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¿Por qué los precios de los autos usados en EE.UU. caerían? Esto dice un experto

Los precios de los autos usados experimentaron variaciones importantes en los últimos años, impulsados por factores económicos y patrones de consumo modificados durante la pandemia. Según Ernie García, director ejecutivo y cofundador de Carvana, la tendencia a la baja en los precios podría mantenerse en el corto plazo.

En una entrevista reciente con The Associated Press, García explicó que los precios bajaron de forma constante durante los últimos dos años, aunque todavía no alcanzan los niveles previos a la pandemia. Atribuye este descenso a la estabilización de las tasas de interés y a un ajuste en la relación entre el costo de los autos y otros bienes y servicios.

“Durante varios años, los autos se volvieron extremadamente caros, lo que dificultó que muchas personas los compraran. Los precios han bajado y esperamos que las tasas también sigan descendiendo, lo que hará que los pagos sean más accesibles para los clientes”, aseguró el especialista.

Un mercado en transformación

El aumento de precios en 2021 y 2022 estuvo acompañado de una subida en las tasas de interés, lo que impactó la asequibilidad de los vehículos. Sin embargo, García señaló que la depreciación de los autos comenzó a ser más rápida que la inflación en otros sectores de la economía.

Esto acercó los valores relativos de los vehículos usados a los niveles previos a la pandemia. “No hay duda de que los precios de los automóviles son más altos en términos nominales, aunque son algo similares en términos ajustados a la inflación”, afirmó.

Además, el mercado cambia con el tiempo. Durante la pandemia, la demanda de vehículos aumentó debido a la necesidad de transporte privado, algo que impulsó los precios a niveles récord. Actualmente, la estabilización económica y una menor presión sobre la oferta permiten que los valores caigan gradualmente.

Factores estacionales y perspectivas futuras

Si bien los precios están en descenso general, García destacó que existen variaciones estacionales que pueden generar leves aumentos en determinadas épocas del año, como durante la temporada de impuestos en febrero y marzo, o en el regreso a clases en agosto. Sin embargo, insiste en que la tendencia predominante es la de una baja sostenida.

El directivo también hizo énfasis en la transformación de la industria automotriz, donde los fabricantes dejaron de producir vehículos de bajo costo, lo que limita la disponibilidad de autos usados económicos. Sin embargo, considera que aún es posible encontrar opciones accesibles: “El automóvil más económico que vendimos en Carvana hasta ahora cuesta un poco más de US$5.000″, señaló en diálogo con ese medio.

La experiencia Carvana: un modelo disruptivo

Carvana, fundada en 2013, cambió la forma en que se compran vehículos usados en Estados Unidos. Basándose en investigaciones que demuestran el desagrado de los consumidores por negociar en concesionarios, la empresa creó una plataforma de comercio electrónico que permite adquirir vehículos de manera sencilla y transparente. “Nos propusimos crear una experiencia de cliente más sencilla, de la que los clientes pudieran salir con confianza”, explicó García.

La compañía vendió alrededor de dos millones de autos desde su inicio, con un ritmo actual de ventas de 400 mil unidades anuales. Su modelo de negocio, que elimina intermediarios y se apoya en centros de reacondicionamiento propios, permite a los clientes ahorrar, en promedio, alrededor de US$1.000 en comparación con otros concesionarios. Además, cuenta con una política de devolución sin costo durante siete días, lo que García describe como una ventaja superior a una prueba de manejo convencional.

Un escenario de ajustes

Si bien el mercado de autos usados está en pleno ajuste, la combinación de menores tasas de interés y precios más accesibles podría beneficiar a quienes buscan comprar un vehículo. No obstante, las restricciones en la oferta de autos económicos y la lenta recuperación de los niveles previos a la pandemia presentan desafíos que el sector deberá superar.

Para García, la clave está en mantener la confianza de los consumidores y ofrecerles herramientas que les permitan encontrar opciones adaptadas a sus necesidades financieras. A pesar de los cambios en la industria, asegura que la tendencia a la baja en los precios de los autos usados seguirá marcando el panorama del mercado en los próximos años.

Los precios de los autos usados experimentaron variaciones importantes en los últimos años, impulsados por factores económicos y patrones de consumo modificados durante la pandemia. Según Ernie García, director ejecutivo y cofundador de Carvana, la tendencia a la baja en los precios podría mantenerse en el corto plazo.

En una entrevista reciente con The Associated Press, García explicó que los precios bajaron de forma constante durante los últimos dos años, aunque todavía no alcanzan los niveles previos a la pandemia. Atribuye este descenso a la estabilización de las tasas de interés y a un ajuste en la relación entre el costo de los autos y otros bienes y servicios.

“Durante varios años, los autos se volvieron extremadamente caros, lo que dificultó que muchas personas los compraran. Los precios han bajado y esperamos que las tasas también sigan descendiendo, lo que hará que los pagos sean más accesibles para los clientes”, aseguró el especialista.

Un mercado en transformación

El aumento de precios en 2021 y 2022 estuvo acompañado de una subida en las tasas de interés, lo que impactó la asequibilidad de los vehículos. Sin embargo, García señaló que la depreciación de los autos comenzó a ser más rápida que la inflación en otros sectores de la economía.

Esto acercó los valores relativos de los vehículos usados a los niveles previos a la pandemia. “No hay duda de que los precios de los automóviles son más altos en términos nominales, aunque son algo similares en términos ajustados a la inflación”, afirmó.

Además, el mercado cambia con el tiempo. Durante la pandemia, la demanda de vehículos aumentó debido a la necesidad de transporte privado, algo que impulsó los precios a niveles récord. Actualmente, la estabilización económica y una menor presión sobre la oferta permiten que los valores caigan gradualmente.

Factores estacionales y perspectivas futuras

Si bien los precios están en descenso general, García destacó que existen variaciones estacionales que pueden generar leves aumentos en determinadas épocas del año, como durante la temporada de impuestos en febrero y marzo, o en el regreso a clases en agosto. Sin embargo, insiste en que la tendencia predominante es la de una baja sostenida.

El directivo también hizo énfasis en la transformación de la industria automotriz, donde los fabricantes dejaron de producir vehículos de bajo costo, lo que limita la disponibilidad de autos usados económicos. Sin embargo, considera que aún es posible encontrar opciones accesibles: “El automóvil más económico que vendimos en Carvana hasta ahora cuesta un poco más de US$5.000″, señaló en diálogo con ese medio.

La experiencia Carvana: un modelo disruptivo

Carvana, fundada en 2013, cambió la forma en que se compran vehículos usados en Estados Unidos. Basándose en investigaciones que demuestran el desagrado de los consumidores por negociar en concesionarios, la empresa creó una plataforma de comercio electrónico que permite adquirir vehículos de manera sencilla y transparente. “Nos propusimos crear una experiencia de cliente más sencilla, de la que los clientes pudieran salir con confianza”, explicó García.

La compañía vendió alrededor de dos millones de autos desde su inicio, con un ritmo actual de ventas de 400 mil unidades anuales. Su modelo de negocio, que elimina intermediarios y se apoya en centros de reacondicionamiento propios, permite a los clientes ahorrar, en promedio, alrededor de US$1.000 en comparación con otros concesionarios. Además, cuenta con una política de devolución sin costo durante siete días, lo que García describe como una ventaja superior a una prueba de manejo convencional.

Un escenario de ajustes

Si bien el mercado de autos usados está en pleno ajuste, la combinación de menores tasas de interés y precios más accesibles podría beneficiar a quienes buscan comprar un vehículo. No obstante, las restricciones en la oferta de autos económicos y la lenta recuperación de los niveles previos a la pandemia presentan desafíos que el sector deberá superar.

Para García, la clave está en mantener la confianza de los consumidores y ofrecerles herramientas que les permitan encontrar opciones adaptadas a sus necesidades financieras. A pesar de los cambios en la industria, asegura que la tendencia a la baja en los precios de los autos usados seguirá marcando el panorama del mercado en los próximos años.

 La dinámica del comercio de vehículos de segunda mano podría cambiar en el corto plazo debido a factores económicos y de oferta que influirán en las decisiones de compra  LA NACION

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