Diputados | En un clima político enrarecido, Martín Menem busca su reelección como presidente
En un clima enrarecido luego de que el oficialismo le sacó el cuerpo al debate sobre el proyecto sobre “Ficha Limpia”, Martín Menem buscará ser reelecto este miércoles presidente de la Cámara de Diputados. Difícilmente sea designado por la aprobación unánime de todos los bloques y no hay quien descarta que la sesión podría postergarse hasta febrero, pero el riojano se muestra confiado en que logrará su continuidad al frente del cuerpo.
Además de la presidencia de la Cámara, los legisladores deberán definir los nombres a ocupar las tres vicepresidencias que le corresponden a la oposición. En la actualidad, esos cargos son ejercidos por Cecilia Moreau (Unión por la Patria); Julio Cobos (UCR) y Silvia Lospennato (Pro); los tres pretenden ser reelectos, aunque durante el último fin de semana sonó la posibilidad de que Nicolás Massot (Encuentro Federal) iba a intentar desplazar a Cobos de la vicepresidencia segunda tras la ruptura del bloque radical.
La jugada, sin embargo, comenzó a perder fuerza en las últimas horas. Massot esperaba contar con el apoyo de Democracia para Siempre, el bloque que aglutina al radicalismo opositor bajo las riendas de Pablo Juliano, hombre de Facundo Manes. Empero, Rodrigo De Loredo, quien comanda a los radicales dialoguistas, pulseó fuerte en defensa de la continuidad Cobos, un dirigente bien considerado en todas las tribus internas del radicalismo, que finalmente le darían su aval. El oficialismo también apoyará su postulación, avisó.
La continuidad de Menem no parece estar puesta en duda, pero el interrogante –que hasta anoche no tenía respuesta- es qué nivel de apoyos conseguirá. Todo presidente del cuerpo aspira a que su designación sea por unanimidad de sus pares o por el voto positivo de una abrumadora mayoría para dar muestras de fortaleza política al frente del cuerpo.
Sin embargo, a lo largo de su primer año de gestión el riojano fue blanco de fuertes reproches en cuanto al manejo tanto administrativo como político de la Cámara, sometida a un nivel de confrontación casi constante desde que asumió.
Las recriminaciones provienen de distintos bloques, aunque es en un sector de Unión por la Patria donde se escuchan más fuerte pese al guiño que le hizo el oficialismo la semana pasada al contribuir, con ocho ausencias propias, que se frustrara la sesión sobre “ficha limpia”, iniciativa que de convertirse en ley complicaría las posibilidades de Cristina Kirchner de competir como candidata a diputada nacional.
Pese al gesto, los peronistas no olvidan. “Nos ninguneó a lo largo de todo el año. Nos restó representación en las comisiones, no conforma las comisiones bicamerales que restan –como la de privatizaciones-, tampoco se nombran a los auditores en la AGN. No hay diálogo político, hay prepotencia”, reprochan los más molestos.
En los bloques opositores dialoguistas también se escuchan reproches pero, por respeto a los usos y costumbres de la Cámara y tratándose de un cargo que está en la línea de sucesión presidencial, avalarán la continuidad de Menem, sea con su voto positivo o con su abstención. “Lo contrario sería leído como un golpe institucional a Milei y, lejos de perjudicarlo, lo beneficia”, sostienen.
Los más dolidos son los diputados de Pro, sin cuyo respaldo el oficialismo, con Menem a la cabeza, difícilmente hubiese superado las ofensivas a las que los sometió la oposición. Sin embargo, los libertarios le pagaron con el boicot a la ley de ficha limpia. No sería de extrañar que el día de la sesión preparatoria, este miércoles, varios decidan ausentarse.
En un clima enrarecido luego de que el oficialismo le sacó el cuerpo al debate sobre el proyecto sobre “Ficha Limpia”, Martín Menem buscará ser reelecto este miércoles presidente de la Cámara de Diputados. Difícilmente sea designado por la aprobación unánime de todos los bloques y no hay quien descarta que la sesión podría postergarse hasta febrero, pero el riojano se muestra confiado en que logrará su continuidad al frente del cuerpo.
Además de la presidencia de la Cámara, los legisladores deberán definir los nombres a ocupar las tres vicepresidencias que le corresponden a la oposición. En la actualidad, esos cargos son ejercidos por Cecilia Moreau (Unión por la Patria); Julio Cobos (UCR) y Silvia Lospennato (Pro); los tres pretenden ser reelectos, aunque durante el último fin de semana sonó la posibilidad de que Nicolás Massot (Encuentro Federal) iba a intentar desplazar a Cobos de la vicepresidencia segunda tras la ruptura del bloque radical.
La jugada, sin embargo, comenzó a perder fuerza en las últimas horas. Massot esperaba contar con el apoyo de Democracia para Siempre, el bloque que aglutina al radicalismo opositor bajo las riendas de Pablo Juliano, hombre de Facundo Manes. Empero, Rodrigo De Loredo, quien comanda a los radicales dialoguistas, pulseó fuerte en defensa de la continuidad Cobos, un dirigente bien considerado en todas las tribus internas del radicalismo, que finalmente le darían su aval. El oficialismo también apoyará su postulación, avisó.
La continuidad de Menem no parece estar puesta en duda, pero el interrogante –que hasta anoche no tenía respuesta- es qué nivel de apoyos conseguirá. Todo presidente del cuerpo aspira a que su designación sea por unanimidad de sus pares o por el voto positivo de una abrumadora mayoría para dar muestras de fortaleza política al frente del cuerpo.
Sin embargo, a lo largo de su primer año de gestión el riojano fue blanco de fuertes reproches en cuanto al manejo tanto administrativo como político de la Cámara, sometida a un nivel de confrontación casi constante desde que asumió.
Las recriminaciones provienen de distintos bloques, aunque es en un sector de Unión por la Patria donde se escuchan más fuerte pese al guiño que le hizo el oficialismo la semana pasada al contribuir, con ocho ausencias propias, que se frustrara la sesión sobre “ficha limpia”, iniciativa que de convertirse en ley complicaría las posibilidades de Cristina Kirchner de competir como candidata a diputada nacional.
Pese al gesto, los peronistas no olvidan. “Nos ninguneó a lo largo de todo el año. Nos restó representación en las comisiones, no conforma las comisiones bicamerales que restan –como la de privatizaciones-, tampoco se nombran a los auditores en la AGN. No hay diálogo político, hay prepotencia”, reprochan los más molestos.
En los bloques opositores dialoguistas también se escuchan reproches pero, por respeto a los usos y costumbres de la Cámara y tratándose de un cargo que está en la línea de sucesión presidencial, avalarán la continuidad de Menem, sea con su voto positivo o con su abstención. “Lo contrario sería leído como un golpe institucional a Milei y, lejos de perjudicarlo, lo beneficia”, sostienen.
Los más dolidos son los diputados de Pro, sin cuyo respaldo el oficialismo, con Menem a la cabeza, difícilmente hubiese superado las ofensivas a las que los sometió la oposición. Sin embargo, los libertarios le pagaron con el boicot a la ley de ficha limpia. No sería de extrañar que el día de la sesión preparatoria, este miércoles, varios decidan ausentarse.
Tras el fracaso del proyecto de ficha limpia, al titular de la Cámara baja le cuesta mantener el apoyo de los aliados; hay bloques que juegan al misterio y el peronismo le reprocha la “prepotencia” LA NACION