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En la CPAC | Javier Milei cargó contra “los zurdos”, defendió a Santiago Caputo y a los influencers de su “brazo armado”

Javier Milei irrumpió pleno y en estado puro sobre el escenario de la Conferencia de Acción Política Conservadora en el Hotel Hilton de Puerto Madero. Poco antes de empezar su discurso, el mandatario hizo mención sobre la “tarea que lleva adelante CPAC”, a lo que sumó: “Para que nos concienticemos de lo importante de la batalla cultural”. Poco después destacó a Guillermo Francos, “el hombre de la muñeca (política)”, y Karina Milei, a quien reconoció que “logró hacer un partido en seis meses”. Con ambas menciones cosechó fuertes aplausos, los cuales se repetirían a lo largo de la siguiente hora en la que se extendió su presentación de cierre de la cumbre en Buenos Aires.

La exposición de Milei fue poco después del panel “La batalla cultural de La Libertad Avanza”, con las exposiciones del titular del bloque libertario en la Legislatura bonaerense, Agustín Romo; el médico y referente de “Las fuerzas del cielo”, Daniel Parisini, alias “Gordo Dan”; el secretario de Culto y Civilización, Nahuel Sotelo; y el diputado nacional Santiago Santurio.

El común denominador de los cuatro discursos, más allá de los elogios a Milei, fueron las críticas a los medios de comunicación. A ellos les siguió una dinámica presentación de Eduardo Bolsonaro, en la antesala de la llegada del líder libertario, que en su entrada al hotel y tras ser consultado por el escándalo del senador Kueider, aliado del gobierno, dijo escuetamente: “Es un tema del kirchnerismo”.

A su turno, Milei resaltó de forma en forma permanente y con diferentes definiciones la importancia de “la batalla cultural”, el punto fundamental sobre el que hizo eje en su discurso, a través de un “decálogo de acción política para los argentinos”. Sin sonrojarse, agregó: “Estamos haciendo vanguardia en cómo se hace política”.

Para Milei, Francos, Karina y el ministro de Economía, Luis “Toto” Caputo, hubo fuertes aplausos, mientras que, como contrapartida, proliferaron los silbidos ante las menciones del presidente de Brasil, Lula da Silva o el dictador Nicolás Maduro y el fallecido Fidel Castro. “Estamos frente a una oportunidad histórica para empezar a cambiar el mundo, pero no alcanza con organizarse política o económicamente, hay que ganar la batalla cultural”, dijo Milei. Ahí fue que volvió a resaltar la “ayuda de CPAC, para que los zurdos no nos entren por ningún lado”.

“La CPAC cuida la cabeza, cuida las ideas, por eso es tan importante. Si no damos la batalla cultural, no importa cuan buenos seamos gestionando, si falla la cabeza, el espíritu, no vamos a llegar a ningún lado. La complejidad de la gestión enorme, a diario nos encontramos con dificultades y adversidades, pero lo que marca siempre el norte es nuestra visión. En la medida que la fortalezcamos nos va a permitir ganarle a los zurdos en todos los terrenos”, dijo Milei en una de sus primeras definiciones de la noche.

“Hoy es un día de festejo, hace rato que teníamos ganas de tener el CPAC acá”, dijo el mandatario. Agradeció por su paso en Mar-a-Lago, tras el triunfo de Donald Trump en las elecciones de Estados Unidos. Lo hizo ante Lara Trump, su nuera, quien estuvo presente en Buenos Aires.

Poco después, Milei propuso hacer un ejercicio de memoria y dijo: “Traten de recordar qué decían los profesionales de la política y los periodistas ensobrados hace un año. Que no teníamos músculo político, que éramos torpes, y que no sabíamos negociar…okeeey”, ironizó el libertario. Y sumó: “También dijeron que nos iban a llevar puestos. Los comedores de pochoclos (por el exsecretario de Medios Enrique Albistur) deben estar bien gordos. Primero dijeron que nos caíamos en marzo, después en abril. Evidentemente algo de lo que hacemos funciona”.

Poco después el mandatario aseguró: “Yo no soy político”, en una definición que motivó que del fondo del salón le respondieran: “Sos el mejor presidente de la historia” y al lugar volvieron los aplausos. Para entonces Milei empezó con sus definiciones: sostuvo que su enfoque fundamental es “la verdad primero” y agregó: “Si la salida es antipática, mejor pasarla lo antes posible”. Apuntó a la “gran mentira que fue el Estado presente. Una casa de naipes que hace un año se cayó sobre sí misma”.

Instantes después tarareó un antiguo tema de la banda Ráfaga y dijo: “Que lloren, que lloren esos malvados” y lanzó otra de sus máximas: “Nos importa un rábano la opinión de los políticos sobre casi todos los temas” y redobló: “Si algo lo pide la política y no la sociedad, es el camino equivocado”. También completó asegurando que “nunca hay que negociar para rascar un voto” y “defendemos la vida, la propiedad y la libertad a rajatabla. Las ideas no se negocian”.

Milei calificó a su asesor estrella Santiago Caputo como un “gigante” y otra vez hubo aplausos. Consideró que de “lo mejor de Santiago fue que no quería cambiarme”. Sin nombres propios, criticó a los “liberales de copetín” y se preguntó si “acaso se sentían mejor con el kirchnerismo”.

Otra de las premisas que dejó Milei fue considerar que “la única manera de convertir el mal organizado, es con el bien organizado” y recordó un concepto de Virgilio que sostiene que “no hay que ceder frente al mal, hay que combatirlo con más fuerza”.

Con duras críticas a los medios, Milei defendió a Daniel Parisini cuando se abrió una polémica sobre sus dichos de que eran “el brazo armado del presidente”. “Esa es la forma en que mienten los medios, que básicamente dijo que somos el brazo armado del presidente con el arma más poderosa, y sacó su teléfono. Miren la miserabilidad de los medios, cortaron los dichos del celular y empezaron a compararnos con los hijos de puta que mataban gente”. Y agregó: “Eso es de una deshonestidad intelectual enorme”.

Luego retomó su senda de dejar en claro sus máximas y consideró: “Esto se trata de poder y si no lo tenemos nosotros, lo tienen los zurdos de mierda”. Para luego decir que en LLA “el que se desordena, se va a su casa” y que “Roma no paga traidores”. Milei fue por más y consideró que “cuando el adversario es fuerte, la forma de vencerlo es ser mayor” y definió: “nosotros somos la reacción a cien años de atropello”.

El panel de “las fuerzas del cielo”

El primero en hablar del panel de “Las fuerzas del cielo” fue Romo, 28 años, que comenzó aludiendo a “cómo cambió el mundo desde que Milei habló en el foro de Davos”, donde, recordó “habló de que Occidente estaba en peligro”. Luego se remontó al “efecto” de Milei en los jóvenes, cuando irrumpió en la política. “Para ir contra la casta y los políticos del establishment”, mencionó Romo que poco después consideró al “Estado como una asociación criminal al servicio de los políticos” con “políticos cleptómanos a los que no les importa el pueblo”.

Diferenciándose de los políticos tradicionales, Romo también aseguró: “Nosotros defendemos la vida y ellos la muerte”. Después pidió aplausos para el titular de Economía, Luis “Toto” Caputo, que estaba en primera fila y también reclamó por la soberanía argentina en las Islas Malvinas y apuntó con críticas a la pelea por la agenda 2030.

Después fue el turno de Parisini, el “Gordo Dan”, quien mencionó que cuando habló de “brazo armado” del presidente lo hizo en alusión al celular, al que se refirió como el arma más poderosa. Un punto al que después volvió el presidente en su defensa de Parisini. El conductor de La Misa aseguró, en lo que fue la primera de una serie de críticas a los medios de comunicación, que en “las últimas siete décadas hubo “monopolio de micrófonos. Los grandes medios aprovechaban para instaurar falsas noticias”.

Luego consideró que hoy las redes “son el verdadero quinto poder” y que “desplazaron los medios tradicionales”. Parisini consideró que “una persona con su teléfono puede moldear el futuro del mundo” y aseguró que “a la izquierda no le gusta”. En esa línea ubicó a Brasil, Venezuela y a Europa.

Casi sobre el final levantó varias de las banderas del espacio, como “la defensa de la vida desde el momento de la concepción” y más adelante aseguró: “Nuestra campaña fue de las más austeras de la historia. No había dinero para carteles, ni para ensobrar periodistas”.

Luego fue el turno de Nahuel Sotelo, que aludió a la batalla cultural que lleva adelante Milei y, con duras críticas, apuntó a la Organización Naciones Unidas (ONU) y a la Agenda 2030, refirió a las “presiones” a la hora de las votaciones ante cada negociación. Más adelante dijo: “Los burócratas están asustados ante el avance de un presidente, tan firme como nunca se había visto”, del que, además consideró, “sus soldados, seguimos en marcha triunfal”. A él le siguió la exposición del diputado Santiago Santurio.

Poco después y antes de la presentación de Milei fue el turno del brasileño Eduardo Bolsonaro. Fue la más interactiva, con una exposición dinámica con fotos, textos y aludiendo al poder de las redes. “Gracias a los zurdos que fuman marihuana en la universidad”, dijo en uno de los pasajes irónicos que arrancó aplausos. El otro fue cuando mostrando material de Lula y se preguntó: “¿Más seguro para quién?”.

Javier Milei irrumpió pleno y en estado puro sobre el escenario de la Conferencia de Acción Política Conservadora en el Hotel Hilton de Puerto Madero. Poco antes de empezar su discurso, el mandatario hizo mención sobre la “tarea que lleva adelante CPAC”, a lo que sumó: “Para que nos concienticemos de lo importante de la batalla cultural”. Poco después destacó a Guillermo Francos, “el hombre de la muñeca (política)”, y Karina Milei, a quien reconoció que “logró hacer un partido en seis meses”. Con ambas menciones cosechó fuertes aplausos, los cuales se repetirían a lo largo de la siguiente hora en la que se extendió su presentación de cierre de la cumbre en Buenos Aires.

La exposición de Milei fue poco después del panel “La batalla cultural de La Libertad Avanza”, con las exposiciones del titular del bloque libertario en la Legislatura bonaerense, Agustín Romo; el médico y referente de “Las fuerzas del cielo”, Daniel Parisini, alias “Gordo Dan”; el secretario de Culto y Civilización, Nahuel Sotelo; y el diputado nacional Santiago Santurio.

El común denominador de los cuatro discursos, más allá de los elogios a Milei, fueron las críticas a los medios de comunicación. A ellos les siguió una dinámica presentación de Eduardo Bolsonaro, en la antesala de la llegada del líder libertario, que en su entrada al hotel y tras ser consultado por el escándalo del senador Kueider, aliado del gobierno, dijo escuetamente: “Es un tema del kirchnerismo”.

A su turno, Milei resaltó de forma en forma permanente y con diferentes definiciones la importancia de “la batalla cultural”, el punto fundamental sobre el que hizo eje en su discurso, a través de un “decálogo de acción política para los argentinos”. Sin sonrojarse, agregó: “Estamos haciendo vanguardia en cómo se hace política”.

Para Milei, Francos, Karina y el ministro de Economía, Luis “Toto” Caputo, hubo fuertes aplausos, mientras que, como contrapartida, proliferaron los silbidos ante las menciones del presidente de Brasil, Lula da Silva o el dictador Nicolás Maduro y el fallecido Fidel Castro. “Estamos frente a una oportunidad histórica para empezar a cambiar el mundo, pero no alcanza con organizarse política o económicamente, hay que ganar la batalla cultural”, dijo Milei. Ahí fue que volvió a resaltar la “ayuda de CPAC, para que los zurdos no nos entren por ningún lado”.

“La CPAC cuida la cabeza, cuida las ideas, por eso es tan importante. Si no damos la batalla cultural, no importa cuan buenos seamos gestionando, si falla la cabeza, el espíritu, no vamos a llegar a ningún lado. La complejidad de la gestión enorme, a diario nos encontramos con dificultades y adversidades, pero lo que marca siempre el norte es nuestra visión. En la medida que la fortalezcamos nos va a permitir ganarle a los zurdos en todos los terrenos”, dijo Milei en una de sus primeras definiciones de la noche.

“Hoy es un día de festejo, hace rato que teníamos ganas de tener el CPAC acá”, dijo el mandatario. Agradeció por su paso en Mar-a-Lago, tras el triunfo de Donald Trump en las elecciones de Estados Unidos. Lo hizo ante Lara Trump, su nuera, quien estuvo presente en Buenos Aires.

Poco después, Milei propuso hacer un ejercicio de memoria y dijo: “Traten de recordar qué decían los profesionales de la política y los periodistas ensobrados hace un año. Que no teníamos músculo político, que éramos torpes, y que no sabíamos negociar…okeeey”, ironizó el libertario. Y sumó: “También dijeron que nos iban a llevar puestos. Los comedores de pochoclos (por el exsecretario de Medios Enrique Albistur) deben estar bien gordos. Primero dijeron que nos caíamos en marzo, después en abril. Evidentemente algo de lo que hacemos funciona”.

Poco después el mandatario aseguró: “Yo no soy político”, en una definición que motivó que del fondo del salón le respondieran: “Sos el mejor presidente de la historia” y al lugar volvieron los aplausos. Para entonces Milei empezó con sus definiciones: sostuvo que su enfoque fundamental es “la verdad primero” y agregó: “Si la salida es antipática, mejor pasarla lo antes posible”. Apuntó a la “gran mentira que fue el Estado presente. Una casa de naipes que hace un año se cayó sobre sí misma”.

Instantes después tarareó un antiguo tema de la banda Ráfaga y dijo: “Que lloren, que lloren esos malvados” y lanzó otra de sus máximas: “Nos importa un rábano la opinión de los políticos sobre casi todos los temas” y redobló: “Si algo lo pide la política y no la sociedad, es el camino equivocado”. También completó asegurando que “nunca hay que negociar para rascar un voto” y “defendemos la vida, la propiedad y la libertad a rajatabla. Las ideas no se negocian”.

Milei calificó a su asesor estrella Santiago Caputo como un “gigante” y otra vez hubo aplausos. Consideró que de “lo mejor de Santiago fue que no quería cambiarme”. Sin nombres propios, criticó a los “liberales de copetín” y se preguntó si “acaso se sentían mejor con el kirchnerismo”.

Otra de las premisas que dejó Milei fue considerar que “la única manera de convertir el mal organizado, es con el bien organizado” y recordó un concepto de Virgilio que sostiene que “no hay que ceder frente al mal, hay que combatirlo con más fuerza”.

Con duras críticas a los medios, Milei defendió a Daniel Parisini cuando se abrió una polémica sobre sus dichos de que eran “el brazo armado del presidente”. “Esa es la forma en que mienten los medios, que básicamente dijo que somos el brazo armado del presidente con el arma más poderosa, y sacó su teléfono. Miren la miserabilidad de los medios, cortaron los dichos del celular y empezaron a compararnos con los hijos de puta que mataban gente”. Y agregó: “Eso es de una deshonestidad intelectual enorme”.

Luego retomó su senda de dejar en claro sus máximas y consideró: “Esto se trata de poder y si no lo tenemos nosotros, lo tienen los zurdos de mierda”. Para luego decir que en LLA “el que se desordena, se va a su casa” y que “Roma no paga traidores”. Milei fue por más y consideró que “cuando el adversario es fuerte, la forma de vencerlo es ser mayor” y definió: “nosotros somos la reacción a cien años de atropello”.

El panel de “las fuerzas del cielo”

El primero en hablar del panel de “Las fuerzas del cielo” fue Romo, 28 años, que comenzó aludiendo a “cómo cambió el mundo desde que Milei habló en el foro de Davos”, donde, recordó “habló de que Occidente estaba en peligro”. Luego se remontó al “efecto” de Milei en los jóvenes, cuando irrumpió en la política. “Para ir contra la casta y los políticos del establishment”, mencionó Romo que poco después consideró al “Estado como una asociación criminal al servicio de los políticos” con “políticos cleptómanos a los que no les importa el pueblo”.

Diferenciándose de los políticos tradicionales, Romo también aseguró: “Nosotros defendemos la vida y ellos la muerte”. Después pidió aplausos para el titular de Economía, Luis “Toto” Caputo, que estaba en primera fila y también reclamó por la soberanía argentina en las Islas Malvinas y apuntó con críticas a la pelea por la agenda 2030.

Después fue el turno de Parisini, el “Gordo Dan”, quien mencionó que cuando habló de “brazo armado” del presidente lo hizo en alusión al celular, al que se refirió como el arma más poderosa. Un punto al que después volvió el presidente en su defensa de Parisini. El conductor de La Misa aseguró, en lo que fue la primera de una serie de críticas a los medios de comunicación, que en “las últimas siete décadas hubo “monopolio de micrófonos. Los grandes medios aprovechaban para instaurar falsas noticias”.

Luego consideró que hoy las redes “son el verdadero quinto poder” y que “desplazaron los medios tradicionales”. Parisini consideró que “una persona con su teléfono puede moldear el futuro del mundo” y aseguró que “a la izquierda no le gusta”. En esa línea ubicó a Brasil, Venezuela y a Europa.

Casi sobre el final levantó varias de las banderas del espacio, como “la defensa de la vida desde el momento de la concepción” y más adelante aseguró: “Nuestra campaña fue de las más austeras de la historia. No había dinero para carteles, ni para ensobrar periodistas”.

Luego fue el turno de Nahuel Sotelo, que aludió a la batalla cultural que lleva adelante Milei y, con duras críticas, apuntó a la Organización Naciones Unidas (ONU) y a la Agenda 2030, refirió a las “presiones” a la hora de las votaciones ante cada negociación. Más adelante dijo: “Los burócratas están asustados ante el avance de un presidente, tan firme como nunca se había visto”, del que, además consideró, “sus soldados, seguimos en marcha triunfal”. A él le siguió la exposición del diputado Santiago Santurio.

Poco después y antes de la presentación de Milei fue el turno del brasileño Eduardo Bolsonaro. Fue la más interactiva, con una exposición dinámica con fotos, textos y aludiendo al poder de las redes. “Gracias a los zurdos que fuman marihuana en la universidad”, dijo en uno de los pasajes irónicos que arrancó aplausos. El otro fue cuando mostrando material de Lula y se preguntó: “¿Más seguro para quién?”.

 El Presidente habló más de una hora en el cierre de la cumbre; elogió a su asesor estrella, al ministro Caputo, a su hermana Karina y a Francos; reivindicó al “Gordo Dan” y criticó a los medios  LA NACION

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