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Polémica por la presión impositiva y las retenciones en la hoja de ruta de Milei para 2025

Sólo unas horas después de que el presidente Javier Milei presentara su proyecto de presupuesto 2025 en el Congreso y de que criticara el peso de los impuestos para el sector privado en la Argentina, una polémica se desató con los números finos de la “ley de leyes” y con cuál será la carga fiscal que impulsa el Gobierno para el año que viene.

Desde la oposición, pero también analistas privados, cuestionaron la relación entre algunas proyecciones y las subas previstas en la recaudación de impuestos. En el Palacio de Hacienda afirmaron que no hay ninguna suba nueva de gravámenes y que, en la comparación con el promedio de los últimos diez años, la recaudación tributaria cae un punto del PBI, pese a que el mismo mensaje del presupuesto incorpora un aumento de la presión fiscal frente a 2024. De hecho, el proyecto oficial ratifica la eliminación en diciembre del impuesto PAIS, que sería compensado con los incrementos ya realizados de impuestos este año y la expectativa de una mayor recaudación por el rebote de 5% de la economía.

“En la Argentina más impuestos no puede haber. Es el país con mayor cantidad de impuestos del mundo, y si a eso le sumamos que el 50% de la actividad económica es informal; la presión impositiva en la Argentina ronda el 60%. Un verdadero disparate para un país que necesita desesperadamente acumular capital”, dijo el Presidente frente a los legisladores el domingo por la noche en el Parlamento. ¿Cuál es el detalle de la presión tributaria en la Argentina? Lo dice el mismo proyecto en su estimación de recursos tributarios en el apartado 4.2 del mensaje del presupuesto.

“La recaudación de impuestos nacionales y de aportes y contribuciones a la seguridad social se estima que alcanzará en 2025 la suma de $175.035.832 millones, por lo cual será 37,6% superior a la proyectada para 2024, incrementándose 0,55 puntos porcentuales del PBI respecto al año anterior. La presión tributaria pasaría de 22,37% del PBI en 2024 a 22,92% en 2025″, se puede leer en el mensaje del proyecto de presupuesto 2025 en la página 47.

En ese mismo párrafo luego se agregó: “Este cambio en la presión impositiva total responde al efecto neto de modificaciones en el contexto macroeconómico y de medidas de política y administración tributaria en 2024″.

“La típica: crecimiento y reducción de la evasión”, explicó un legislador de la oposición racional con experiencia económica sobre ese punto del proyecto del oficialismo. Otro hombre con que caminó el Palacio de Hacienda, en tanto, puso el foco en el paquete fiscal -con aumentos de impuestos- aprobado en conjunto con la Ley Bases meses atrás y también con las expectativas de mejoras en la economía, principalmente, los que tiene que ver con el empleo y los salarios.

El primero en poner el foco sobre este punto fue Guillermo Michel, el extitular de la Aduana y especialista tributario del exministro de Economía, Sergio Massa, en su cuenta de X. Allí enumeró la mejora en los recursos tributarios que aparecen en el texto oficial: el impuesto a las ganancias pasa de recaudar 4,42% del PBI en 2024 a 5,05% del PBI en 2025; los derechos de exportación, de 0,96% del PBI a 1,43% del PBI; el impuesto a los combustibles, del 0,38% del PBI al 0,73% del PBI y el monotributo, del 0,04% del PBI a 0,09% del PBI el año que viene.

Tal suba sería, sugirió, es para compensar la eliminación del impuesto PAIS y otra baja de impuestos cuestionada por el kirchnerismo de la que se hace referencia en la página 48: “La recaudación del impuesto sobre los bienes personales se estima que alcanzará los $833.345,8 millones, mostrando una disminución de 22,7%. Esta merma se explica principalmente por las modificaciones introducidas por la Ley 27.743 que incrementó el mínimo no imponible general y el vinculado a casa habitación. A su vez, redujo las alícuotas aplicables a bienes situados en el exterior, equiparando el tratamiento tributario en este sentido con aquellos ubicados en el país, incluyendo además una modificación de tramos de escala y tratamiento diferencial para contribuyentes cumplidores. Por su parte, el Régimen especial de ingreso del Impuesto sobre los Bienes Personales afectaría negativamente la recaudación correspondiente a las personas humanas para 2025″.

En el Ministerio de Economía ratificaron a LA NACION que los ingresos por el monotributo y Ganancias suben por las modificaciones del paquete fiscal aprobadas durante este año. Con relación a las retenciones a las exportaciones indicaron que es por el mayor valor en pesos de las exportaciones y por una normalización en la forma de pago del impuesto. “Se va el impacto del dólar soja de Massa que nos erosionó los ingresos este año”, agregaron.

En el Palacio de Hacienda estimaron que la recaudación tributaria proyectada en el presupuesto 2025 cae un punto frente al promedio de la última década (de 24,2% a 23,1%). Más en detalle, Ganancias cae -0,2 puntos porcentuales; IVA (-0,1); premios de juego (-0, 3); bienes personales (-0,2); combustibles (+0,1); monotributo (0); créditos y débitos (0); sistema de seguridad social, (-0,4); derechos de importación (0); de exportación (+0,1) y la tasa estadística (0 puntos).

Empiria, la consultora del exministro de Economía de Mauricio Macri, Hernán Lacunza, calculó que frente a 2024, la presión tributaria sube de 22,5% a 23%. Ganancias aportará un 0,6% más con relación al PBI. En tanto, Seguridad social (+0,5%); derechos a la exportación (+0,5%), combustibles (+0,3%) y derechos a la importación (+0,1%); los que aportarán menos serán, por otra parte, Bienes Personales (-0,1%), IVA neto (-0,3%) y el Impuesto PAIS (-1,1%).

Los cálculos por las retenciones

“La traducción de los supuestos macroeconómicos en las previsiones de ingresos es aún más inconsistente”, cuestionaron en la consultora Outlier. “Con proyecciones de crecimiento de exportaciones del 9% anual y un aumento del tipo de cambio oficial del 18% entre puntas, se proyecta recaudar el doble en materia de derechos de exportación”, agregaron.

La consultora indicó que algo similar ocurre con los aranceles a las importaciones, ya que con un crecimiento de los valores importados del 15% y un ajuste del tipo de cambio oficial en 18%, se proyecta recaudar un 50% más en términos nominales. “De hecho, el proyecto supone que la presión tributaria sobre el comercio exterior se incrementa en 0,5 puntos porcentuales del PBI. Otro medio punto lo aportan, en primer lugar, la seguridad social, probablemente porque se supone una recuperación de los niveles de empleo y salarios reales; luego, los impuestos a los combustibles debido al aumento de los montos fijos; y, por último, el impuesto a las ganancias (aquí es 0,6 en realidad) como resultado de la contrarreforma de la cuarta categoría. Con esto, se compensa la disminución del impuesto PAIS y el deterioro en la recaudación de bienes personales, obteniendo medio punto más de ingresos tributarios”, cerraron.

Un especialista en presupuesto explicó -parafraseando al Gobierno- que, en 2025, se plantea garantizar el equilibrio fiscal y que se afirma que eso se hará a través de un superávit primario que sea equivalente a los intereses de deuda (1,5% del PBI). “En función a esa regla, y dado los gastos, estructuraron los ingresos. Como perdieron la recaudación del impuesto PAIS, un 9% del total de los recursos, distribuyeron ese faltante fundamentalmente en los derechos de exportación, obviando la misma información para proyectar retenciones que surgen del presupuesto”, cuestionó.

La explicación del Gobierno

Martín Vauthier, asesor de Luis Caputo en el Ministerio de Economía, fue el encargado de explicar el misterio sobre el cálculo al que llega el Gobierno con las retenciones. “La recaudación está influida por factores adicionales a la nominalidad. El cambio en los plazos de pago de DEX [retenciones] y el dólar soja [el dólar especial para liquidación] hizo que la recaudación de DEX 2024 dejara una base de comparación baja, dados los mayores pagos en 2023. Esto afecta la variación interanual prevista en 2025″, escribió en su cuenta de X el también director del BICE.

“En 2024, la recaudación estimada es menos de 1% del PBI, apenas por encima del 0,8% del 2023 (con sequía). En la recaudación influye el FX [tipo de cambio] promedio, las cantidades, los precios y otros factores como el plazo de pago, que no necesariamente coincide ni con la registración de DJVE ni con el embarque”, dijo el economista y luego agregó: “En 2023, las tasas en pesos muy negativas versus la expectativa de devaluación generaban un incentivo a pagar los DEX [retenciones] en el menor plazo posible luego de la registración de DJVE. Esto se fue revirtiendo en 2024, dada la estabilización macro y la fuerte mejora en las expectativas. Al normalizarse el efecto de los plazos de pago y ya sin USD soja el año previo, en 2025 puede esperarse una recaudación por DEX más cercana a la media de la última década. La variación interanual nominal ‘alta’ se explica por una base de comparación ‘baja’ en 2024″, cerró.

Sólo unas horas después de que el presidente Javier Milei presentara su proyecto de presupuesto 2025 en el Congreso y de que criticara el peso de los impuestos para el sector privado en la Argentina, una polémica se desató con los números finos de la “ley de leyes” y con cuál será la carga fiscal que impulsa el Gobierno para el año que viene.

Desde la oposición, pero también analistas privados, cuestionaron la relación entre algunas proyecciones y las subas previstas en la recaudación de impuestos. En el Palacio de Hacienda afirmaron que no hay ninguna suba nueva de gravámenes y que, en la comparación con el promedio de los últimos diez años, la recaudación tributaria cae un punto del PBI, pese a que el mismo mensaje del presupuesto incorpora un aumento de la presión fiscal frente a 2024. De hecho, el proyecto oficial ratifica la eliminación en diciembre del impuesto PAIS, que sería compensado con los incrementos ya realizados de impuestos este año y la expectativa de una mayor recaudación por el rebote de 5% de la economía.

“En la Argentina más impuestos no puede haber. Es el país con mayor cantidad de impuestos del mundo, y si a eso le sumamos que el 50% de la actividad económica es informal; la presión impositiva en la Argentina ronda el 60%. Un verdadero disparate para un país que necesita desesperadamente acumular capital”, dijo el Presidente frente a los legisladores el domingo por la noche en el Parlamento. ¿Cuál es el detalle de la presión tributaria en la Argentina? Lo dice el mismo proyecto en su estimación de recursos tributarios en el apartado 4.2 del mensaje del presupuesto.

“La recaudación de impuestos nacionales y de aportes y contribuciones a la seguridad social se estima que alcanzará en 2025 la suma de $175.035.832 millones, por lo cual será 37,6% superior a la proyectada para 2024, incrementándose 0,55 puntos porcentuales del PBI respecto al año anterior. La presión tributaria pasaría de 22,37% del PBI en 2024 a 22,92% en 2025″, se puede leer en el mensaje del proyecto de presupuesto 2025 en la página 47.

En ese mismo párrafo luego se agregó: “Este cambio en la presión impositiva total responde al efecto neto de modificaciones en el contexto macroeconómico y de medidas de política y administración tributaria en 2024″.

“La típica: crecimiento y reducción de la evasión”, explicó un legislador de la oposición racional con experiencia económica sobre ese punto del proyecto del oficialismo. Otro hombre con que caminó el Palacio de Hacienda, en tanto, puso el foco en el paquete fiscal -con aumentos de impuestos- aprobado en conjunto con la Ley Bases meses atrás y también con las expectativas de mejoras en la economía, principalmente, los que tiene que ver con el empleo y los salarios.

El primero en poner el foco sobre este punto fue Guillermo Michel, el extitular de la Aduana y especialista tributario del exministro de Economía, Sergio Massa, en su cuenta de X. Allí enumeró la mejora en los recursos tributarios que aparecen en el texto oficial: el impuesto a las ganancias pasa de recaudar 4,42% del PBI en 2024 a 5,05% del PBI en 2025; los derechos de exportación, de 0,96% del PBI a 1,43% del PBI; el impuesto a los combustibles, del 0,38% del PBI al 0,73% del PBI y el monotributo, del 0,04% del PBI a 0,09% del PBI el año que viene.

Tal suba sería, sugirió, es para compensar la eliminación del impuesto PAIS y otra baja de impuestos cuestionada por el kirchnerismo de la que se hace referencia en la página 48: “La recaudación del impuesto sobre los bienes personales se estima que alcanzará los $833.345,8 millones, mostrando una disminución de 22,7%. Esta merma se explica principalmente por las modificaciones introducidas por la Ley 27.743 que incrementó el mínimo no imponible general y el vinculado a casa habitación. A su vez, redujo las alícuotas aplicables a bienes situados en el exterior, equiparando el tratamiento tributario en este sentido con aquellos ubicados en el país, incluyendo además una modificación de tramos de escala y tratamiento diferencial para contribuyentes cumplidores. Por su parte, el Régimen especial de ingreso del Impuesto sobre los Bienes Personales afectaría negativamente la recaudación correspondiente a las personas humanas para 2025″.

En el Ministerio de Economía ratificaron a LA NACION que los ingresos por el monotributo y Ganancias suben por las modificaciones del paquete fiscal aprobadas durante este año. Con relación a las retenciones a las exportaciones indicaron que es por el mayor valor en pesos de las exportaciones y por una normalización en la forma de pago del impuesto. “Se va el impacto del dólar soja de Massa que nos erosionó los ingresos este año”, agregaron.

En el Palacio de Hacienda estimaron que la recaudación tributaria proyectada en el presupuesto 2025 cae un punto frente al promedio de la última década (de 24,2% a 23,1%). Más en detalle, Ganancias cae -0,2 puntos porcentuales; IVA (-0,1); premios de juego (-0, 3); bienes personales (-0,2); combustibles (+0,1); monotributo (0); créditos y débitos (0); sistema de seguridad social, (-0,4); derechos de importación (0); de exportación (+0,1) y la tasa estadística (0 puntos).

Empiria, la consultora del exministro de Economía de Mauricio Macri, Hernán Lacunza, calculó que frente a 2024, la presión tributaria sube de 22,5% a 23%. Ganancias aportará un 0,6% más con relación al PBI. En tanto, Seguridad social (+0,5%); derechos a la exportación (+0,5%), combustibles (+0,3%) y derechos a la importación (+0,1%); los que aportarán menos serán, por otra parte, Bienes Personales (-0,1%), IVA neto (-0,3%) y el Impuesto PAIS (-1,1%).

Los cálculos por las retenciones

“La traducción de los supuestos macroeconómicos en las previsiones de ingresos es aún más inconsistente”, cuestionaron en la consultora Outlier. “Con proyecciones de crecimiento de exportaciones del 9% anual y un aumento del tipo de cambio oficial del 18% entre puntas, se proyecta recaudar el doble en materia de derechos de exportación”, agregaron.

La consultora indicó que algo similar ocurre con los aranceles a las importaciones, ya que con un crecimiento de los valores importados del 15% y un ajuste del tipo de cambio oficial en 18%, se proyecta recaudar un 50% más en términos nominales. “De hecho, el proyecto supone que la presión tributaria sobre el comercio exterior se incrementa en 0,5 puntos porcentuales del PBI. Otro medio punto lo aportan, en primer lugar, la seguridad social, probablemente porque se supone una recuperación de los niveles de empleo y salarios reales; luego, los impuestos a los combustibles debido al aumento de los montos fijos; y, por último, el impuesto a las ganancias (aquí es 0,6 en realidad) como resultado de la contrarreforma de la cuarta categoría. Con esto, se compensa la disminución del impuesto PAIS y el deterioro en la recaudación de bienes personales, obteniendo medio punto más de ingresos tributarios”, cerraron.

Un especialista en presupuesto explicó -parafraseando al Gobierno- que, en 2025, se plantea garantizar el equilibrio fiscal y que se afirma que eso se hará a través de un superávit primario que sea equivalente a los intereses de deuda (1,5% del PBI). “En función a esa regla, y dado los gastos, estructuraron los ingresos. Como perdieron la recaudación del impuesto PAIS, un 9% del total de los recursos, distribuyeron ese faltante fundamentalmente en los derechos de exportación, obviando la misma información para proyectar retenciones que surgen del presupuesto”, cuestionó.

La explicación del Gobierno

Martín Vauthier, asesor de Luis Caputo en el Ministerio de Economía, fue el encargado de explicar el misterio sobre el cálculo al que llega el Gobierno con las retenciones. “La recaudación está influida por factores adicionales a la nominalidad. El cambio en los plazos de pago de DEX [retenciones] y el dólar soja [el dólar especial para liquidación] hizo que la recaudación de DEX 2024 dejara una base de comparación baja, dados los mayores pagos en 2023. Esto afecta la variación interanual prevista en 2025″, escribió en su cuenta de X el también director del BICE.

“En 2024, la recaudación estimada es menos de 1% del PBI, apenas por encima del 0,8% del 2023 (con sequía). En la recaudación influye el FX [tipo de cambio] promedio, las cantidades, los precios y otros factores como el plazo de pago, que no necesariamente coincide ni con la registración de DJVE ni con el embarque”, dijo el economista y luego agregó: “En 2023, las tasas en pesos muy negativas versus la expectativa de devaluación generaban un incentivo a pagar los DEX [retenciones] en el menor plazo posible luego de la registración de DJVE. Esto se fue revirtiendo en 2024, dada la estabilización macro y la fuerte mejora en las expectativas. Al normalizarse el efecto de los plazos de pago y ya sin USD soja el año previo, en 2025 puede esperarse una recaudación por DEX más cercana a la media de la última década. La variación interanual nominal ‘alta’ se explica por una base de comparación ‘baja’ en 2024″, cerró.

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