Como una explosión: increíbles imágenes de las “nubes de fuego” por los incendios forestales en California vistos desde el espacio
Los incendios forestales en California alcanzaron una magnitud tal que generaron fenómenos meteorológicos propios. En las últimas semanas, la combinación de calor extremo y la actividad de las llamas provocó la formación de nubes pirocúmulus, las cuales impactan tanto el entorno como en la respuesta de los servicios de emergencia.
No solo resultan visualmente impresionantes, tal como puede verse en imágenes captadas desde el espacio por un satélite, sino que también presentan riesgos adicionales para la seguridad en las áreas afectadas.
Nubes de fuego visibles desde el espacio
El pasado 9 de septiembre, la Administración Nacional de Aeronáutica y el Espacio (NASA, por sus siglas en inglés) observó “nubes convectivas blancas y esponjosas” en las colinas de Los Ángeles, Riverside, San Bernardino y San Diego, en California. Sin embargo, tres de ellas se destacaron por su origen, alimentadas en parte por el calor intenso de los incendios que azotan la región.
Conocidas como pirocúmulus, flammagenitus o nubes de fuego, se forman cuando la convección provocada por el calor terrestre empuja el aire hacia arriba y así crean columnas de humo en su base, según indicaron los especialistas. Este proceso resulta en fuertes corrientes ascendentes que elevan grandes cantidades de humo a la atmósfera.
Según datos de la NASA, estas nubes se desarrollan rápidamente y pueden generar condiciones climáticas extremas. El satélite Landsat 8 capturó imágenes del pirocúmulus que emergía de la línea de incendio en el sur de California. Las fotografías incluyeron observaciones de luz infrarroja para identificar los focos de fuego activos y reveló así una línea de retardante de fuego visible en las colinas cercanas a Redlands.
A medida que avanzaba el día, estas nubes se transformaron en tormentas eléctricas. De esta manera, se generaron unas pirocúmulo-nimbus que produjeron lluvias, relámpagos y hasta granizo. Informes de la oficina del Servicio Nacional de Meteorología en San Diego indicaron que una nube similar provocó más de 3700 rayos el pasado 7 de septiembre.
Incendios en California: cuál fue el daño y como se combaten estos fenómenos
Al menos 2000 personas, junto con 15 helicópteros, 33 bulldozers y 232 vehículos de bomberos, lucharon contra la línea de incendio el pasado 10 de septiembre, en medio de una ola de calor que rompió récords históricos. Hasta esa fecha, el incendio quemó más de 26.000 acres (105 kilómetros cuadrados) sin afectar a estructuras, aunque más de 65.600 estaban en riesgo. Las autoridades ordenaron evacuaciones en comunidades como Running Springs, Forrest Falls, Mountain Home Village, Angelus Oaks y Seven Oaks y destacaron la urgencia de la situación.
Los especialistas indicaron que el comportamiento de estas nubes no solo resulta fascinante desde el punto de vista meteorológico, sino que también representa un desafío para los servicios de emergencia. La lluvia producida por las tormentas puede facilitar el combate de incendios, pero los vientos y los relámpagos adicionales podrían encender nuevas llamas en áreas ya afectadas.
Este ciclo para los expertos también plantea preguntas sobre el futuro de la gestión del fuego y la adaptación al cambio climático. A medida que los incendios se vuelven más frecuentes e intensos, se hace crucial desarrollar estrategias efectivas para mitigar sus efectos en la población y el medio ambiente. La comprensión de fenómenos como las nubes pirocúmulus proporciona una visión valiosa para meteorólogos y especialistas en incendios, quienes buscan predecir y responder a estas situaciones cada vez más extremas.
Los incendios forestales en California alcanzaron una magnitud tal que generaron fenómenos meteorológicos propios. En las últimas semanas, la combinación de calor extremo y la actividad de las llamas provocó la formación de nubes pirocúmulus, las cuales impactan tanto el entorno como en la respuesta de los servicios de emergencia.
No solo resultan visualmente impresionantes, tal como puede verse en imágenes captadas desde el espacio por un satélite, sino que también presentan riesgos adicionales para la seguridad en las áreas afectadas.
Nubes de fuego visibles desde el espacio
El pasado 9 de septiembre, la Administración Nacional de Aeronáutica y el Espacio (NASA, por sus siglas en inglés) observó “nubes convectivas blancas y esponjosas” en las colinas de Los Ángeles, Riverside, San Bernardino y San Diego, en California. Sin embargo, tres de ellas se destacaron por su origen, alimentadas en parte por el calor intenso de los incendios que azotan la región.
Conocidas como pirocúmulus, flammagenitus o nubes de fuego, se forman cuando la convección provocada por el calor terrestre empuja el aire hacia arriba y así crean columnas de humo en su base, según indicaron los especialistas. Este proceso resulta en fuertes corrientes ascendentes que elevan grandes cantidades de humo a la atmósfera.
Según datos de la NASA, estas nubes se desarrollan rápidamente y pueden generar condiciones climáticas extremas. El satélite Landsat 8 capturó imágenes del pirocúmulus que emergía de la línea de incendio en el sur de California. Las fotografías incluyeron observaciones de luz infrarroja para identificar los focos de fuego activos y reveló así una línea de retardante de fuego visible en las colinas cercanas a Redlands.
A medida que avanzaba el día, estas nubes se transformaron en tormentas eléctricas. De esta manera, se generaron unas pirocúmulo-nimbus que produjeron lluvias, relámpagos y hasta granizo. Informes de la oficina del Servicio Nacional de Meteorología en San Diego indicaron que una nube similar provocó más de 3700 rayos el pasado 7 de septiembre.
Incendios en California: cuál fue el daño y como se combaten estos fenómenos
Al menos 2000 personas, junto con 15 helicópteros, 33 bulldozers y 232 vehículos de bomberos, lucharon contra la línea de incendio el pasado 10 de septiembre, en medio de una ola de calor que rompió récords históricos. Hasta esa fecha, el incendio quemó más de 26.000 acres (105 kilómetros cuadrados) sin afectar a estructuras, aunque más de 65.600 estaban en riesgo. Las autoridades ordenaron evacuaciones en comunidades como Running Springs, Forrest Falls, Mountain Home Village, Angelus Oaks y Seven Oaks y destacaron la urgencia de la situación.
Los especialistas indicaron que el comportamiento de estas nubes no solo resulta fascinante desde el punto de vista meteorológico, sino que también representa un desafío para los servicios de emergencia. La lluvia producida por las tormentas puede facilitar el combate de incendios, pero los vientos y los relámpagos adicionales podrían encender nuevas llamas en áreas ya afectadas.
Este ciclo para los expertos también plantea preguntas sobre el futuro de la gestión del fuego y la adaptación al cambio climático. A medida que los incendios se vuelven más frecuentes e intensos, se hace crucial desarrollar estrategias efectivas para mitigar sus efectos en la población y el medio ambiente. La comprensión de fenómenos como las nubes pirocúmulus proporciona una visión valiosa para meteorólogos y especialistas en incendios, quienes buscan predecir y responder a estas situaciones cada vez más extremas.
A medida que avanzaba el día, estas nubes se transformaron en tormentas eléctricas. De esta manera, se generaron unas pirocúmulo-nimbus que produjeron lluvias, relámpagos y hasta granizo. Informes de la oficina del Servicio Nacional de Meteorología en San Diego indicaron que una nube similar provocó más de 3700 rayos. LA NACION