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Racing ahora quiere el campeonato local: celebró el título de la Copa Sudamericana con un 2-0 a Rosario Central y es escolta de Vélez

No para Racing. El festejo del título de la Copa Sudamericana fue con un triunfo por 2 a 0 en el Gigante de Arroyito ante Rosario Central, que lo pone como competidor de Vélez en el tramo final de la Liga Profesional. Con estos tres puntos que se trae de Rosario, la Academia queda a dos del Fortín, que jugará este domingo a las 19:15 ante Sarmiento, con tres fechas por delante para ambos equipos.

No parece necesario un envión anímico para un cuadro como el de Gustavo Costas que viene de cortar una racha de 36 años de años sin poder consagrarse a nivel internacional, con todo lo que vivió a nivel emocional en las últimas semanas. Pero las siete victorias en fila que acumula desde el partido con Corinthians funcionan así. El viejo axioma futbolero de que un triunfo llama a otro triunfo. Y ahora, encima, aparece una nueva zanahoria histórica: la chance de conseguir en el mismo año un título internacional y uno local.

Con el empuje de Costas y un equipo que parece diseñado para ir por cualquier objetivo que se proponga, todo es posible. De los 11 futbolistas que consiguieron el título en Asunción, Costas pudo repetir a ocho. Maximiliano Salas, suspendido por cinco amarillas; Agustín Almendra, con un esguince de tobillo; y Juan Fernando Quintero, en Colombia por un problema familiar fueron los ausentes.

Racing no pudo repetir de entrada esa versión agresiva que mostró ante Cruzeiro. La ventaja le llegó en el tramo final del partido, con otro condimento habitual que suele tener este equipo: la fortuna. En los tantos de Luciano Vietto y de “Maravilla” Martínez los rebotes cayeron justo para los goleadores.

Pero ese fue el desenlace de un partido caliente. Sin el habitual marco por la suspensión que rige sobre el Gigante de Arroyito por incidentes que se registraron en el estadio en seis fechas distintas de este torneo, el equipo local no tuvo el empuje habitual que le dan sus hinchas. Acaso por eso al partido le costó arrancar. Igual la localía canalla se hizo sentir. La presentación de Ariel Holan ante su gente se dio en este contexto.

Si bien el entrenador está identificado sentimental y deportivamente con Independiente, la mitad de su formación quedó integrada por exjugadores de la Academia bonaerense: Miguel Barbieri, Jonathan Gómez, Mauricio Martínez, Maxi Lovera, Enzo Copetti; y además Augusto Solari se sentó en el banco. Detalles que le dieron temperatura a un partido. En el clásico saludo previo, los futbolistas canallas felicitaban a los de Racing por la obtención del título sudamericano el pasado sábado. Con ese clima se jugó.

Si bien el visitante salió con la habitual ambición y acumuló futbolistas en campo rival, no pudo poner a prueba a Jorge Broun. Con el correr de los minutos, acaso por el cansancio visitante, Central se pudo acomodar en el campo. Maxi Lovera comenzó a ser un problema para los defensores, que no lo podían detectar por su alternancia en las bandas.

Pero la cuota de suerte que acompaña a Racing hace exactamente un mes, desde la mágica noche de la semifinal ante Corinthians, parece seguir vigente. No hay otra manera de explicar lo que ocurrió a los 34 minutos del primer tiempo, cuando Agustín Sández falló un gol dentro del área chica, con Gabriel Arias fuera de acción. No fue la única: cuando el tiempo ya estaba cumplido, Marco Ruben, con 38 años, se tiró con la misma palomita goleadora que durante toda su carrera. Cuando el Gigante descargaba la tensión con un grito de gol, Pablo Dóvalo anuló el gol por un offside previo a esa definición de Ruben.

El entretiempo tampoco cortó esa racha de fortuna. A los tres minutos, Gastón Martirena ganó un rebote contra la raya y sacó el centro. Adrián Martínez pifió en la definición pero el rebote le quedó manso, en el punto del penal, a Luciano Vietto. Al Racing de los delanteros todavía le faltaba el aporte del atacante formado en el predio Tita que volvió al club después de diez años. Una década había pasado desde su último grito celeste y blanco, el 4 de abril de 2014, ante Vélez, en Liniers para un ajustado triunfo por 1 a 0 ante El Fortín.

Lo mejor del partido

La agresión de la platea a Gonzalo Costas (ayudante de campo), uno de los hijos de Gustavo, generó preocupación pero el partido siguió. Casualidades del destino, se repiten los protagonistas. Con estos tres puntos que se metió en el bolsillo gracias a ese primer tanto de Vietto y el de Maravilla, Racing se acomoda en la tabla de posiciones y le mete presión al líder.

Apenas tres partidos le quedan en el campeonato. No pareciera haber un contexto mejor que el que trae la Academia para llegar a una definición.

No para Racing. El festejo del título de la Copa Sudamericana fue con un triunfo por 2 a 0 en el Gigante de Arroyito ante Rosario Central, que lo pone como competidor de Vélez en el tramo final de la Liga Profesional. Con estos tres puntos que se trae de Rosario, la Academia queda a dos del Fortín, que jugará este domingo a las 19:15 ante Sarmiento, con tres fechas por delante para ambos equipos.

No parece necesario un envión anímico para un cuadro como el de Gustavo Costas que viene de cortar una racha de 36 años de años sin poder consagrarse a nivel internacional, con todo lo que vivió a nivel emocional en las últimas semanas. Pero las siete victorias en fila que acumula desde el partido con Corinthians funcionan así. El viejo axioma futbolero de que un triunfo llama a otro triunfo. Y ahora, encima, aparece una nueva zanahoria histórica: la chance de conseguir en el mismo año un título internacional y uno local.

Con el empuje de Costas y un equipo que parece diseñado para ir por cualquier objetivo que se proponga, todo es posible. De los 11 futbolistas que consiguieron el título en Asunción, Costas pudo repetir a ocho. Maximiliano Salas, suspendido por cinco amarillas; Agustín Almendra, con un esguince de tobillo; y Juan Fernando Quintero, en Colombia por un problema familiar fueron los ausentes.

Racing no pudo repetir de entrada esa versión agresiva que mostró ante Cruzeiro. La ventaja le llegó en el tramo final del partido, con otro condimento habitual que suele tener este equipo: la fortuna. En los tantos de Luciano Vietto y de “Maravilla” Martínez los rebotes cayeron justo para los goleadores.

Pero ese fue el desenlace de un partido caliente. Sin el habitual marco por la suspensión que rige sobre el Gigante de Arroyito por incidentes que se registraron en el estadio en seis fechas distintas de este torneo, el equipo local no tuvo el empuje habitual que le dan sus hinchas. Acaso por eso al partido le costó arrancar. Igual la localía canalla se hizo sentir. La presentación de Ariel Holan ante su gente se dio en este contexto.

Si bien el entrenador está identificado sentimental y deportivamente con Independiente, la mitad de su formación quedó integrada por exjugadores de la Academia bonaerense: Miguel Barbieri, Jonathan Gómez, Mauricio Martínez, Maxi Lovera, Enzo Copetti; y además Augusto Solari se sentó en el banco. Detalles que le dieron temperatura a un partido. En el clásico saludo previo, los futbolistas canallas felicitaban a los de Racing por la obtención del título sudamericano el pasado sábado. Con ese clima se jugó.

Si bien el visitante salió con la habitual ambición y acumuló futbolistas en campo rival, no pudo poner a prueba a Jorge Broun. Con el correr de los minutos, acaso por el cansancio visitante, Central se pudo acomodar en el campo. Maxi Lovera comenzó a ser un problema para los defensores, que no lo podían detectar por su alternancia en las bandas.

Pero la cuota de suerte que acompaña a Racing hace exactamente un mes, desde la mágica noche de la semifinal ante Corinthians, parece seguir vigente. No hay otra manera de explicar lo que ocurrió a los 34 minutos del primer tiempo, cuando Agustín Sández falló un gol dentro del área chica, con Gabriel Arias fuera de acción. No fue la única: cuando el tiempo ya estaba cumplido, Marco Ruben, con 38 años, se tiró con la misma palomita goleadora que durante toda su carrera. Cuando el Gigante descargaba la tensión con un grito de gol, Pablo Dóvalo anuló el gol por un offside previo a esa definición de Ruben.

El entretiempo tampoco cortó esa racha de fortuna. A los tres minutos, Gastón Martirena ganó un rebote contra la raya y sacó el centro. Adrián Martínez pifió en la definición pero el rebote le quedó manso, en el punto del penal, a Luciano Vietto. Al Racing de los delanteros todavía le faltaba el aporte del atacante formado en el predio Tita que volvió al club después de diez años. Una década había pasado desde su último grito celeste y blanco, el 4 de abril de 2014, ante Vélez, en Liniers para un ajustado triunfo por 1 a 0 ante El Fortín.

Lo mejor del partido

La agresión de la platea a Gonzalo Costas (ayudante de campo), uno de los hijos de Gustavo, generó preocupación pero el partido siguió. Casualidades del destino, se repiten los protagonistas. Con estos tres puntos que se metió en el bolsillo gracias a ese primer tanto de Vietto y el de Maravilla, Racing se acomoda en la tabla de posiciones y le mete presión al líder.

Apenas tres partidos le quedan en el campeonato. No pareciera haber un contexto mejor que el que trae la Academia para llegar a una definición.

 Luciano Vietto y Adrián “Maravilla” Martínez anotaron los goles de la Academia; agredieron a Gonzalo Costas, ayudante de campo de la Academia y uno de los hijos del DT Gustavo  LA NACION

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