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Gillian Anderson colecciona cientos de fantasías sexuales: “Pensé que habría menos vergüenza”

El 1 de febrero de 2023, Gillian Anderson (Illinois, Estados Unidos, 56 años) hizo un llamamiento a través de The Guardian con el propósito de coleccionar fantasías sexuales. “Quiero que las mujeres de todo el mundo, y todas las que se identifiquen intrínsecamente como mujeres ahora ―queer, heterosexuales y bisexuales, no binarias, transgénero, poliamorosas―, todas ustedes, mayores y jóvenes, cualquiera que sea su religión, casadas, solteras o no, me escriban y me digan en qué piensan cuando piensan en sexo”, propuso en el medio británico junto a un correo electrónico creado para la ocasión y un plazo de 28 días. La actriz recibió un total de 1.800 declaraciones anónimas de mujeres de todo el mundo. Pero, ¿para qué? La respuesta ha llegado a las librerías en estos días en forma de libro. “Enviado por anónima. Recopilado por Gillian Anderson”, dice la firma sobre Want (editorial Deseo), 174 páginas llenas de fantasías femeninas, incluidas la de la propia Anderson.

La actriz, que interpreta a una terapeuta sexual en el éxito Sex Education y lució un vestido lleno de bordados con forma de vulva en la última ceremonia de los Globos de Oro, ha reconocido en una entrevista promocional con la BBC que se siente “muy cómoda” hablando de sexo, pero confiesa que tuvo dificultades para expresar y escribir sus propias fantasías, como le pidieron sus editores. “De repente, describir las imágenes que habían estado en mi cabeza por un tiempo, y la acción de hacerlo, agregó un nivel de intimidad que no hubiera esperado, y no hubiera esperado ser tan tímida al respecto”, comenta. Want, según la autora, es una versión renovada de Mi jardín secreto, un libro de 1973 en el que Nancy Friday recopiló las fantasías de más de 150 mujeres a través de cartas, cintas y entrevistas personales. Más de medio siglo después, lo que más ha sorprendido a la intérprete es, precisamente, esa vergüenza que todavía sigue estando presente: “Pensé que hoy en día habría menos y fue una verdadera revelación”.

Entre las fantasías sexuales que han aportado al recopilatorio las distintas mujeres, de las que solo se detalla su identidad sexual, edad, ingresos y estado civil, hay de todo. Una, por ejemplo, anhela el contacto físico y lamenta la pérdida de las relaciones sexuales tras la muerte de su marido. “Me gustaría que se hablara más del duelo, de la pérdida del cónyuge y de la sexualidad”, escribe. A otra no se le ocurre nada más erótico que imaginarse teniendo “sexo muy caliente, sensual y apasionado” con Harry Styles. “Hay mucha ternura y mujeres que realmente quieren ser vistas por lo que son y ser cuidadas, y también hay mucho romance en ello”, opina Anderson.

La actriz, que también ha fundado una marca de bebidas naturales llamada G Spot (punto G, en castellano), describe las historias como “honestas, crudas, íntimas y hermosas”. Las hay que implican sexo con desconocidos o tendencia al voyeurismo. Sin embargo, mientras que Mi jardín secreto contenía fragmentos explícitos sobre fantasías de sexo no consentido e ilegal, incluido un capítulo de fantasías de violación, Anderson ha trazado una línea roja en ese sentido. “Rechazar mensajes que rayaban la ilegalidad, la bestialidad o el incesto fue la decisión correcta. Quería crear un espacio seguro para que las mujeres compartan y lean sin sentirse obligadas a desconfiar o tener miedo de lo que van a encontrar en una página tras otra”, afirma en la entrevista con la BBC. Aun así, sí que se incluye material que, según la intérprete, se desvía hacia “temas peligrosos”, como la dominación intensa, la sumisión y los actos violentos. “Casi nos pareció hipócrita no incluirlos porque son fantasías que tienen las mujeres”, justifica.

La revista FHM eligió a Gillian Anderson como la “mujer más sexy del mundo” en 1996. Un año después, la revista People la incluyó entre las “50 personas más bellas del mundo” y en 2008, FHM volvió a nombrarla una de las “100 mujeres más sexys del año”. Muchas de las mujeres que han aportado sus anhelos al libro, en cambio, confiesan problemas con su imagen corporal y lamentan no sentirse deseables, algo que, a pesar de todo, la actriz dice comprender. “He pasado por periodos en los que me di cuenta duramente de que yo también estaba envejeciendo. Cuando estoy frente a la cámara, a veces hay momentos… en los que veo el producto final y pienso: ‘Dios mío, ¿así es realmente como me veo?”, le dice a la entrevistadora: “Mi filosofía es recordar que de ahora en adelante eso será lo más joven que luciré, así que mejor lo acepto”.

Anderson anima a los jóvenes a leer su libro “porque hay muchas versiones diferentes de cómo puede ser el sexo que van más allá de lo que les ofrece la industria del porno”. Considera que el sexo y las fantasías sexuales “siguen siendo un tema tabú, a pesar de que existan programas como Sex Education, Euphoria o Cincuenta sombras de Grey”. De hecho, una de las contribuciones de Want comienza así: “Me resultó muy difícil entender cuáles eran realmente mis propias fantasías. Gran parte de lo que se representa en el porno está orientado a los hombres y hay tantas expectativas puestas en nosotras, como mujeres, que me resulta muy difícil decidir qué es lo que realmente me excita y cómo siento que debería actuar”.

Con el libro, la actriz quiere demostrar que en las fantasías la mujer está a cargo, que puede decidir con quién, cuándo, dónde y cuánto. “¿Alguna pista sobre la suya?”, intenta sonsacarle la entrevistadora de la BBC. “De ninguna manera”, responde Anderson. De momento prefiere mantenerla en el anonimato de las páginas.

El 1 de febrero de 2023, Gillian Anderson (Illinois, Estados Unidos, 56 años) hizo un llamamiento a través de The Guardian con el propósito de coleccionar fantasías sexuales. “Quiero que las mujeres de todo el mundo, y todas las que se identifiquen intrínsecamente como mujeres ahora ―queer, heterosexuales y bisexuales, no binarias, transgénero, poliamorosas―, todas ustedes, mayores y jóvenes, cualquiera que sea su religión, casadas, solteras o no, me escriban y me digan en qué piensan cuando piensan en sexo”, propuso en el medio británico junto a un correo electrónico creado para la ocasión y un plazo de 28 días. La actriz recibió un total de 1.800 declaraciones anónimas de mujeres de todo el mundo. Pero, ¿para qué? La respuesta ha llegado a las librerías en estos días en forma de libro. “Enviado por anónima. Recopilado por Gillian Anderson”, dice la firma sobre Want (editorial Deseo), 174 páginas llenas de fantasías femeninas, incluidas la de la propia Anderson.

La actriz, que interpreta a una terapeuta sexual en el éxito Sex Education y lució un vestido lleno de bordados con forma de vulva en la última ceremonia de los Globos de Oro, ha reconocido en una entrevista promocional con la BBC que se siente “muy cómoda” hablando de sexo, pero confiesa que tuvo dificultades para expresar y escribir sus propias fantasías, como le pidieron sus editores. “De repente, describir las imágenes que habían estado en mi cabeza por un tiempo, y la acción de hacerlo, agregó un nivel de intimidad que no hubiera esperado, y no hubiera esperado ser tan tímida al respecto”, comenta. Want, según la autora, es una versión renovada de Mi jardín secreto, un libro de 1973 en el que Nancy Friday recopiló las fantasías de más de 150 mujeres a través de cartas, cintas y entrevistas personales. Más de medio siglo después, lo que más ha sorprendido a la intérprete es, precisamente, esa vergüenza que todavía sigue estando presente: “Pensé que hoy en día habría menos y fue una verdadera revelación”.

Entre las fantasías sexuales que han aportado al recopilatorio las distintas mujeres, de las que solo se detalla su identidad sexual, edad, ingresos y estado civil, hay de todo. Una, por ejemplo, anhela el contacto físico y lamenta la pérdida de las relaciones sexuales tras la muerte de su marido. “Me gustaría que se hablara más del duelo, de la pérdida del cónyuge y de la sexualidad”, escribe. A otra no se le ocurre nada más erótico que imaginarse teniendo “sexo muy caliente, sensual y apasionado” con Harry Styles. “Hay mucha ternura y mujeres que realmente quieren ser vistas por lo que son y ser cuidadas, y también hay mucho romance en ello”, opina Anderson.

La actriz, que también ha fundado una marca de bebidas naturales llamada G Spot (punto G, en castellano), describe las historias como “honestas, crudas, íntimas y hermosas”. Las hay que implican sexo con desconocidos o tendencia al voyeurismo. Sin embargo, mientras que Mi jardín secreto contenía fragmentos explícitos sobre fantasías de sexo no consentido e ilegal, incluido un capítulo de fantasías de violación, Anderson ha trazado una línea roja en ese sentido. “Rechazar mensajes que rayaban la ilegalidad, la bestialidad o el incesto fue la decisión correcta. Quería crear un espacio seguro para que las mujeres compartan y lean sin sentirse obligadas a desconfiar o tener miedo de lo que van a encontrar en una página tras otra”, afirma en la entrevista con la BBC. Aun así, sí que se incluye material que, según la intérprete, se desvía hacia “temas peligrosos”, como la dominación intensa, la sumisión y los actos violentos. “Casi nos pareció hipócrita no incluirlos porque son fantasías que tienen las mujeres”, justifica.

La revista FHM eligió a Gillian Anderson como la “mujer más sexy del mundo” en 1996. Un año después, la revista People la incluyó entre las “50 personas más bellas del mundo” y en 2008, FHM volvió a nombrarla una de las “100 mujeres más sexys del año”. Muchas de las mujeres que han aportado sus anhelos al libro, en cambio, confiesan problemas con su imagen corporal y lamentan no sentirse deseables, algo que, a pesar de todo, la actriz dice comprender. “He pasado por periodos en los que me di cuenta duramente de que yo también estaba envejeciendo. Cuando estoy frente a la cámara, a veces hay momentos… en los que veo el producto final y pienso: ‘Dios mío, ¿así es realmente como me veo?”, le dice a la entrevistadora: “Mi filosofía es recordar que de ahora en adelante eso será lo más joven que luciré, así que mejor lo acepto”.

Anderson anima a los jóvenes a leer su libro “porque hay muchas versiones diferentes de cómo puede ser el sexo que van más allá de lo que les ofrece la industria del porno”. Considera que el sexo y las fantasías sexuales “siguen siendo un tema tabú, a pesar de que existan programas como Sex Education, Euphoria o Cincuenta sombras de Grey”. De hecho, una de las contribuciones de Want comienza así: “Me resultó muy difícil entender cuáles eran realmente mis propias fantasías. Gran parte de lo que se representa en el porno está orientado a los hombres y hay tantas expectativas puestas en nosotras, como mujeres, que me resulta muy difícil decidir qué es lo que realmente me excita y cómo siento que debería actuar”.

Con el libro, la actriz quiere demostrar que en las fantasías la mujer está a cargo, que puede decidir con quién, cuándo, dónde y cuánto. “¿Alguna pista sobre la suya?”, intenta sonsacarle la entrevistadora de la BBC. “De ninguna manera”, responde Anderson. De momento prefiere mantenerla en el anonimato de las páginas.

 La actriz de “Los expedientes X”, “Sex Education” y “The Crown” pidió a mujeres de todo el mundo que le contasen sus secretos y recibió unas 1.800 respuestas que recopila ahora en un libro  LA NACION

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