La “fiebre trader” en San Pedro se mantiene y hay hermetismo entre los “inversores”
SAN PEDRO (enviado especial).- La “fiebre trader” en esta localidad tiene varias caras. El temor a perder los ahorros o el dinero invertido no aparece, por ahora, como algo latente entre los vecinos. Se calcula que unos 20.000, casi una tercera parte de la ciudad de 70.000 habitantes, apostó a multiplicar su dinero en una plataforma Rainbow Exchange a través del extraño Knight Consortium. “No pasa nada. Se formó una pelota gigantesca en los medios, pero la gente está tranquila. Porque ganaron dinero. Cómo te vas a quejar de algo con lo que te fue bien”, advirtió un “inversor” de San Pedro. “Puse poco y me llevé más de lo que pensaba”, reconoció. En esa fórmula parece recaer el magnetismo.
Este lunes, después de que esta especie de estafa piramidal tuviera una fuerte repercusión, las pocas caras visibles, físicas, de este “negocio” aparecieron cerradas. Son dos financieras que tienen sus locales, una frente a la otra en Bartolomé Mitre, una de las calles principales del centro de San Pedro. La fachada de Overcash es solo una puerta, con un pequeño cartel arriba. Hay un portero eléctrico con una cámara, donde el que pretende ingresar debe anunciarse.
Quienes buscaban entrar el primer día hábil después del revuelo, no lo pudieron hacer. En esta financiera, los “inversores”, según indicaron varias fuentes, podían retirar dinero físico de la rentabilidad que habían obtenido después de adquirir las cripto a través de las famosas recomendaciones que hace por Telegram “La China”, como llaman a la mujer de rasgos orientales que da la orden de a qué hora entrar a la aplicación para comprar y vender.
Lo mismo sucedía en Areco Cambios, que tiene un local más amplio, y se encuentra frente a Overcash. La persiana se encontraba baja este lunes. Pero la escena estaba lejos de mostrar a gente agolparse a buscar su dinero. “No hay una corrida. Eso es lo que quisieron hacer”, afirmó otro vecino, que también puso dinero en este extraño negocio de inversión virtual que asegura dar un interés de un 1 por ciento diario en dólares cuando en el mundo, en moneda extranjera, la rentabilidad anual ronda el 2 por ciento. “Hay gente que pudo recuperarse, pagar sus deudas”, dijo una mujer, que parecía referirse a ella. Lo llamativo es que ninguno de los pequeños “inversores” quiere dar su nombre, por temor a enfrentar algún control o reclamo.
Aprovechar mientras dure
“Sabemos que esto se va a terminar. Pero hay que aprovechar mientras dure”, opinó Omar, un jubilado de esta ciudad, que se introdujo sin saber de qué se trataba en este mundo de las finanzas virtuales a través de su hijo, que trabaja en Papel Prensa. “Ahí comenzó todo en septiembre pasado”, explicó este hombre a LA NACION. “A mi hijo le propuso ingresar en el negocio un joven que se llama Luis Pardo. Él ahora ya es administrador. No invierte más. Gana una comisión por los nuevos inversores”.
El caso de Omar se traslada a miles de habitantes de San Pedro. Él tenía un ahorro de 6000 dólares. Empezó a invertir y a los tres meses logró una rentabilidad de 90 dólares por día. “Yo retiré dinero y lo hago a través de una billetera virtual. A las 19 tenés que ingresar a la cuenta de La China en Telegram. Te indican qué cripto comprar y a la media hora ya tenés todo listo”, contó el jubilado.
Sebastián invirtió la indemnización que cobró después de trabajar en una metalúrgica durante una década. “No metí todo, sino la mitad. Me aseguré con plazo fijo en el Banco Nación. Decidí asumir el riesgo y el resto lo metí Rainbow. Soy consciente de que esto es una burbuja, que en cualquier momento va a reventar. Pero hay que aprovechar el momento. Tener timing. Logré comprarme una camioneta y las herramientas que necesitaba para trabajar. Yo decidí luego retirarme, porque sospechaba que en algún momento todo se iba a desmoronar, que es lo que va a pasar ahora”, afirmó.
Este hombre de 34 años reveló que algunos excompañeros suyos dejaron el trabajo. “Ganaban tanto dinero que no necesitaban el sueldo”, apuntó. “La ciudad se reactivó en medio de una fuerte recesión. Esto fue una locura más que un milagro”, advirtió.
SAN PEDRO (enviado especial).- La “fiebre trader” en esta localidad tiene varias caras. El temor a perder los ahorros o el dinero invertido no aparece, por ahora, como algo latente entre los vecinos. Se calcula que unos 20.000, casi una tercera parte de la ciudad de 70.000 habitantes, apostó a multiplicar su dinero en una plataforma Rainbow Exchange a través del extraño Knight Consortium. “No pasa nada. Se formó una pelota gigantesca en los medios, pero la gente está tranquila. Porque ganaron dinero. Cómo te vas a quejar de algo con lo que te fue bien”, advirtió un “inversor” de San Pedro. “Puse poco y me llevé más de lo que pensaba”, reconoció. En esa fórmula parece recaer el magnetismo.
Este lunes, después de que esta especie de estafa piramidal tuviera una fuerte repercusión, las pocas caras visibles, físicas, de este “negocio” aparecieron cerradas. Son dos financieras que tienen sus locales, una frente a la otra en Bartolomé Mitre, una de las calles principales del centro de San Pedro. La fachada de Overcash es solo una puerta, con un pequeño cartel arriba. Hay un portero eléctrico con una cámara, donde el que pretende ingresar debe anunciarse.
Quienes buscaban entrar el primer día hábil después del revuelo, no lo pudieron hacer. En esta financiera, los “inversores”, según indicaron varias fuentes, podían retirar dinero físico de la rentabilidad que habían obtenido después de adquirir las cripto a través de las famosas recomendaciones que hace por Telegram “La China”, como llaman a la mujer de rasgos orientales que da la orden de a qué hora entrar a la aplicación para comprar y vender.
Lo mismo sucedía en Areco Cambios, que tiene un local más amplio, y se encuentra frente a Overcash. La persiana se encontraba baja este lunes. Pero la escena estaba lejos de mostrar a gente agolparse a buscar su dinero. “No hay una corrida. Eso es lo que quisieron hacer”, afirmó otro vecino, que también puso dinero en este extraño negocio de inversión virtual que asegura dar un interés de un 1 por ciento diario en dólares cuando en el mundo, en moneda extranjera, la rentabilidad anual ronda el 2 por ciento. “Hay gente que pudo recuperarse, pagar sus deudas”, dijo una mujer, que parecía referirse a ella. Lo llamativo es que ninguno de los pequeños “inversores” quiere dar su nombre, por temor a enfrentar algún control o reclamo.
Aprovechar mientras dure
“Sabemos que esto se va a terminar. Pero hay que aprovechar mientras dure”, opinó Omar, un jubilado de esta ciudad, que se introdujo sin saber de qué se trataba en este mundo de las finanzas virtuales a través de su hijo, que trabaja en Papel Prensa. “Ahí comenzó todo en septiembre pasado”, explicó este hombre a LA NACION. “A mi hijo le propuso ingresar en el negocio un joven que se llama Luis Pardo. Él ahora ya es administrador. No invierte más. Gana una comisión por los nuevos inversores”.
El caso de Omar se traslada a miles de habitantes de San Pedro. Él tenía un ahorro de 6000 dólares. Empezó a invertir y a los tres meses logró una rentabilidad de 90 dólares por día. “Yo retiré dinero y lo hago a través de una billetera virtual. A las 19 tenés que ingresar a la cuenta de La China en Telegram. Te indican qué cripto comprar y a la media hora ya tenés todo listo”, contó el jubilado.
Sebastián invirtió la indemnización que cobró después de trabajar en una metalúrgica durante una década. “No metí todo, sino la mitad. Me aseguré con plazo fijo en el Banco Nación. Decidí asumir el riesgo y el resto lo metí Rainbow. Soy consciente de que esto es una burbuja, que en cualquier momento va a reventar. Pero hay que aprovechar el momento. Tener timing. Logré comprarme una camioneta y las herramientas que necesitaba para trabajar. Yo decidí luego retirarme, porque sospechaba que en algún momento todo se iba a desmoronar, que es lo que va a pasar ahora”, afirmó.
Este hombre de 34 años reveló que algunos excompañeros suyos dejaron el trabajo. “Ganaban tanto dinero que no necesitaban el sueldo”, apuntó. “La ciudad se reactivó en medio de una fuerte recesión. Esto fue una locura más que un milagro”, advirtió.
LA NACION viajó a la localidad bonaerense, donde casi un tercio de la población se sumó a una “plataforma de trading” que ofrece generosos retornos en dólares LA NACION