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Eliminatorias: Colombia goleó y oscureció el futuro de Ricardo Gareca en un Chile desahuciado

Realidades opuestas. Colombia se encamina en las eliminatorias para regresar a un Mundial, después de ausentarse de Qatar 2022; Chile se hunde y la ilusión de romper la racha negativa de presencias en una Copa del Mundo se desvanece. La goleada, 4-0, reseña el presente de las dos selecciones. “Estamos como para cosas gigantes, trabajamos. Somos un grupo unido, humilde, y soñamos más allá siempre. Creo que eso nos tiene acá”, expresó Jhon Durán, compañero del arquero Emiliano Dibu Martínez en Aston Villa, después del contundente éxito en Barranquilla.

El escenario para los directores técnicos, ambos argentinos, es tan opuesto como lo que muestra la tabla de posiciones: Néstor Lorenzo descubre apoyo en cada paso, mientras que el futuro de Ricardo Gareca en la Roja quedó envuelto en incertidumbre: el Tigre comunicó que no tomará una decisión apresurada, pero nadie se atreve a afirmar que cerrará el calendario, con la última ventana de 2024 (noviembre), en el cargo.

La diferencia de determinación con la que salieron a la cancha es una señal de por qué Colombia pulsea por el primer puesto con la Argentina, en la 10ª fecha de las eliminatorias para el Mundial Canadá-México-Estados Unidos 2026, y la razón que tiene a Chile en el último escalón. Con la estrella de Luis Díaz, el acompañamiento de Jhon Córdoba para el atacante de Liverpool, el local impuso una superioridad abismal.

La ausencia de puntería promovía que el arco que defendió Brayan Cortés, el elegido para reemplazar a Gabriel Arias, resistiera. Una carambola destrabó el marcador y ya no hubo retorno: el defensor central Jhon Lucumí conectó de cabeza un tiro de esquina, pero el balón se desvió en la nuca de su compañero de zaga Davinson Sánchez, que confundió al arquero chileno para anotar el primer gol.

Así como ya antes la superioridad de Colombia no se discutía, con la ventaja el local se acomodó en el campo y James Rodríguez comenzó a manejar los hilos del juego con sus regates y pases, y hasta ejecutó un disparo que desató aplausos. El rostro de Lorenzo reflejaba que el plan se cumplía; Gareca era la contracara: se marchó desconsolado al vestuario luego de una primera parte olvidable, alejada de las proyecciones. El temple y la respuesta que mostró el equipo en la derrota mínima contra Brasil en Santiago quedaron archivados y la Roja no tenía respuestas para contrarrestar el poderío de los anfitriones.

La tarjeta amarilla que tenía desde antes Córdoba motivó a Lorenzo a empujar al campo de juego a Durán, en una modificación con la que acató el clamor de los hinchas, que observaron explotar al delantero en los últimos meses en la Premier League. Y el movimiento de piezas fue efectivo. Durán y Rodríguez presionaron a la zaga chilena y forzaron un error de Benjamín Kuscevic: James tomó el balón y habilitó a Lucho Díaz para que anotara el segundo tanto, celebrado con un tradicional paso de baile.

“Rescato la seriedad con la que se encaró el partido, el hambre de ganar que teníamos desde el primer minuto”, dijo Lorenzo en la conferencia de prensa. “Da gusto trabajar con este grupo de jugadores. En calidad y cantidad estamos muy bien, muy contentos. Fue un partido completo. Han sido concretado cuatro goles, que no son pocos en una eliminatoria, ante Chile”, agregó el argentino.

El gol, el error propio, derrumbó a Chile. La Roja bajó los brazos y ni siquiera las cinco sustituciones que ensayó Gareca rescataron al equipo. Faltando diez minutos para el final, el ingresado Gonzalo Tapia regaló un balón en campo rival y, en una veloz acción de contraataque, Durán extendió la racha goleadora que traía de Europa. En los descuentos, con la misma fórmula, Luis Sinisterra selló la goleada. El extremo de Bournemouth debió aguardar unos minutos para celebrar la conquista, tras la revisión del VAR. Gareca, a esa altura, observaba hundido en el banco de los suplentes.

“Hoy no les puedo dar una respuesta concreta. Es difícil sostener este proceso, pero no estoy acostumbrado a tomar resoluciones en caliente, quiero pensar quiero enfriarme. Nos superaron en todos los sectores del campo de juego”, no hay nada que objetar en ese aspecto. Ahora es difícil decir algo que se vio y se evidenció: una superioridad de Colombia por sobre nosotros que no esperaba. Nos costó hilvanar jugadas y sostenerlo. Fue un resultado que, si a ustedes les duele, a nosotros más todavía que somos los protagonistas. Más que eso no puedo decir”, intentó analizar el Tigre, cuyo futuro quedó en penumbras.

Realidades opuestas. Colombia se encamina en las eliminatorias para regresar a un Mundial, después de ausentarse de Qatar 2022; Chile se hunde y la ilusión de romper la racha negativa de presencias en una Copa del Mundo se desvanece. La goleada, 4-0, reseña el presente de las dos selecciones. “Estamos como para cosas gigantes, trabajamos. Somos un grupo unido, humilde, y soñamos más allá siempre. Creo que eso nos tiene acá”, expresó Jhon Durán, compañero del arquero Emiliano Dibu Martínez en Aston Villa, después del contundente éxito en Barranquilla.

El escenario para los directores técnicos, ambos argentinos, es tan opuesto como lo que muestra la tabla de posiciones: Néstor Lorenzo descubre apoyo en cada paso, mientras que el futuro de Ricardo Gareca en la Roja quedó envuelto en incertidumbre: el Tigre comunicó que no tomará una decisión apresurada, pero nadie se atreve a afirmar que cerrará el calendario, con la última ventana de 2024 (noviembre), en el cargo.

La diferencia de determinación con la que salieron a la cancha es una señal de por qué Colombia pulsea por el primer puesto con la Argentina, en la 10ª fecha de las eliminatorias para el Mundial Canadá-México-Estados Unidos 2026, y la razón que tiene a Chile en el último escalón. Con la estrella de Luis Díaz, el acompañamiento de Jhon Córdoba para el atacante de Liverpool, el local impuso una superioridad abismal.

La ausencia de puntería promovía que el arco que defendió Brayan Cortés, el elegido para reemplazar a Gabriel Arias, resistiera. Una carambola destrabó el marcador y ya no hubo retorno: el defensor central Jhon Lucumí conectó de cabeza un tiro de esquina, pero el balón se desvió en la nuca de su compañero de zaga Davinson Sánchez, que confundió al arquero chileno para anotar el primer gol.

Así como ya antes la superioridad de Colombia no se discutía, con la ventaja el local se acomodó en el campo y James Rodríguez comenzó a manejar los hilos del juego con sus regates y pases, y hasta ejecutó un disparo que desató aplausos. El rostro de Lorenzo reflejaba que el plan se cumplía; Gareca era la contracara: se marchó desconsolado al vestuario luego de una primera parte olvidable, alejada de las proyecciones. El temple y la respuesta que mostró el equipo en la derrota mínima contra Brasil en Santiago quedaron archivados y la Roja no tenía respuestas para contrarrestar el poderío de los anfitriones.

La tarjeta amarilla que tenía desde antes Córdoba motivó a Lorenzo a empujar al campo de juego a Durán, en una modificación con la que acató el clamor de los hinchas, que observaron explotar al delantero en los últimos meses en la Premier League. Y el movimiento de piezas fue efectivo. Durán y Rodríguez presionaron a la zaga chilena y forzaron un error de Benjamín Kuscevic: James tomó el balón y habilitó a Lucho Díaz para que anotara el segundo tanto, celebrado con un tradicional paso de baile.

“Rescato la seriedad con la que se encaró el partido, el hambre de ganar que teníamos desde el primer minuto”, dijo Lorenzo en la conferencia de prensa. “Da gusto trabajar con este grupo de jugadores. En calidad y cantidad estamos muy bien, muy contentos. Fue un partido completo. Han sido concretado cuatro goles, que no son pocos en una eliminatoria, ante Chile”, agregó el argentino.

El gol, el error propio, derrumbó a Chile. La Roja bajó los brazos y ni siquiera las cinco sustituciones que ensayó Gareca rescataron al equipo. Faltando diez minutos para el final, el ingresado Gonzalo Tapia regaló un balón en campo rival y, en una veloz acción de contraataque, Durán extendió la racha goleadora que traía de Europa. En los descuentos, con la misma fórmula, Luis Sinisterra selló la goleada. El extremo de Bournemouth debió aguardar unos minutos para celebrar la conquista, tras la revisión del VAR. Gareca, a esa altura, observaba hundido en el banco de los suplentes.

“Hoy no les puedo dar una respuesta concreta. Es difícil sostener este proceso, pero no estoy acostumbrado a tomar resoluciones en caliente, quiero pensar quiero enfriarme. Nos superaron en todos los sectores del campo de juego”, no hay nada que objetar en ese aspecto. Ahora es difícil decir algo que se vio y se evidenció: una superioridad de Colombia por sobre nosotros que no esperaba. Nos costó hilvanar jugadas y sostenerlo. Fue un resultado que, si a ustedes les duele, a nosotros más todavía que somos los protagonistas. Más que eso no puedo decir”, intentó analizar el Tigre, cuyo futuro quedó en penumbras.

 La victoria por 4 a 0 en Barranquilla reencaminó al equipo caribeño y mostró las múltiples debilidades de la Roja; el Tigre se reunirá con los dirigentes por su continuidad  LA NACION

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