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Alberto Fernández ofreció otro testigo secreto para defenderse de las acusaciones de Fabiola Yañez

En plena declaración de testigos presentados por Fabiola Yañez para sostener su acusación de violencia de género contra Alberto Fernández, el expresidente aportó los suyos: se trata de otro testigo secreto, identificado como “F”, que supuestamente afirmará que no vio golpes ni advirtió moretones y que afirma que la vio tomado alcohol estando embarazada.

“Caminaba tambaleándose, y cuando iba a los tumbos si bien en mi presencia no se cayó, sí se golpeaba con las cosas y las paredes”, afirmó la testigo, una señora que trabajaba en la quinta de Olivos.

La presentación de esta testigo, exempleada de la Quinta de Olivos, fue realizada por la abogada Silvina Carreira en la fiscalía de Ramiro González, en Comodoro PY 2002, en un sobre cerrado con su identidad, y un acta notarial, que registra su paso por una escribanía donde contestó las preguntas que le hizo la letrada.

Ahora, el fiscal decidirá si la convoca como testigo y si ante él declara bajo juramento de decir la verdad y con la posibilidad de que la abogada querellante, Mariana Gallegos, patrocinante de Fabiola Yañez, le haga preguntas.

La estrategia del expresidente es contraatacar en los medios con una versión que lo favorezca, al mismo tiempo que esta mañana en los tribunales declaraban testigos que ponen en crisis su defensa, como la esteticista Florencia Aguirre y el médico Federico Alem.

Esta testigo propuesta ahora por el expresidente dijo antre el escribano que comenzó a trabajar en el domicilio de Puerto Madero en 2018. Cree que en julio de ese año. Dijo que iba de lunes a viernes de 7 a 14 y en ese momento Fernández vivía solo. Relató que Fabiola Yañez comenzó a estar de manera más frecuente para la época de la campaña electoral, en momentos en que actuaba en una obra de teatro.

Tras la victoria de Alberto Fernández, la señora fue trasladada a la Quinta de Olivos, para trabajar allí. Hacía tareas de servicio doméstico, con acceso a todo el inmueble. Su horario era desde las 7 hasta terminar, de lunes a domingo con una semana de descanso. Y los domingos por la tarde era el cambio de guardia.

La mujer dijo que el trato entre Fabiola y el expresidente era “normal”. Y añadió, ante el escribano: “Alberto bajaba a desayunar, el solía arrancar muchos más temprano, de vez en cuando desayunaban juntos en el cuarto. Aunque ella solía levantarse cerca del mediodía, tarde, y solía quedarse en el primer piso, bajaba cuando venían sus amistades, iban a la pileta”.

La abogada Carreira le preguntó si vio alguna escena de violencia física en la pareja y la mujer contestó que “jamás”, aunque mencionó que “vio discusiones normales y propias de una pareja” a nivel verbal. “El jamás la siguió para increparla, una vez que ella terminaba la discusión se iba”, dijo.

“¿Alguna vez usted la vio con algún moretón como los que se vieron en la televisión?”, preguntó la abogada a lo que la mujer dijo que no recordaba. “La dicente manifiesta que ella la veía en ropa interior a la Sra. Yañez porque la ayudaba a cambiarse y nunca le vio el moretón de abajo del brazo ni ningún otro moretón en su cuerpo”, declaró.

En cuanto al consumo de alcohol, dijo: “[Fabiola] tenía temporadas, en las que no tomaba una gota de alcohol y otras temporadas altas que era terrible, día por medio, en general una o dos botellas de vino o de champan. Siempre tomaba cuando no estaba el señor Fernández, si estaba el señor solo tomaba su media copa de vino en alguna cena, no más de eso en su presencia”.

Y agregó: “Cuando tomaba alcohol la señora Yañez caminaba tambaleándose, y cuando iba a los tumbos si bien en mi presencia no se cayó, sí se golpeaba con las cosas y las paredes”. Mencionó que le pedía el alcohol al personal, pero cuando quedó embarazada, Fernández dio la orden que no se le diera más. “A pesar de ello, continuó tomando alcohol durante el embarazo, el alcohol se lo ingresaba su madre y sus amigos”, afirmó la testigo “F”.

Relató la mujer que tras la difusión de la foto de la fiesta de Olivos durante la pandemia, “la señora Yañez entró en crisis por los ataques periodísticos”. Al igual que ocurrió con los testigo A, D y G ahora el fiscal resolverá si llama a declarar a esta mujer propuesta por el expresidente.

En plena declaración de testigos presentados por Fabiola Yañez para sostener su acusación de violencia de género contra Alberto Fernández, el expresidente aportó los suyos: se trata de otro testigo secreto, identificado como “F”, que supuestamente afirmará que no vio golpes ni advirtió moretones y que afirma que la vio tomado alcohol estando embarazada.

“Caminaba tambaleándose, y cuando iba a los tumbos si bien en mi presencia no se cayó, sí se golpeaba con las cosas y las paredes”, afirmó la testigo, una señora que trabajaba en la quinta de Olivos.

La presentación de esta testigo, exempleada de la Quinta de Olivos, fue realizada por la abogada Silvina Carreira en la fiscalía de Ramiro González, en Comodoro PY 2002, en un sobre cerrado con su identidad, y un acta notarial, que registra su paso por una escribanía donde contestó las preguntas que le hizo la letrada.

Ahora, el fiscal decidirá si la convoca como testigo y si ante él declara bajo juramento de decir la verdad y con la posibilidad de que la abogada querellante, Mariana Gallegos, patrocinante de Fabiola Yañez, le haga preguntas.

La estrategia del expresidente es contraatacar en los medios con una versión que lo favorezca, al mismo tiempo que esta mañana en los tribunales declaraban testigos que ponen en crisis su defensa, como la esteticista Florencia Aguirre y el médico Federico Alem.

Esta testigo propuesta ahora por el expresidente dijo antre el escribano que comenzó a trabajar en el domicilio de Puerto Madero en 2018. Cree que en julio de ese año. Dijo que iba de lunes a viernes de 7 a 14 y en ese momento Fernández vivía solo. Relató que Fabiola Yañez comenzó a estar de manera más frecuente para la época de la campaña electoral, en momentos en que actuaba en una obra de teatro.

Tras la victoria de Alberto Fernández, la señora fue trasladada a la Quinta de Olivos, para trabajar allí. Hacía tareas de servicio doméstico, con acceso a todo el inmueble. Su horario era desde las 7 hasta terminar, de lunes a domingo con una semana de descanso. Y los domingos por la tarde era el cambio de guardia.

La mujer dijo que el trato entre Fabiola y el expresidente era “normal”. Y añadió, ante el escribano: “Alberto bajaba a desayunar, el solía arrancar muchos más temprano, de vez en cuando desayunaban juntos en el cuarto. Aunque ella solía levantarse cerca del mediodía, tarde, y solía quedarse en el primer piso, bajaba cuando venían sus amistades, iban a la pileta”.

La abogada Carreira le preguntó si vio alguna escena de violencia física en la pareja y la mujer contestó que “jamás”, aunque mencionó que “vio discusiones normales y propias de una pareja” a nivel verbal. “El jamás la siguió para increparla, una vez que ella terminaba la discusión se iba”, dijo.

“¿Alguna vez usted la vio con algún moretón como los que se vieron en la televisión?”, preguntó la abogada a lo que la mujer dijo que no recordaba. “La dicente manifiesta que ella la veía en ropa interior a la Sra. Yañez porque la ayudaba a cambiarse y nunca le vio el moretón de abajo del brazo ni ningún otro moretón en su cuerpo”, declaró.

En cuanto al consumo de alcohol, dijo: “[Fabiola] tenía temporadas, en las que no tomaba una gota de alcohol y otras temporadas altas que era terrible, día por medio, en general una o dos botellas de vino o de champan. Siempre tomaba cuando no estaba el señor Fernández, si estaba el señor solo tomaba su media copa de vino en alguna cena, no más de eso en su presencia”.

Y agregó: “Cuando tomaba alcohol la señora Yañez caminaba tambaleándose, y cuando iba a los tumbos si bien en mi presencia no se cayó, sí se golpeaba con las cosas y las paredes”. Mencionó que le pedía el alcohol al personal, pero cuando quedó embarazada, Fernández dio la orden que no se le diera más. “A pesar de ello, continuó tomando alcohol durante el embarazo, el alcohol se lo ingresaba su madre y sus amigos”, afirmó la testigo “F”.

Relató la mujer que tras la difusión de la foto de la fiesta de Olivos durante la pandemia, “la señora Yañez entró en crisis por los ataques periodísticos”. Al igual que ocurrió con los testigo A, D y G ahora el fiscal resolverá si llama a declarar a esta mujer propuesta por el expresidente.

 Es la testigo F, que trabajó en la Quinta de Olivos; insitió con que la ex primera dama tomaba alcohol en el embarazo y aseguró que no se le veían moretones  LA NACION

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