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Arquitectura circular y regenerativa: un estudio sueco nos habla sobre el nuevo paradigma ambiental

Hace tiempo que el paradigma en sostenibilidad dejó de ser “disminuir el impacto negativo”; hoy las conversaciones se centran en circularidad y regeneración: las actividades humanas no solo tienen que desarrollarse dentro de los límites planetarios y promover la recirculación de materiales y energía, sino que también deben contribuir a la restauración de ecosistemas. La industria de la arquitectura y la construcción no es ajena a esto, y como responsable del 21% de las emisiones globales de gases de efecto invernadero, mitigar y revertir su impacto es clave.

Una de las firmas pioneras en llevar la conversación más allá de la sostenibilidad en este sector es el colectivo sueco White Arkitekter, nombrado estudio del año por Dezeen en 2023. Fue fundado en 1951, tiene oficinas en UK, Noruega, Alemania, Kenia y Canadá, y es propiedad de su staff, con 111 de sus 600 empleados como socios. Su objetivo es “Promover la vida sostenible a través del arte de la arquitectura”; se proponen que para 2030 toda su obra sea regenerativa y neutra en emisiones de CO2.

Hablamos con Louise Didriksson, socia y arquitecta del paisaje LAR/MSA de White, que ahonda en estos temas.

-¿Qué es el diseño regenerativo?

El diseño regenerativo emplea el pensamiento sistémico para crear sistemas resilientes y equitativos que armonicen las necesidades de la sociedad con la integridad de la naturaleza. Nos aseguramos de que el entorno construido tenga un impacto positivo en los sistemas naturales.

Primero, implica comprender los patrones únicos de un lugar. Segundo, se diseña para la coexistencia, lo que incluye establecer una producción local de alimentos autosostenible, cerrar los ciclos energéticos mediante la creación de distritos de red positiva, fomentar el espíritu comunitario, fortalecer el sentido de pertenencia, todo ello respetando los límites planetarios. Para avanzar hacia el diseño y los sistemas regenerativos para nuestro planeta, debemos entender cómo diseñar para todas las especies.

El estanque de aguas pluviales de Exercisfältet en Uppsala es un ejemplo en el que el diseño mejora las condiciones naturales: contribuye a conservar la biodiversidad protegiendo la ciudad de inundaciones y aguas contaminadas, y ofrece un espacio acogedor para que la gente socialice.

-¿Cómo incorporan el pensamiento de diseño regenerativo en la práctica?

Hace seis años cambiamos nuestro enfoque hacia la arquitectura circular, y nuestro plan de negocios actual enfatiza las soluciones basadas en la naturaleza, incluida la adaptación climática, la valoración y medición de la biodiversidad y la mejora de las habilidades para las medidas de compensación de emisiones.

Nuestras tres áreas de enfoque son los entornos habitables basados en la naturaleza, la arquitectura circular y la neutralidad climática. También pretendemos seguir la iniciativa New European Bauhaus, que enfatiza el crecimiento comunitario y la colaboración con los locales.

A través de nuestro White Research Lab financiamos nuestra propia investigación, organizamos eventos y participamos en otros externos para mantenernos relevantes y comprometidos. Como copropietarios de la empresa, tenemos la posibilidad de invertir en lo que creemos y hacer realidad nuestra visión: toda nuestra arquitectura es regenerativa y climáticamente neutra.

Lumi es uno de los proyectos de reutilización más ambiciosos de Suecia. En lugar de demoler un complejo de edificios, se usó alrededor del 80% de su estructura y toda su cimentación para generar un complejo nuevo. Además, se desmontaron y volvieron a montar 105 toneladas de placas de yeso, láminas de metal del tejado, ladrillos, puertas, armarios y paneles de vidrio.

-¿Cómo mantienen estas ideas vivas y presentes en las actividades del día a día?

Refinamos continuamente las definiciones y los servicios relacionados con la transición verde. Cada proyecto es único y por eso comenzamos con un análisis basado en la Agenda 2030, el Pacto Verde Europeo y los objetivos nacionales de sostenibilidad. A partir de las preguntas más cruciales, definimos la visión y los objetivos.

Algunas formas de acelerar la transición verde a través de principios de diseño regenerativo son preservar árboles grandes y entornos valiosos, dar voz a la naturaleza (ríos, animales, bosques) calculando la biodiversidad, restaurar y transformar entornos y edificios, repensar la planificación y el desarrollo protegiendo las tierras agrícolas para la producción local de alimentos, centrarnos en el uso de la tierra y los recursos naturales para secuestrar carbono y reducir el calentamiento global, garantizar flujos de materiales circulares (mediante la reducción, la reutilización, los materiales renovables y reciclados, así como garantizar la capacidad de reciclaje), garantizar la energía renovable y proponer distritos de energía positiva.

-¿Qué tan receptivos son los clientes a estos temas?

El nivel de madurez varía de un cliente a otro. El concepto de diseño/arquitectura regenerativa aún no es muy conocido en Escandinavia, por eso nuestros clientes no han solicitado servicios que incluyan esa terminología, pero trabajamos con muchos que tienen grandes ambiciones y están haciendo el viaje con nosotros.

Lo que impulsa que el trabajo vaya más allá de la sostenibilidad es también el fuerte enfoque de la UE en nuevas regulaciones sobre protección y restauración de la naturaleza, así como la Directiva de Reporte de Sostenibilidad Corporativa (CSRD, por sus siglas en inglés), que obliga a las grandes empresas a publicar informes sobre sus actividades e impacto ambiental.

La posibilidad de financiamiento verde cuando un proyecto cumple con las certificaciones también impulsa la transición, al igual que los costos que pueden implicar eventos de clima extremo: eso hace evidente el valor del trabajo proactivo en lugar del reactivo.

Seis propuestas regenerativas para entornos urbanos

Regulación de la temperatura. Promover mayor integración de vegetación en edificios existentes y nuevos para promover la reducción natural de calor.

Hábitats recreativos y ecoturismo. Restaurar y diseñar nuevos biotopos a lo largo de cursos de agua para limpiar y retener aguas pluviales. Integrar edificios en entornos azul-verdes y crear condiciones para recreación y ecoturismo.

Protección contra inundaciones. Establecer nuevos arrecifes multifuncionales en zonas límite entre tierra y agua para crear infraestructura azul-verde. La misma puede reducir riesgo de inundaciones, promover colonias marinas y aumentar el suministro local de alimentos.

Transiciones naturales entre tierra y agua. Restaurar bahías poco profundas con zosteras marinas que secuestran CO2 y praderas costeras con nuevos hábitats que humedecen, retienen nutrientes en el suelo y se convierten en sumideros de carbono.

Remediación de suelos y sedimentos. Se pueden utilizar mejillones, plantas y hongos para limpiar antiguas tierras industriales, utilizando de forma rentable el poder de la naturaleza.

Producción de alimentos de base local. Antiguos sitios industriales se pueden transformar en nuevas áreas donde producir alimentos.

Hace tiempo que el paradigma en sostenibilidad dejó de ser “disminuir el impacto negativo”; hoy las conversaciones se centran en circularidad y regeneración: las actividades humanas no solo tienen que desarrollarse dentro de los límites planetarios y promover la recirculación de materiales y energía, sino que también deben contribuir a la restauración de ecosistemas. La industria de la arquitectura y la construcción no es ajena a esto, y como responsable del 21% de las emisiones globales de gases de efecto invernadero, mitigar y revertir su impacto es clave.

Una de las firmas pioneras en llevar la conversación más allá de la sostenibilidad en este sector es el colectivo sueco White Arkitekter, nombrado estudio del año por Dezeen en 2023. Fue fundado en 1951, tiene oficinas en UK, Noruega, Alemania, Kenia y Canadá, y es propiedad de su staff, con 111 de sus 600 empleados como socios. Su objetivo es “Promover la vida sostenible a través del arte de la arquitectura”; se proponen que para 2030 toda su obra sea regenerativa y neutra en emisiones de CO2.

Hablamos con Louise Didriksson, socia y arquitecta del paisaje LAR/MSA de White, que ahonda en estos temas.

-¿Qué es el diseño regenerativo?

El diseño regenerativo emplea el pensamiento sistémico para crear sistemas resilientes y equitativos que armonicen las necesidades de la sociedad con la integridad de la naturaleza. Nos aseguramos de que el entorno construido tenga un impacto positivo en los sistemas naturales.

Primero, implica comprender los patrones únicos de un lugar. Segundo, se diseña para la coexistencia, lo que incluye establecer una producción local de alimentos autosostenible, cerrar los ciclos energéticos mediante la creación de distritos de red positiva, fomentar el espíritu comunitario, fortalecer el sentido de pertenencia, todo ello respetando los límites planetarios. Para avanzar hacia el diseño y los sistemas regenerativos para nuestro planeta, debemos entender cómo diseñar para todas las especies.

El estanque de aguas pluviales de Exercisfältet en Uppsala es un ejemplo en el que el diseño mejora las condiciones naturales: contribuye a conservar la biodiversidad protegiendo la ciudad de inundaciones y aguas contaminadas, y ofrece un espacio acogedor para que la gente socialice.

-¿Cómo incorporan el pensamiento de diseño regenerativo en la práctica?

Hace seis años cambiamos nuestro enfoque hacia la arquitectura circular, y nuestro plan de negocios actual enfatiza las soluciones basadas en la naturaleza, incluida la adaptación climática, la valoración y medición de la biodiversidad y la mejora de las habilidades para las medidas de compensación de emisiones.

Nuestras tres áreas de enfoque son los entornos habitables basados en la naturaleza, la arquitectura circular y la neutralidad climática. También pretendemos seguir la iniciativa New European Bauhaus, que enfatiza el crecimiento comunitario y la colaboración con los locales.

A través de nuestro White Research Lab financiamos nuestra propia investigación, organizamos eventos y participamos en otros externos para mantenernos relevantes y comprometidos. Como copropietarios de la empresa, tenemos la posibilidad de invertir en lo que creemos y hacer realidad nuestra visión: toda nuestra arquitectura es regenerativa y climáticamente neutra.

Lumi es uno de los proyectos de reutilización más ambiciosos de Suecia. En lugar de demoler un complejo de edificios, se usó alrededor del 80% de su estructura y toda su cimentación para generar un complejo nuevo. Además, se desmontaron y volvieron a montar 105 toneladas de placas de yeso, láminas de metal del tejado, ladrillos, puertas, armarios y paneles de vidrio.

-¿Cómo mantienen estas ideas vivas y presentes en las actividades del día a día?

Refinamos continuamente las definiciones y los servicios relacionados con la transición verde. Cada proyecto es único y por eso comenzamos con un análisis basado en la Agenda 2030, el Pacto Verde Europeo y los objetivos nacionales de sostenibilidad. A partir de las preguntas más cruciales, definimos la visión y los objetivos.

Algunas formas de acelerar la transición verde a través de principios de diseño regenerativo son preservar árboles grandes y entornos valiosos, dar voz a la naturaleza (ríos, animales, bosques) calculando la biodiversidad, restaurar y transformar entornos y edificios, repensar la planificación y el desarrollo protegiendo las tierras agrícolas para la producción local de alimentos, centrarnos en el uso de la tierra y los recursos naturales para secuestrar carbono y reducir el calentamiento global, garantizar flujos de materiales circulares (mediante la reducción, la reutilización, los materiales renovables y reciclados, así como garantizar la capacidad de reciclaje), garantizar la energía renovable y proponer distritos de energía positiva.

-¿Qué tan receptivos son los clientes a estos temas?

El nivel de madurez varía de un cliente a otro. El concepto de diseño/arquitectura regenerativa aún no es muy conocido en Escandinavia, por eso nuestros clientes no han solicitado servicios que incluyan esa terminología, pero trabajamos con muchos que tienen grandes ambiciones y están haciendo el viaje con nosotros.

Lo que impulsa que el trabajo vaya más allá de la sostenibilidad es también el fuerte enfoque de la UE en nuevas regulaciones sobre protección y restauración de la naturaleza, así como la Directiva de Reporte de Sostenibilidad Corporativa (CSRD, por sus siglas en inglés), que obliga a las grandes empresas a publicar informes sobre sus actividades e impacto ambiental.

La posibilidad de financiamiento verde cuando un proyecto cumple con las certificaciones también impulsa la transición, al igual que los costos que pueden implicar eventos de clima extremo: eso hace evidente el valor del trabajo proactivo en lugar del reactivo.

Seis propuestas regenerativas para entornos urbanos

Regulación de la temperatura. Promover mayor integración de vegetación en edificios existentes y nuevos para promover la reducción natural de calor.

Hábitats recreativos y ecoturismo. Restaurar y diseñar nuevos biotopos a lo largo de cursos de agua para limpiar y retener aguas pluviales. Integrar edificios en entornos azul-verdes y crear condiciones para recreación y ecoturismo.

Protección contra inundaciones. Establecer nuevos arrecifes multifuncionales en zonas límite entre tierra y agua para crear infraestructura azul-verde. La misma puede reducir riesgo de inundaciones, promover colonias marinas y aumentar el suministro local de alimentos.

Transiciones naturales entre tierra y agua. Restaurar bahías poco profundas con zosteras marinas que secuestran CO2 y praderas costeras con nuevos hábitats que humedecen, retienen nutrientes en el suelo y se convierten en sumideros de carbono.

Remediación de suelos y sedimentos. Se pueden utilizar mejillones, plantas y hongos para limpiar antiguas tierras industriales, utilizando de forma rentable el poder de la naturaleza.

Producción de alimentos de base local. Antiguos sitios industriales se pueden transformar en nuevas áreas donde producir alimentos.

 Que el entorno construido tenga un impacto positivo en los sistemas naturales es el nuevo paradigma ambiental. Hablamos con Louise Didriksson, una de las socias del prestigioso White Arkitekter.  LA NACION

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