planteado en una primera reunión que tuvieron con el organismo. Hoy se realizó otro encuentro y, según Raiteri, el Senasa expresó su compromiso de monitorear más los movimientos, avisar a través del sistema la necesidad de sangrar o no y corregir el status sanitario si se pretende hacer un movimiento de hacienda, entre otros puntos.

La brucelosis bovina, una enfermedad del ganado que provoca abortos y problemas de reproducción, sigue siendo una preocupación significativa para los productores agropecuarios debido a sus pérdidas de hasta el 70% en un rodeo. Recientemente, el Servicio Nacional de Sanidad y Calidad Agroalimentaria (Senasa) autorizó la implementación de dos nuevas vacunas para combatir esta enfermedad. Con esta medida ahora son tres las disponibles para su uso en la Argentina, lo que marca un avance en la lucha contra la brucelosis. Las entidades agropecuarias se reunieron con distintas autoridades del organismo sanitario, como el vicepresidente Néstor Aníbal Osacar, y le plantearon una serie de cuestiones que consideran importantes para abordar.

Hasta el momento, la vacuna utilizada en la Argentina era la cepa 19 de Brucella abortus, de tipo viva. Esta vacuna es obligatoria al 100% de las terneras de tres a ocho meses de edad, exceptuando la “Zona libre de brucelosis y tuberculosis bovina”, comprendida por la provincia de Tierra del Fuego, Antártida e Islas del Atlántico Sur.

No obstante, la reciente Resolución 957/2024 permite la inoculación voluntaria con las cepas RB51 y DELTAPGM en los establecimientos ganaderos bovinos con casos registrados de brucelosis en el Sistema Integrado de Gestión de Sanidad Animal (Sigsa). Estas nuevas opciones se han incorporado al Plan Nacional de Control y Erradicación de Brucelosis Bovina, un programa que busca eliminar esta enfermedad en el país.

En este contexto, representantes de las cuatro entidades que conforman la Mesa de Enlace mantuvieron ya dos encuentros, uno de los cuales se llevó a cabo hoy por la mañana, con autoridades del Senasa y del plan donde se abordaron las medidas que se deben tomar para hacer un programa más eficiente. Si alcanza todo un rodeo, la enfermedad puede provocar abortos de hasta un 70%.

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“Con estas dos nuevas herramientas, se tiene un margen de maniobra superior. Además, se logra una mayor cobertura en los rodeos bovinos, actuando incluso en edades distintas a las que cubre la vacuna oficial actual”, afirmó Mario Raiteri, secretario de Coninagro. Destacó que el uso de más vacunas amplía el campo de acción con inmunógenos, lo que es esencial para los esfuerzos de control y erradicación de la brucelosis.

En un primer encuentro con el organismo los ruralistas pidieron al organismo un monitoreo riguroso de los movimientos de hacienda según los distintos estatus sanitarios y la realización de análisis de sangre para verificar o ajustar dichos estatus.

En tanto, queda pendiente definir cómo manejar los casos de animales positivos. Raiteri explicó: “Si se trata de uno o dos animales es posible eliminarlos, pero en situaciones más serias que involucren a más animales se necesita apoyo económico, ya que el proceso puede demorar casi dos años”. La preocupación se centra en la eliminación de los animales infectados y el saneamiento de los rodeos involucrados.

Impacto

Históricamente, la brucelosis afectaba el 12,5% de los establecimientos en la Argentina, reduciéndose al 10% actual. Sin embargo, la cantidad de animales enfermos por establecimiento ha disminuido, especialmente en áreas ligadas a la industria lechera de Santa Fe, gracias a un estímulo económico significativo. “Ese esfuerzo que hace el productor la industria láctea lo paga”, enfatizó Raiteri.

Un factor clave en la mejora de las prácticas de control ha sido la posibilidad de exportar ganado a China, lo que ha incrementado el interés de los productores en cumplir con los requisitos sanitarios para acceder a ese mercado. “Muchos productores se interesaron porque el mercado chino ofrecía un precio superior, generando aproximadamente un 20% más de beneficios en comparación con el mercado interno”, indicó Raiteri.

Para que los avances en el control de la brucelosis sea sostenibles es importante que los productores vean beneficios económicos tangibles. “Una de las salidas cuando no hay acompañamiento financiero para vender el vientre enfermo es mantener un rodeo enfermo hasta que se pueda ir reponiendo, pero si se quiere terminar en un tiempo razonable, se necesita comprar vientre nuevo y que la carne producida obtenga un mejor precio”, explicó Raiteri.

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Raiteri propuso algunas alternativas para mejorar la situación. Una de ellas es considerar la posibilidad de que la brucelosis sea reconocida como una cuestión de importancia nacional, lo que permitiría exonerar del IVA a las vacunas, similar a lo ocurrido con la vacuna contra la aftosa. Además subrayó la necesidad de mejorar el acceso al crédito para reponer los vientres durante el saneamiento del rodeo y la apertura de nuevos mercados con mejores precios de la carne trasladados al productor.

Todo esto, detalló, se había planteado en una primera reunión que tuvieron con el organismo. Hoy se realizó otro encuentro y, según Raiteri, el Senasa expresó su compromiso de monitorear más los movimientos, avisar a través del sistema la necesidad de sangrar o no y corregir el status sanitario si se pretende hacer un movimiento de hacienda, entre otros puntos.

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