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Desestiman una denuncia contra Jorge Lanata por lavado de dinero por sus obras de arte

El juez en lo Penal Económico Diego Amarante desestimó por inexistencia de delito una denuncia por lavado de dinero contra Jorge Lanata. La acusación, definida por el juez como “genérica, imprecisa, inconsistente, desprovista de un mínimo respaldo probatorio”, mencionaba la afición del periodistas por las obras de arte y la gran cantidad de objetos de valor que atesora en su casa.

El magistrado advirtió que se debe ser prudente, pues “una actuación desmesurada” podría lesionar no solo los derechos de Lanata sino “la libertad de prensa”, con la afectación sobre la sociedad “que cuentan en el periodismo independiente con un aliado para la materialización de altos valores republicanos, como lo son la publicidad de los actos de gobierno y la responsabilidad de los gobernantes por sus actos”.

Mauricio Macri y Pro acordaron apoyar el veto de Milei a la ley universitaria, pero con duras críticas al Gobierno

El juez Amarante así resolvió tras el dictamen del fiscal en lo penal económico Jorge Dahl Rocha, interinamente a cargo de la Fiscalía en lo Penal Económico N° 6, que se pronunció por desestimar la denuncia. Sin impulso fiscal no hay causa que pueda prosperar y el juez desestimó el caso.

La causa la inició un denunciante consuetudinario, Fernando Miguez, de la Fundación por la Paz y el Cambio Climático, con el patrocinio letrado de Marcela Carmen Scotti, que hizo su presentación mientras Lanata estaba internado en terapia intensiva para que se lo investigue por sus cuadros por “posibles delitos de lavado de activos y/o evasión fiscal agravada”.

En su denuncia, que mandó por mail a la Cámara en lo Penal Económico, dijo que Lanata compra obras de arte para ocultar su patrimonio y lavar dinero. Afirmó que a raíz de los videos que se vieron en TV del interior de su casa, pudo advertir las obras de arte. Y añadió que “no puede afirmar que Lanata comete o ha cometido delitos, pero la gran cantidad de obras pictóricas, joyas y otros artículos de colección, como relojes de lujo y lapiceras de firma, genera la sospecha de que podría estar utilizando estos objetos para ocultar parte o la totalidad de su patrimonio”.

El fiscal se pronunció por desestimar la denuncia y escribió que “solo se advierte un relato de acontecimientos aislados y genéricos que no se encuentran debidamente detallados y que no cuenta con la claridad suficiente” para arrancar una investigación.

Mencionó que no hay elementos para iniciar ninguna investigación, por más sugestivo que le parezca al denunciante que Lanata tenga cuadros en su casa. “No se justifica la apertura de un proceso penal con el único fin de disipar las dudas que pudieran existir acerca de si se cometió o no un delito”, dijo el fiscal.

En el mismo sentido, el juez Amarante dijo que la denuncia ni siguiera “ha reseñando en forma vaga o con alguna precisión” los hechos, pues “simplemente se han enunciado circunstancias que por llamativas que resulten a juicio del denunciante, carecen por sí mismas de contenido jurídico penal”.

“Tal como lo indica el denunciante, el señor Jorge Lanata ejerce la profesión de periodista y durante décadas criticó la corrupción y la falta de transparencia de políticos, empresarios”, dijo el juez. E indicó que esta observación, a contramano de lo que pretende el denunciante, “es determinante para actuar de manera particularmente prudente”.

Amarante expresó que “una actuación desmesurada por parte de los órganos judiciales en casos como el que se examina podría generar no solo una lesión a los derechos del justiciable, sino también una afectación a la libertad de prensa, con la consiguiente lesión que de ello siempre se proyecta sobre los intereses de todo el cuerpo social, que cuentan en el periodismo independiente con un aliado para la materialización de altos valores republicanos, como lo son la publicidad de los actos de gobierno y la responsabilidad de los gobernantes por sus actos”

Así, tras cuestionar el relato de la denuncia por “genérico, impreciso e inconsistente, desprovisto, además, de un mínimo respaldo probatorio”, afirmó que corresponde desestimar la denuncia por inexistencia de delito.

El juez en lo Penal Económico Diego Amarante desestimó por inexistencia de delito una denuncia por lavado de dinero contra Jorge Lanata. La acusación, definida por el juez como “genérica, imprecisa, inconsistente, desprovista de un mínimo respaldo probatorio”, mencionaba la afición del periodistas por las obras de arte y la gran cantidad de objetos de valor que atesora en su casa.

El magistrado advirtió que se debe ser prudente, pues “una actuación desmesurada” podría lesionar no solo los derechos de Lanata sino “la libertad de prensa”, con la afectación sobre la sociedad “que cuentan en el periodismo independiente con un aliado para la materialización de altos valores republicanos, como lo son la publicidad de los actos de gobierno y la responsabilidad de los gobernantes por sus actos”.

Mauricio Macri y Pro acordaron apoyar el veto de Milei a la ley universitaria, pero con duras críticas al Gobierno

El juez Amarante así resolvió tras el dictamen del fiscal en lo penal económico Jorge Dahl Rocha, interinamente a cargo de la Fiscalía en lo Penal Económico N° 6, que se pronunció por desestimar la denuncia. Sin impulso fiscal no hay causa que pueda prosperar y el juez desestimó el caso.

La causa la inició un denunciante consuetudinario, Fernando Miguez, de la Fundación por la Paz y el Cambio Climático, con el patrocinio letrado de Marcela Carmen Scotti, que hizo su presentación mientras Lanata estaba internado en terapia intensiva para que se lo investigue por sus cuadros por “posibles delitos de lavado de activos y/o evasión fiscal agravada”.

En su denuncia, que mandó por mail a la Cámara en lo Penal Económico, dijo que Lanata compra obras de arte para ocultar su patrimonio y lavar dinero. Afirmó que a raíz de los videos que se vieron en TV del interior de su casa, pudo advertir las obras de arte. Y añadió que “no puede afirmar que Lanata comete o ha cometido delitos, pero la gran cantidad de obras pictóricas, joyas y otros artículos de colección, como relojes de lujo y lapiceras de firma, genera la sospecha de que podría estar utilizando estos objetos para ocultar parte o la totalidad de su patrimonio”.

El fiscal se pronunció por desestimar la denuncia y escribió que “solo se advierte un relato de acontecimientos aislados y genéricos que no se encuentran debidamente detallados y que no cuenta con la claridad suficiente” para arrancar una investigación.

Mencionó que no hay elementos para iniciar ninguna investigación, por más sugestivo que le parezca al denunciante que Lanata tenga cuadros en su casa. “No se justifica la apertura de un proceso penal con el único fin de disipar las dudas que pudieran existir acerca de si se cometió o no un delito”, dijo el fiscal.

En el mismo sentido, el juez Amarante dijo que la denuncia ni siguiera “ha reseñando en forma vaga o con alguna precisión” los hechos, pues “simplemente se han enunciado circunstancias que por llamativas que resulten a juicio del denunciante, carecen por sí mismas de contenido jurídico penal”.

“Tal como lo indica el denunciante, el señor Jorge Lanata ejerce la profesión de periodista y durante décadas criticó la corrupción y la falta de transparencia de políticos, empresarios”, dijo el juez. E indicó que esta observación, a contramano de lo que pretende el denunciante, “es determinante para actuar de manera particularmente prudente”.

Amarante expresó que “una actuación desmesurada por parte de los órganos judiciales en casos como el que se examina podría generar no solo una lesión a los derechos del justiciable, sino también una afectación a la libertad de prensa, con la consiguiente lesión que de ello siempre se proyecta sobre los intereses de todo el cuerpo social, que cuentan en el periodismo independiente con un aliado para la materialización de altos valores republicanos, como lo son la publicidad de los actos de gobierno y la responsabilidad de los gobernantes por sus actos”

Así, tras cuestionar el relato de la denuncia por “genérico, impreciso e inconsistente, desprovisto, además, de un mínimo respaldo probatorio”, afirmó que corresponde desestimar la denuncia por inexistencia de delito.

 El juez Amarante dijo que el relato de un denunciante consuetudinario es vago e impreciso y no tiene datos; señaló que es necesario ser “prudente”, pues “puede afectarse la libertad de expresión”  LA NACION

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