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Tras años de distancia, Eric Roberts se disculpó públicamente con su hermana Julia: “Era peligroso estar cerca de mí”

Cuando Julia Roberts se convirtió en una de las estrellas más importantes de Hollywood, tras haber enamorado a todo el planeta en Mujer Bonita (1990), su hermano Eric Roberts hacía años que era conocido. Sin embargo, lejos de alegrarse y respaldarla, en distintas entrevistas el actor dio a entender que le molestaba bastante haberse convertido en “el hermano de”. Quizá por eso, a lo largo de los años los rumores sobre una mala relación entre ellos se convirtió en una de las leyendas más potentes del mundo del espectáculo.

En 2018, por ejemplo, Eric le dijo a Vanity Fair que muy posiblemente la distancia con su hermana se deba a su antigua adicción a las drogas. “No lo caracterizaría como una pelea. Amaba muchísimo a mis hermanas. Las quería, las adoraba. Eran muy importantes para mí y hubo épocas en las que estuvimos muy unidos. Nos sentíamos muy protectores los unos de los otros, pero la persona más difícil de proteger es uno mismo”, dijo al medio en ese momento. Y remató: “Era agotador estar cerca de mí. Todo el día vivía quejándome, me sentía culpable y era incapaz de disfrutar el placer. Todos en mi mundo necesitaban un descanso a veces, y eso debe haber incluido a Julia”.

En esa misma entrevista, Eric se jactó, una vez más, de haber sido el primer Roberts en la industria del cine: “Estoy muy orgulloso de que todo el mundo sepa que yo fui el primero. Porque fui el primero por lejos. Fui el primero en conseguir nominaciones a los Globos de Oro y a los Oscar, así que estoy orgulloso de eso”, contó. Y fue más allá: también aseguró ser el artífice de las exitosas carreras tanto de su hermana como de su hija, Emma. “Si no fuera por mí, no habría Julia Roberts o Emma Roberts como celebridades, como actrices, y estoy muy orgulloso de eso. Cuando Julia llegó por primera vez a Nueva York, fui a la agencia William Morris y dije: ‘¿Quién de ustedes va a ofrecerle un contrato a mi hermana Julia?’”.

Ahora, en sus nuevas memorias, Runaway Train: Or the Story of My Life So Far, Eric, de 68 años, se refirió nuevamente al tema. En la autobiografía, en la que relata la historia de su problemática crianza en Georgia y los muchos altibajos de su larga carrera como actor, ofrece una disculpa pública a su hermana: “Espero que Julia acepte esta disculpa pública. Fue una estupidez haber dicho eso”.

Roberts admitió una vez más que su consumo de drogas saboteó la relación con sus hermanas. “No me sorprendería que sufrieran de trastorno de estrés postraumático por el hecho de que era peligroso estar cerca de mí”, reconoce en el libro. “Lisa y Julia necesitaban amor y protección, pero, en cambio, recibieron miedo e incertidumbre. Por supuesto, la mayor consecuencia de mi consumo de drogas fue perder a Emma”, señala, en referencia a la batalla por la custodia de su hija, que comparte con la madre de la joven actriz, Kim Cunningham, de quien se separó cuando la primogénita de ambos era apenas una bebé.

Según Eric, que está casado con Eliza Garret desde 1992, la distancia con su hermana se acrecentó cuando Julia apoyó a Cunningham en la batalla por la custodia, en un momento en que su adicción a la cocaína estaba fuera de control. De hecho, en sus memorias da un paso más allá y reconoce que la decisión que tomó en aquel momento la protagonista de Un lugar llamado Notting Hill fue la correcta.

“Me imagino que seguiré siendo el hermano de Julia y el padre de Emma Roberts durante el resto de mi vida”, admite. “Me gustaría hacer honor a esa promesa, hacerme a un lado con orgullo y gracia. Esa es una de las razones por las que escribí el libro”, reveló.

Roberts es hijo de Walter Roberts y Betty Lou Bredemus, que durante su infancia dirigieron una escuela de actuación para niños en Atlanta, Georgia. People dio a conocer algunos extractos del libro y en uno de ellos el actor describe a Walter como un hombre que fue criado por un padre abusivo y que en su adultez bebía y era propenso a los arrebatos violentos. También afirma que lejos de alegrarse, se puso celoso cuando su carrera comenzó a despegar. “Era un individuo muy malo y no era seguro para mí, ni para nadie, tenerlo como padre”, afirma.

También relata que cuando sus padres se divorciaron en 1971, su madre se casó con Michael Motes, y tanto Julia, que es 10 años más joven, como Lisa, que ahora tiene 59 años, se fueron a vivir con ellos a Smyrna, Georgia. Eric, en cambio, se quedó con Walter, quien murió de cáncer en 1977. “Sabía que lo amaba. No podía dejar de sentir vergüenza de amarlo o de quién era, alguien capaz de cosas terribles. Me avergonzaba ser tan parecido a él. Si alguna vez has amado a un padre con una naturaleza cruel, nunca es demasiado tarde para comenzar a recuperarte de la vergüenza y el dolor que te causó”, asegura.

Con respecto a su incursión en la industria del espectáculo, Roberts cuenta que a los 17 años se mudó a Nueva York e inmediatamente comenzó a participar de films con relativo éxito. Su carrera de más de cinco décadas incluye unos 700 créditos, pero, según cuenta, podría haber tenido muchísimo más reconocimiento si hubiera tomado decisiones acertadas y se hubiera mantenido alejado de las drogas. En el libro, recuerda que rechazó la oferta de Martin Scorsese de interpretar a Jesús en La última tentación de Cristo. Además, recuerda que en 1981 sufrió un grave accidente automovilístico que lo dejó en coma durante tres días. Las secuelas de aquel accidente, sumadas a las que le produjo el continuo abuso de drogas, asegura, afectó su memoria.

Cuando Julia Roberts se convirtió en una de las estrellas más importantes de Hollywood, tras haber enamorado a todo el planeta en Mujer Bonita (1990), su hermano Eric Roberts hacía años que era conocido. Sin embargo, lejos de alegrarse y respaldarla, en distintas entrevistas el actor dio a entender que le molestaba bastante haberse convertido en “el hermano de”. Quizá por eso, a lo largo de los años los rumores sobre una mala relación entre ellos se convirtió en una de las leyendas más potentes del mundo del espectáculo.

En 2018, por ejemplo, Eric le dijo a Vanity Fair que muy posiblemente la distancia con su hermana se deba a su antigua adicción a las drogas. “No lo caracterizaría como una pelea. Amaba muchísimo a mis hermanas. Las quería, las adoraba. Eran muy importantes para mí y hubo épocas en las que estuvimos muy unidos. Nos sentíamos muy protectores los unos de los otros, pero la persona más difícil de proteger es uno mismo”, dijo al medio en ese momento. Y remató: “Era agotador estar cerca de mí. Todo el día vivía quejándome, me sentía culpable y era incapaz de disfrutar el placer. Todos en mi mundo necesitaban un descanso a veces, y eso debe haber incluido a Julia”.

En esa misma entrevista, Eric se jactó, una vez más, de haber sido el primer Roberts en la industria del cine: “Estoy muy orgulloso de que todo el mundo sepa que yo fui el primero. Porque fui el primero por lejos. Fui el primero en conseguir nominaciones a los Globos de Oro y a los Oscar, así que estoy orgulloso de eso”, contó. Y fue más allá: también aseguró ser el artífice de las exitosas carreras tanto de su hermana como de su hija, Emma. “Si no fuera por mí, no habría Julia Roberts o Emma Roberts como celebridades, como actrices, y estoy muy orgulloso de eso. Cuando Julia llegó por primera vez a Nueva York, fui a la agencia William Morris y dije: ‘¿Quién de ustedes va a ofrecerle un contrato a mi hermana Julia?’”.

Ahora, en sus nuevas memorias, Runaway Train: Or the Story of My Life So Far, Eric, de 68 años, se refirió nuevamente al tema. En la autobiografía, en la que relata la historia de su problemática crianza en Georgia y los muchos altibajos de su larga carrera como actor, ofrece una disculpa pública a su hermana: “Espero que Julia acepte esta disculpa pública. Fue una estupidez haber dicho eso”.

Roberts admitió una vez más que su consumo de drogas saboteó la relación con sus hermanas. “No me sorprendería que sufrieran de trastorno de estrés postraumático por el hecho de que era peligroso estar cerca de mí”, reconoce en el libro. “Lisa y Julia necesitaban amor y protección, pero, en cambio, recibieron miedo e incertidumbre. Por supuesto, la mayor consecuencia de mi consumo de drogas fue perder a Emma”, señala, en referencia a la batalla por la custodia de su hija, que comparte con la madre de la joven actriz, Kim Cunningham, de quien se separó cuando la primogénita de ambos era apenas una bebé.

Según Eric, que está casado con Eliza Garret desde 1992, la distancia con su hermana se acrecentó cuando Julia apoyó a Cunningham en la batalla por la custodia, en un momento en que su adicción a la cocaína estaba fuera de control. De hecho, en sus memorias da un paso más allá y reconoce que la decisión que tomó en aquel momento la protagonista de Un lugar llamado Notting Hill fue la correcta.

“Me imagino que seguiré siendo el hermano de Julia y el padre de Emma Roberts durante el resto de mi vida”, admite. “Me gustaría hacer honor a esa promesa, hacerme a un lado con orgullo y gracia. Esa es una de las razones por las que escribí el libro”, reveló.

Roberts es hijo de Walter Roberts y Betty Lou Bredemus, que durante su infancia dirigieron una escuela de actuación para niños en Atlanta, Georgia. People dio a conocer algunos extractos del libro y en uno de ellos el actor describe a Walter como un hombre que fue criado por un padre abusivo y que en su adultez bebía y era propenso a los arrebatos violentos. También afirma que lejos de alegrarse, se puso celoso cuando su carrera comenzó a despegar. “Era un individuo muy malo y no era seguro para mí, ni para nadie, tenerlo como padre”, afirma.

También relata que cuando sus padres se divorciaron en 1971, su madre se casó con Michael Motes, y tanto Julia, que es 10 años más joven, como Lisa, que ahora tiene 59 años, se fueron a vivir con ellos a Smyrna, Georgia. Eric, en cambio, se quedó con Walter, quien murió de cáncer en 1977. “Sabía que lo amaba. No podía dejar de sentir vergüenza de amarlo o de quién era, alguien capaz de cosas terribles. Me avergonzaba ser tan parecido a él. Si alguna vez has amado a un padre con una naturaleza cruel, nunca es demasiado tarde para comenzar a recuperarte de la vergüenza y el dolor que te causó”, asegura.

Con respecto a su incursión en la industria del espectáculo, Roberts cuenta que a los 17 años se mudó a Nueva York e inmediatamente comenzó a participar de films con relativo éxito. Su carrera de más de cinco décadas incluye unos 700 créditos, pero, según cuenta, podría haber tenido muchísimo más reconocimiento si hubiera tomado decisiones acertadas y se hubiera mantenido alejado de las drogas. En el libro, recuerda que rechazó la oferta de Martin Scorsese de interpretar a Jesús en La última tentación de Cristo. Además, recuerda que en 1981 sufrió un grave accidente automovilístico que lo dejó en coma durante tres días. Las secuelas de aquel accidente, sumadas a las que le produjo el continuo abuso de drogas, asegura, afectó su memoria.

 El actor acaba de lanzar sus memorias en las que revela que su padre era un hombre abusivo y violento y reconoce que, debido a que su adicción a la cocaína “estaba fuera de control”, casi pierde a su hija Emma  LA NACION

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