Se mudaron de Nueva York a Carolina del Norte y pensaron que extrañarían todo, pero ocurrió lo opuesto: “Nos quedamos”
Después de vivir en una metrópoli vibrante y cosmopolita como Nueva York, mudarse a un destino menos poblado como Raleigh, la capital de Carolina del Norte, puede parecer todo un desafío. Sin embargo, una pareja que tomó la decisión de cambiar de estilo vida en medio de la pandemia de Covid- 19 encontró mucho más de lo que esperaba en su nuevo hogar. “Superó mis expectativas”, contó la mujer.
De Nueva York a Raleigh: las razones de un cambio radical
Después de haber vivido en grandes ciudades como Washington D.C., San Francisco y Sídney, en Australia, un matrimonio decidió establecerse en Nueva York. Allí, ambos vivieron por más de un año, hasta que comenzó la pandemia de coronavirus y lo cambió todo. El confinamiento hizo que se sintieran atrapados en su pequeño departamento de Brooklyn.
En busca de nuevos aires y más espacio, se mudaron temporalmente a la casa de unos familiares, ubicada en las montañas del oeste de Carolina del Norte. La tranquilidad del lugar los llevó a explorar opciones en el estado y finalmente eligieron Raleigh, la capital de Carolina del Norte, para asentarse definitivamente.
La mudanza representó un cambio significativo en su estilo de vida, ya que Nueva York tiene una población de más de ocho millones de personas, mientras que Raleigh alberga a menos de 500 mil. Al principio, contó la pareja a Business Insider, les preocupaba que la nueva ciudad les resultara pequeña y que la oferta cultural y gastronómica fuera escasa. Sin embargo, ninguno de los dos se arrepintió de cambiar.
Qué les gustó de Raleigh, capital de Carolina del Norte
La pareja se mostró sorprendida con Raleigh, una ciudad que les ofreció más de lo que esperaban. “Siempre hay algo divertido que hacer”, aseguró la joven al medio citado, quien destacó que además de espectáculos de artistas de renombre, la ciudad también cuenta con un equipo de hockey profesional y varias universidades que ofrecen una amplia gama de actividades.
Otro aspecto que les gustó fue el acceso a la naturaleza. El parque Estatal William B. Umstead, situado a las afueras de la ciudad, se convirtió en uno de sus lugares favoritos para realizar caminatas.
Raleigh también ofrece 290 kilómetros de áreas verdes para andar en bicicleta o pasear, lo que permite a la pareja y a su pequeña hija disfrutar de la vida al aire libre.
Mejor desplazamiento, otra ventaja de Raleigh
Una de las ventajas de vivir en Raleigh que destacó esta pareja fue la facilidad para moverse. Mientras que en Nueva York, viajar diez kilómetros podía demandarles hasta 50 minutos en el subterráneo, en la capital de Carolina del Norte pueden llegar a la mayoría de los lugares en menos de 20 minutos.
Si bien ambos tuvieron que comprar un auto para desplazarse, los esposos explicaron que no les molesta tener que conducir y destacaron que el estacionamiento en la calle es gratuito. Esta facilidad para desplazarse les deja más tiempo para salir y disfrutar de las actividades disponibles en la ciudad.
Mejor calidad de vida, por menos dinero
Un punto decisivo en la comparación entre Nueva York y Raleigh fue el costo de vida. En Brooklyn, la pareja alquilaba un pequeño departamento de dos habitaciones y dos baños, donde apenas cabía una cama en uno de los cuartos. Hoy, son dueños de una casa de cuatro habitaciones y cinco baños. Además, pagan menos por su hipoteca que lo que solían pagar por el alquiler en Nueva York.
“La diferencia en el costo de vida es abismal”, afirmaron. En este sentido, salir a comer o ir a tomar algo a un bar es mucho más barato en Raleigh. La diferencia de precios también se nota en otros servicios, como en la membresía del gimnasio, que les cuesta la mitad de lo que pagaban en Nueva York, y en las actividades extraescolares de su hija, como clases de natación y ballet.
Si bien los esposos reconocieron que la oferta gastronómica de su nueva ciudad no es tan amplia como en la Gran Manzana, los chefs y restaurantes de Raleigh reciben con frecuencia nominaciones a los premios James Beard, por lo que destacaron que algunos de restaurantes no tienen nada que envidiarles a los de Nueva York.
Por ello, cuatro años después de haberse mudado, esta familia está segura de que halló un lugar donde puedan disfrutar de más espacio, tranquilidad y oportunidades por menos dinero. “Nos quedaremos en Raleigh”, cerró la pareja.
Después de vivir en una metrópoli vibrante y cosmopolita como Nueva York, mudarse a un destino menos poblado como Raleigh, la capital de Carolina del Norte, puede parecer todo un desafío. Sin embargo, una pareja que tomó la decisión de cambiar de estilo vida en medio de la pandemia de Covid- 19 encontró mucho más de lo que esperaba en su nuevo hogar. “Superó mis expectativas”, contó la mujer.
De Nueva York a Raleigh: las razones de un cambio radical
Después de haber vivido en grandes ciudades como Washington D.C., San Francisco y Sídney, en Australia, un matrimonio decidió establecerse en Nueva York. Allí, ambos vivieron por más de un año, hasta que comenzó la pandemia de coronavirus y lo cambió todo. El confinamiento hizo que se sintieran atrapados en su pequeño departamento de Brooklyn.
En busca de nuevos aires y más espacio, se mudaron temporalmente a la casa de unos familiares, ubicada en las montañas del oeste de Carolina del Norte. La tranquilidad del lugar los llevó a explorar opciones en el estado y finalmente eligieron Raleigh, la capital de Carolina del Norte, para asentarse definitivamente.
La mudanza representó un cambio significativo en su estilo de vida, ya que Nueva York tiene una población de más de ocho millones de personas, mientras que Raleigh alberga a menos de 500 mil. Al principio, contó la pareja a Business Insider, les preocupaba que la nueva ciudad les resultara pequeña y que la oferta cultural y gastronómica fuera escasa. Sin embargo, ninguno de los dos se arrepintió de cambiar.
Qué les gustó de Raleigh, capital de Carolina del Norte
La pareja se mostró sorprendida con Raleigh, una ciudad que les ofreció más de lo que esperaban. “Siempre hay algo divertido que hacer”, aseguró la joven al medio citado, quien destacó que además de espectáculos de artistas de renombre, la ciudad también cuenta con un equipo de hockey profesional y varias universidades que ofrecen una amplia gama de actividades.
Otro aspecto que les gustó fue el acceso a la naturaleza. El parque Estatal William B. Umstead, situado a las afueras de la ciudad, se convirtió en uno de sus lugares favoritos para realizar caminatas.
Raleigh también ofrece 290 kilómetros de áreas verdes para andar en bicicleta o pasear, lo que permite a la pareja y a su pequeña hija disfrutar de la vida al aire libre.
Mejor desplazamiento, otra ventaja de Raleigh
Una de las ventajas de vivir en Raleigh que destacó esta pareja fue la facilidad para moverse. Mientras que en Nueva York, viajar diez kilómetros podía demandarles hasta 50 minutos en el subterráneo, en la capital de Carolina del Norte pueden llegar a la mayoría de los lugares en menos de 20 minutos.
Si bien ambos tuvieron que comprar un auto para desplazarse, los esposos explicaron que no les molesta tener que conducir y destacaron que el estacionamiento en la calle es gratuito. Esta facilidad para desplazarse les deja más tiempo para salir y disfrutar de las actividades disponibles en la ciudad.
Mejor calidad de vida, por menos dinero
Un punto decisivo en la comparación entre Nueva York y Raleigh fue el costo de vida. En Brooklyn, la pareja alquilaba un pequeño departamento de dos habitaciones y dos baños, donde apenas cabía una cama en uno de los cuartos. Hoy, son dueños de una casa de cuatro habitaciones y cinco baños. Además, pagan menos por su hipoteca que lo que solían pagar por el alquiler en Nueva York.
“La diferencia en el costo de vida es abismal”, afirmaron. En este sentido, salir a comer o ir a tomar algo a un bar es mucho más barato en Raleigh. La diferencia de precios también se nota en otros servicios, como en la membresía del gimnasio, que les cuesta la mitad de lo que pagaban en Nueva York, y en las actividades extraescolares de su hija, como clases de natación y ballet.
Si bien los esposos reconocieron que la oferta gastronómica de su nueva ciudad no es tan amplia como en la Gran Manzana, los chefs y restaurantes de Raleigh reciben con frecuencia nominaciones a los premios James Beard, por lo que destacaron que algunos de restaurantes no tienen nada que envidiarles a los de Nueva York.
Por ello, cuatro años después de haberse mudado, esta familia está segura de que halló un lugar donde puedan disfrutar de más espacio, tranquilidad y oportunidades por menos dinero. “Nos quedaremos en Raleigh”, cerró la pareja.
Descubre qué motivó a una pareja a abandonar Nueva York para instalarse en Raleigh, Carolina del Norte. LA NACION