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Más de 50.000 tropas rusas y norcoreanas se preparan para barrer la región de Kursk tomada por Ucrania

NUEVA YORK.- Rusia han reunido una fuerza de 50.000 soldados que incluye tropas norcoreanas, como preparativo para lanzar un ataque destinado a recuperar el territorio ruso de la región de Kursk tomado por Ucrania hace unos meses, según funcionarios del gobierno norteamericano y ucraniano.

La última evaluación de inteligencia de Estados Unidos concluye que Rusia ha concentrado esa fuerza sin tener que retirar soldados de Ucrania Oriental —su campo de batalla prioritario— y ahora Moscú está en condiciones de librar una guerra simultánea en múltiples frentes.

Ya las tropas rusas venían recuperando a mordiscos parte del territorio de Kursk que Ucrania capturó este año. Atacan las posiciones ucranianas con misiles y fuego de artillería, pero según los funcionarios norteamericanos, hasta ahora nunca lanzaron una embestida de gran escala para recuperar toda la zona.

Para el gobierno de Kiev, el ataque del que participarían fuerzas norcoreanas es inminente y se espera para los próximos días.

Por el momento, los norcoreanos están realizando entrenamiento conjunto con las fuerzas rusas en el extremo occidental de Kursk.

La contraofensiva ruso-norcoreana se cierne como una sombra sobre los preparativos para el regreso del reelecto presidente Donald Trump a la Casa Blanca, cuyo propósito manifiesto es terminar con esa guerra de inmediato. Trump nunca dijo cómo piensa resolver el conflicto, pero el vicepresidente electo, J.D. Vance, esbozó un plan que permitiría que Rusia conserve el territorio de Ucrania que ya ocupó.

Algunos oficiales militares y agentes de inteligencia de Estados Unidos son cada vez más pesimistas sobre las posibilidades reales de Ucrania, y señalan que Rusia viene ganando terreno sostenidamente, tanto en Kursk como en el frente oriental. Los funcionarios dicen que esos reveses se deben, en parte, a que Ucrania no ha logrado resolver el problema de su crítica escasez de tropas.

El presidente Joe Biden ha sido un gran defensor de Ucrania: presionó al Congreso para que aprobara miles de millones de dólares en ayuda y a los servicios de inteligencia norteamericana le brindaron a Kiev información crucial para librar la guerra.

Un funcionario occidental dijo que la incursión sorpresa de Ucrania a la región rusa de Kursk, en agosto, hizo mermar sus tropas en todo el frente de batalla en el este de Ucrania, dejándolo vulnerable al avance de los rusos. Pero el mismo funcionario, así como los funcionarios norteamericanos que hablaron bajo condición de anonimato por la sensibilidad del tema, dicen que las defensas de Ucrania en Kursk siguen siendo sólidas y podrían resistir, al menos por un tiempo.

Desde los gobiernos de Washington y de Kiev señalan que la incorporación de tropas norcoreanas a la guerra es una escalada de enorme magnitud para un conflicto que ya lleva más de dos años.

Según los norteamericanos, Corea del Norte ha enviado más de 10.000 soldados a pelear por Rusia en Kursk: llevan uniforme militar ruso y equipamiento provisto por el Kremlin, pero para luchar es probable que armen sus propias unidades.

Los funcionarios de Kiev dicen que Moscú también les proveyó ametralladoras, fusiles de francotirador, misiles antitanque y granadas propulsadas por cohete.

Rusia también los viene entrenando en el uso de fuego de artillería, tácticas básicas de infantería y en algo crucial, según los expertos: limpiar de trincheras la zona. Ese tipo específico de entrenamiento hace pensar a los expertos militares que al menos parte de los soldados norcoreanos participarán de un asalto frontal y directo contra las posiciones defensivas cavadas por los ucranianos.

“Estamos convencidos de que las soldados de Corea del Norte entrarán en combate cuerpo a cuerpo”, dijo el jueves la subsecretaria de prensa del Pentágono, Sabrina Singh.

En Washington desconocen si el gobierno del presidente Kim Jong-un puso límites o restricciones al uso de sus tropas, aunque dan por descartado que se trabarán en combate de manera directa.

Un funcionario ucraniano dijo que las fuerzas norcoreanas se dividieron en dos grupos: una unidad de asalto y una unidad de apoyo, que ayudarán en tareas de seguridad dentro del territorio recuperado de manos de los ucranianos.

Corea del Norte tiene un gran ejército pero, a diferencia de Rusia, hace décadas que sus fuerzas no enfrentan un combate terrestre. Sin embargo, Corea del Norte está desplegando las tropas consideradas como las mejores, provenientes del 11º Cuerpo, sede de los soldados de operaciones especiales del país.

Los ucranianos capturaron cientos de kilómetros cuadrados de territorio ruso con poca resistencia, pero Rusia ha ido mordiendo lentamente esos avances —ya recuperó alrededor de la mitad del territorio arrebatado— y ahora parece lista para lanzar una operación de mucha mayor escala.

Los norteamericanos creen que será difícil desalojar a las tropas ucranianas y que las fuerzas rusas y norcoreanas probablemente sufrirán grandes pérdidas, similares a las que Rusia sufrió en el frente oriental. Según cálculos de analistas de Estados Unidos y el Reino Unido, actualmente mueren o resultan heridos un promedio de 1200 soldados rusos por día.

Los norcoreanos lucharán a campo abierto como infantería ligera, sin el beneficio de vehículos blindados, y las actuales tácticas de Ucrania —de fuego de artillería y ataques con drones—, vienen resultando devastadoras para las desguarecidas tropas rusas.

Ahora bien, si Rusia cobra impulso tal vez no se conforme con detenerse en su frontera y trate de hacer retroceder a las fuerzas ucranianas aún más allá. Pero según funcionarios del Pentágono, nadie sabe si el gobierno norcoreano autorizará que sus fuerzas realicen operaciones dentro de Ucrania o si están destinadas exclusivamente a la contraofensiva en Kursk. En el gobierno norteamericano algunos creen que Corea del Norte podría ordenar que sus tropas que se detengan al llegar a la frontera y se dediquen a sostenerla mientras las fuerzas rusas se adentran en Ucrania.

Dada la falta de experiencia en combate terrestre de los norcoreanos, los funcionarios norteamericanos no saben qué tan eficaces serán.

George Barros, analista del Instituto para el Estudio de la Guerra, dice que a pesar de esa inexperiencia, las fuerzas norcoreanas están bien organizadas. “De hecho, hay dos cosas en las que podrían ser incluso mejores que los rusos, que son la cohesión y la disciplina”, dijo Rob Lee, especialista en temas militares rusos del Instituto de Investigación de Política Exterior de Filadelfia, y agrega que “la incorporación de miles de soldados frescos puede dar vuelta la balanza en Kursk. Son soldados más jóvenes y están en mejor estado físico que muchos de los soldados rusos contratados”.

En Washington creen que a cambio de esas tropas Corea del Norte espera recibir de Rusia tecnología de cohetes y misiles, así como apoyo diplomático. Pero en Kiev dicen que el propósito de Corea del Norte también podría ser curtir a sus tropas en la batalla y aprender de las tácticas de la guerra.

En el Pentágono no saben si Corea del Norte prevé enviar refuerzos adicionales. Un alto funcionario ucraniano dijo que los servicios de inteligencia de su país calculaban que Corea del Norte podría enviar hasta 100.000 soldados.

El aporte de soldados norcoreanos es vital para Rusia, que tiene grandes problemas para cumplir su objetivo de reclutar 25.000 soldados por mes, mientras las bajas en el frente de batalla continúan.

Por Julian E. Barnes, Eric Schmitt y Michael Schwirtz

Traducción de Jaime Arrambide

NUEVA YORK.- Rusia han reunido una fuerza de 50.000 soldados que incluye tropas norcoreanas, como preparativo para lanzar un ataque destinado a recuperar el territorio ruso de la región de Kursk tomado por Ucrania hace unos meses, según funcionarios del gobierno norteamericano y ucraniano.

La última evaluación de inteligencia de Estados Unidos concluye que Rusia ha concentrado esa fuerza sin tener que retirar soldados de Ucrania Oriental —su campo de batalla prioritario— y ahora Moscú está en condiciones de librar una guerra simultánea en múltiples frentes.

Ya las tropas rusas venían recuperando a mordiscos parte del territorio de Kursk que Ucrania capturó este año. Atacan las posiciones ucranianas con misiles y fuego de artillería, pero según los funcionarios norteamericanos, hasta ahora nunca lanzaron una embestida de gran escala para recuperar toda la zona.

Para el gobierno de Kiev, el ataque del que participarían fuerzas norcoreanas es inminente y se espera para los próximos días.

Por el momento, los norcoreanos están realizando entrenamiento conjunto con las fuerzas rusas en el extremo occidental de Kursk.

La contraofensiva ruso-norcoreana se cierne como una sombra sobre los preparativos para el regreso del reelecto presidente Donald Trump a la Casa Blanca, cuyo propósito manifiesto es terminar con esa guerra de inmediato. Trump nunca dijo cómo piensa resolver el conflicto, pero el vicepresidente electo, J.D. Vance, esbozó un plan que permitiría que Rusia conserve el territorio de Ucrania que ya ocupó.

Algunos oficiales militares y agentes de inteligencia de Estados Unidos son cada vez más pesimistas sobre las posibilidades reales de Ucrania, y señalan que Rusia viene ganando terreno sostenidamente, tanto en Kursk como en el frente oriental. Los funcionarios dicen que esos reveses se deben, en parte, a que Ucrania no ha logrado resolver el problema de su crítica escasez de tropas.

El presidente Joe Biden ha sido un gran defensor de Ucrania: presionó al Congreso para que aprobara miles de millones de dólares en ayuda y a los servicios de inteligencia norteamericana le brindaron a Kiev información crucial para librar la guerra.

Un funcionario occidental dijo que la incursión sorpresa de Ucrania a la región rusa de Kursk, en agosto, hizo mermar sus tropas en todo el frente de batalla en el este de Ucrania, dejándolo vulnerable al avance de los rusos. Pero el mismo funcionario, así como los funcionarios norteamericanos que hablaron bajo condición de anonimato por la sensibilidad del tema, dicen que las defensas de Ucrania en Kursk siguen siendo sólidas y podrían resistir, al menos por un tiempo.

Desde los gobiernos de Washington y de Kiev señalan que la incorporación de tropas norcoreanas a la guerra es una escalada de enorme magnitud para un conflicto que ya lleva más de dos años.

Según los norteamericanos, Corea del Norte ha enviado más de 10.000 soldados a pelear por Rusia en Kursk: llevan uniforme militar ruso y equipamiento provisto por el Kremlin, pero para luchar es probable que armen sus propias unidades.

Los funcionarios de Kiev dicen que Moscú también les proveyó ametralladoras, fusiles de francotirador, misiles antitanque y granadas propulsadas por cohete.

Rusia también los viene entrenando en el uso de fuego de artillería, tácticas básicas de infantería y en algo crucial, según los expertos: limpiar de trincheras la zona. Ese tipo específico de entrenamiento hace pensar a los expertos militares que al menos parte de los soldados norcoreanos participarán de un asalto frontal y directo contra las posiciones defensivas cavadas por los ucranianos.

“Estamos convencidos de que las soldados de Corea del Norte entrarán en combate cuerpo a cuerpo”, dijo el jueves la subsecretaria de prensa del Pentágono, Sabrina Singh.

En Washington desconocen si el gobierno del presidente Kim Jong-un puso límites o restricciones al uso de sus tropas, aunque dan por descartado que se trabarán en combate de manera directa.

Un funcionario ucraniano dijo que las fuerzas norcoreanas se dividieron en dos grupos: una unidad de asalto y una unidad de apoyo, que ayudarán en tareas de seguridad dentro del territorio recuperado de manos de los ucranianos.

Corea del Norte tiene un gran ejército pero, a diferencia de Rusia, hace décadas que sus fuerzas no enfrentan un combate terrestre. Sin embargo, Corea del Norte está desplegando las tropas consideradas como las mejores, provenientes del 11º Cuerpo, sede de los soldados de operaciones especiales del país.

Los ucranianos capturaron cientos de kilómetros cuadrados de territorio ruso con poca resistencia, pero Rusia ha ido mordiendo lentamente esos avances —ya recuperó alrededor de la mitad del territorio arrebatado— y ahora parece lista para lanzar una operación de mucha mayor escala.

Los norteamericanos creen que será difícil desalojar a las tropas ucranianas y que las fuerzas rusas y norcoreanas probablemente sufrirán grandes pérdidas, similares a las que Rusia sufrió en el frente oriental. Según cálculos de analistas de Estados Unidos y el Reino Unido, actualmente mueren o resultan heridos un promedio de 1200 soldados rusos por día.

Los norcoreanos lucharán a campo abierto como infantería ligera, sin el beneficio de vehículos blindados, y las actuales tácticas de Ucrania —de fuego de artillería y ataques con drones—, vienen resultando devastadoras para las desguarecidas tropas rusas.

Ahora bien, si Rusia cobra impulso tal vez no se conforme con detenerse en su frontera y trate de hacer retroceder a las fuerzas ucranianas aún más allá. Pero según funcionarios del Pentágono, nadie sabe si el gobierno norcoreano autorizará que sus fuerzas realicen operaciones dentro de Ucrania o si están destinadas exclusivamente a la contraofensiva en Kursk. En el gobierno norteamericano algunos creen que Corea del Norte podría ordenar que sus tropas que se detengan al llegar a la frontera y se dediquen a sostenerla mientras las fuerzas rusas se adentran en Ucrania.

Dada la falta de experiencia en combate terrestre de los norcoreanos, los funcionarios norteamericanos no saben qué tan eficaces serán.

George Barros, analista del Instituto para el Estudio de la Guerra, dice que a pesar de esa inexperiencia, las fuerzas norcoreanas están bien organizadas. “De hecho, hay dos cosas en las que podrían ser incluso mejores que los rusos, que son la cohesión y la disciplina”, dijo Rob Lee, especialista en temas militares rusos del Instituto de Investigación de Política Exterior de Filadelfia, y agrega que “la incorporación de miles de soldados frescos puede dar vuelta la balanza en Kursk. Son soldados más jóvenes y están en mejor estado físico que muchos de los soldados rusos contratados”.

En Washington creen que a cambio de esas tropas Corea del Norte espera recibir de Rusia tecnología de cohetes y misiles, así como apoyo diplomático. Pero en Kiev dicen que el propósito de Corea del Norte también podría ser curtir a sus tropas en la batalla y aprender de las tácticas de la guerra.

En el Pentágono no saben si Corea del Norte prevé enviar refuerzos adicionales. Un alto funcionario ucraniano dijo que los servicios de inteligencia de su país calculaban que Corea del Norte podría enviar hasta 100.000 soldados.

El aporte de soldados norcoreanos es vital para Rusia, que tiene grandes problemas para cumplir su objetivo de reclutar 25.000 soldados por mes, mientras las bajas en el frente de batalla continúan.

Por Julian E. Barnes, Eric Schmitt y Michael Schwirtz

Traducción de Jaime Arrambide

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