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Es valenciano, está desempleado y utiliza su talento para una causa noble: ayudar a los que perdieron todo tras el paso de DANA

“El poble salva al poble” (El pueblo salva al pueblo) y “L’aigua ens fa créixer” (El agua nos hace crecer) son las frases que se pueden leer en valenciano sobre dos de los imanes que Adrián Sánchez Fuertes, de 31 años, creó con sus propias manos. Él es diseñador gráfico, pero desde hace un año y tres meses que encontró en la cerámica una especie de terapia, la cual se convirtió en una gran iniciativa para ayudar a algunas familias que perdieron todo el 29 de octubre pasado, cuando la DANA (Depresión Aislada en Niveles Altos), un fenómeno meteorológico letal, arrasó la Comunidad Valenciana y Castilla-La Mancha, las cuales se encuentran en el este de España, y provocó -según datos oficiales- un total de 225 muertes.

Adrián vive en el municipio de Paiporta, el epicentro de la tragedia, ya que es la zona cero del desbordamiento del Barranco del Poyo. Cuando empezó a llover, nadie se imaginaba lo que vendría después, sobre todo, porque las autoridades competentes nunca habían alertado la situación del fenómeno. “Si bien en Paiporta estamos acostumbrados a que cuando llueve, el barranco esté lleno, nunca llegó a desbordarse y llevaba una corriente que no era normal. Todos intentamos salvar nuestras pertenencias. Yo pude salvar mi auto, aunque no lo volvería a hacer. Aunque me dio tiempo de hacerlo todo, en cuestión de minutos vino una ola gigante de agua”, expresó en diálogo con LA NACION.

Él no puedo llegar a su casa, pero sí a lo de los padres de una amiga, quienes le brindaron refugio. Al día siguiente, cuando regresó a su vivienda y vio que todo estaba bien, se consideró con suerte. “Me afectó más psicológicamente porque perdí el pueblo, la vida que tenía allí, los paseos con mi perrita Laia, las juntadas con amigos, la vida en el pueblo… Es lo que más me afectó, pero a nivel material y personal, no perdí nada, soy un afortunado”, añadió.

En ese sentido, mencionó que mucha gente del lugar no tuvo la misma suerte, entre estos se encuentran dos de sus amigos, que se quedaron sin su hogar, motivo por el cual se le ocurrió la idea de colaborar desde la cerámica, aquel hobby que lo acompaña en el duelo por la pérdida de su madre. “Me anoté en cerámica en septiembre de 2023 porque estaba en un momento personal bastante delicado, acababa de perder a mi mamá de cáncer y fue todo muy repentino; además, tenía demasiadas responsabilidades en el trabajo y mi cuerpo me pedía desconectar y parar un poco”, señaló.

Y continuó: “Como a mí siempre me gustó el tema de la creatividad porque soy diseñador gráfico, la cerámica me ayudó mucho a seguir creando. Con mis propias manos estoy cuidando una pieza como si me cuidara a mí mismo y desde entonces, no paré de hacer cerámica”. Como hace unos meses se quedó sin trabajo, decidió dedicarle tiempo a esta nueva otra pasión y la explotó: “Me creé la cuenta de Instagram hace unos meses y cuando justo vino la DANA, decidí sacar esta iniciativa”.

A través del perfil de Instagram, @carimic_ceramics, Adrián compartió la historia de dos familias damnificadas. Paqui y Jai, madre e hija, y Vicente, Noe y Cloe, dos padres con una niña. “Hace un mes que nos vimos arrasados por una ola de miedo, incertidumbre, pérdidas, desilusión y tristeza. Por suerte no sufrí grandes pérdidas, pero tengo amigos y familiares que sí. Por eso decidí crear estos #imanes #solidarios, como forma de recaudar y ayudar a amigos que perdieron todo”, dice en la descripción del posteo.

Y sigue: “‘El poble salva al poble’ (El pueblo salva al pueblo), un imán replicando un azulejo valenciano manchado por el barro, pero con un corazón latiendo, el de nuestro pueblo #Paiporta. ‘L’aigua ens fa créixer’ (El agua nos hace crecer), en este caso también nos ahogó, pero vamos a salir de esta y vamos a volver a florecer y brillar. ‘Llàgrima’ (Lágrima) en honor a todas las víctimas de la DANA”.

Como era de esperar, la publicación tuvo repercusión y Adrián comenzó a producir decenas de imanes para alcanzar su objetivo. “No descarto que esto llegue a más gente y si en un futuro llego a mi objetivo de recaudación para mis amigos, quiero ayudar a más familias de mi pueblo”, concluyó.

“El poble salva al poble” (El pueblo salva al pueblo) y “L’aigua ens fa créixer” (El agua nos hace crecer) son las frases que se pueden leer en valenciano sobre dos de los imanes que Adrián Sánchez Fuertes, de 31 años, creó con sus propias manos. Él es diseñador gráfico, pero desde hace un año y tres meses que encontró en la cerámica una especie de terapia, la cual se convirtió en una gran iniciativa para ayudar a algunas familias que perdieron todo el 29 de octubre pasado, cuando la DANA (Depresión Aislada en Niveles Altos), un fenómeno meteorológico letal, arrasó la Comunidad Valenciana y Castilla-La Mancha, las cuales se encuentran en el este de España, y provocó -según datos oficiales- un total de 225 muertes.

Adrián vive en el municipio de Paiporta, el epicentro de la tragedia, ya que es la zona cero del desbordamiento del Barranco del Poyo. Cuando empezó a llover, nadie se imaginaba lo que vendría después, sobre todo, porque las autoridades competentes nunca habían alertado la situación del fenómeno. “Si bien en Paiporta estamos acostumbrados a que cuando llueve, el barranco esté lleno, nunca llegó a desbordarse y llevaba una corriente que no era normal. Todos intentamos salvar nuestras pertenencias. Yo pude salvar mi auto, aunque no lo volvería a hacer. Aunque me dio tiempo de hacerlo todo, en cuestión de minutos vino una ola gigante de agua”, expresó en diálogo con LA NACION.

Él no puedo llegar a su casa, pero sí a lo de los padres de una amiga, quienes le brindaron refugio. Al día siguiente, cuando regresó a su vivienda y vio que todo estaba bien, se consideró con suerte. “Me afectó más psicológicamente porque perdí el pueblo, la vida que tenía allí, los paseos con mi perrita Laia, las juntadas con amigos, la vida en el pueblo… Es lo que más me afectó, pero a nivel material y personal, no perdí nada, soy un afortunado”, añadió.

En ese sentido, mencionó que mucha gente del lugar no tuvo la misma suerte, entre estos se encuentran dos de sus amigos, que se quedaron sin su hogar, motivo por el cual se le ocurrió la idea de colaborar desde la cerámica, aquel hobby que lo acompaña en el duelo por la pérdida de su madre. “Me anoté en cerámica en septiembre de 2023 porque estaba en un momento personal bastante delicado, acababa de perder a mi mamá de cáncer y fue todo muy repentino; además, tenía demasiadas responsabilidades en el trabajo y mi cuerpo me pedía desconectar y parar un poco”, señaló.

Y continuó: “Como a mí siempre me gustó el tema de la creatividad porque soy diseñador gráfico, la cerámica me ayudó mucho a seguir creando. Con mis propias manos estoy cuidando una pieza como si me cuidara a mí mismo y desde entonces, no paré de hacer cerámica”. Como hace unos meses se quedó sin trabajo, decidió dedicarle tiempo a esta nueva otra pasión y la explotó: “Me creé la cuenta de Instagram hace unos meses y cuando justo vino la DANA, decidí sacar esta iniciativa”.

A través del perfil de Instagram, @carimic_ceramics, Adrián compartió la historia de dos familias damnificadas. Paqui y Jai, madre e hija, y Vicente, Noe y Cloe, dos padres con una niña. “Hace un mes que nos vimos arrasados por una ola de miedo, incertidumbre, pérdidas, desilusión y tristeza. Por suerte no sufrí grandes pérdidas, pero tengo amigos y familiares que sí. Por eso decidí crear estos #imanes #solidarios, como forma de recaudar y ayudar a amigos que perdieron todo”, dice en la descripción del posteo.

Y sigue: “‘El poble salva al poble’ (El pueblo salva al pueblo), un imán replicando un azulejo valenciano manchado por el barro, pero con un corazón latiendo, el de nuestro pueblo #Paiporta. ‘L’aigua ens fa créixer’ (El agua nos hace crecer), en este caso también nos ahogó, pero vamos a salir de esta y vamos a volver a florecer y brillar. ‘Llàgrima’ (Lágrima) en honor a todas las víctimas de la DANA”.

Como era de esperar, la publicación tuvo repercusión y Adrián comenzó a producir decenas de imanes para alcanzar su objetivo. “No descarto que esto llegue a más gente y si en un futuro llego a mi objetivo de recaudación para mis amigos, quiero ayudar a más familias de mi pueblo”, concluyó.

 Adrián Sánchez Fuertes vive en Paiporta, uno de los municipios más afectados por el fenómeno conocido como “gota fría”, el cual ocurrió el 29 de octubre pasado; en diálogo con LA NACION, contó el detrás de la iniciativa de los imanes solidarios  LA NACION

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