Opinión: el rol de la transparencia y la trazabilidad en el presente de la agricultura global
Hace ya varios años que la sostenibilidad en la producción agrícola, la preservación de la biodiversidad y del impacto positivo en el cambio de uso de los suelos, por necesidad de garantizar suelos libres de deforestación, son un imperativo en un mercado que se viene regulando velozmente. Este enfoque, que en un principio se inició en el marco de un mercado voluntario, en buena hora se instaló en el centro del debate productivo, transformando la manera en que se cultiva y se utilizan los recursos naturales y madurando en más de una docena de regulaciones y normativas pan-continentales que afectan hoy el flujo de commodities entre los principales mercados del mundo.
Las regulaciones de los mercados más significativos del comercio mundial de productos agrícolas están convirtiendo la visión de una agricultura más respetuosa del ambiente en el camino a seguir. A partir de 2026, la Unión Europea implementará el Reglamento de la UE sobre la Deforestación (EUDR), que prohibirá la importación de productos como soja, madera, ganado, café, cacao, caucho, palma, y los subproductos derivados de cada uno de ellos, que no cumplan con criterios estrictos de sostenibilidad y trazabilidad, especialmente productos libres de deforestación segregados físicamente desde el campo al mercado.
El 70% de la cosecha de productos agrícolas de Argentina se exporta; además, somos el principal exportador de soja y sus derivados del mundo. La Unión Europea es el destino más significativo de harina de soja, así como el grano para la producción de biodiésel, uno de los mercados más impactados por las nuevas regulaciones, según datos de la Bolsa de Comercio de Rosario.
Interior productivo: ¿zonas agrícolas marginales o zonas agrícolas marginadas?
La adopción de estándares como 2BSvs y EPA para biocombustibles, que buscan la conservación, preservación de la biodiversidad y la medición de carbono, es sólo uno de los múltiples desafíos que enfrenta el mercado de commodities. Sin embargo, no se trata de un límite, sino de una oportunidad para potenciar la producción local responsable. Pero esto solo es posible si se incorpora la tecnología de punta en el agro para demostrar las buenas prácticas agrícolas de nuestros productores.
Mantenerse competitivo en el marco de este paradigma mundial de mayor regulación implica estar al día con las exigencias de los mercados. Y no solo frente a los entes reguladores, sino también frente a los consumidores que cada vez exigen más información sobre los orígenes de los productos y eligen con un criterio mucho más consciente en torno al impacto ambiental. Ellos también quieren y pueden ser parte del cambio. Tan importante como trabajar en la transición agrícola ambientalmente positiva a campo, es probarlo.
Adoptar tecnologías para el monitoreo y verificación de campos libres de deforestación y protección del medio ambiente, hoy, es una necesidad estratégica para el futuro de la producción. Como también comienza a serlo la trazabilidad de los cultivos. Cuando se logra vincular cada lote con sus orígenes sustentables con información transparente que demuestre la identidad de los productos agrícolas, todos esos esfuerzos se convierten en rentabilidad y rendimiento para la producción.
En este sentido, fortalecer el vínculo entre productores y empresas que comercializan o añaden valor agregado, con la trazabilidad como puente, es indispensable. La sustentabilidad agrícola verificada, madura hacia un atributo relevante de todo producto agrícola en todos los mercados del mundo. Es un fenómeno a escala planetaria sucediendo hoy enfrente de nuestros ojos.
Es crucial para los productores entender la trazabilidad de sus productos en línea con las nuevas normativas y regulaciones que dictan los mercados respecto al cuidado ambiental; exigencias que incluyen documentación precisa sobre cada etapa del ciclo de producción agrícola y de la cadena de suministro en sistemas que verifiquen la transparencia y sostenibilidad de dichas operaciones.
Hoy, las herramientas existen y en la Argentina tenemos tecnología de vanguardia para aplicar soluciones con Inteligencia Artificial y Blockchain que facilitan, agilizan y hacen más rentable la adopción del registro de los procesos de los cultivos como también los cambios en el uso de los suelos.
A partir de un registro seguro, encriptado y respaldado por Blockchain, vinculado a cada lote específico y su productor en forma cripto-confidencial, es posible ofrecer a las empresas esa información para que, en cumplimiento de normativas y estándares vigentes, puedan hacerla llegar al consumidor a partir de un código QR en el envase del producto final con consistencia y permiso del productor agrícola. No solo estás comercializando un producto que en forma comprobable cuida de vos y el planeta, sino que estás ofreciendo un valor agregado en sí mismo que es la historia de donde y cómo ese producto enriqueció los suelos, promueve la preservación del ambiente natural y la responsabilidad en el cuidado sanitario del grano para una nutrición más saludable.
Los nuevos estándares y regulaciones no solo buscan la sostenibilidad de las prácticas agrícolas, sino que también promueven una visión más amplia sobre la preservación de la biodiversidad más allá de indicadores trillados como la medición unísona de la huella de carbono. Los distintos estándares están trabajando en el desarrollo de indicadores para medir la preservación, tanto cuantitativos como cualitativos que permitan evaluar la eficacia de las estrategias de conservación en pos de una mirada holística del impacto ambiental positivo de la agricultura en general.
Encontrá acá toda la información sobre los próximos remates ganaderos
Estas métricas abarcan aspectos como la riqueza de especies, la salud de los hábitats, la conectividad ecológica y la funcionalidad de los ecosistemas, combinando datos biológicos con información socioeconómica para ofrecer una visión más completa. Ser parte de esta transformación es vital para seguir siendo competitivos en el mundo con una producción que tenga valor agregado desde la identidad de origen, la trazabilidad y la transparencia son el camino a seguir.
Estamos frente a un mercado que migra a demandar información trazable y verificada en cómo se maneja la agricultura para un impacto positivo en el medioambiente que pueda ser afirmado a lo largo de la cadena de suministros de fibra, alimentos y biocombustibles.
Un cambio radical desde la perspectiva de los últimos 10.000 años, donde solo se demandaba commodities en volumen y a valores eficientes para alimentar, vestir y calentar al mundo. Es nuestro desafío utilizar la tecnología para poder acompañar el proceso de información real verificada desde el campo al mercado, también en volumen y en forma super eficiente como ha sido el agro de los últimos 30 años y alineada a las nuevas demandas de los consumidores
El autor es cofounder y CIO & COO de ucrop.it
Hace ya varios años que la sostenibilidad en la producción agrícola, la preservación de la biodiversidad y del impacto positivo en el cambio de uso de los suelos, por necesidad de garantizar suelos libres de deforestación, son un imperativo en un mercado que se viene regulando velozmente. Este enfoque, que en un principio se inició en el marco de un mercado voluntario, en buena hora se instaló en el centro del debate productivo, transformando la manera en que se cultiva y se utilizan los recursos naturales y madurando en más de una docena de regulaciones y normativas pan-continentales que afectan hoy el flujo de commodities entre los principales mercados del mundo.
Las regulaciones de los mercados más significativos del comercio mundial de productos agrícolas están convirtiendo la visión de una agricultura más respetuosa del ambiente en el camino a seguir. A partir de 2026, la Unión Europea implementará el Reglamento de la UE sobre la Deforestación (EUDR), que prohibirá la importación de productos como soja, madera, ganado, café, cacao, caucho, palma, y los subproductos derivados de cada uno de ellos, que no cumplan con criterios estrictos de sostenibilidad y trazabilidad, especialmente productos libres de deforestación segregados físicamente desde el campo al mercado.
El 70% de la cosecha de productos agrícolas de Argentina se exporta; además, somos el principal exportador de soja y sus derivados del mundo. La Unión Europea es el destino más significativo de harina de soja, así como el grano para la producción de biodiésel, uno de los mercados más impactados por las nuevas regulaciones, según datos de la Bolsa de Comercio de Rosario.
Interior productivo: ¿zonas agrícolas marginales o zonas agrícolas marginadas?
La adopción de estándares como 2BSvs y EPA para biocombustibles, que buscan la conservación, preservación de la biodiversidad y la medición de carbono, es sólo uno de los múltiples desafíos que enfrenta el mercado de commodities. Sin embargo, no se trata de un límite, sino de una oportunidad para potenciar la producción local responsable. Pero esto solo es posible si se incorpora la tecnología de punta en el agro para demostrar las buenas prácticas agrícolas de nuestros productores.
Mantenerse competitivo en el marco de este paradigma mundial de mayor regulación implica estar al día con las exigencias de los mercados. Y no solo frente a los entes reguladores, sino también frente a los consumidores que cada vez exigen más información sobre los orígenes de los productos y eligen con un criterio mucho más consciente en torno al impacto ambiental. Ellos también quieren y pueden ser parte del cambio. Tan importante como trabajar en la transición agrícola ambientalmente positiva a campo, es probarlo.
Adoptar tecnologías para el monitoreo y verificación de campos libres de deforestación y protección del medio ambiente, hoy, es una necesidad estratégica para el futuro de la producción. Como también comienza a serlo la trazabilidad de los cultivos. Cuando se logra vincular cada lote con sus orígenes sustentables con información transparente que demuestre la identidad de los productos agrícolas, todos esos esfuerzos se convierten en rentabilidad y rendimiento para la producción.
En este sentido, fortalecer el vínculo entre productores y empresas que comercializan o añaden valor agregado, con la trazabilidad como puente, es indispensable. La sustentabilidad agrícola verificada, madura hacia un atributo relevante de todo producto agrícola en todos los mercados del mundo. Es un fenómeno a escala planetaria sucediendo hoy enfrente de nuestros ojos.
Es crucial para los productores entender la trazabilidad de sus productos en línea con las nuevas normativas y regulaciones que dictan los mercados respecto al cuidado ambiental; exigencias que incluyen documentación precisa sobre cada etapa del ciclo de producción agrícola y de la cadena de suministro en sistemas que verifiquen la transparencia y sostenibilidad de dichas operaciones.
Hoy, las herramientas existen y en la Argentina tenemos tecnología de vanguardia para aplicar soluciones con Inteligencia Artificial y Blockchain que facilitan, agilizan y hacen más rentable la adopción del registro de los procesos de los cultivos como también los cambios en el uso de los suelos.
A partir de un registro seguro, encriptado y respaldado por Blockchain, vinculado a cada lote específico y su productor en forma cripto-confidencial, es posible ofrecer a las empresas esa información para que, en cumplimiento de normativas y estándares vigentes, puedan hacerla llegar al consumidor a partir de un código QR en el envase del producto final con consistencia y permiso del productor agrícola. No solo estás comercializando un producto que en forma comprobable cuida de vos y el planeta, sino que estás ofreciendo un valor agregado en sí mismo que es la historia de donde y cómo ese producto enriqueció los suelos, promueve la preservación del ambiente natural y la responsabilidad en el cuidado sanitario del grano para una nutrición más saludable.
Los nuevos estándares y regulaciones no solo buscan la sostenibilidad de las prácticas agrícolas, sino que también promueven una visión más amplia sobre la preservación de la biodiversidad más allá de indicadores trillados como la medición unísona de la huella de carbono. Los distintos estándares están trabajando en el desarrollo de indicadores para medir la preservación, tanto cuantitativos como cualitativos que permitan evaluar la eficacia de las estrategias de conservación en pos de una mirada holística del impacto ambiental positivo de la agricultura en general.
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Estas métricas abarcan aspectos como la riqueza de especies, la salud de los hábitats, la conectividad ecológica y la funcionalidad de los ecosistemas, combinando datos biológicos con información socioeconómica para ofrecer una visión más completa. Ser parte de esta transformación es vital para seguir siendo competitivos en el mundo con una producción que tenga valor agregado desde la identidad de origen, la trazabilidad y la transparencia son el camino a seguir.
Estamos frente a un mercado que migra a demandar información trazable y verificada en cómo se maneja la agricultura para un impacto positivo en el medioambiente que pueda ser afirmado a lo largo de la cadena de suministros de fibra, alimentos y biocombustibles.
Un cambio radical desde la perspectiva de los últimos 10.000 años, donde solo se demandaba commodities en volumen y a valores eficientes para alimentar, vestir y calentar al mundo. Es nuestro desafío utilizar la tecnología para poder acompañar el proceso de información real verificada desde el campo al mercado, también en volumen y en forma super eficiente como ha sido el agro de los últimos 30 años y alineada a las nuevas demandas de los consumidores
El autor es cofounder y CIO & COO de ucrop.it
Se está ante un mercado que migra a demandar información trazable y verificada en cómo se maneja la agricultura para un impacto positivo en el medioambiente LA NACION