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“Hacer la diferencia”: un simulacro inédito para la correcta atención prehospitalaria de pacientes quemados en Córdoba

En la provincia donde las llamas avanzan devorando miles de hectáreas con bosques, animales y parajes, se hará pasado mañana el primer simulacro de atención prehospitalaria de quemados en el país a la par del desastre socioambiental que golpea a Córdoba. Médicos, bomberos, policías, equipos de defensa civil y hasta la unidad militar especializada en emergencias químicas y biológicas serán parte del entrenamiento para unificar criterios sobre los cuidados de quemados graves en los primeros momentos y durante el traslado a un centro de salud.

“Hay mucha avidez” de los involucrados en esa respuesta inicial para conocer las etapas a cumplir desde que se encuentra a la víctima, según refirió Mercedes Portas, presidenta de la Asociación Argentina de Quemaduras (AAQ) y jefa del Departamento de Cirugía Plástica y Quemados del Hospital de Quemados de la ciudad de Buenos Aires. “Quien rescata de hora cero puede definir la vida de esa persona y las primeras maniobras que haga hasta la llegada a un centro de salud son muy importantes. Se trata, en este simulacro, de aprender a partir de errores y aciertos”, sostuvo la médica, que es coordinadora del Comité de Radiopatología del hospital porteño y consultora para la ONU de un tipo de quemadura conocido como síndrome cutáneo radioinducido.

Drones y cámaras registrarán este martes, desde distintos puntos, el trabajo durante la jornada en el predio del Centro de Entrenamiento de la Federación de Bomberos Voluntarios de la Provincia de Córdoba, en comuna de San Roque. Participarán las federaciones de bomberos voluntarios de Córdoba y Buenos Aires, Defensa Civil, el Servicio de Emergencias 107 de Córdoba y la Compañía de Ingenieros Química Biológica y Nuclear (QBN) y de Apoyo a la Emergencia 601 del Ejército. “El paciente quemado es muy complejo y la forma de no errar en su atención es capacitarse. Cada región en la Argentina tiene sus recursos e idiosincrasias: se trata de aprender a asistir al paciente con eso y armar una red de contención. En pediatría, hay una red de atención, pero no así en adultos para la derivación de quemados complejos”, explicó Portas.

Al día siguiente, en el arranque del XX Congreso Argentino de Quemaduras, las imágenes se analizarán en sesiones con referentes nacionales e internacionales en la atención de quemados (emergencias químicas, biológicas, nucleares y por fuego) para llegar a consensuar pautas de atención prehospitalaria, de acuerdo con los recursos disponibles, lugares y distancias. Las prácticas incluirán los cuidados a tener en cuenta en hechos en rutas o autopistas, fábricas, ambientes cerrados como Cromañón; viviendas e incendios forestales, como los que avanzan en Córdoba, entre otros más.

“El problema es múltiple. Hay muy pocos centros formados para atender quemados adultos y pediátricos en el sector público. Por eso, la trascendencia de este simulacro en conceptos médicos y pautas básicas del manejo inicial del quemado: qué no hacer y qué hacer para que el paciente llegue con vida al hospital porque hay acciones que pueden poner en riesgo la vida si no se toman en cuenta ciertos parámetros en esos primeros momentos”, sostuvo Gustavo Marenzi, codirector del simulacro organizado por la AAQ.

Primeros en llegar

Ante un hecho que provoca quemaduras graves, la atención la concentra el hospital municipal de la zona. “Los primeros en llegar al lugar son los bomberos y la policía, que en el mayor porcentaje de las intervenciones rescatan a las víctimas y las trasladan. Con distancias enormes más allá de las ciudades, hacia el interior de las provincias, los profesionales tienen que estar formados para atender al paciente en primera instancia. En esos momentos, hay acciones que pueden hacer la diferencia en el pronóstico clínico de una persona con quemaduras graves”, reiteró Marenzi, cirujano plástico especializado en quemados y exjefe de Cirugía Plástica del Cemic.

Solo los más de mil cuerpos de bomberos voluntarios que trabajan en el país atienden, en promedio, unos 32 incendios por día. El año pasado, más de la mitad de los 227.660 servicios que prestaron fueron por emergencias. De esas 128.001 intervenciones, 73.886 fueron incendios; 26.921, rescates; 21.949, accidentes; 2299, asistencias por factores climáticos; y 2946, por materiales peligrosos. “Como dato llamativo y alarmante a la vez, se atendieron 2545 falsas alarmas durante el año, algo que pone en riesgo la vida y los recursos del personal. Por eso, también es necesario concientizar al respecto”, mencionó Marcelo Spinassi Álvarez, codirector del simulacro impulsado por la AAQ, médico emergentólogo y oficial de dotación de Bomberos Voluntarios de General Sarmiento, provincia de Buenos Aires.

En diálogo con LA NACIÓN, coincidió en que la atención prehospitalaria en la Argentina “es muy diferente” entre zonas geográficas, con distancias a recorrer por rutas o caminos municipales. Una vez en el lugar, el traslado de una víctima hasta que recibe atención puede llegar a demandar una hora más allá de las principales ciudades o el Gran Buenos Aires. “Esto demuestra que la atención inicial la termina haciendo el servicio de bomberos en muchos lugares, de ahí que debíamos capacitar en la atención del paciente quemado en los primeros momentos, con pautas claras de traslado y pesquisa si está en riesgo”, mencionó Spinassi Álvarez, que también es jefe del Departamento de Atención Prehospitalaria del Cemic.

En Córdoba, donde por estas horas están ultimando detalles del simulacro, siguen de cerca el incendio. “La logística y la forma de trabajo es como si fuera un combate: se arma la estrategia de cómo atacar al fuego y se montan lugares de atención para pacientes, que también son los bomberos, si los hubiese –continuó–. La idea con este simulacro es aunar ese trabajo de la sociedad civil con una entidad médica”, definió.

Condiciones especiales

La hipotermia y la deshidratación, según pusieron como ejemplo, son desafíos en la emergencia con pacientes quemados. Respetar las condiciones “especiales” del traslado es otro. “Los parámetros de cuidado hace a la condición de vida y potenciales secuelas que puedan quedar”, refirió el emergentólogo. “El paciente quemado es muy lábil –describió–. Además, es un politraumatizado. No siempre es solo la quemadura. Por eso, hay que considerarlo un politraumatizado, con el riesgo de vida que eso conlleva, más allá de la deshidratación y la hipotermia”.

Para Marenzi, en las primeras 24 horas “se signa la evolución posterior”. En una guardia, la llegada de un paciente quemado, y más si son varios, puede llegar a generar pánico si no se tiene la capacidad que eso demanda. En las sesiones de revisión del simulacro, se presentará el caso de un rescate de tres chicos con quemaduras trasladados con soporte respiratorio en la misma ambulancia por falta de unidades.

“Lo primero en lo que insistiría con la sociedad es la prevención”, sostuvo Portas en diálogo con este medio. “Hay accidentes que producen quemaduras muy graves y hay imprudencias por falta de conocimiento”, mencionó. Puso como ejemplo en ese sentido desde la manipulación de pirotecnia o los dispositivos electrónicos hasta los riesgos en la cocina en general.

Pero los tres aconsejaron, una vez ocurrido un hecho doméstico grave o que se quiere asistir en esos primeros momentos, no colocar ni cremas ni dentífrico ni jabón sobre la quemadura porque eso dificulta el trabajo de curación. “Remover lo que se coloque en pacientes quemados causa más dolor”, explicó Marenzi. Recomendaron, en cambio, sumergir la parte quemada en agua fría y envolver en una toalla limpia para ir una guardia. Si la lesión es por exposición a una sustancia química, mencionaron lavar con agua corriente, sin otros elementos porque puede ocurrir una reacción y, al generar más calor, agrava la quemadura.

Coincidieron, como medida general, ir al centro de salud más próximo, lo más rápido posible. “Las quemaduras pueden ser complicadas, sobre todo cuando son en las manos, los genitales, la cara, entre otras zonas del cuerpo”, comentó Portas. “A veces parece que es poco porcentaje [afectado], pero muchos casos necesitan atención especial e internación”, añadió. Sobre todo, en los extremos de la vida: menores de dos y mayores de 60 años.

En la provincia donde las llamas avanzan devorando miles de hectáreas con bosques, animales y parajes, se hará pasado mañana el primer simulacro de atención prehospitalaria de quemados en el país a la par del desastre socioambiental que golpea a Córdoba. Médicos, bomberos, policías, equipos de defensa civil y hasta la unidad militar especializada en emergencias químicas y biológicas serán parte del entrenamiento para unificar criterios sobre los cuidados de quemados graves en los primeros momentos y durante el traslado a un centro de salud.

“Hay mucha avidez” de los involucrados en esa respuesta inicial para conocer las etapas a cumplir desde que se encuentra a la víctima, según refirió Mercedes Portas, presidenta de la Asociación Argentina de Quemaduras (AAQ) y jefa del Departamento de Cirugía Plástica y Quemados del Hospital de Quemados de la ciudad de Buenos Aires. “Quien rescata de hora cero puede definir la vida de esa persona y las primeras maniobras que haga hasta la llegada a un centro de salud son muy importantes. Se trata, en este simulacro, de aprender a partir de errores y aciertos”, sostuvo la médica, que es coordinadora del Comité de Radiopatología del hospital porteño y consultora para la ONU de un tipo de quemadura conocido como síndrome cutáneo radioinducido.

Drones y cámaras registrarán este martes, desde distintos puntos, el trabajo durante la jornada en el predio del Centro de Entrenamiento de la Federación de Bomberos Voluntarios de la Provincia de Córdoba, en comuna de San Roque. Participarán las federaciones de bomberos voluntarios de Córdoba y Buenos Aires, Defensa Civil, el Servicio de Emergencias 107 de Córdoba y la Compañía de Ingenieros Química Biológica y Nuclear (QBN) y de Apoyo a la Emergencia 601 del Ejército. “El paciente quemado es muy complejo y la forma de no errar en su atención es capacitarse. Cada región en la Argentina tiene sus recursos e idiosincrasias: se trata de aprender a asistir al paciente con eso y armar una red de contención. En pediatría, hay una red de atención, pero no así en adultos para la derivación de quemados complejos”, explicó Portas.

Al día siguiente, en el arranque del XX Congreso Argentino de Quemaduras, las imágenes se analizarán en sesiones con referentes nacionales e internacionales en la atención de quemados (emergencias químicas, biológicas, nucleares y por fuego) para llegar a consensuar pautas de atención prehospitalaria, de acuerdo con los recursos disponibles, lugares y distancias. Las prácticas incluirán los cuidados a tener en cuenta en hechos en rutas o autopistas, fábricas, ambientes cerrados como Cromañón; viviendas e incendios forestales, como los que avanzan en Córdoba, entre otros más.

“El problema es múltiple. Hay muy pocos centros formados para atender quemados adultos y pediátricos en el sector público. Por eso, la trascendencia de este simulacro en conceptos médicos y pautas básicas del manejo inicial del quemado: qué no hacer y qué hacer para que el paciente llegue con vida al hospital porque hay acciones que pueden poner en riesgo la vida si no se toman en cuenta ciertos parámetros en esos primeros momentos”, sostuvo Gustavo Marenzi, codirector del simulacro organizado por la AAQ.

Primeros en llegar

Ante un hecho que provoca quemaduras graves, la atención la concentra el hospital municipal de la zona. “Los primeros en llegar al lugar son los bomberos y la policía, que en el mayor porcentaje de las intervenciones rescatan a las víctimas y las trasladan. Con distancias enormes más allá de las ciudades, hacia el interior de las provincias, los profesionales tienen que estar formados para atender al paciente en primera instancia. En esos momentos, hay acciones que pueden hacer la diferencia en el pronóstico clínico de una persona con quemaduras graves”, reiteró Marenzi, cirujano plástico especializado en quemados y exjefe de Cirugía Plástica del Cemic.

Solo los más de mil cuerpos de bomberos voluntarios que trabajan en el país atienden, en promedio, unos 32 incendios por día. El año pasado, más de la mitad de los 227.660 servicios que prestaron fueron por emergencias. De esas 128.001 intervenciones, 73.886 fueron incendios; 26.921, rescates; 21.949, accidentes; 2299, asistencias por factores climáticos; y 2946, por materiales peligrosos. “Como dato llamativo y alarmante a la vez, se atendieron 2545 falsas alarmas durante el año, algo que pone en riesgo la vida y los recursos del personal. Por eso, también es necesario concientizar al respecto”, mencionó Marcelo Spinassi Álvarez, codirector del simulacro impulsado por la AAQ, médico emergentólogo y oficial de dotación de Bomberos Voluntarios de General Sarmiento, provincia de Buenos Aires.

En diálogo con LA NACIÓN, coincidió en que la atención prehospitalaria en la Argentina “es muy diferente” entre zonas geográficas, con distancias a recorrer por rutas o caminos municipales. Una vez en el lugar, el traslado de una víctima hasta que recibe atención puede llegar a demandar una hora más allá de las principales ciudades o el Gran Buenos Aires. “Esto demuestra que la atención inicial la termina haciendo el servicio de bomberos en muchos lugares, de ahí que debíamos capacitar en la atención del paciente quemado en los primeros momentos, con pautas claras de traslado y pesquisa si está en riesgo”, mencionó Spinassi Álvarez, que también es jefe del Departamento de Atención Prehospitalaria del Cemic.

En Córdoba, donde por estas horas están ultimando detalles del simulacro, siguen de cerca el incendio. “La logística y la forma de trabajo es como si fuera un combate: se arma la estrategia de cómo atacar al fuego y se montan lugares de atención para pacientes, que también son los bomberos, si los hubiese –continuó–. La idea con este simulacro es aunar ese trabajo de la sociedad civil con una entidad médica”, definió.

Condiciones especiales

La hipotermia y la deshidratación, según pusieron como ejemplo, son desafíos en la emergencia con pacientes quemados. Respetar las condiciones “especiales” del traslado es otro. “Los parámetros de cuidado hace a la condición de vida y potenciales secuelas que puedan quedar”, refirió el emergentólogo. “El paciente quemado es muy lábil –describió–. Además, es un politraumatizado. No siempre es solo la quemadura. Por eso, hay que considerarlo un politraumatizado, con el riesgo de vida que eso conlleva, más allá de la deshidratación y la hipotermia”.

Para Marenzi, en las primeras 24 horas “se signa la evolución posterior”. En una guardia, la llegada de un paciente quemado, y más si son varios, puede llegar a generar pánico si no se tiene la capacidad que eso demanda. En las sesiones de revisión del simulacro, se presentará el caso de un rescate de tres chicos con quemaduras trasladados con soporte respiratorio en la misma ambulancia por falta de unidades.

“Lo primero en lo que insistiría con la sociedad es la prevención”, sostuvo Portas en diálogo con este medio. “Hay accidentes que producen quemaduras muy graves y hay imprudencias por falta de conocimiento”, mencionó. Puso como ejemplo en ese sentido desde la manipulación de pirotecnia o los dispositivos electrónicos hasta los riesgos en la cocina en general.

Pero los tres aconsejaron, una vez ocurrido un hecho doméstico grave o que se quiere asistir en esos primeros momentos, no colocar ni cremas ni dentífrico ni jabón sobre la quemadura porque eso dificulta el trabajo de curación. “Remover lo que se coloque en pacientes quemados causa más dolor”, explicó Marenzi. Recomendaron, en cambio, sumergir la parte quemada en agua fría y envolver en una toalla limpia para ir una guardia. Si la lesión es por exposición a una sustancia química, mencionaron lavar con agua corriente, sin otros elementos porque puede ocurrir una reacción y, al generar más calor, agrava la quemadura.

Coincidieron, como medida general, ir al centro de salud más próximo, lo más rápido posible. “Las quemaduras pueden ser complicadas, sobre todo cuando son en las manos, los genitales, la cara, entre otras zonas del cuerpo”, comentó Portas. “A veces parece que es poco porcentaje [afectado], pero muchos casos necesitan atención especial e internación”, añadió. Sobre todo, en los extremos de la vida: menores de dos y mayores de 60 años.

 Se hará pasado mañana, por primera vez, en la provincia golpeada por los incendios; participarán médicos, bomberos, policías, equipos de defensa civil y hasta la unidad militar  LA NACION

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