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Cómo alcanzar nuestra mejor versión y las formas más sencillas de lograrlo

Todos los seres humanos nacemos tanto con fortalezas como con debilidades. Pero, cuando logramos reconocer nuestros puntos débiles, somos fortalecidos. ¿Te permitís mostrar tus vulnerabilidades de vez en cuando?

Cuando no niego mis sombras (¡y todos las tenemos!), sino que las reconozco, soy capaz de administrarlas y utilizarlas a mi favor. Aquellos que tienen una autoestima alta nunca esconden sus “defectos”; muy por el contrario, saben bien en qué áreas son buenos y en qué áreas no lo son, lo cual les permite ser personas seguras de sí mismas.

Como resultado, no necesitan cuidar su imagen, se muestran tal cual son en toda ocasión, saben pedir ayuda cuando así lo requieren las circunstancias y, por lo general, aman la vida y confían en que siempre les deparará lo mejor.

¿Cuál es la imagen que tenés de vos? ¿Podés verte con defectos y virtudes? Te animo a atreverte a abrazar tu totalidad, es decir, todos los aspectos que coexisten en vos. Cuando lo hacemos, logramos estar en paz con nosotros mismos y disfrutar de la vida con todos los desafíos que esta nos presenta. Además, esta actitud nos ayuda a “ver” las múltiples herramientas interiores con las que contamos y, muchas veces, ignoramos, o tapamos porque nos concentramos más en nuestros aspectos negativos que en los positivos.

Entonces, ¿cómo liberamos todo ese potencial que llevamos adentro? Principalmente de estas dos formas:

1. Trayendo a la memoria todo lo que pude lograr hasta ahora.2. Imaginando que otra persona atraviesa nuestras dificultades.

Estas dos simples acciones hacen que le demos valor al tesoro que se encuentra dentro de cada uno de nosotros y que nos esforcemos para caminar hacia nuestra mejor versión. Ahora bien, este proceso hacia nuestro ideal de persona debe incluir también las siguientes dos acciones:

1. Mirar mis miedos directamente a los ojos (¡y todos sentimos miedo alguna vez!).2. Hablar positivamente de mí y de todo el mundo.

De nuevo, dos acciones muy sencillas que guardan el poder de transformar nuestra mente, nuestra actitud frente a todo lo que ocurre y, sobre todo, nuestra vida. Y recordá esto: tu pasado no te condiciona. Tal vez ayer las cosas no salieron como esperabas o deseabas, pero eso no significa que hoy no te vaya bien.

Vivir una semana, un mes o incluso un año difícil no implica que lo que viene sea complicado también. La única manera de crecer y avanzar en la vida, para alcanzar nuestra mejor versión, es a través de la autoconfianza. ¿Creés en vos mismo, en vos misma, y en todo lo que sos capaz de hacer? ¡Es tiempo de creer en vos!

Todos los seres humanos nacemos tanto con fortalezas como con debilidades. Pero, cuando logramos reconocer nuestros puntos débiles, somos fortalecidos. ¿Te permitís mostrar tus vulnerabilidades de vez en cuando?

Cuando no niego mis sombras (¡y todos las tenemos!), sino que las reconozco, soy capaz de administrarlas y utilizarlas a mi favor. Aquellos que tienen una autoestima alta nunca esconden sus “defectos”; muy por el contrario, saben bien en qué áreas son buenos y en qué áreas no lo son, lo cual les permite ser personas seguras de sí mismas.

Como resultado, no necesitan cuidar su imagen, se muestran tal cual son en toda ocasión, saben pedir ayuda cuando así lo requieren las circunstancias y, por lo general, aman la vida y confían en que siempre les deparará lo mejor.

¿Cuál es la imagen que tenés de vos? ¿Podés verte con defectos y virtudes? Te animo a atreverte a abrazar tu totalidad, es decir, todos los aspectos que coexisten en vos. Cuando lo hacemos, logramos estar en paz con nosotros mismos y disfrutar de la vida con todos los desafíos que esta nos presenta. Además, esta actitud nos ayuda a “ver” las múltiples herramientas interiores con las que contamos y, muchas veces, ignoramos, o tapamos porque nos concentramos más en nuestros aspectos negativos que en los positivos.

Entonces, ¿cómo liberamos todo ese potencial que llevamos adentro? Principalmente de estas dos formas:

1. Trayendo a la memoria todo lo que pude lograr hasta ahora.2. Imaginando que otra persona atraviesa nuestras dificultades.

Estas dos simples acciones hacen que le demos valor al tesoro que se encuentra dentro de cada uno de nosotros y que nos esforcemos para caminar hacia nuestra mejor versión. Ahora bien, este proceso hacia nuestro ideal de persona debe incluir también las siguientes dos acciones:

1. Mirar mis miedos directamente a los ojos (¡y todos sentimos miedo alguna vez!).2. Hablar positivamente de mí y de todo el mundo.

De nuevo, dos acciones muy sencillas que guardan el poder de transformar nuestra mente, nuestra actitud frente a todo lo que ocurre y, sobre todo, nuestra vida. Y recordá esto: tu pasado no te condiciona. Tal vez ayer las cosas no salieron como esperabas o deseabas, pero eso no significa que hoy no te vaya bien.

Vivir una semana, un mes o incluso un año difícil no implica que lo que viene sea complicado también. La única manera de crecer y avanzar en la vida, para alcanzar nuestra mejor versión, es a través de la autoconfianza. ¿Creés en vos mismo, en vos misma, y en todo lo que sos capaz de hacer? ¡Es tiempo de creer en vos!

 Es fundamental abrazar tu totalidad, es decir, todos los aspectos que coexisten en vos; vivir una semana, un mes o incluso un año difícil no implica que lo que viene sea complicado también  LA NACION

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