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Boca venció a Unión y, de a poco, la idea de Fernando Gago prende en un equipo que empieza a saborear victorias

La idea, de a poco, empieza a prender. Y cuando los resultados acompañan, todo parece más sencillo. Boca ya no es ese equipo melancólico y roto que deambulaba por la cancha en el confín de la era de Diego Martínez. El de Fernando Gago es un equipo que sabe a qué juega y juega a lo que sabe hacer. Al menos de a ratos, como en ese voraz inicio del primer tiempo que le bastó para volver a ganar en casa por la Liga Profesional y, a la espera del duelo decisivo frente a Vélez por Copa Argentina, prenderse en la pelea de arriba en la tabla general. Con el 1-0 a Unión, hilvanó su tercer triunfo y se acomodó en el quinto puesto de la temporada, aún en zona de clasificación para la Sudamericana, aunque mucho más cerca del objetivo central: el pasaje a la Copa Libertadores. Sin Edinson Cavani, el goleador fue Milton Giménez, que consiguió su noveno tanto en el torneo (quinto en Boca, tras los cuatro para Banfield).

Intensidad, velocidad, buen manejo de pelota y verticalidad en los últimos metros. Todo eso tuvieron los primeros 15 minutos de un Boca eficaz que golpeó en su primera llegada a fondo. Exequiel Zeballos desparramó a Lautaro Vargas por la izquierda, superó la marca de Franco Pardo y pinchó un centro perfecto para que Giménez cabeceara al gol.

Boca siguió ahogando a Unión contra su área y no lo dejó pensar. El cuadro tatengue, que también precisaba ganar para escalar en la tabla general (estaban a la par, con 56 puntos), demoró casi 30 minutos en descubrir la existencia del arquero Leandro Brey. Aún así, Boca no aprovechó su momento. Dominó el desarrollo, pero no el resultado. Y así como apuró al final del primer tiempo (tapada notable del uruguayo Thiago Cardozo ante un cabezazo de Tomás Belmonte), se quedó sin nafta en el segundo.

Con Kevin Zenón recuperado, Gago apostó nuevamente al 4-3-3, en el que el ex volante de Unión actuó como extremo por la derecha. Pero el 10 no tuvo una buena noche y Boca cayó en un pozo a mediados de la segunda mitad. Porque Unión desarmó su línea trasera de cinco y empezó a presionar arriba. Porque a Boca, aunque se mostraba firme en defensa, le faltaba crear más chances para ampliar la ventaja y evitar la reacción del rival. Porque Zeballos, el mejor del primer período, también se quedó sin combustible. Y porque los cambios no le sentaron bien a un equipo local que siguió intentando, pero ya sin el orden ni la fluidez de los minutos iniciales.

Corto de laterales, sin el peruano Luis Advíncula ni el uruguayo Marcelo Saracchi (convocados a sus selecciones), Gago invirtió dos cambios para cubrir la salida del lesionado Juan Barinaga. Primero, con la entrada de Jabes Saralegui en el puesto de marcador de punta. Y un rato después, con el ingreso de Gary Medel a la zaga y Nicolás Figal tirado contra una raya. Cavani, errático, tampoco aportó en ataque. Y Boca, ovacionado al final de la mitad inaugural, terminó pidiendo la hora ante un Unión que amenazó más que lo que concretó.

A pesar de los gestos ampulosos de Gago, Boca se replegó peligrosamente contra su área y el conjunto santafesino, con espacios, generó las chances más claras en el cierre del partido. Una volea de Adrián Balboa se fue apenas por arriba del travesaño. Y a la jugada siguiente, Marcos Rojo le dejó servido el empate a Lucas Gamba y el remate del delantero salió muy cerca del poste derecho.

Compacto de Boca 1 vs. Unión 0

Boca sufrió más de la cuenta, pero terminó celebrando un triunfo justo que implica mucho más que tres puntos en el tramo final de la temporada. Después de siete meses, sumó tres victorias en fila, y sacó provecho de las derrotas de Godoy Cruz y Huracán para meterse de lleno a la pelea por disputar las copas. Aunque la meta principal sigue siendo la semifinal de Copa Argentina frente a Vélez (el miércoles 27, en Córdoba), el Boca se Gago presenta batalla también en la Liga y, con una idea de juego todavía en cuentagotas, ya empieza a tomarles el sabor a los triunfos. La Bombonera aplaudió el juego del primer tiempo y la entrega del segundo, que por momentos no alcanzó. Así y todo, Boca festejó. Y no hay quien le quite la ilusión.

La idea, de a poco, empieza a prender. Y cuando los resultados acompañan, todo parece más sencillo. Boca ya no es ese equipo melancólico y roto que deambulaba por la cancha en el confín de la era de Diego Martínez. El de Fernando Gago es un equipo que sabe a qué juega y juega a lo que sabe hacer. Al menos de a ratos, como en ese voraz inicio del primer tiempo que le bastó para volver a ganar en casa por la Liga Profesional y, a la espera del duelo decisivo frente a Vélez por Copa Argentina, prenderse en la pelea de arriba en la tabla general. Con el 1-0 a Unión, hilvanó su tercer triunfo y se acomodó en el quinto puesto de la temporada, aún en zona de clasificación para la Sudamericana, aunque mucho más cerca del objetivo central: el pasaje a la Copa Libertadores. Sin Edinson Cavani, el goleador fue Milton Giménez, que consiguió su noveno tanto en el torneo (quinto en Boca, tras los cuatro para Banfield).

Intensidad, velocidad, buen manejo de pelota y verticalidad en los últimos metros. Todo eso tuvieron los primeros 15 minutos de un Boca eficaz que golpeó en su primera llegada a fondo. Exequiel Zeballos desparramó a Lautaro Vargas por la izquierda, superó la marca de Franco Pardo y pinchó un centro perfecto para que Giménez cabeceara al gol.

Boca siguió ahogando a Unión contra su área y no lo dejó pensar. El cuadro tatengue, que también precisaba ganar para escalar en la tabla general (estaban a la par, con 56 puntos), demoró casi 30 minutos en descubrir la existencia del arquero Leandro Brey. Aún así, Boca no aprovechó su momento. Dominó el desarrollo, pero no el resultado. Y así como apuró al final del primer tiempo (tapada notable del uruguayo Thiago Cardozo ante un cabezazo de Tomás Belmonte), se quedó sin nafta en el segundo.

Con Kevin Zenón recuperado, Gago apostó nuevamente al 4-3-3, en el que el ex volante de Unión actuó como extremo por la derecha. Pero el 10 no tuvo una buena noche y Boca cayó en un pozo a mediados de la segunda mitad. Porque Unión desarmó su línea trasera de cinco y empezó a presionar arriba. Porque a Boca, aunque se mostraba firme en defensa, le faltaba crear más chances para ampliar la ventaja y evitar la reacción del rival. Porque Zeballos, el mejor del primer período, también se quedó sin combustible. Y porque los cambios no le sentaron bien a un equipo local que siguió intentando, pero ya sin el orden ni la fluidez de los minutos iniciales.

Corto de laterales, sin el peruano Luis Advíncula ni el uruguayo Marcelo Saracchi (convocados a sus selecciones), Gago invirtió dos cambios para cubrir la salida del lesionado Juan Barinaga. Primero, con la entrada de Jabes Saralegui en el puesto de marcador de punta. Y un rato después, con el ingreso de Gary Medel a la zaga y Nicolás Figal tirado contra una raya. Cavani, errático, tampoco aportó en ataque. Y Boca, ovacionado al final de la mitad inaugural, terminó pidiendo la hora ante un Unión que amenazó más que lo que concretó.

A pesar de los gestos ampulosos de Gago, Boca se replegó peligrosamente contra su área y el conjunto santafesino, con espacios, generó las chances más claras en el cierre del partido. Una volea de Adrián Balboa se fue apenas por arriba del travesaño. Y a la jugada siguiente, Marcos Rojo le dejó servido el empate a Lucas Gamba y el remate del delantero salió muy cerca del poste derecho.

Compacto de Boca 1 vs. Unión 0

Boca sufrió más de la cuenta, pero terminó celebrando un triunfo justo que implica mucho más que tres puntos en el tramo final de la temporada. Después de siete meses, sumó tres victorias en fila, y sacó provecho de las derrotas de Godoy Cruz y Huracán para meterse de lleno a la pelea por disputar las copas. Aunque la meta principal sigue siendo la semifinal de Copa Argentina frente a Vélez (el miércoles 27, en Córdoba), el Boca se Gago presenta batalla también en la Liga y, con una idea de juego todavía en cuentagotas, ya empieza a tomarles el sabor a los triunfos. La Bombonera aplaudió el juego del primer tiempo y la entrega del segundo, que por momentos no alcanzó. Así y todo, Boca festejó. Y no hay quien le quite la ilusión.

 El conjunto xeneize va dejando la apatía del tramo final de la era de Diego Martínez y trepa en la tabla anual, en pos de un lugar en la Copa Libertadores  LA NACION

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