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El impactante descubrimiento que realizó un arquitecto al poner un “triángulo” en un departamento

En el corazón del barrio de Malasaña, Madrid, un pequeño departamento de 60 metros cuadrados fue transformado en un espacio que desafía las limitaciones físicas gracias a un diseño arquitectónico vanguardista. Liderado por el arquitecto español Pedro Pitarch, el proyecto introduce un “triángulo mágico” que reorganiza completamente la percepción del espacio.

El concepto central de este diseño es un triángulo de aluminio cepillado, que actúa como un contenedor multifuncional. Este elemento, ubicado estratégicamente en el centro del departamento, alberga las infraestructuras esenciales: cocina, baño y áreas de almacenamiento. Al concentrar estas funciones en un único módulo, se libera el resto del espacio, y crea así una distribución más flexible y abierta.

“La domesticidad se reduce a pura infraestructura”, explicó Pitarch y destacó cómo esta solución permite maximizar la utilidad y estética del departamento. El diseño organiza el espacio en tres áreas principales: una zona destinada al descanso y vida diaria, otra para la cocina y limpieza, y una tercera para trabajo y visitas. La diferenciación de estas áreas se logra mediante el uso de diversos materiales en el suelo, como madera en las zonas más cálidas y terrazo en las áreas de mayor actividad. Evita, así, la necesidad de paredes divisorias.

Un toque adicional de innovación se encuentra en la isla de cocina circular, separada del triángulo central. Este elemento no solo amplía la percepción del espacio, sino que también aporta un carácter distintivo y futurista al entorno.

“El proyecto sustituye una configuración totalmente compartimentada con tabiques por una nueva distribución diáfana organizada en torno a un elemento central, un núcleo que contiene toda la infraestructura doméstica, y en torno al cual se organizan las funciones de la nueva vivienda en tres franjas: una primera de uso más tranquilo (dormir y estar), una segunda de uso más activo (cocinar, comer, asearse y limpiar) y una tercera de uso más esporádico (teletrabajar y visitas)”, analizó el arquitecto sobre su obra de la que habla el mundo entero.

¿Cómo beneficiará este descubrimiento a la arquitectura del futuro?

El resultado es un departamento que, pese a su modesto tamaño, se siente amplio, moderno y funcional, adaptado a las necesidades del estilo de vida urbano contemporáneo. Pitarch describe la atmósfera del diseño como “abstracta y a-stilística”, alejándose de los convencionalismos del diseño de interiores y ofreciendo una nueva perspectiva sobre cómo vivir cómodamente en espacios reducidos.

Este proyecto destaca como un ejemplo del poder de la innovación arquitectónica para redefinir los límites de los espacios pequeños, convirtiéndolos en ambientes multifacéticos y acogedores, sin sacrificar ni el estilo ni la funcionalidad.

A su vez, estos avances en la arquitectura permite a los países más poblados, como lo son China e India, a pensar en nuevas formas en las que puedan vivir sus habitantes, sin la necesidad de mayor espacio pero manteniendo las comodidades básicas satisfechas como lo son el baño, la cocina y un dormitorio.

Por último, la reducción de materiales de construcción adicionales y la optimización del uso del espacio existente, hace que este diseño minimice el impacto ambiental. Además, el triángulo multifuncional se ha construido con materiales duraderos y de bajo mantenimiento, lo que contribuye a la longevidad del departamento y a una vida más eficiente y ecológica en la ciudad. Este enfoque sostenible refuerza la visión de Pitarch sobre cómo el diseño arquitectónico puede ofrecer soluciones inteligentes y respetuosas con el entorno urbano.

En el corazón del barrio de Malasaña, Madrid, un pequeño departamento de 60 metros cuadrados fue transformado en un espacio que desafía las limitaciones físicas gracias a un diseño arquitectónico vanguardista. Liderado por el arquitecto español Pedro Pitarch, el proyecto introduce un “triángulo mágico” que reorganiza completamente la percepción del espacio.

El concepto central de este diseño es un triángulo de aluminio cepillado, que actúa como un contenedor multifuncional. Este elemento, ubicado estratégicamente en el centro del departamento, alberga las infraestructuras esenciales: cocina, baño y áreas de almacenamiento. Al concentrar estas funciones en un único módulo, se libera el resto del espacio, y crea así una distribución más flexible y abierta.

“La domesticidad se reduce a pura infraestructura”, explicó Pitarch y destacó cómo esta solución permite maximizar la utilidad y estética del departamento. El diseño organiza el espacio en tres áreas principales: una zona destinada al descanso y vida diaria, otra para la cocina y limpieza, y una tercera para trabajo y visitas. La diferenciación de estas áreas se logra mediante el uso de diversos materiales en el suelo, como madera en las zonas más cálidas y terrazo en las áreas de mayor actividad. Evita, así, la necesidad de paredes divisorias.

Un toque adicional de innovación se encuentra en la isla de cocina circular, separada del triángulo central. Este elemento no solo amplía la percepción del espacio, sino que también aporta un carácter distintivo y futurista al entorno.

“El proyecto sustituye una configuración totalmente compartimentada con tabiques por una nueva distribución diáfana organizada en torno a un elemento central, un núcleo que contiene toda la infraestructura doméstica, y en torno al cual se organizan las funciones de la nueva vivienda en tres franjas: una primera de uso más tranquilo (dormir y estar), una segunda de uso más activo (cocinar, comer, asearse y limpiar) y una tercera de uso más esporádico (teletrabajar y visitas)”, analizó el arquitecto sobre su obra de la que habla el mundo entero.

¿Cómo beneficiará este descubrimiento a la arquitectura del futuro?

El resultado es un departamento que, pese a su modesto tamaño, se siente amplio, moderno y funcional, adaptado a las necesidades del estilo de vida urbano contemporáneo. Pitarch describe la atmósfera del diseño como “abstracta y a-stilística”, alejándose de los convencionalismos del diseño de interiores y ofreciendo una nueva perspectiva sobre cómo vivir cómodamente en espacios reducidos.

Este proyecto destaca como un ejemplo del poder de la innovación arquitectónica para redefinir los límites de los espacios pequeños, convirtiéndolos en ambientes multifacéticos y acogedores, sin sacrificar ni el estilo ni la funcionalidad.

A su vez, estos avances en la arquitectura permite a los países más poblados, como lo son China e India, a pensar en nuevas formas en las que puedan vivir sus habitantes, sin la necesidad de mayor espacio pero manteniendo las comodidades básicas satisfechas como lo son el baño, la cocina y un dormitorio.

Por último, la reducción de materiales de construcción adicionales y la optimización del uso del espacio existente, hace que este diseño minimice el impacto ambiental. Además, el triángulo multifuncional se ha construido con materiales duraderos y de bajo mantenimiento, lo que contribuye a la longevidad del departamento y a una vida más eficiente y ecológica en la ciudad. Este enfoque sostenible refuerza la visión de Pitarch sobre cómo el diseño arquitectónico puede ofrecer soluciones inteligentes y respetuosas con el entorno urbano.

 Un diseño vanguardista en Madrid demostró cómo se puede maximizar el espacio en departamentos pequeños; así logró que 60 metros cuadrados se vieran más amplios  LA NACION

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