El encuentro secreto de Axel Kicillof con Sergio Massa, en medio de la pelea que agita al kirchnerismo
No hubo milanesas, ni el lugar de la comida fue la quinta de Olivos. En cambio, Axel Kicillof almorzó carne y puré con Sergio Massa el jueves pasado en la sede central del Banco Provincia, en el microcentro porteño. El encuentro del gobernador con el exministro de Economía, a solas, pasó bajo el radar de la política vernácula, pero dejó algunas definiciones sugestivas en medio de la pelea interna que atraviesa el kirchnerismo.
Mientras afuera llovía torrencialmente, Kicillof le aseguró a Massa que buscará enfocarse en la gestión y alejarse de la interna del partido, luego de que Cristina Kirchner y su hijo Máximo lo subieran al ring por su negativa a pronunciarse a favor de la candidatura de la expresidenta a la jefatura del PJ. Massa le respondió que espera la definición de la interna para resolver si el Frente Renovador seguirá dentro de la alianza panperonista.
De acuerdo a fuentes al tanto de lo conversado entre el gobernador y quien fuera el último candidato a presidente del espacio, ambos abordaron la charla con “la mirada puesta en el futuro”. La frase no pasó inadvertida, porque su formulación estuvo en línea con el eje del discurso de Kicillof el 17 de octubre, cuando pidió encarar un proyecto a “futuro”, con el que fastidió al Instituto Patria y a La Cámpora.
Massa suele comentar entre los propios que si lo que fue el Frente de Todos -y luego Unión por la Patria- no baja el tono de la confrontación interna, entonces existe un “riesgo de balcanización” en la principal fuerza de oposición al presidente Javier Milei. Por ende y aunque aparece poco en público, en reserva busca mantener el diálogo con todos los sectores y “que todos mantengan el diálogo entre ellos”, señala en la intimidad.
No sería ese el caso de Kicillof con Cristina Kirchner en este momento. A tal punto, que la noche anterior al almuerzo con Massa tuvo a la expresidenta casi a su lado -con Estela de Carlotto en el medio- pero no cruzaron ni una palabra. Solamente se saludaron con formalidad en los camarines del Teatro Argentino de La Plata. Aunque en la charla con Massa apareció el nombre de un “garante de los acuerdos internos”.
Se trata de Juan Martín Mena, el ministro de Justicia de Kicillof que tiene una terminal en el Instituto Patria de Cristina Kirchner y contacto fluido con Massa. Mena no es un camporista, como se lo identificó erróneamente en el pasado, lo que facilita su vínculo con el gobernador. Aunque las fuentes no lo confirmaron, pudo haber sido el emisario entre Kicillof y Cristina cuando intentaron una negociación antes de romper lazos.
En el almuerzo en el Banco Provincia, sobre la mesa de Kicillof y Massa también sobrevoló la reforma electoral en la provincia de Buenos Aires como consecuencia de sanción de la Boleta Única de Papel (BUP) a nivel nacional. “Hay un riesgo de atomización del panperonismo como consecuencia del nuevo diseño electoral”, advirtieron las fuentes consultadas por LA NACION al referirse a esta cuestión que preocupa en el PJ.
Además, Kicillof y Massa abordaron la situación de la Suprema Corte bonaerense, que está integrada actualmente por solo tres jueces y tiene abiertas cuatro vacantes, aunque no hay acuerdo entre las fuerzas políticas para designar a los magistrados. El gobernador y el exministro de Economía también intercambiaron impresiones sobre el presupuesto 2025, el endeudamiento y el financiamiento de los municipios.
En la conversación entre el gobernador y el tigrense también apareció la preocupación por la tensión que se registra en los bloques oficialistas de la Legislatura y los concejos deliberantes como “factor problemático en la gobernabilidad de la provincia de Buenos Aires”. Por último, las fuentes indicaron que también hablaron sobre el impacto del ajuste en el sector industrial y en el comercio en el conurbano, y en “la necesidad de pensar políticas focalizadas”.
Mientras Massa aún digería el almuerzo con Kicillof, el titular de su partido, el Frente Renovador, Diego Giuliano, encabezó el noveno Congreso Provincial del espacio en Barranqueras, Chaco, donde se reunieron militantes y referentes para avanzar en propuestas para consolidar un “frente anti Milei”. El encuentro se realizó lejos de la caldeada interna del PJ y se sumó a los ya realizados este año en Córdoba, Mendoza, Chubut, San Juan, Tucumán, La Rioja y Corrientes.
No hubo milanesas, ni el lugar de la comida fue la quinta de Olivos. En cambio, Axel Kicillof almorzó carne y puré con Sergio Massa el jueves pasado en la sede central del Banco Provincia, en el microcentro porteño. El encuentro del gobernador con el exministro de Economía, a solas, pasó bajo el radar de la política vernácula, pero dejó algunas definiciones sugestivas en medio de la pelea interna que atraviesa el kirchnerismo.
Mientras afuera llovía torrencialmente, Kicillof le aseguró a Massa que buscará enfocarse en la gestión y alejarse de la interna del partido, luego de que Cristina Kirchner y su hijo Máximo lo subieran al ring por su negativa a pronunciarse a favor de la candidatura de la expresidenta a la jefatura del PJ. Massa le respondió que espera la definición de la interna para resolver si el Frente Renovador seguirá dentro de la alianza panperonista.
De acuerdo a fuentes al tanto de lo conversado entre el gobernador y quien fuera el último candidato a presidente del espacio, ambos abordaron la charla con “la mirada puesta en el futuro”. La frase no pasó inadvertida, porque su formulación estuvo en línea con el eje del discurso de Kicillof el 17 de octubre, cuando pidió encarar un proyecto a “futuro”, con el que fastidió al Instituto Patria y a La Cámpora.
Massa suele comentar entre los propios que si lo que fue el Frente de Todos -y luego Unión por la Patria- no baja el tono de la confrontación interna, entonces existe un “riesgo de balcanización” en la principal fuerza de oposición al presidente Javier Milei. Por ende y aunque aparece poco en público, en reserva busca mantener el diálogo con todos los sectores y “que todos mantengan el diálogo entre ellos”, señala en la intimidad.
No sería ese el caso de Kicillof con Cristina Kirchner en este momento. A tal punto, que la noche anterior al almuerzo con Massa tuvo a la expresidenta casi a su lado -con Estela de Carlotto en el medio- pero no cruzaron ni una palabra. Solamente se saludaron con formalidad en los camarines del Teatro Argentino de La Plata. Aunque en la charla con Massa apareció el nombre de un “garante de los acuerdos internos”.
Se trata de Juan Martín Mena, el ministro de Justicia de Kicillof que tiene una terminal en el Instituto Patria de Cristina Kirchner y contacto fluido con Massa. Mena no es un camporista, como se lo identificó erróneamente en el pasado, lo que facilita su vínculo con el gobernador. Aunque las fuentes no lo confirmaron, pudo haber sido el emisario entre Kicillof y Cristina cuando intentaron una negociación antes de romper lazos.
En el almuerzo en el Banco Provincia, sobre la mesa de Kicillof y Massa también sobrevoló la reforma electoral en la provincia de Buenos Aires como consecuencia de sanción de la Boleta Única de Papel (BUP) a nivel nacional. “Hay un riesgo de atomización del panperonismo como consecuencia del nuevo diseño electoral”, advirtieron las fuentes consultadas por LA NACION al referirse a esta cuestión que preocupa en el PJ.
Además, Kicillof y Massa abordaron la situación de la Suprema Corte bonaerense, que está integrada actualmente por solo tres jueces y tiene abiertas cuatro vacantes, aunque no hay acuerdo entre las fuerzas políticas para designar a los magistrados. El gobernador y el exministro de Economía también intercambiaron impresiones sobre el presupuesto 2025, el endeudamiento y el financiamiento de los municipios.
En la conversación entre el gobernador y el tigrense también apareció la preocupación por la tensión que se registra en los bloques oficialistas de la Legislatura y los concejos deliberantes como “factor problemático en la gobernabilidad de la provincia de Buenos Aires”. Por último, las fuentes indicaron que también hablaron sobre el impacto del ajuste en el sector industrial y en el comercio en el conurbano, y en “la necesidad de pensar políticas focalizadas”.
Mientras Massa aún digería el almuerzo con Kicillof, el titular de su partido, el Frente Renovador, Diego Giuliano, encabezó el noveno Congreso Provincial del espacio en Barranqueras, Chaco, donde se reunieron militantes y referentes para avanzar en propuestas para consolidar un “frente anti Milei”. El encuentro se realizó lejos de la caldeada interna del PJ y se sumó a los ya realizados este año en Córdoba, Mendoza, Chubut, San Juan, Tucumán, La Rioja y Corrientes.
Almorzaron a solas el jueves en la sede del Banco Provincia; conversaron con “la mirada puesta en el futuro”; intercambiaron impresiones sobre la interna y avalaron el nuevo rol de un funcionario LA NACION