Yamandú Orsi y Álvaro Delgado reevalúan estrategias y lanzan la campaña del balotaje
MONTEVIDEO.- El desenlace de la primera vuelta electoral en Uruguay se encadenó sin transición este lunes con el comienzo del camino al balotaje. Asimilados los resultados, los líderes de los principales partidos parece que hubieran seguido de largo, sin descansar siquiera.
Los candidatos multiplicaron las reuniones con sus allegados y abrieron la agenda de entrevistas con los canales de televisión y otros medios locales, donde ya comenzaron a desfilar en una nueva campaña.
Comenzó a notarse así un cambio de estrategia, revisando lo que funcionó y mejorando lo que salió mal. Entre los votantes, la definición que más se escuchaba sobre el futuro balotaje, el 24 de noviembre, es que será parejo.
“Va a estar peleado”, dice María, una docente de 37 años que votó por el Frente Amplio. “Muchos tenían la esperanza de superar el 50% y ganar en primera vuelta, y los sorprendió el resultado. Ahora la mitad tiene esperanza de ganar y la otra mitad lo ve difícil. Yo le tengo fe”.
Con el 44% de los votos, el Frente Amplio terminó primero en la elección general. Pero no solo quedó a años luz de la soñada victoria en primera vuelta, sino que quedó además tres puntos abajo de la suma de partidos de la coalición oficialista (47%), que tras competir por separado en la primera vuelta unirán fuerzas en el balotaje.
También se mencionó en los medios el peso que tendría el debate obligatorio entre los dos candidatos, Yamandú Orsi, del Frente Amplio, y Álvaro Delgado, del Partido Nacional, la principal fuerza de la coalición oficialista. Ya se empieza a especular con esa batalla, y en un programa de televisión se preguntaban si será una batalla de agresiones y golpes bajos, difícil de imaginar, o cosa de caballeros.
Por lo pronto, cada uno a su manera indicó su disposición y compromiso para la segunda vuelta e hizo hincapié en mantener una sana competencia electoral. Mientras Orsi prometió respetar la “sana y respetuosa competencia electoral” que tanto se valora en el país, Delgado enfatizó la “tolerancia” que marca el tono político.
Puestas a debatir, la candidata a la vicepresidencia del oficialismo, Valeria Ripoll, insistió en querer cruzarse con la candidata a vice rival, Carolina Cosse.
Pese a haber finalizado tres puntos detrás de la coalición, el Frente Amplio cuenta a su favor con una tendencia repetida en el historial electoral uruguayo, de haber subido siempre su caudal en segunda vuelta. Todo indica de momento que el balotaje será bastante disputado, quizás con un puñado de votos de diferencia, como sucedió en 2019.
La misma paridad se da en el Congreso, donde ninguno de los dos bloques logró la anhelada mayoría parlamentaria, es decir el control de las dos cámaras. El Frente Amplio se aseguró la mayoría en el Senado con 16 de los 30 escaños, pero la Cámara de Diputados quedó más dividida.
Y algunos no solo ven un duelo parejo, sino que también estudian dónde puede hacerse la diferencia. Martín, un estudiante secundario de 16 años que también circulaba por Parque Rodó, no vota debido a su edad. Pero, consultado sobre su panorama de la próxima rueda, resultó ser verdadero experto en cálculos electorales.
“La elección va a estar muy pareja, los dos bloques están muy quietitos, no van a perder votantes. Va a depender de los votos en blanco, de los anulados, de los que no fueron a votar; todo eso puede cambiar”, dice Martín.
Casi a la misma hora, el presidente Luis Lacalle Pou era consultado por los medios a la salida de un restaurante donde almorzaba, en Pocitos, sobre los resultados de la elección, pero prefirió no hacer declaraciones. Agradeció la presencia de los periodistas, pero subrayó: “Los protagonistas están en otro lado”.
Delgado, el candidato oficialista, y uno de los dos protagonistas del momento, sostuvo durante la tarde una reunión con sus socios de la coalición para trabajar en el llamado “Compromiso por el país 2″, un programa consensuado de gobierno. Se reunieron primero los dirigentes y luego tomaron la posta sus equipos técnicos.
“Se empezó a coordinar la campaña de la segunda vuelta”, dijo Pablo Mieres, líder del Partido Independiente, otro socio de la coalición. “Va a haber instancias conjuntas, probablemente tres actos en conjunto de la coalición y conferencias de prensa en el interior del país. Cada partido va a tener sus actividades también”, añadió.
Por el lado del Frente Amplio, Yamandú Orsi y Carolina Cosse comenzaron a trabajar rumbo al balotaje con una reunión con el presidente del partido, Fernando Pereira.
Pereira destacó en rueda de prensa que tienen mucho con qué salir a ganar. “Un partido que tiene 16 senadores, y puede pelear el 17 con la vicepresidencia, y tiene 48 diputados es un partido que larga en una condición inmejorable para ganar la segunda vuelta electoral”, consideró. “Luego, para ganarla, hay que trabajar activamente”, agregó.
También hubo sinsabores. La senadora Liliam Kechichian, exministra de Turismo entre 2012 y 2020, perdió su banca en y escribió un mensaje en su cuenta de X, donde dijo estar “triste” por defraudar a su gente. “En lo personal lo di todo y me siento triste por defraudar a tantos compañeros y compañeras, casi 90.000 que confiaron en mí”, señaló.
Más allá de la elección presidencial y legislativa, la votación del domingo incluía dos plebiscitos, ninguno de los cuales fue aprobado, y que generaron mucha polémica en los días previos. Algunos votantes estaban incluso más interesados en eso que en los candidatos presidenciales, ninguno de los cuales despertaba excesivo entusiasmo.
Los uruguayos rechazaron tanto el plebiscito que buscaba bajar la edad jubilatoria y eliminar el sistema de jubilación de ahorro privado, como el que autorizaba los allanamientos nocturnos. El primero generaba zozobra en toda la clase política, que lo rechazaba en pleno. Tal era la polémica sobre esa consulta que puso en segundo plano el de los allanamientos, también controvertido.
“Por suerte no pasó el plebiscito de los allanamientos nocturnos. ¿Para qué sirve? Solo para la que la policía te revuelva la casa y hacerse los que investigan algo. A mí me pasó”, dice Betina, una mujer desempleada de 38 años cuyo único interés en comentar las elecciones es centrar la conversación una y otra vez en ese plebiscito.
“Ellos saben dónde están los delincuentes, dónde está la droga. Pero no los tocan. Nos caen a nosotros ¿Para qué queremos los allanamientos nocturnos? Si no los agarran de día, menos los van a agarrar de noche”, sentenció.
MONTEVIDEO.- El desenlace de la primera vuelta electoral en Uruguay se encadenó sin transición este lunes con el comienzo del camino al balotaje. Asimilados los resultados, los líderes de los principales partidos parece que hubieran seguido de largo, sin descansar siquiera.
Los candidatos multiplicaron las reuniones con sus allegados y abrieron la agenda de entrevistas con los canales de televisión y otros medios locales, donde ya comenzaron a desfilar en una nueva campaña.
Comenzó a notarse así un cambio de estrategia, revisando lo que funcionó y mejorando lo que salió mal. Entre los votantes, la definición que más se escuchaba sobre el futuro balotaje, el 24 de noviembre, es que será parejo.
“Va a estar peleado”, dice María, una docente de 37 años que votó por el Frente Amplio. “Muchos tenían la esperanza de superar el 50% y ganar en primera vuelta, y los sorprendió el resultado. Ahora la mitad tiene esperanza de ganar y la otra mitad lo ve difícil. Yo le tengo fe”.
Con el 44% de los votos, el Frente Amplio terminó primero en la elección general. Pero no solo quedó a años luz de la soñada victoria en primera vuelta, sino que quedó además tres puntos abajo de la suma de partidos de la coalición oficialista (47%), que tras competir por separado en la primera vuelta unirán fuerzas en el balotaje.
También se mencionó en los medios el peso que tendría el debate obligatorio entre los dos candidatos, Yamandú Orsi, del Frente Amplio, y Álvaro Delgado, del Partido Nacional, la principal fuerza de la coalición oficialista. Ya se empieza a especular con esa batalla, y en un programa de televisión se preguntaban si será una batalla de agresiones y golpes bajos, difícil de imaginar, o cosa de caballeros.
Por lo pronto, cada uno a su manera indicó su disposición y compromiso para la segunda vuelta e hizo hincapié en mantener una sana competencia electoral. Mientras Orsi prometió respetar la “sana y respetuosa competencia electoral” que tanto se valora en el país, Delgado enfatizó la “tolerancia” que marca el tono político.
Puestas a debatir, la candidata a la vicepresidencia del oficialismo, Valeria Ripoll, insistió en querer cruzarse con la candidata a vice rival, Carolina Cosse.
Pese a haber finalizado tres puntos detrás de la coalición, el Frente Amplio cuenta a su favor con una tendencia repetida en el historial electoral uruguayo, de haber subido siempre su caudal en segunda vuelta. Todo indica de momento que el balotaje será bastante disputado, quizás con un puñado de votos de diferencia, como sucedió en 2019.
La misma paridad se da en el Congreso, donde ninguno de los dos bloques logró la anhelada mayoría parlamentaria, es decir el control de las dos cámaras. El Frente Amplio se aseguró la mayoría en el Senado con 16 de los 30 escaños, pero la Cámara de Diputados quedó más dividida.
Y algunos no solo ven un duelo parejo, sino que también estudian dónde puede hacerse la diferencia. Martín, un estudiante secundario de 16 años que también circulaba por Parque Rodó, no vota debido a su edad. Pero, consultado sobre su panorama de la próxima rueda, resultó ser verdadero experto en cálculos electorales.
“La elección va a estar muy pareja, los dos bloques están muy quietitos, no van a perder votantes. Va a depender de los votos en blanco, de los anulados, de los que no fueron a votar; todo eso puede cambiar”, dice Martín.
Casi a la misma hora, el presidente Luis Lacalle Pou era consultado por los medios a la salida de un restaurante donde almorzaba, en Pocitos, sobre los resultados de la elección, pero prefirió no hacer declaraciones. Agradeció la presencia de los periodistas, pero subrayó: “Los protagonistas están en otro lado”.
Delgado, el candidato oficialista, y uno de los dos protagonistas del momento, sostuvo durante la tarde una reunión con sus socios de la coalición para trabajar en el llamado “Compromiso por el país 2″, un programa consensuado de gobierno. Se reunieron primero los dirigentes y luego tomaron la posta sus equipos técnicos.
“Se empezó a coordinar la campaña de la segunda vuelta”, dijo Pablo Mieres, líder del Partido Independiente, otro socio de la coalición. “Va a haber instancias conjuntas, probablemente tres actos en conjunto de la coalición y conferencias de prensa en el interior del país. Cada partido va a tener sus actividades también”, añadió.
Por el lado del Frente Amplio, Yamandú Orsi y Carolina Cosse comenzaron a trabajar rumbo al balotaje con una reunión con el presidente del partido, Fernando Pereira.
Pereira destacó en rueda de prensa que tienen mucho con qué salir a ganar. “Un partido que tiene 16 senadores, y puede pelear el 17 con la vicepresidencia, y tiene 48 diputados es un partido que larga en una condición inmejorable para ganar la segunda vuelta electoral”, consideró. “Luego, para ganarla, hay que trabajar activamente”, agregó.
También hubo sinsabores. La senadora Liliam Kechichian, exministra de Turismo entre 2012 y 2020, perdió su banca en y escribió un mensaje en su cuenta de X, donde dijo estar “triste” por defraudar a su gente. “En lo personal lo di todo y me siento triste por defraudar a tantos compañeros y compañeras, casi 90.000 que confiaron en mí”, señaló.
Más allá de la elección presidencial y legislativa, la votación del domingo incluía dos plebiscitos, ninguno de los cuales fue aprobado, y que generaron mucha polémica en los días previos. Algunos votantes estaban incluso más interesados en eso que en los candidatos presidenciales, ninguno de los cuales despertaba excesivo entusiasmo.
Los uruguayos rechazaron tanto el plebiscito que buscaba bajar la edad jubilatoria y eliminar el sistema de jubilación de ahorro privado, como el que autorizaba los allanamientos nocturnos. El primero generaba zozobra en toda la clase política, que lo rechazaba en pleno. Tal era la polémica sobre esa consulta que puso en segundo plano el de los allanamientos, también controvertido.
“Por suerte no pasó el plebiscito de los allanamientos nocturnos. ¿Para qué sirve? Solo para la que la policía te revuelva la casa y hacerse los que investigan algo. A mí me pasó”, dice Betina, una mujer desempleada de 38 años cuyo único interés en comentar las elecciones es centrar la conversación una y otra vez en ese plebiscito.
“Ellos saben dónde están los delincuentes, dónde está la droga. Pero no los tocan. Nos caen a nosotros ¿Para qué queremos los allanamientos nocturnos? Si no los agarran de día, menos los van a agarrar de noche”, sentenció.
El Frente Amplio terminó primero en la elección general, pero quedó tres puntos abajo de la suma de partidos de la coalición oficialista, que tras competir por separado en la primera vuelta unirán fuerzas en el balotaje; ya se empieza a especular con el debate entre ambos candidatos LA NACION